5.10.10

Evidencias de un Patrón Geográfico Mundial del Comportamiento Humano Relacionado con el Clima

James DeMeo's Saharasia Discovery and Research
Ashland, Oregon, USA

Summary Article on Saharasia


Origen y Difusión del Patrismo en Saharasia, año 4000 a.C.:

Evidencias de un Patrón Geográfico Mundial del
Comportamiento Humano Relacionado con el Clima*

de James DeMeo, Ph.D.**



* Publicaciones anteriores: Kyoto Review 23: 19-38, primavera 1990 (Japón); Emotion 10, 1991 (Alemania); World Futures: The Journal of General Evolution, 30: 247-271, 1991; y Pulse of the Planet 3:3-16, 1991. Su libro Saharasia: The 4000 BCE Origins of Child Abuse, Sex-Repression, Warfare and Social Violence In the Deserts of the Old World, Natural Energy Works, 1998, contiene una amplia presentación del trabajo del Dr. DeMeo sobre este tema.

** Director, Orgone Biophysical Research Lab., PO Box 1148 Ashland, Oregon 97520 USA. demeo(at)mind.net
(Pegue el símbolo "@" en su programa de correo electrónico.)

El texto e ilustraciones de esta publicación son derechos reservados (c) 2000 y no se pueden duplicar ni copiar ni usar sin el permiso escrito del autor.




RESUMEN

A través de un análisis sistemático de datos antropológicos de 1170 culturas de subsistencia, se correlacionaron y desarrollaron patrones geográficos mundiales de comportamientos represivos, dolorosos, traumáticos, violentos, armados y patristas e instituciones sociales con lazos rotos entre madre e hijo y entre hombre y mujer. Al plasmar en un mapa los datos acerca del comportamiento, el cinturón desértico hiperárido que comprende áfrica del Norte, Cercano Oriente y Asia Central, que llamo Saharasia, reveló poseer la zona más extensa de comportamientos patriarcales e instituciones sociales extremas del planeta. Se descubrió que el comportamiento matríarcal de las regiones más lejanas a Saharasia, es decir, en Oceanía y el Nuevo Mundo, es más inerme y amable, apoya y protege los lazos entre madre e hijo y entre hombre y mujer. Una revisión sistemática del material arqueológico e histórico indica que el patrismo se desarrolló por primera vez en Saharasia después del año 4000 a.C., época de una importante transición ecológica de praderas relativamente húmedas a desiertos áridos. Los mapas presentan asentamientos y patrones migratorios de pueblos patristas desde sus primeros territorios en Saharasia, para así explicar la posterior aparición del patrismo en otras regiones. La evidencia del matrismo en Saharasia antes de las condiciones de sequía es extensa y en cambio no existe el patrismo. Se argumenta que el matrismo constituye la primera forma original e innata de comportamiento humano y organización social, en tanto que el patrismo, perpetuado por instituciones sociales que inducían traumas, se desarrolló por primera vez entre el Homo sapiens en Saharasia, bajo las presiones de una desertificación grave, hambre y migraciones obligadas. Las reflexiones psicológicas de Wilhelm Reich aclaran el mecanismo a través del cual se establecen los comportamientos patristas (armados, violentos) que continúan mucho tiempo después de haber ocurrido el trauma inicial.


INTRODUCCIÓN

Este documento resume las pruebas y conclusiones de mi estudio geográfico de siete años en todo el mundo, sobre la variación regional del comportamiento humano y los factores socioambientales asociados; estudio que constituyó mi tesis de doctorado (DeMeo 1985, 1986, 1987). En esta investigación me concentro específicamente en un complejo importante de actitudes traumáticas y represivas, comportamientos, costumbres e instituciones sociales que se correlacionan con la violencia y guerra. Mi estudio es una continuación de observaciones clínicas y transculturales acerca de las necesidades biológicas de lactantes, niños y adolescentes, los efectos represivos y dañinos que tienen ciertas instituciones sociales y tipos de ambientes naturales intolerantes sobre estas necesidades y las consecuencias en la conducta de dicha represión y daños.

De acuerdo con lo aquí presentado, el planteamiento geográfico respecto del origen del comportamiento humano ha permitido la reconstrucción de una imagen global mucho más clara de nuestra historia cultural más antigua. La relación causal entre las instituciones sociales traumáticas y represivas con la agresión destructiva y la guerra se comprueba y fortalece en mi método de evaluación, el cual ha confirmado que la existencia de un antiguo periodo mundial de condiciones sociales relativamente pacíficas, en las que la guerra, el dominio del sexo masculino y la agresión destructiva estaba ausente o en niveles extremadamente mínimos. Más aún, se pueden señalar tanto las épocas como los lugares precisos en la Tierra donde la cultura humana primero se transformó de condiciones pacíficas, democráticas e igualitarias en déspotas, belicosas y violentas.

Estos resultados fueron posibles únicamente mediante la ventaja de estudios de campo paleoclimáticos y arqueológicos recientes (que anteriormente revelaron condiciones sociales y ambientales desconocidas) y por el desarrollo de grandes bases de datos antropológicas mundiales compuestas de información cultural de cientos o miles de culturas diferentes de todo el mundo. La microcomputadora, otra innovación, facilitó en pocos años el acceso a dichos datos, además de la preparación de mapas del comportamiento mundial que de otro modo habría tomado toda una vida preparar. Mi criterio para estas preguntas también constituyó una de las primeras revisiones geográficas mundiales derivadas sistemáticamente del comportamiento humano y las instituciones sociales, lo que dio a conocer un patrón mundial anteriormente no observado aunque claro del comportamiento humano. Antes de presentar los mapas que demuestran en forma espacial el centro de mis observaciones, hay que considerar el análisis de las variables de interés y la teoría que sustentan los mapas.


Cultura Matrista y Patrista

Las raíces de la violencia en traumas y represión sexual infantil

Inicialmente, mi investigación estaba enfocada en desarrollar un análisis geográfico mundial de los factores sociales relacionados con el trauma y la represión sexual a temprana edad, como una prueba de la teoría económica sexual de Wilhelm Reich (1935, 1942, 1945, 1947, 1949, 1953, 1967, 1983). La teoría de Reich, que surgió y se apartó del psicoanálisis, clasificaba la agresión destructiva y la violencia sádica del Homo sapiens como una condición totalmente anormal, resultado de la inhibición crónica de la respiración inducida por traumatismo, expresión emocional e impulsos dirigidos al placer. De acuerdo con este punto de vista, la inhibición se vuelve crónica en el individuo a través de rituales específicamente dolorosos y que censuran el placer e instituciones sociales, que consciente o inconscientemente interfieren con los lazos entre madre e hija y entre hombre y mujer. Estos rituales e instituciones existen entre sociedades "primitivas" de subsistencia y sociedades "civilizadas" tecnológicamente desarrolladas. Algunos ejemplos son: imposición inconsciente o racionalizada del dolor en recién nacidos y niños a través de diversos medios; separación y aislamiento del niño de su madre; indiferencia hacia el llanto del lactante molesto; envolverlo hasta inmovilizarlo las veinticuatro horas; rechazo a la lactancia y destete prematuro del lactante; corte de la carne del niño, normalmente los genitales; entrenamiento traumático de los esfínteres, y exigencias de que esté en silencio, quieto y sea obediente, sometido mediante castigos físicos o amenazas. Otras instituciones sociales buscan controlar o acabar con los intereses sexuales del niño como el tabú de la virginidad femenina, que exigen todas las culturas que rinden culto a un dios supremo patriarcal, así como el matrimonio compulsivo o arreglado obligado por la culpa y el castigo. La mayoría de estos castigos y limitaciones rituales recaían más dolorosamente en las mujeres, aunque a los hombres también les afectaba en gran medida. Las exigencias de una obediencia sin críticas, de supresión emocional y resistencia al dolor, hacia las figuras de autoridad mayores (normalmente varones) respecto a las decisiones existenciales fundamentales son aspectos integrales de dichas instituciones sociales, que se extienden hasta controlar también el comportamiento de los adultos. Estas instituciones represivas son apoyadas y defendidas por el individuo promedio en una sociedad determinada, sin tomar en cuenta las consecuencias dolorosas que disminuyen el placer o atentan contra la vida y se consideran, en un sentido acrítico, como experiencias "buenas que forman el carácter", una parte de la "tradición". No obstante, con tal complejo de instituciones sociales dolorosas y represivas, se argumenta que (aquí entran los componentes neuróticos, psicóticos, autodestructivos y sádicos del comportamiento humano) se expresan en una plétora de formas disfrazadas e inconscientes o abiertamente claras y evidentes.

Según el punto de vista económico sexual de Reich, se establece una armadura muscular y caracterológica crónica en el ser humano en desarrollo conforme al tipo e intensidad del trauma doloroso que vive. Los procesos biofísicos que normalmente conducen a una respiración completa, expresión emocional y descarga sexual durante el orgasmo se bloquean crónicamente con la armadura que, en mayor o menor grado, conduce a la acumulación de tensión emocional y sexual (bioenergética) reprimida. La reserva contenida de tensión interna provoca que el organismo se comporte de una manera generalmente inconsciente, distorsionada, autodestructiva y sádica (Reich 1942, 1949). Los procesos anteriores ocurren cuando, y sólo cuando, se hacen intentos por desviar o moldear irracionalmente las necesidades o impulsos biológicos humanos de acuerdo con la exigencia de la "cultura". Algunos ejemplos son el rechazo a amamantar al lactante, los golpes a un niño por defecar o tener expresiones sexuales o el matrimonio obligado de jovencitas con hombres mayores ("desposorios infantiles", "precio por la novia").

Los rituales y las instituciones sociales que inflingen dolor y censuran el placer están presenten en la mayoría de las culturas históricas y contemporáneas. Por ejemplo, algunas culturas (seguramente una minoría) no inflingen, conscientemente o de otra forma, dolor a sus lactantes y niños, ni reprimen el interés sexual en niños o adultos. Es de gran interés el hecho de que estas sociedades tampoco sean violentas y tengan lazos familiares monógamos sociales y relaciones sociales amigables y agradables.

Malinowski (1927, 1932) fue el primero en señalar dichas culturas como una impugnación a la aseveración de Freud de una naturaleza biológica pancultural para el estado sexual latente de la infancia y el conflicto edípico. Reich (1935) argumentó que las condiciones de la sociedad de Trobriand comprobaron la conveniencia de relacionar sus observaciones clínicas y sociales de la represión sexual con un comportamiento patológico. Se han realizado descripciones etnográficas de culturas semejantes (Elwin 1947, 1968; Hallet y Relle 1973; Turnbull 1961). Mis estudios transculturales a nivel mundial (DeMeo 1986, pp.114-120) y los de Prescott (1975) han confirmado estos resultados: Las sociedades que acumulan traumas y dolor en lactantes y niños y que subsecuentemente reprimen la expresión emocional y el interés sexual de los adolescentes, invariablemente muestran un espectro de conductas neuróticas, autodestructivas y violentas. Por el contrario, las sociedades que tratan a sus lactantes y niños con gran afecto físico y ternura y que consideran positiva la expresión de emociones y sexualidad de adolescentes, son físicamente saludables y no violentos. De hecho, la investigación transcultural ha demostrado la dificultad, quizá imposibilidad, de localizar una sociedad violenta y alterada que no traumatice también a sus jóvenes y los repriman sexualmente.

Una investigación sistemática de la bibliografía histórica mundial confirmó de manera independiente las correlaciones anteriores entre traumas infantiles, represión sexual, dominio del sexo masculino y violencia familiar, en descripciones de varios estados centrales déspotas y autoritarios de tipo belicoso (DeMeo, 1985, capítulos 6 y 7 de 1986). (1) A partir de datos históricos semejantes, Taylor (1953) creó un esquema dicótomo del comportamiento humano en varias sociedades. Con la terminología de Taylor y la ampliación de su esquema de acuerdo con los resultados económicos sexuales, dichas sociedades violentas y represivas se denominan patristas y difieren en casi todos los aspectos de culturas matristas, cuyas instituciones sociales están diseñadas para proteger y mejorar los lazos gratos entre madre e hijo y hombre y mujer. (2) La tabla 1 presenta el contraste entre las formas extremas de la cultura patrista (armada) y matrista (desarmada).

Tabla 1: COMPORTAMIENTOS, ACTITUDES E INSTITUCIONES SOCIALES DICTONOMA

Característica  
  Patrísta (armada)  
 Matrísta (desarmada)



Lactantes  
Menos indulgencia  
Más indulgencia
niños, y  
Menos afecto físico  
Más efecto físico
adolescentes:  
Lactantes traumatizados  
Lactantes sin traumas
   
Iniciaciones dolorosas   
Iniciaciones sin dolor
   
Dominado por la familia  
Democracia infantil
   
Casas segregadas por el sexo, militar o poblados por edades  
Casas con niños de ambos sexos



Sexualidad:
Actitud restrictiva  
Actitud permisiva
     
Mutilación genital  
Sin mutilación genital 
  
Tabú de virginidad femenina  
Sin tabú de virginidad femenina
  
Sexo entre adolescentes
estrictamente censurado
Sexo entre adolescentes  permitido con libertad
  
Con tendencia homosexual más  grave tabú 
Sin tendencia homosexual  o tabú fuerte
  
Tendencia al incesto más grave tabú  
 Sin fuerte tendencia al incesto     o tabú fuerte
  
Probable concubinato/ prostitución  
Sin concubinato ni prostitución



Mujeres:  
Límites de libertad  
Mayor libertad
  
Estatus inferior  
Mismo estatus
  
Tabú de sangrado vaginal (himen, menstruación y alumbramiento)
Sin tabú de sangrado vaginal
  
No puede elegir su pareja  
Puede elegir su pareja 
  
No se divorcia voluntariamente
Se divorcia voluntariamente
  
Los varones controlan la fertilidad  
Las mujeres controlan la fertilidad



Estructura  
Autoritaria  
Demócrata, Liberitad
cultural y  
Jerárquica  
Igualitaria
familiar:  
Línea patriarcal  
Línea matriarcal
  
Patrilocal  
Matrilocal
  
Monogamia compulsiva de por vida
Monogamia no compulsiva 
  
A menudo polígama  
Rara vez polígama 
  
Estructura militar  
Militar no de tiempo completo 
  
Violenta, sádica  
No violenta



Religión y  
Orientada al varón/padre  
Orientada a la mujer/madre
creencias  
Ascetismo, evasión de placer  
Placer aceptado e institucionalizado
  
Inhibición, temor a la naturaleza  
Espontaneidad, culto a la naturaleza
  
Especialistas religiosos de tiempo completo  
Especialistas religiosos eventuales
  
Chamanes masculinos  
Chamanes masculinos o femeninos
  
Códigos conductuales estrictos  
Sin códigos estrictos.





Muchos aspectos del patrismo interfieren con la biología del lactante y niño de manera que generalmente no se observan en el mundo animal y en algunos casos es evidente el incremento de mortandad y morbosidad infantil y materna. Además de los ritos dolorosos o que reducen en placer de la tabla 1, es importante hacer notar que la mayoría de las sociedades patristas tuvieron, en algún momento de su pasado distante o reciente, trastornos sociales psicopatológicos graves designados para la liberación organizada socialmente aprobada de rabia asesina hacia niños y mujeres (es decir, asesinato ritual de niños, viudas, "brujas", "prostitutas", etc.), con una deificación complementaria de los varones más agresivos y sádicos (totalitarismo, dignidad divina). Algunas culturas contemporáneas expresan dichas condiciones a gran escala o muestran vestigios de las mismas, hechos que han distinguido las implicaciones geográficas.

Por ejemplo, dado que las pruebas clínicas, transculturales e históricas indican que la violencia de los adultos se origina de traumas y represión sexual a temprana edad y que no existe en situaciones en las que los lazos entre madre e hijo y hombre y mujer están protegidos y alimentados por instituciones sociales matrismo, naturalmente surge la pregunta respecto a cómo la Gestalt cultural del trauma, represión y violencia (patrismo) pudo haberse iniciado. El patrismo, con su enorme efusión de violencia hacia lactantes, niños y mujeres, que pasa de una generación a otra a través de instituciones sociales dolorosas y que atentan contra la vida, debieron haber tenido épocas y lugares de origen específicos entre algunas de las primeras sociedades humanas. La supuesta ausencia de un carácter innato del patrismo, que deriva del bloqueo crónico, inhibición y acumulación de impulsos biológicos, exige que así sea. Sin embargo, el matrismo surgido del impulso biológico sin obstáculos que se expresa libremente y que por tanto es innato, a nivel mundial habría por naturaleza mundial, omnipresente entre la humanidad de los primeros tiempos. De hecho, la selección natural habría favorecido al matrismo, dado el hecho de que no genera los impulsos sádicos que conducen a la violencia mortal hacia mujeres y niños, ni altera los lazos emocionales entre madres e hijos, los cuales brindan diferentes ventajas de supervivencia psicosociales (Klaus y Kennell 1976; LeBoyer 1975; Montagu 1971; Stewart & Stewart 1978a, 1978b, Reich 1942, 1949).

La confirmación y el sustento a las suposiciones e inferencias anteriores existen en los aspectos geográficos de los datos antropológicos y arqueológicos mundiales y fueron un centro de atención fundamental de mi investigación para estudiar los aspectos espaciales de los hechos y observaciones recopiladas por investigadores de campo.(3) Por ejemplo, anteriormente se habían identificado ciertos aspectos del matrista y condiciones sociales pacíficas en las capas arqueológicas más profundas de algunas regiones, con transiciones evidentes hacia condiciones más violentas dominadas por los varones en años posteriores. Aun cuando algunos investigadores no conocen estos resultados más recientes, tienden a ignorarlos o han objetado sus consecuencias, un número cada vez mayor de estudios han demostrado transiciones sociales importantes en tiempos remotos, que pasan de condiciones pacíficas, demócratas y equitativas, a condiciones belicosas, violentas, dominadas por los hombres (Bell 1971; Eisler 1987a, 1987b; Huntington 1907, 1911; Gimbutas 1965, 1977, 1982; Stone 1976; Velikovsky 1950, 1984). Los aspectos geográficos de estos resultados son de lo más reveladores.

Una revisión sistemática y mundial de dicha evidencia (DeMeo, 1985, capítulos 6 y 7 de 1986) demuestran los patrones de estas transiciones arqueológicas en todo el mundo, regiones que se transformaron del matrista al patrista en los mismos periodos generales o donde la transición al patrismo arrasó durante siglos con las principales porciones de un continente, de un extremo a otro. Mucho más importante fue el descubrimiento de que las primeras transformaciones culturales ocurrieron específicamente en regiones del Viejo Mundo (en especial en áfrica del Norte, el Cercano Oriente y Asia Central entre 4000 y 3500 a.C.), en concierto con transformaciones ambientales importantes, de condiciones relativamente húmedas a áridas en esas regiones. Transformaciones posteriores generalmente ocurrían en regiones fuera de los desiertos recién formados que se relacionaban con el abandono de las nuevas zonas áridas y la invasión subsecuente de territorios fronterizos más húmedos. La existencia de estas transiciones ambientales y culturales determinadas era de suma importancia, ya que las evidencias indican que una sequía grave y la desertificación tuvieron el potencial de alterar de manera traumática los lazos entre madre e hijo y hombre y mujer, tan seria y dolorosamente como cualquier institución patrista. 

La devastación social en regiones de sequía, desertificación y hambre

Otras líneas de evidencia conducen a la conclusión de que la sequía grave y repetida y la desertificación, que fomenta la hambre, inanición y migraciones masivas entre las culturas de subsistencia, deben de haber sido un factor crucial que gradual o incluso rápidamente orillaron a las primeras culturas matrista hacia el patrista. Por ejemplo:

1) Testimoniales recientes de cambios culturales que ocurrieron en condiciones de hambre e inanición dan como resultado una descomposición de los lazos sociales y familiares. Informes desgarradores de Turnbull (1972) de los pueblos Ik de áfrica Oriental aclaran este punto, aunque se han realizado observaciones parecidas (Cahill 1982; Garcia 1981; Garcia y Escudero 1982; Sorokin 1975). En condiciones de hambre más agudas, los esposos con frecuencia salen en busca de comida, dejan a sus mujeres e hijos y regresan o no regresan. Con el tiempo, los niños y familiares de edad hambrientos quedan en el abandono y deben luchar a solas o morir. Es posible que los niños formen bandas errantes dedicadas a robar alimentos y el esquema social restante puede desbaratarse totalmente. Los lazos entre madre e hijo parecen durar más, aunque tarde o temprano las madres hambrientas también abandonan a sus hijos.

2) Investigaciones clínicas sobre los efectos de una desnutrición proteínica y calórica grave de lactantes y niños indican que el hambre es un trauma de las más graves proporciones. Un niño que sufre de marasmo o kwashiorkor presentará síntomas de falta de contacto e inmovilidad y, en los casos más extremos, una suspensión del crecimiento corporal y cerebral. Si el hambre dura mucho tiempo, la recuperación al potencial total puede no ocurrir después de reabastecerse el suministro alimenticio y sí presentarse retraso físico y emocional de leve a grave. Se han observado otros efectos del hambre y la inanición en niños y adultos que incluyen disminución de la vitalidad emocional y energía sexual general, algunos de los cuales pueden persistir incluso después de contar de nuevo con alimentos. Más importante aún, el niño se retrae y contrae biofísica y emocionalmente en condiciones de hambre e inanición de forma casi idéntica a los efectos igual de traumáticos de falta y aislamiento materno. Ambas experiencias tienen efectos claros y duraderos que alteran la capacidad de los adultos para tener lazos emocionales con la pareja e hijos (Aykroyd 1974; Garcia y Escudero 1982; Prescott, Read y Coursin 1975).






Lactantes normales y marasmáticos




Derecha, lactante marasmático de 7 meses.  Izquierda, lactante sano de 5 meses
Reproducción cortesía de F. Monckeberg (en Prescott, et al. 1975)


Transiluminación de cráneos de lactantes normal (izquierda), desnutrido (centro) y hambriento marasmático (derecha).
El cráneo se ilumina en proporción con la cantidad de espacio lleno de fluidos entre el cerebro y el cráneo. Un lactante bien alimentado tiene un cerebro bien desarrollado con poco espacio y fluido entre el cerebro y cráneo. No ocurre lo mismo con el niño desnutrido o hambriento.
Reproducción cortesía de F. Monckeberg (en Prescott, et al., 1975)


3) Se identifican otros factores traumáticos específicamente relacionados con la vida difícil en desiertos y regiones áridas. Un ejemplo importante fue el uso de la cuna limitante a la espalda que moldea la cabeza por parte de pueblos migratorios de Asia Central, que parecen haber provocado inconscientemente traumas dobles por deformación craneal y por envolver a los lactantes. La deformación craneal de lactantes como institución social murió con el siglo, pero envolver a los bebés parece persistir hoy en día en las mismas regiones. Normalmente, un lactante sujeto a una restricción Dolorosa lucha por liberarse y llorará fuerte, lo que llamará la atención inmediata de quien sea el responsable de su cuidado. Supongo que no ocurre con los lactantes hambrientos amarrados a una cuna a la espalda que les restringe el cuerpo (y muchas veces les aplasta la cabeza) durante una larga caminata en regiones áridas. En condiciones extremas de sequía y hambre, quienes cuidan de los lactantes ponen menos atención y tienen menos contacto y voluntad de detenerse constantemente a calmar a un niño que se lastima con las restricciones que deforman el cráneo de una cuna a la espalda. Conforme avanzó la desertificación en Asia Central, la migración de una región a otra se convirtió en una forma de vida relativamente permanente. Informes arqueológicos señalan que las deformaciones craneales y envolver a los lactantes se institucionalizó parcialmente en la tradición de crianza de esas áreas (DeMeo 1986, pp.142-152; Dingwall 1931; Gorer & Rickman 1962). De hecho, las dolorosas deformaciones craneales y envolver a un niño fueron una marca distintiva y una institución social aceptada de dichos pueblos, que persistió incluso después de  renunciar a una existencia nómada y adoptar un estilo de vida sedentario. Otras instituciones sociales importantes, como la mutilación genital femenina y masculina (infibulación y circuncisión) estaban geográficamente centradas y tuvieron sus inicios en la gran faja desértica del Viejo Mundo, aunque los motivos no son tan claros.






Envolver a un niño y deformar artificialmente el cráneo parecen ser prácticas complementarias, ya que primero se desarrollaron en Asia Central con la envoltura tipo cuna a la espalda que usaban los pueblos migrantes. Se erradicó la deformación craneal de lactantes, pero envolverlos, una práctica remanente, persiste en la mayoría de las regiones con influencia de dichos pueblos.



Lactante envuelto, dibujo de Deborah Carrino basado en una fotografía de
Dean Conger. Placas craneales deformes de Dingwall (1931).



NOTA: Todos los mapas se componen de datos de pueblos de subsistencia, aborígenes y nativos.


En América y Oceanía, estos datos reflejan las condiciones normales antes de la llegada de colonizadores europeos.


Durante el proceso para determinar lo anterior, me quedó cada vez más claro que los primeros lazos sociales matristas probablemente se extendieron por primera vez entre las culturas de subsistencia que habían sobrevivido a los efectos devastadores de sequías graves secuenciales, desertificación y hambre prolongada. La alteración progresiva que sufrieron los lazos sociales entre madre e hijo y hombre y mujer una generación tras otra debido a la hiperaridez, hambre, inanición y migraciones obligadas, daría origen a un desarrollo e intensificación de actitudes, comportamientos e instituciones sociales patrista. Con el tiempo, éstas sustituirían a las matristas más antiguas. El patrismo se habría ajustado a la estructura del carácter, del mismo modo que las condiciones hiperáridas y desérticas se adaptaron al panorama. Una vez adaptadas, el patrismo permanecería en los pueblos afligidos, independientemente del clima o abastecimiento de alimentos subsecuentes, dado el carácter reiterativo que afecta el comportamiento de las instituciones sociales. El patrista aparecería después en regiones más húmedas y abundantes, por la irrupción de pueblos belicosos que migraban de regiones desérticas contiguas.

A partir de estas consideraciones, se evidenció una prueba geográfica muy clara. De representarse en un mapa, se hacía patente una correlación espacial en todo el mundo entre los duros ambientes desérticos y la cultura patrista extrema y, por ende, un mecanismo claro para que se iniciara el primer trauma y se identificaría la represión entre las antiguas culturas. Lo anterior también corrobora directamente la teoría económica sexual de Reich, que necesitaba cierto mecanismo de trauma antiguo para explicar el génesis de la armadura. Las correlaciones espaciales que emergieron de este criterio fueron sorprendentes.


LOS ASPECTOS GEOGRÁFICOS DE LA ANTROPOLOGÍA Y CLIMATOLOGíA

Mi revisión preliminar del comportamiento y las instituciones sociales en una muestra de 400 culturas aborígenes de subsistencia del mundo señaló que los pueblos patristas más extremos vivían en ambientes desérticos (DeMeo, 1980). Un análisis global más sistemático y definitivo derivado de 1170 culturas confirmó posteriormente la conexión entre el desierto y el patrista, aunque demostró que no era válida la generalización para todas las tierras semiáridas e incluso desiertos hiperáridos de tamaño geográfico limitado, podía obtenerse donde comida y agua con un viaje corto. Más aún, también se encontró que las regiones pantanosas cercanas a los desiertos más grandes e hiperáridos eran de carácter patrismo, un hecho que después se explicó en las migraciones demostradas de pueblos (DeMeo, 1986, 1987). Los datos culturales utilizados para este análisis posterior se obtuvieron del Ethnographic Atlas (1967) de Murdock, que no contenía mapas y se componía casi exclusivamente de datos tabulares descriptivos sobre pueblos aborígenes que vivían en regiones nativas. Los datos de Norteamérica, Sudamérica y Oceanía reflejaban en gran medida condiciones europeas nativas previas. Los datos de Murdock se recopilaron de cientos de fuentes aproximadas confiables, publicadas entre 1840 y 1960; otros expertos corrigieron los datos y los usaron ampliamente en pruebas de teorías transculturales. Cada una de las 1170 culturas fue evaluada por separado (por computadora) de acuerdo con 15 variables diferentes que aproximaron el esquema entre el matrista y patrista antes proporcionado. (4) Las culturas que muestran un elevado porcentaje de características patristas recibieron una calificación alta, en tanto que las culturas con un bajo porcentaje de características patristas (con un elevado nivel de matrismo) recibieron una calificación baja. Se obtuvieron las latitudes y longitudes de cada cultura y se extrajo un porcentaje patrista regional de cada bloque de 5� de latitud por 5� de longitud. La figura 1, el mapa del comportamiento mundial, se origina de este procedimiento (DeMeo, 1986, capítulo 4).








Figura 1. Mapa del comportamiento mundial: Periodo aproximado entre 1840 y 1960, según la reconstrucción de datos culturales de aborígenes obtenidos de Ethnographic Atlas (1967) de Murdock, con una interpretación histórica mínima.

Los patrones del mapa de comportamiento mundial se apoyaron en mapas independientes de las 15 variables utilizadas para su construcción y de mapas de otras variables relacionadas (mutilaciones genitales, deformación craneal en lactantes, envoltura), que se presentaron en la tesis original (DeMeo, 1986, capítulo 5). El mapa de comportamiento mundial demuestra claramente que el patrismo no era omnipresente ni al azar en esta distribución mundial. Es evidente que las culturas del Viejo Mundo eran más patristas que en Oceanía o el Nuevo Mundo. Además, la zona con el patrismo más extremo en el Viejo Mundo se encuentra en una larga franja que se extiende desde áfrica del Norte, el Cercano (Medio) Oriente hasta Asia Central. Es de mayor importancia el hecho de que este mismo territorio geográfico comprende lo que en la actualidad es el ambiente desértico más intenso, extendido e hiperárido de la Tierra.

Los mapas de factores ambientales relacionados con las condiciones desérticas demuestran distribuciones muy semejantes a las del patrismo extremo en el mapa de comportamiento mundial. Por ejemplo, el mapa de la figura 2 identifica el más hiperárido de los ambientes desérticos, según lo determina la proporción de sequedad de Budyko-Lettau (Budyko, 1958; Hare, 1977). Esta proporción contrasta con la cantidad de energía de evaporación disponible en un ambiente determinado relacionado con la cantidad de precipitación. Se trata de un indicador de tensión más razonable en ambientes áridos que los usados en sistemas usuales de clasificación de climas, lo cual puede orillar a pensar erróneamente que todos los ambientes "desérticos" son parecidos por naturaleza. Los mapas que identifican otros extremos ambientales tensos, como la mayor variabilidad de precipitación, temperaturas máximas promedio mensuales más altas, regiones desprovistas de vegetación, regiones con la capacidad de carga más baja de un ecosistema, regiones de tierras desérticas y regiones inhabitadas muestran distribuciones muy semejantes de sus aspectos más intensos y extendidos en este mismo territorio patrista desértico extremo (DeMeo, 1986, capítulo 2; DeMeo, 1987). A esta amplia expansión de clima y cultura extremas correlacionadas la llamo Saharasia.


Figura 2: Proporción de sequedad de Budyko-Lettau: Comparación de la sequedad relativa de diferentes tierras áridas del mundo. Los valores reflejan la proporción entre la precipitación y la energía evaporativa; valores de 2 reciben tanto doble calor solar de evaporación como humedad de las precipitaciones, en tanto los valores de 10 reciben diez veces más.




ASPECTOS GEOGRÁFICOS DE LA ARQUEOLOGÍA E HISTORIA

Las distribuciones muy estructuradas del mapa de comportamiento mundial indican que el patrismo se desarrolló en Saharasia quizá sólo en épocas históricas antiguas, después de las cuales lo expandieron pueblos migrantes y afectó las regiones más húmedas de los alrededores. La prueba de esta hipótesis del comportamiento, las migraciones y el clima en tiempos remotos requería la creación de una base de datos nueva, compuesta de información acerca de las condiciones climáticas antiguas, migraciones de los pueblos, factores sociales anteriores referentes al trato a lactantes, niños y mujeres, y tendencias respecto al dominio masculino, despotismo, violencia sádica y guerra. Se desarrolló y conjuntó cronológicamente una nueva base de datos que contiene más de 10,000 tarjetas individuales de la ubicación y época. Cada tarjeta contenía información sobre la bibliografía arqueológica o histórica que identificaba los artefactos y condiciones ecológicas de sitios de campo o regiones específicas en épocas determinadas. Se consultaron y resumieron más de 100 fuentes autorizadas para conformar esta nueva base de datos, la cual permitió identificar y comparar las condiciones antiguas de extensas regiones geográficas en periodos semejantes. De ese modo, se identificaron las etapas y sitios de transición ecológica y cultural generalizada, así como los patrones migratorios y de asentamiento de los pueblos. Me enfoqué principalmente en Saharasia y sus fronteras euroasiáticas africanas más húmedas, aunque también se recopiló una cantidad importante de datos de Oceanía y el Nuevo Mundo (DeMeo, 1985, caps. 6 y 7 de 1986).

De los patrones observados en esta base de datos, pude confirmar que el patrismo se desarrolló primero en Saharasia, al mismo tiempo que el panorama sufrió una transición ecológica importante, de condiciones relativamente húmedas a áridas desérticas. Las evidencias de decenas de estudios arqueológicos y paleoclimáticos indican que la gran franja desértica de la Saharasia moderna, antes de los años 4000 a 3000 a.C., era una sabana con praderas semiboscosas. Fauna grande y pequeña, como elefantes, jirafas, rinocerontes y gacelas. vivían en las zonas verdes altas, en tanto que los hipopótamos, cocodrilos, peces, caracoles y moluscos prosperaban en arroyos, ríos y lagos. Hoy en día, la mayor parte de este mismo terreno de áfrica del Norte, Medio Oriente y Asia Central es hiperárido y carece de vegetación. Algunas de las cuencas ahora secas de Saharasia en cierto momento estuvieron llenas a decenas y cientos de metros de profundidad, en tanto arroyos y ríos permanentes fluían en cañones y wadis (DeMeo, 1986, capítulo 6).

¿Y qué hay de los pueblos que habitaron Saharsia durante los tiempos de abundancia más húmedos? Las evidencias también son claras en este punto: Estos primeros pueblos eran pacíficos, de carácter matrista y no usaban armas. De hecho, llegué a la conclusión de que no hay pruebas claras, contundentes o inequívocas de la existencia de un patrismo importante en la Tierra antes del año 4000 a.C.. Sin embargo, se cuenta con evidencias sólidas de antiguas condiciones sociales matristas. Estas inferencias se hacen parcialmente de la presencia de ciertos artefactos de esos tiempos remotos que incluye: el sepelio delicado y cuidadoso de los muertos, independientemente del sexo, con una riqueza en la tumba relativamente uniforme; estatuas femeninas con realismo sexual y arte naturalista y delicado en muros de piedra y alfarería que hace énfasis en mujeres, niños, música, danza, animales y cacería. Siglos después, algunos de estos pueblos matristas pacíficos tendrían un progreso tecnológico y desarrollarían grandes estados agrarios y comerciantes sin fortificaciones, principalmente en Creta, el valle del Indo y la zona asiática central rusa. La inferencia del matrismo en estas primeras épocas también se obtiene por la ausencia de evidencias arqueológicas de caos, guerra, sadismo y brutalidad, que es evidente en estratos más recientes después de que se secó Saharasia. Estas últimas evidencias arqueológicas incluyen: armas de guerra; capas de destrucción en los asentamientos; fortificaciones masivas, templos y tumbas dedicadas a los grandes gobernantes; deformación craneal de lactantes; asesinatos rituales de mujeres en las tumbas o sepulturas de hombres generalmente mayores; sacrificios rituales de niños; sepulturas masivas o no resguardadas con cuerpos mutilados lanzados de manera descuidada, y estratificación de castillos, esclavitud, jerarquía social extrema, poligamia y concubinato, según lo determina la arquitectura, objetos en tumbas y otros adornos mortuorios. Asimismo, se dan cambios en el estilo artístico y temas de los periodos secos posteriores en los que se hace hincapié en guerreros montados, caballos, carrozas, batallas y camellos. Desaparecen las escenas de mujeres, niños y vida cotidiana. El arte y estatuas femeninas naturalistas simultáneamente se convierten en abstractos, irreales e incluso salvajes y pierden sus antiguas cualidades amables, protectoras y eróticas; o desaparecen por completo y se sustituyen por estatuas de dioses masculinos o reyes dioses. En esas épocas, la calidad del arte así como los estilos arquitectónicos entran en decadencia en sitios del Viejo Mundo, y años después dan paso a temas monumentales, guerreros y fálicos (DeMeo, 1986, capítulos 6 y 7). Ciertamente, no fui el primero en observar la existencia de transiciones culturales en los registros arqueológicos e históricos o en notar los efectos poderosos de los cambios ambientales de la cultura. (5) No obstante, mi trabajo fue el primero en tener un alcance mundial simultáneo, derivado sistemáticamente y específico tanto en tiempo como en ubicación.






Arte en piedra en áfrica del Norte




Salvo algunas excepciones especiales, la primera prueba de las condiciones sociales caóticas y el patrismo en la Tierra se pueden encontrar en esas zonas de Saharasia que empezaron a secarse primero, principalmente en o muy cerca de Arabia y Asia Central. Esas excepciones especiales son sitios en Anatolia y el Medio Oriente, que contienen evidencias momentáneas que apuntan a la probable existencia de un patrista muy limitado en épocas tan antiguas como 5000 a.C.; pero además otras evidencias indican una subetapa árida previa de esas mismas regiones, en la que ocurre un cambio complementario hacia la migración y el pastoreo nómada. Como tal, parecen ser excepciones que comprueban la regla: Desertificación grave y trauma por hambre alteraron en gran medida la estructura social matrista original y estimularon el desarrollo de comportamientos e instituciones sociales patristas. El patrismo, a su vez, se agravó e intensificó debido al abandono generalizado de tierras, ajustes migratorios y competencia por los escasos recursos acuíferos.

El génesis del Patrismo en Saharasia

Después de 4000 a 3500 a.C., las transformaciones sociales radicales están patentes en las ruinas de asentamientos anteriormente matristas pacíficos en valles de ríos de Asia Central, Mesopotamia y áfrica del Norte. En cada caso, la evidencia de una mayor aridez y abandono de tierras coincide con las presiones migratorias en asentamientos con abastecimiento seguro de agua, como en los oasis o ríos exóticos. Asia Central también sufrió un cambio en los niveles de lagos y lechos de ríos que coinciden con la inestabilidad climática y aridez, lo cual estimuló el abandono de grandes comunidades agrícolas de irrigación o a orillas de lagos.

Los asentamientos en el Nilo o el Tigris y éufrates, así como en zonas altas más húmedas del Medio Oriente, Anatolia e Irán, fueron invadidos y conquistados por pueblos que abandonaron Arabia y Asia Central que continuaron secándose. A partir de entonces emergieron nuevos estados centrales déspotas. En casi todos los casos que estudié, la arquitectura de tumbas, templos y fortificaciones con evidencias de asesinatos rituales de viudas (por ejemplo, asesinato de una madre realizado por el hijo mayor), deformaciones craneales, énfasis en el caballo y camello y crecimiento militar ocurre después de dichas invasiones.  Conforme estos nuevos estados centrales déspotas adquirieron poder, expandieron sus territorios y en ocasiones conquistaron las tribus pastorales nómadas aún presentes en las estepas desecas. Algunos estados déspotas invadían periódicamente las tierras húmedas adyacentes a Saharasia para expandir sus territorios. Conquistaban pueblos regionales de las tierras húmedas o, si fracasaban, fomentaban reacciones defensivas entre ellos, lo cual se puede observar en la presencia subsecuente de fortificaciones, tecnología de armas y un nivel intermedio de patrismo en esas tierras. Otros estados déspotas de Saharasia con el tiempo desaparecieron de los libros de historia conforme se intensificaba la aridez y se secaba su subsistencia (DeMeo, 1985, capítulo 6 de 1986).

La difusión del Patrismo en las fronteras de Saharasia

El patrismo apareció en las fronteras más húmedas de Saharasia después, y sólo después, de desarrollarse primero en el centro saharasiático deseco. Conforme la aridez hizo presa de Saharasia y la respuesta patrista armada se apoderaba cada vez más de los pueblos saharasiáticos, las migraciones fuera de las regiones secas puso en mayor contacto a dichos pueblos con los pueblos pacíficos de las fronteras más húmedas de Saharasia. Hubo más migraciones fuera de Saharasia en la forma de invasiones masivas de los territorios fronterizos más fértiles. En estas fronteras, el patrismo se arraigó no debido a la desertificación o el trauma del hambre, sino al acabar y sustituir las poblaciones matristas originales con grupos patristas invasores o por la adopción obligada de nuevas instituciones sociales patrismo introducidas por pueblos conquistadores invasores. Por ejemplo, Europa fue subsecuentemente invadida en los años 4000 a.C. por los pueblos de las hachas guerreras, kurgos, escitas, sármatas, hunos, árabes, mongoles y turcos. Cada uno se dedicó a pelear, conquistar, saquear y transformar en general Europa hacia un carácter cada vez más patrista. Las instituciones sociales europeas se alejaron progresivamente del matrismo hacia el patrismo y las zonas occidentales más lejanas de Europa, principalmente Bretaña y Escandinavia, desarrollaron condiciones patrismo mucho después de una forma más ligera que los estados mediterráneos o de Europa Oriental, los cuales tenían una profunda influencia de los pueblos de Saharasia.

A través del Viejo Mundo, las condiciones matristas pacíficas de igual modo prevalecieron en las zonas más húmedas de China hasta la llegada de los primeros invasores patristas extremos de Asia Central después de 2000 a.C, los Shang y Chou. Invasiones subsecuentes por parte de los hunos, mongoles y otros reforzarían el patrismo en las tierras húmedas de China. El matrismo duró un poco más en la cultura japonesa debido a la influencia aislante del Mar de China y el estrecho coreano, hasta la llegada de los primeros grupos patristas invasores en 1000 a.C. desde la tierra firme asiática, como los yayoi. En el sur de Asia, los asentamientos pacíficos principalmente matrista y los estados comerciantes del valle del Río Indo se derrumbaron después de 1800 a.C. debido a la combinación de presiones de aridez e invasores nómadas guerreros patristas que provenían de las áridas tierras de Asia Central. A partir de entonces, el patrismo se extendió a India y se intensificó en siglos posteriores por las invasiones hunas, árabes y mongoles, que también venían de Asia Central. De igual modo, el matrismo predominó en el Sureste de Asia hasta el inicio de progresivas migraciones e invasiones patristas terrestres y marítimas de los estados patristas dignos de reyes de las regiones islámicas, chinas, indias y africanas. En el áfrica subsahariana, las evidencias indican que el patrismo apareció por primera vez con la llegada de varios pueblos que migraron al sur durante la época que se secó y fue abandonada áfrica del Norte. La influencia egipcia faraónica, cartaginesa, griega, romana, bizantina, bantú, árabe, turca y europea colonial también acrecentó el patrismo africano en años posteriores (DeMeo 1985, capítulo 6 de 1986).

Los patrones geográficos de estas migraciones, invasiones y asentamientos son de lo más sorprendente. Dos zonas patristas fundamentales aparecen en los datos después del año 4000 a.C., una en Arabia y la otra en Asia Central, las patrias respectivas de las cuales migrarían los pueblos semitas e indoarios (Figura 3). Asimismo, fueron las primeras zonas de Saharasia en empezar a disecarse, aunque a otras les ocurriría lo mismo y se convertirían en patristas unos siglos después. Otro aspecto histórico de estas irrupciones de los nómadas guerreros del desierto se observan en las figuras 4 y 5, cuyos mapas muestran los territorios ocupados en una u otra época por los árabes y turcos, respectivamente (Jordan & Rowntree 1979; Pitcher 1972). Los territorios de estos dos grupos, últimos de una serie de invasores provenientes de Arabia y Asia Central, comprenden el 100% de la Saharasia desértica, esparciéndose hacia sus fronteras más húmedas.







Figura 3:Rutas de difusión generalizadas de la cultura humana armada (complejo cultural patrista) del Viejo Mundo para el periodo que se inicia alrededor del año 4000 a.C.
                    1. Núcleo árabe        2. Núcleo asiático central




Figura 4. Zonas de influencia u ocupadas por los ejércitos árabes desde 632 d.C.
Figura 5. Zonas de influencia u ocupadas por los ejércitos turcos desde 540 d.C.
(de Pitcher, 1972)


Estos factores geográficos explican por qué el matrismo se preservó más tiempo en las regiones más alejadas de Saharasia. Las regiones de su periferia (particularmente islas) como Inglaterra, Creta, Escandinavia, el ártico asiático, Sudáfrica, sur de India, Sureste de Asia e Islas del Pacífico demuestran una relación histórica posterior con la adopción del patrismo y un debilitamiento consecuente del patrismo con instituciones sociales matristas nativas preexistentes. A partir de las diversas fuentes empleadas para construir mi base de datos y el desarrollo de la figura 3, patrones sugieren la difusión del patrismo del Viejo Mundo. Los vectores sólo son una primera aproximación, pero concuerdan con estudios anteriores sobre la migración y difusión de los pueblos. Estos patrones geográficos obtenidos de la bibliografía de arqueología e historia, se sostienen de manera independiente de un patrón espacial muy semejante de los datos antropológicos más recientes, como se mostró en la figura 1, Mapa del comportamiento mundial.

La difusión del Patrismo en Oceanía y el Nuevo Mundo

Estas observaciones respecto a las migraciones de los pueblos patristas se extienden e incluyen la difusión transoceánica del patrismo del Viejo Mundo, a través de Oceanía y quizá hasta el Nuevo Mundo. La figura 6 presenta un mapa de estas rutas sugeridas, el cual supone que no hay otra región de origen del patrismo que Saharasia. Este último mapa se derivó de los varios mapas presentados con anterioridad, incluyendo el mapa del comportamiento mundial, así como de otras fuentes expuestas en mi tesis. Sin duda, se necesitarán investigaciones adicionales a fin de confirmar o dejar en claro estas rutas sugeridas.

Es significativo que el patrismo en América se identificó en el mapa de comportamiento mundial principalmente en los pueblos que vivían a lo largo de las costas o entre pueblos cuyos antepasados desarrollaron sus primeras comunidades patristas en regiones costeras. Además, es revelador que los primeros pueblos patristas de América eran las mismas culturas de las cuales, basado en la cultura y arte material o ling�ística, se ha analizado una conexión precolombina con estados patristas que navegaron los mares desde el Viejo Mundo. (6) Aún así, quizá se desarrolló un patrismo más limitado e independiente en Oceanía y el Nuevo Mundo a través del mecanismo desierto-hambre-migración semejante al estudiado de Saharasia, que probablemente ocurrió en el desierto australiano, en la Gran Cuenca árida de Estados Unidos o en el Desierto de Atacama (DeMeo, 1986, capítulo 7).







Figura 6. Patrones sugeridos de Difusión del Patrismo alrededor del mundo. Antes de Colón y las migraciones europeas.


CONCLUSIONES

La teoría de los orígenes saharasiáticos del patrismo armado se desarrolló a partir de una revisión geográfica sistemática de datos arqueológicos, históricos y antropológicos. La representación en mapas de los diversos datos se realizó en un intento por comprender el génesis del patrismo y comprobar el poder de predicción de las suposiciones iniciales fundamentales. Lo anterior se logró a través del estudio de las dimensiones geográficas de instituciones sociales específicas que frustran los impulsos biológicos básicos de lazos entre madre e hijo y entre hombre y mujer o que indican un elevado nivel de dominio masculino, jerarquía social y agresión destructiva. De este modo, se comprueban y fortalecen las suposiciones iniciales fundamentales del estudio, principalmente la teoría económico sexual del comportamiento humano, el esquema matrista y patrista y las asociaciones causales entre la desertificación y el patrismo.

Estas observaciones sugieren firmemente que las porciones innatas del comportamiento se limitan a aspectos existenciales y de convivencia social dirigidos al placer que confieren diferentes ventajas de supervivencia y salud para el niño en crecimiento y trabajo para preservar la unidad social. éstas son los comportamientos y las instituciones sociales matristas que apoyan y protegen las funciones afectivas entre los recién nacidos y sus madres, quienes procuran al hijo durante sus varias etapas de desarrollo y estimulan y protegen los lazos de amor y excitación de placer que espontáneamente se desarrolla entre el y la joven. De estos impulsos biológicos dirigidos al placer surgen otras tendencias de cooperación social e instituciones sociales que mejoran y protegen la vida. Se ha demostrado que dichos impulsos y comportamientos a favor de los niños, las mujeres y orientados al placer y el sexo positivo existen en épocas más recientes, principalmente fuera de los límites de la franja del desierto de Saharasia. Sin embargo, alguna vez fueron formas dominantes de comportamiento y organización social en todo el planeta antes de la gran desertificación del Viejo Mundo. Debido a las nuevas evidencias que se presentan aquí, el patrismo, que incluye el maltrato infantil, subordinación femenina, represión sexual y componentes agresivos destructivos, se explica mejor y de manera más simple como una reacción emocional y cultural a las condiciones traumáticas del hambre que se dieron por primera vez cuando se secó el Saharasia después del año 4000 d.C., una respuesta que se esparció más allá del desierto a través de la difusión de pueblos traumatizados y afectados y de la modificación de sus instituciones sociales.


PIES DE PÁGINA

1. Mi investigación incluyó más de 100 fuentes para abarcar diversos trabajos sexológicos clásicos: Brandt, 1974; Bullough, 1976; Gage, 1980; Hodin, 1937; Kiefer, 1951; Levy, 1971; Lewinsohn, 1958; Mantegazza, 1935; May, 1930; Stone, 1976; Tannahill, 1980; Taylor, 1953; Van Gulik, 1961.

2. Poco después de haber terminado mi tesis, me enteré del estudio de  Riane Eisler (1987a) Chalice and the Blade, en el que identifica los tipos de organización social dominante y participativa. Su concepto es casi idéntico en cuanto a las formas de organización social patrista y matrista, según se definen aquí.

3. La estructura del argumento exige aquí una distinción crítica entre los hechos y las teorías acerca de los hechos. Todas las teorías de la ciencia del comportamiento intentan explicar una variedad de hechos clínicos y sociales observados. Algunos incluso intentan incorporar en la teoría los hechos antropológicos, es decir, el comportamiento de otras culturas. Sin embargo, casi ninguna de dichas teorías es de naturaleza mundial o geográfica. Es decir, no intentan explicar simultáneamente el comportamiento humano entre un número importante de culturas mejor estudiadas en cada región del mundo. La mayoría de las teorías conductuales, si acaso se refieren a la bibliografía antropológica, se enfocan únicamente en las culturas patristas no comprueban ser mundiales ni derivadas de un sistema. Los estudios transculturales son una gran medida hacia estos temas, aunque el método de evaluación geográfico mundial y transcultural combinado es un refinamiento adicional necesario que obligará a que todas las teorías conductuales en lo sucesivo mencionen hechos específicos acerca de la historia, migración, contacto cultural y ambiente natural.

4. Las 15 variables eran: Tabús sexuales prematrimoniales femeninos, segregación de adolescentes varones, mutilaciones de genitales masculinos, precio por la novia, organización familiar, residencia matrimonial, tabú sexual posparto, grupos más cercanos afines, descendencia, herencia de tierras, herencia de propiedades móviles, dios supremo, estratificación de clases y esclavitud.

5. Mi estudio fue posible sólo gracias a buenos trabajos anteriores de otros expertos. Además del trabajo de Reich, mis ideas sobre las transformaciones ambientales y culturales las obtuve en gran medida de trabajos anteriores de Bell (1971), Gimbutas (1965), Huntington (1907, 1911), Stone (1976) y Velikovsky (1950, 1984), aunque me responsabilizo totalmente de las conclusiones y mapas que se presentan aquí.

6. Este resultado pone en tela de juicio la afirmación de que todos los pueblos precolombinos del Nuevo Mundo migraron por el Estrecho de Bering 10,000 años a.C. durante la época glacial. De haberse transmitido el patrismo al Nuevo Mundo en esta época, se habría distribuido homogéneamente. La cantidad y calidad de los datos que sustentan la idea de los contactos precolombinos ha aumentado en gran medida en años recientes. Consulte en el capítulo 7 de DeMeo, 1986 un resumen de dichas evidencias.


POSTSCRIPT NOTE: See James DeMeo's new article "Update on Saharasia" for a discussion on newer archaeological evidence from the pre-historical period. A few sites have been discovered with evidence of social violence prior to my c.4000 BCE marker date, but these all occurred within early arid sub-phases within Saharasia, or were consequent to the out-migrations of peoples from those early arid regions, thereby being "exceptions which prove the rule" of a desert-famine-starvation effect upon early human behavior. This new article is contained as an Appendix in the second revised edition of the Saharasia book which is now being sold in bookstores, but also it is available as a free download PDF at the main Saharasia Website.



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