24.12.10

ORIGENES EGIPCIOS en la cultura occidental - antiguo testamento - moises



Sargón y Moisés, una infancia muy parecida

La Biblia es un compendio de distintos libros que bebe de tradiciones, mitos y leyendas antiguas, como la que relaciona a Moisés con Sargón, primer rey de la dinastía de Acad, (situada al Sur de Irak entre los ríos Tigris y Eúfrates) cuya vida estuvo envuelta desde su nacimiento en un halo de leyenda. En un antiguo texto podemos leer cómo fue su infancia, muy parecida a la de Moisés.

"Mi madre era una sacerdotisa. A mi padre no lo conocí. Los hermanos de mi padre acampaban en la montaña. Mi ciudad es Azupi Ranu, que está situada a las orillas del Eúfrates. Mi madre, la gran sacerdotisa, me concibió y me trajo al mundo en secreto. Me depositó en una cesta de juncos, cuyas rendijas tapó con betún . Me arrojó al río sin que yo pudiese salir de la cesta. El río me arrastró, me llevó hasta la casa de Aqqi, el aguador. Aqqi, el aguador, sumergiendo su cubo me sacó del agua. Aqqi, el aguador, me adoptó como un hijo y me crió. Aqqi, el aguador, me enseñó sus oficio de jardinero. Cuando era jardinero la Diosa Istar se enamoró de mí, y así fue cómo ejercí la realeza durante sesenta años".

Evidentemente, existe un paralelismo con la infancia de Moisés, que encontramos en el capítulo 2 del Éxodo:

2:1 Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, 2:2 la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. Hechos 7. 20Hebreos 11. 23 2:3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. 2:4 Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería. 2:5 Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. 2:6 Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste. 2:7 Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? 2:8 Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, 2:9 a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió. 2:10 Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, Hechos 7. 21 y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.

De origen humilde, Sargón llegará a convertirse en rey (circa 2300 a.C.), fundando su capital -Acad- en un emplazamiento que todavía es un misterio, y extenderá sus fronteras hasta tierras entonces desconocidas "¡Ahora, todo Rey que quiera llamarse mi igual, que lleve sus pasos hasta donde yo he llevado los míos!". Tras el desplome del Imperio Acadio (sobre 2193 a.C.), se iniciará un periodo de anarquía, que sin embargo no borrará las aportaciones acadias a la cultura, como su lengua, estilo de las estelas, rutas comerciales, realismo de los sellos, relaciones contractuales... que influirán de manera determinante sobre los futuros reyes de UR

Sargón vs Moisés: parte de una leyenda, 
tomada de otra anterior

Al igual que sucede con la historia de Noe, el “Padre Nuestro”, o el Salmo 104, la historia de Moisés contiene algunas partes que fueron posiblemente transmitidas de generación en generación por vía oral y que, al llegar al siglo VII (cuando fueron puestas por escrito), después de siglos de conquistas, cambios sociopolíticos y de evolución del idioma y la escritura semítica (del acadio- primera lengua semítica conocida- al paleohebreo y del paleohebreo al hebreo usado en el Tanaj), tomaron la forma que actualmente conocemos.


El relato del nacimiento de Moisés, escrito por la fuente Yahvista a partir del siglo VII a.e.c. usó una historia familiar e importante para quienes la conocían, la de Sargón de Akkad (2270 al 2220 a.e.c.)

El imperio fundado por Sargón I (acadio) se extendía desde el actual Golfo Pérsico hasta el Mediterráneo. Centrándonos en los pueblos de este último, en la ciudad de Ebla (Siria) fue donde se estableció la escritura acadia y donde se originó la primera lengua semítica (en cuneiforme), a la que se le dio el nombre de “eblaita”. (3000 al 2000 a.e.c.)
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 cur_sarEntre las tablillas que se encontraron allí, más de 17.000, figura el relato del que hablaremos en este artículo. Una historia datada en el 2250 a.e.c. que sin duda fue difundida a lo largo de todo el imperio durante siglos hasta llegar a los oídos del pueblo nómada al que posteriormente se le conocería como hebreo. Una tablilla neoasiria (siglo VII a.e.c) con texto escrito en cuneiforme ya contenía esta narración. La tablilla en cuestión es la que podemos observar en la imagen de la izquierda (Tablilla con el “curriculum” de Sargón I)

Si bien Raglan ya incluía en su escala este tipo de suceso, en donde el nacimiento de un futuro rey se producía en condiciones extrañas, muy común en todo tipo de relatos de carácter mitológico, este, el eblaita, fue el primero. (el relato de Exodo se escribió mas de 1500 años después)
Según la tradición abrahámica Moisés debió habitar en el siglo XV a.e.c. Esto, sinceramente, plantea varias contradicciones con lo que hoy día sabemos de esa época.

En el siglo XV aun no se escribía en hebreo sino en paleo-hebreo. Muchas de las expresiones que existen en Éxodo proceden sin embargo del hebreo y muchos de los textos, escritos por varias fuentes (J, E, D y S) y no solo por una (la que las religiones intentan vender), también contienen anacronismos, estilos y un léxico distintos. Ya no solo es que el Éxodo esté escrito por varias fuentes y por un redactor que las unió ( R ), sino que estas fuentes ni si quiera proceden de la época de la que hablan.

Los hebreos del siglo VII a.e.c. simplemente otorgaron a un personaje ficticio, Moisés, todas las cualidades necesarias que siglos antes había predeterminado la cultura de la que procedieron: la mesopotámica. A esto se le sumó otro imperio que, en siglos anteriores (en los que supuestamente vivió Moisés) además conquistó las tierras en las que ellos habitaban convirtiéndose así en los antiguos enemigos que posteriormente reflejaron los textos bíblicos.
El origen de las historias sobre Egipto halladas en la biblia se deben a que en ese siglo los Egipcios, que lucharon contra los Hicsos, terminaron conquistando las tierras donde estos habitaban:
En 1650 a. C. el norte de Egipto fue conquistado por tribus de un pueblo llamado Hicso por los egipcios, al parecer una mezcla de semitas y de hurritas. Los hicsos fueron expulsados por Amosis I (1550 – 1525 a. s. C.), el primer faraón de la décimo octava dinastía con la que comienza el Imperio Nuevo. Amosis destruyó la capital de los hicsos en Avaris y sus sucesores conquistaron la ciudad de Saruhen (cerca de Gaza), y destruyeron confederaciones canaanitas en Megido, Hazor y Qadesh. Tutmosis III (1504 a. s. C. al 1450 a. s. C.) estableció el imperio de Egipto sobre el occidente del Cercano Oriente, derrotando a la confederación cananea en Megido y tomando la ciudad de Joppa, trasladando la frontera desde el Sinaí a la curva de Éufrates, logrando la máxima extensión territorial en la zona. (No son pocos los eruditos que lo mencionan como el emperador del Exodo) El dominio egipcio se mantuvo en la región de Canaán (zona en la cuál debían emerger Israel y Judá) hasta el reinado de Ramsés VI, quien reinó circa 1150 a. s. C.
Y no, a pesar de que Egipto solía dejar constancia escrita de todas sus batallas, sobre todo las ganadas (¿os suena este argumento?) no  existe ningún texto egipcio del siglo XV que confirme que este esclavizara a un pueblo nómada tal y como lo define la biblia.

Los únicos textos egipcios que hacen mención a un pueblo nómada, los habiru (apiru), y que se pueden encontrar tanto en textos mesopotámicas como en egipcios, coinciden en describir a estos nómadas que habitaban en las regiones cananeas como agricultores de temporada, mineros y personas vendidas a si mismas como esclavas, como también bandidos, mercenarios y gente fuera de la ley. Existen también documentos sumerios escritos en el siglo XXII a.e.c. que ya hacen una descripción de estos (Decretos de Shulgi):
“gente desharrapada, que viaja entre un silencio mortal, que destruye todo, cuyos hombres van donde quieren — establecen sus tiendas y campamentos — pasan su tiempo en el campo sin observar los decretos de mi rey”
El General Toth del faraón Thutmose III (alrededor de 1440 a.e.c.) ya deja constancia de que había que tener cuidado con ellos por ladrones. Es el hijo de Thutmose III, Amenhotep II quien en 1420 conquista únicamente a 3600 apiru. Este conquista incluso a más hórreos (hurritas) y beduinos que hebreos. En las Cartas de Amarna (siglo XIV a.e.c.) la descripción que se hace de estos es la misma que da pie a pensar que estos nómadas eran mercenarios y bandidos. Para rematar con la historia narrada en Éxodo, el único del que se sabe llevó esclavos apiru a Egipto es Sethy, pero este lo hace en 1300 a.e.c. y lo hace en respuesta a un ataque de “los apiru del Monte Yarmuta“.
Como ya se menciona arriba, desde el siglo XV hasta el año 1150 a.e.c, el imperio que gobierna todo el territorio que, según se narra en el Hexateuco, Moisés y Josué estaban conquistando, es Egipto (en verde). Y el único imperio que, en esa época, podía oponer resistencia (y lo hacia) era el Hitita.(en rojo)
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Esto fue así hasta el siglo XII a.e.c, por lo que ni hubo un Éxodo, ni hubo un viaje de un pueblo hebreo partiendo desde Egipto y conquistando todos los territorios hasta Jericó.

Todos los relatos del Pentateuco (y posteriores) escritos en tiempos de Josías, siglo VII ,solo tenían como propósito el unificar a un pueblo y centralizar toda su administración mediante la formula clásica de crear una religión y una deidad monoteísta (que diera a este la autoridad pertinente y necesaria). Para ello, los sacerdotes y escribas, tomaron todas las leyendas que estos pueblos tenían (Yahvistas y Elohistas) y las unieron en un único libro, el Tanaj (Antiguo Testamento). El texto que veremos a continuación, el del nacimiento de Moisés, solo es una pequeña muestra de ello. De como estos escribas, basándose en arquetipos anteriores, crearon personajes que dieran a este pueblo el linaje que deseaban.

Los textos
Nota: Aunque no era necesario, para mostrar mejor esto he separado por párrafos las distintas partes de ambos relatos y he colocado, en azul, un titulo para definirlas.
Nacimiento de Sargón (Cfr. tb. I. Generalidades h. 2250 a.e.c)
1º.-Su madre y su nacimiento en secreto
Mi madre era una gran sacerdotisa. A mi padre no lo conocí. Los hermanos de mi padre acampaban en la montaña. Mi ciudad es Azupi Ranu, que está situada a las orillas del  Eúfrates. Mi madre, la gran sacerdotisa, me concibió y me trajo al mundo en  secreto.
  
2º.-Su madre lo deja en una cesta en el rio
Me depositó en una cesta de juncos, cuyas rendijas tapó con betún. Me  arrojó al río sin que yo  pudiese salir de la cesta.

3º.-Alguien lo encuentra y lo cría
El río me arrastró, me llevó hasta  la casa de Aqqi, el aguador. Aqqi, el aguador, sumergiendo su cubo me sacó del agua. Aqqi, el aguador, me adoptó como hijo y me crió. Aqqi, el aguador, me enseñó su oficio de  jardinero.

4º.-Cuando ya es mayor adquiere rango de realeza
Cuando era jardinero la diosa Istar se  enamoró de mí, y así fue como ejercí la realeza durante setenta años.
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Nacimiento de Moisés (Éxodo 2:1-10, siglo VII a.e.c)

1º.-Su madre y su nacimiento en secreto
Un varón de la familia de Leví fué, y tomó por mujer una hija de Leví: La cual concibió, y parió un hijo: y viéndolo que era hermoso, túvole escondido tres meses.

2º.-Su madre lo deja en una cesta en el rio
Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos, y calafateóla con pez y betún, y colocó en ella al niño, y púsolo en un carrizal á la orilla del río: Y paróse una hermana suya á lo lejos, para ver lo que le acontecería.

3º.-Alguien lo encuentra y lo cría
Y la hija de Faraón descendió á lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vió ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya á que la tomase. Y como la abrió, vió al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los Hebreos es éste. Entonces su hermana dijo á la hija de Faraón: ¿Iré á llamarte un ama de las Hebreas, para que te críe este niño? Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fué la doncella, y llamó á la madre del niño; A la cual dijo la hija de Faraón: Lleva este niño, y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño, y criólo. 


4º.-Cuando ya es mayor adquiere rango de realeza
Y como creció el niño, ella lo trajo á la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y púsole por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.

Más información:
-Una lista de textos acadios: http://www.quned.es/mvg/archivos_publicos/qdocente_planes/1748/textos_poa_(ii).pdf
-¿Quienes fueron los habiru o apiru? – Jordi Carreño Crispín
El origen de los hebreos (Egiptomanía)




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Serket o Selkis, la diosa escorpion con la cabeza de mujer.


Tabithet, se la identificaba con la diosa Isis,
aparece en los tratados de medicina, por saber
neutralizar los venenos, y está representada como
un escid Moses Exist? The Myth of the Israelite Lawgiver, which is coming along nicely, although it is much longer than I expected to do - what else is new? That happens with every project I set out on, because I try to be so thorough and incorporate as much of the research on a subject as I can humanly gather. In this popular subject, one can imagine there is a ton of material to sift through, in a variety of languages, dating back to remote ages. Most of my primary-source research for this project is in Greek, Hebrew and Latin, but there is also some relevant Ugaritic and other Semitic languages, as well as Egyptian, et al.

Although many scholars of the past century to today are clear on the mythical nature of the Exodus tale and the probable (to them) non-historicity of the Moses character, there are a number of historical or quasi-historical individuals and events that have gathered attention as the possible "real Moses" and "real Exodus." These events and individuals include, of course, the Egyptian pharaoh Akhenaten, the Hyksos and Ahmose I, Osarseph and the lepers, etc. Thus, I spend much of the first part of the book addressing these issues, while the rest of my work provides the comparative religion and mythology. 

For example, there is a lengthy section concerning the profound correspondences between the tales of Moses and the Greek god Dionysus. I have created one of my (in)famous lists featuring Dionysus's attributes in relation to the Moses myth, annotating each attribute with a primary source from antiquity, including the original Greek or other language as well. These parallels have been known for centuries by many among the elite; it is therefore disturbing that they are unknown and even hidden from the masses. Why aren't these similarities between Moses and the mythical figure of Dionysus being taught from the pulpit? Because the bibliolaters have a strict hold over the minds of the masses, unfortunately. Otherwise, these same masses could investigate this material with as much fascination as I do.orpión o una mujer que lleva en la cabeza un escorpión.

En el Oxford Ashmolean Museum, se encuentra un fragmento de una maza de ceremonias con la primera representación  de un faraón (3025 a.j.c; lleva una azada en la mano, y es el "Rey Escorpión", indicado por el escorpion que està representado delante de su cara.


Sobre el libro que ya tiene unos años, LA HERENCIA DEL ANTIGUO EGIPTO, escrito por Christiane Desroches Noblecourt, y que como casi todo lo que propone nuevas tesis ha sido duramente criticado. Yo me voy a limitar a trascribir fragmentos de un artículo aparecido en Le Figaro (http://www.lefigaro.fr/culture/20050108.FIG0105.html), traducido por Montse Borrás, y completarlo con algunas fotos.

Egiptóloga de gran prestigio internacional, Noblecourt ha estado vinculada durante más de medio siglo al Museo del Louvre como conservadora de antigüedades egipcias y como profesora de epigrafía. Su curriculum es apabullante, repleto de publicaciones y galardones académicos y civiles, y su trayectoria profesional ha sido impulsada, en buena medida, por un constante empeño didáctico y divulgativo.

“Contrariamente a lo repetimos, no vivimos en una cultura judeo-cristiana, sino egipto-cristiana. Los Judíos y la Biblia, no han contribuido en nada a la edificación del cristianismo. Todo lo que nos han legado provenía de los egipcios”.



"Mientras que todos los pueblos de la antigüedad seguían un calendario lunar, solo los egipcios seguían un calendario solar de 12 meses de 30 días, a los cuales se añaden cuatro días “epagomenos” hacia mitad de julio y un día entero cada 4 años.” Julio Cesar tuvo la inteligencia de adoptarlo. Después la Iglesia lo conserva modificando la fecha de inicio del año, hasta aquel momento fijada el 18 de julio, día de la llegada de la crecida del Nilo.

Pero es en el dominio espiritual que los enigmas y acercamientos son más numerosos y más sorprendentes. En primer lugar, sobre la historia de José que relata abundantemente el Génesis tiene una teoría bien argumentada: “Cómo un faraón egipcio habría tenido necesidad de un joven extranjero para explicarle el sueño de siete vacas gordas y siete vacas flacas, si el último de los fellahs conocía el ritmo de buenas crecidas y malas crecidas. Hay que creer pues que el faraón en cuestión era un hicso, es decir, un semita que no conocía ni el clima, ni el país y que hizo entrar a los hebreos en gran número en el suelo egipcio.”

Otro gran interrogante: “Porque María, José y el Niño Jesús fueron precisamente a Egipto, siendo que, estando en Nazareth, se hallaban a dos pasos de la actual Siria? Y la Biblia no nos dice casi nada de los años de estudio y aprendizaje que Jesús debió conocer en este país que reinaba por aquel entonces sobre todos los otros por sus conocimientos científicos y espirituales.”

En cuanto a las semejanzas iconográficas y dogmáticas son tan numerosas que la egiptóloga dice: “el fondo cristiano existía en Egipto” y de ello da múltiples pruebas. Menciona especialmente una encantadora nilótica, a menudo encontrada en el contexto funerario, donde se ve un hombre o una pareja pescando dos pequeños peces en una misma línea (caña?), siempre los mismos, el tilapia y el lates. No evocan la vida bucólica como se podría imaginar si no que significan el alma del ayer y el alma del mañana, la de la vida terrestre y la del más allá. Luego se conoce bien el simbolismo del pez en los primeros cristianos y la Sra. Desroches-Noblecourt añade “ estos peces siempre retenidos por la misma línea, constituyen el segundo signo del gran zodiaco… de Cristo en Majestad dominando el nartex de la basílica de Vezelay”.


De la misma manera que San Jorge, abatiendo el Maligno, martirizado cerca de la actual Tel Aviv, encuentra su arquetipo en un Horus arponeador del hipopótamo, símbolo del mal, San Cristóbal, patrón de los viajeros, tiene por prototipo a Anubis, el conductor de las almas preparadas para el Gran Viaje. Y los ejemplos abundan, por ejemplo” la obertura de la boca y de los ojos practicada a un nuevo papa en su entronización, de la misma manera que los egipcios lo hacían con un difunto antes de su inhumación”.



















artículo aparecido en Le Figaro (http://www.lefigaro.fr/culture/20050108.FIG0105.html),

Sabiendo que no hay que tomarse al pie de la letra la abundancia del panteón egipcio, Christiane Desroches-Noblecourt está convencida que la divinidad suprema –la que la reina Hatshepsut había presentido antes que Akhenaton- era una sola fuerza divina, la de la conjunción del dios sol, Amon-RE, y la diosa madre Isis, actores fecundantes de la tierra de Egipto. “La teogamia, la unión de un dios y una mortal que evoca Hatshepsut en su templo de Deir-el-Bahari y otros faraones para justificar su esencia divina, no es más que la anunciación y María la hija espiritual de la gran Isis cuyo culto ha funcionado hasta en la Galia durante siglos.”.

La más extraordinaria de las semejanzas es la que propone entre la decoración interior de un sarcófago conservado en el Louvre y el nartex de la basílica de la Magdalena en Vezelay. En el sarcófago, según explica, la diosa Nut, aparece rodeada por un zodiaco que empieza abajo, a la izquierda, por los dos últimos signos de la estación “primavera-invierno” egipcia, el Acuario y Piscis, sube hasta la cabeza de la diosa donde están pintados los días epagomenos, es decir la llegada de la crecida, en julio, y desciende sobre el flanco derecho hasta el último signo, el Capricornio. Contrariamente al occidente cristiano que comienza siempre por Aries y acaba por Piscis.

“Así en Vezelay, el gran zodiaco de piedra reproduce exactamente el del sarcófago del Louvre. Encima de la cabeza de Cristo, tres medallones reproducen tres extraños personajes enrollados sobre ellos mismos: un perro, un hombre con mallas y una sirena. El perro es la estrella Sotis que anuncia la crecida siempre llamada la “perrita”, el hombre no es otro que Osiris, símbolo del renacimiento, y la sirena, la mujer pescado, anuncia la llegada de la crecida…






En fin, que la buena señora, a sus noventaitantos años, ¿tendrá razón  mas de su libro:

LA HERENCIA DEL ANTIGUO EGIPTO – Christiane Desroches Noblecourt



No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras. Juan Luis Vives.

Los lectores –y especialmente los que apenas recordamos ya nuestra adolescencia- solemos valorar, sopesar y, llegado el caso, apreciar la mayoría de los ensayos que se publican por su texto, es decir, por la capacidad del autor para transmitir e interrelacionar ideas, conocimientos y experiencias mediante el uso de la palabra. Pertenecemos a esa especie en extinción que sigue anclada en la cultura del libro, cuestionando el valor de una imagen cuando se enfrenta a la belleza no ya de mil palabras, sino de muchas menos bien escogidas y mejor imbricadas. Pero pese a la devoción que profesamos hacia el negro sobre blanco, en ocasiones hemos de rendir nuestra virtud ante la seductora atracción que ejerce, como los cantos de Parténope en los oídos de Ulises, un puñado de imágenes inéditas de gran interés, como las que contienen las páginas de La herencia del antiguo Egipto.

La reciente publicación de Chritiane Desroches Noblecourt es una obra profusamente ilustrada y de gran impacto visual.Cierto es que, en lo que a Egipto se refiere, sobreabundan en el mercado editorial los libros de fotografías, con pirámides y sarcófagos hasta el hartazgo.Pero la obra de Noblecourt escapa en gran medida a los estereotipos comerciales que pueblan las librerías, tanto por el origen como por la temática de las más de 300 ilustraciones que contiene. El grueso procede del archivo privado de la reputada egiptóloga, y su conjunto, en lugar de constituir un reportaje más, entre los muchísimos existentes, sobre la arquitectura monumental egipcia, conforma un excelente e inédito mosaico para aproximar al lector, de un modo tan intuitivo como atractivo, a la realidad cotidiana de la extinta cultura del valle del Nilo, a sus costumbres, sus creencias o su desarrollo científico y, al mismo tiempo, a lo que la autora interpreta como el origen de la civilización occidental.


Egiptóloga de gran prestigio internacional, Noblecourt ha estado vinculada durante más de medio siglo al Museo del Louvre como conservadora de antigüedades egipcias y como profesora de epigrafía. Su curriculum es apabullante, repleto de publicaciones ygalardones académicos y civiles, y su trayectoria profesional ha sido impulsada, en buena medida, por un constante empeño didáctico y divulgativo. La herencia del Antiguo Egipto deja traslucir límpidamente ese interés pedagógico de la autora; con tales miras y mediante el uso de un estilo sencillo y directo, las páginas del libro se despliegan como las varillas de un abanico, descubriendo al lector occidental lo mucho que su propia cultura debe al Egipto faraónico: el calendario, la clepsidra, la medicina, la farmacopea, la columna, la poliorcética, la etimología de muchos y variados vocablos como ébano, goma, oasis, química, nenúfar, saco o adobe, los ancestros de las fábulas de Esopo e incluso el juego de la oca o el de la rayuela.


Pero donde el libro ofrece su mayor originalidad y, al mismo tiempo, muestra su talón de aquiles, es en la formulación de hipótesis sobre las conexiones que parecen intuirse entre el simbolismo mágico-religioso del Egipto antiguo, por un lado, y el judaísmo, y las religiones occidentales, por otro. Noblecourt desgrana, al respecto, los paralelismos que observa, por ejemplo, entre la mitología egipcia y los relatos bíblicos de Adán y Eva o la plaga de langostas del Éxodo; las ósmosis culturales que pueden deducirse de la lectura de los textos bíblicos de Abraham, José, Moisés o la de los libros sapienciales; las reminiscencias egipcias en los mitos cristianos de San Jorge o San Cristóbal, en la simbología cristiana (como en el Ichtus del cristianismo primitivo o en las representaciones trinitarias) o incluso en el mensaje evangélico. Un conjunto de hipótesis, a fin de cuentas, tan sugerentes y atractivas… como endebles o escasamente argumentadas.

Porque, en realidad, La herencia del antiguo Egipto es… poco más que un libro ilustrado, muy bien ilustrado, eso sí, con buen papel, letra grande y formato inferior a lo que hubiera sido deseable. El texto, sin embargo, más que breve, es testimonial; su lectura apenas ocupa un par de tardes a un lector avezado. Ciertamente, la obra responde al interés declarado de la propia autora, cuyo propósito, afirma, es animar a los lectores, sin extenderme en explicaciones eruditas ni fatigarles con palabras altisonantes, a descubrir los fundamentos sobre los que se construyó nuestra civilización occidental”. Y en efecto, no se extiende y no fatiga.

Christiane Desroches Noblecourt señala en La herencia del antiguo Egipto que el león es la "encarnación del jefe indiscutible", de manera que está presente en la cultura egipcia, desde el cuerpo de la esfinge hasta motivo de decoración funeraria como símbolo de proteción del faraón (costumbre que se prolongó entre los romanos y en los soberanos medievales europeos).

Y ahora CRITICAS NEGATIVASLos análisis son pobres y superficiales, con interpretaciones aparentemente forzadas sobre las que no se ofrecen mayores explicaciones; las hipótesis parecen, en ocasiones, producto de elucubraciones indemostrables; los relatos bíblicos –muy abundantes en el último tercio de la obra- se ofrecen casi desnudos, sin apenas exégesis ni critica textual que los desbroce… Tanto empeño parece poner Noblecourt en huir de la erudición y de la altisonancia, que el objetivo de su obra (…descubrir los fundamentos sobre los que se construyó nuestra civilización occidental) parece desmoronarse, como si de un antiquísimo manuscrito se tratara, entre las manos del lector que recorre sus páginas.

Una obra, en fin, destinada al divino placer de mirar, mucho más que al humano vicio de leer.

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comentarrios al margen:

Cuando supuestamente Jesus el cristo nació no existía Nazaret.

Nunca mandó adorar los árboles como el abeto, ((Deuteremonio 12:2; 16:21; I Reyes 14:23; 16:4; 17:10; 2 Crónicas 28:4; Isaías 57:5; Jeremías 2:20; 3:6,13; Ezequiel 6:13; 20:28).

El árbol es "satánico" o sea involucionista y representa ritual.

Toda esta simbología satánica del árbol y rojo y verde aparece en Eyes Wide Shut.

El abeto es la pirámide egipcia illuminati, es un ritual que se celebraba en Egipto.

Los primeros cristianos no celebraban la navidad. No se celebró en los tres primeros siglos.

Christmas, viene de “Misa de Cristo”, ritual satánico illuminati , el 24 celebran asesinatos rituales,





El 25 nació el Dios Sol Mitra babilónico y otros muchos dioses paganos como Osiris, Horus, Hércules, Baco, Adonis, Júpiter, Tammuz…

La existencia de Jesuseldelcristo es discutible.

Los adornos de las bolas son de origen egipcio, representa al dios solar.

Josefo dice que nació en otoño y hubo varios cristos y maestros esotéricos luego distorsionados por los illuminati para lavar el cerebro a los borregos.

No es el fin del año, los jesuitas satánicos desincronizaron el calendario con la Naturaleza para tenerte siempre en desorden natural “Diciebre” debería ser el mes “Diez”, pero es el doce.

El año empieza con la primavera.

Los párrafos de Ibn ASad en su imprescindible La última danza de Kali no tiene desperdicio:

“En una celebración tradicional cualquiera, existen dos actitudes frente a la comida. Una sería “no comer” (es decir, ayunar; como por ejemplo el ramadán musulmán); y otra sería comer un alimento especial y sacralizado, que generalmente es identificado por analogía al cuerpo de un “dios” o “héroe”.

Fueras de esas actitudes, jamás se encontrará una fiesta ritual que consista en devorar inconscientemente comida putrefacta, carroña animal hormonada y alimentos industrializados edulcorados con químicos. Este tipo de banquete se reserva para lo que ha devenido ser la Navidad: la inversión misma de una celebración ritual, la parodia moderna de una fiesta tradicional, el más
multitudinario ejercicio de “magia negra” en nombre de una festividad global.

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los diez mandamientos están sacados de las 42 confesiones negativas egipcias, que se supone que el faraón lee ante el juzgado formado por Osiris juez, Horus su ‘abogado defensor’ que adoptará sus pecados en su propia carne, y las 42 fuerzas naturales.

La forma original es “no he robado” (en esta vida que le acaba de pasar), “no he matado” etc, son todas a toro pasado.

Además, el código moral egipcio no sólo incluía ser tolerante, dar de comer a quien tiene hambre etc., sino DAR UNA BARCA A QUIEN NO TENGA MEDIOS PARA CRUZAR EL NILO, jaja.

El evangelio que citas, el de Juan, tiene un sabor exageradamente egipcio, por cierto. Y cuando dice “y la palabra se hizo carne”, palabra = LOGOS, término platónico para designar a Dios Hijo = Espíritu del Sol, tb lo utilizaba Filón.

Otra cosa: eso que decíais varios ayer, la importancia del “cristo resucitado”, pues bueno: la cruz original es el ANKH, que es símbolo de vida eterna. “Pablo” (otro personaje comprobablemente inventado) hablaba todo el rato de eso y no de la crucifixión romana.

En el siglo 1 hay cero pruebas de que se crucificara a nadie en todo el imperio romano. Cero. El significado ese de la cruz no aparece hasta el s. IV, y en el s. V las primeras monedas con la cruz romana.

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FitzRoy Richard Somerset, 4th Baron Raglan(1885–1964), entre otras muchas cosas noble y estudioso de mitologia, se tomo la molestia, de sistematizar los mitos y las figuras que alli aparecen, dando a entender que todas tienen muchos puntos en comun.

Estas clasificaciones se miden por puntos, segun cumplan las caracteristicas indicadas o no.

En la clasificacion de “Héroe”, puede ser un buen ejemplo:

Raglan identifico 22 Veintidós rasgos arquetípicos de semi-dioses, heroes y demas “protas” de los mitos:

1.La madre del héroe es una virgen real,

2. su padre es un Rey

3. a menudo un pariente cercano de la madre, pero

4. las circunstancias de su concepción son inusuales.

5. Él héroe también tiene la reputación de ser el hijo de un dios.

6. En el momento su nacimiento se hace un intento, por lo general de su padre o su abuelo materno, para matarlo, pero

7. él tiene que escapar, y

8. es criados por padres adoptivos en un país lejano.

9. No se nos dice nada de su infancia, pero

10. al llegar a la madurez el regresa, o va a su futuro reino.

11. Después de una victoria sobre el rey o gigante o dragón o bestia salvaje

12. contrae matrimonio con una princesa, que con frecuencia es la hija de su predecesor y

13. se convierte en Rey.

14. Durante un tiempo él reina tranquilamente.

15. Prescribe leyes.

16. Más tarde pierde el favor de los dioses y/o de su pueblo y

17. es expulsado del trono de la ciudad. Después de lo cual

18. él se encuentra con una misteriosa muerte,

19. a menudo en la cima de una colina.

20. Sus hijos, si los hubiere, no logran sucederle.

21. Su cuerpo no es enterrado, pero

22. tiene uno o más santos sepulcros.


Hacemos una prueba, ?os parece? Voy a presentar una lista de personajes mitologicos, literarios y de ficcion:


Edipo ………….22 – Mitología griega (Máximo conocido)

Moisés …………20 – Mitología judía, cristiana e islámica

Teseo ………….20 – Mitología griega

Dionisio ……….19 – Mitología griega y romana (Baco)

Jesús de Nazaret ..19 – Mitología cristiana e islámica (Isa)

Rey Arturo ……..19 – Literatura inglesa y francesa

Anakin Skywalker ..18 – Darth Vader en Star Wars

Perseo …………18 – Mitología griega

Romulo …………18 – Mitología romana

Hércules ……….17 – Mitología romana y griega (Heracles)

Llew Llaw Gyffes ..17 – Mitología galesa

Belerofonte …….16 – Mitología griega

Gilgamesh ………15 – Mitología sumeria

Jasón ………….15 – Mitología griega

Zeus …………..15 – Mitología griega y romana (Júpiter)

Mwindo …………14 – Mitología africana

Pélope …………13 – Mitología griega

Robin Hood ……..13 – Leyenda inglesa

James T. Kirk …..13 – Capitán de la nave estelar Enterprise

Apolo ………….11 – Mitología griega, romana y etrusca

Sigurd …………11 – Mitología germánica


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En algunas tumbas de los funcionarios de Ajenatón, particularmente en el de Ay, se encontraron fragmentos del Himno a Atón, en el que el propio faraón expresó los conceptos de la nueva religión. Llama la atención por su parecido con el salmo 104 de la Biblia. Dice así:

Eres tú quien desarrolla el embrión en la hembra,

tú quien crea la simiente en el varón,

tú quien da vida al hijo en el seno de la madre,

tú quien le mandas el consuelo que apacigua sus lágrimas,

tú, la nodriza de quien aún esté en el vientre materno,

tú el que no deja de dar aliento a la vida de cada criatura.

Cuando salen del seno materno para respirar, el día de su nacimiento,

tú abres al instante su boca y les das lo necesario.



(traducción de G. Fatás)



Símbolos paganos en el cristianismo

El uso de Símbolos Paganos por Papa y Obispos

El jefe de la "Iglesia Católica", el llamado "Papa", lleva como símbolo de su primacía, una Mitra con forma de pez con la boca abierta.

La explicación oficial que se nos da es que la Mitra simboliza al cristiano, que es pescado por Cristo. Recordemos que en griego, las iniciales de "Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Salvador" forman la palabra 'Pez"... Sin embargo, el origen de la Mitra es en mucho anterior al cristianismo.

En ningún lado de la Palabra de Dios nos habla del uso de la Mitra por los apóstoles, obispos o ancianos, ni tampoco establece una primacía entre ellos, pues la única cabeza es Cristo. "Y El es la cabeza del cuerpo que es la iglesia; El que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado" (Colosenses 1.18).

Entonces, ¿de donde viene la utilización de la Mitra?

Tenemos que volver la vista de nuevo a las religiones paganas; es en Babilonia donde el sumo sacerdote del culto a Semíramis, llevaba una Mitra como símbolo del "dios Dagon", el dios pez.

Cuando el ejército macedonio - persa ocupó Babilonia, se produjo la huida del sumo sacerdote y algunos adeptos a la ciudad de Pérgamo y de allí a Italia, estableciéndose como religión Etrusca.

Es allí, ya en tiempos de la influencia romana, cuando el culto paso al Imperio y fue Julio Cesar, tras ser iniciado en los misterius babilónicos, el que unifica el poder religioso y político en una misma persona, pasando a ser el propio Cesar la reencarnación de un dios.

Desde entonces los emperadores romanos llevaban la Mitra como símbolo del sumo sacerdocio de la religión pagana, llamándose "Pontificex Maximus".

Es Constantino, en el edicto de Milán del año 313 D.C., quien legaliza la religión cristiana y, posteriormente, la instituye como religión oficial del Imperio. Se unifican, en este importante personaje, los primados político y religioso - cristiano del Imperio.

Es a partir de él, que los "Papas y obispos" llevan el título de "Sumos Pontífices" y la Mitra, como símbolos de su primacía religiosa.

CONCLUSIÓN: Detengámonos aquí un momento y veamos, anticipadamente, a qué profunda degradación intelectual condujo esta política de paganización; se adoptaron los ritos gentílicos de pompa y esplendor; los vistosos trajes, las mitras, las tiaras y las hachas; los oficios procesionales, las lustraciones y los vasos de oro y plata; el lituo romano, insignia principal de los augures, se convirtió en báculo pastoral.

Se edificaron las iglesias sobre las tumbas de los mártires y fueron consagradas con ritos tomados de las antiguas leyes de los pontífices romanos.

Las fiestas y conmemoraciones de los mártires se multiplicaron tanto como los innumerables hallazgos ficticios de sus restos;

el ayuno vino a ser el gran medio de ahuyentar al demonio y de apaciguar a Dios; el celibato la mayor de las virtudes, se hicieron romerías a Palestina y a las tumbas de los mártires, y grandes cantidades de tierra y polvo traídas de los Santos Lugares fueron vendidas a precios enormes, como antídotos contra el demonio; se ensalzaron las virtudes del agua bendita.

Se introdujeron en las iglesias imágenes y reliquias que eran adoradas a usanza de los dioses gentiles, y se operaban milagros y prodigios en ciertos parajes como en tiempo de los paganos.

Se invocaban las almas bien aventuradas de los cristianos muertos y se creía que andaban errantes por el mundo o rondaban cerca de los sepulcros; se multiplicaron las iglesias, los altares y los hábitos penitenciarios. Se inventó la fiesta de la purificación de la Virgen, para desterrar la intranquilidad del ánimo de los convertidos paganos que echaban de menos las lupercalias o fiestas de Pan.

El culto de las imágenes, de los pedazos de cruz o de huesos, de los clavos y otras reliquias, un verdadero fetichismo, fue cultivado; dos argumentos se empleaban para demostrar la autenticidad de estos objetos; uno la autoridad de la Iglesia, otro el poder obrar milagros. Eran venerados hasta los raídos trajes de los santos y la tierra de los sepulcros.

Se trajeron de Palestina unos esqueletos, que se afirmaba eran los de San Marcos, Santiago y otros antiguos justos.

La apoteosis de los antiguos tiempos de Roma fue sustituida por la canonización, y santos tutelares ocuparon el lugar de las divinidades mitológicas locales.

Luego vino el misterio de la Transustanciación, o la conversión por el sacerdote del pan y el vino en el cuerpo y sangre de Cristo, y al paso que transcurrían los siglos iba siendo la paganización más completa.

Se instituyeron fiestas religiosas en recuerdo de la lanza con que fue atravesado el costado del Salvador, de los clavos con que fue asegurado a la cruz y de la corona de espinas; y aunque varias abadías poseían a un tiempo algunos ejemplares de estas incomparables reliquias, nadie se atrevía a decir que era imposible la autenticidad de todas ellas.

Se puede afirmar que realmente el Catolicismo es por tanto una simbiosis perfecta de Cristianismo Primitivo y Paganismo.

Cabria decir que el Paganismo logro sobrevivir en el Catolicismo difuminando sus señas de identidad.

La dudas, el debate y las preguntas fundamentales en torno al Catolicismo serían:

1.-¿El Catolicismo es una adaptación Pagana del Cristianismo con una asimilación de los diferentes cultos y creencias que se dieron en el entorno geográfico e histórico del Imperio Romano hasta la creación de una Religión identificadora y unificadora para todo el Imperio Romano, que ha sobrevivido posteriormente a su creación hasta llegar a nuestro días, con un inmenso poder y capacidad de influencia?


O por el contrario:

2.- ¿ El Catolicismo es fruto de una adaptación del Paganismo al Cristianismo, por parte de ciertos sectores Cristianos, que salvando en parte el fondo ético y moral del Cristianismo aceptaron las formas Paganas Cristianizándolas, para una mejor propagación de su visión Cristiana, convertida ya en Catolicismo, y sirviendo de elemento de unión e identificación para todo el Imperio Romano?


La Biblia señala en relación a las influencias en materia de religión y la relación con Dios:

"El es el objeto de tu alabanza y tu Dios" (Deuteronomio 10.21)

"Porque yo protesto a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro. Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitara su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.


El que da testimonio de estas cosas, dice. Ciertamente, vengo en breve. Atoen, sea así. Ven: Señor Jesús" (Apocalipsis 22.18-20).


Rituales Católicos: ¿Cristianos o Paganos?

La mayoría de las fiestas, llamadas cristianas, tienen un trasfondo pagano y por lo tanto sin justificación bíblica.

Tras la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, los cristianos, de tradición judaica, solamente celebraban la Resurrección y Pentecostés, como nos queda reflejado en la propia Palabra de Dios:

"Porque Pablo se había propuesto pasar adelante de Efeso, por no detenerse en Asia: porque se apresuraba por hacer el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén (Hechos 20.16),

"Empero estaré en Efeso hasta Pentecostés" (Primero de Corintios 16.8).

Fue más adelante, a partir del siglo tercero de nuestra era, cuando se empiezan a conmemorar fiestas, que ahora todos conocemos.




En general, el cristianismo de entonces quiso asimilar, no en el fondo, pero si en la forma, las antiguas conmemoraciones paganas, incorporándolas a sus ritos, pero no se dieron cuenta de que eso era imposible y que se alejaban de la voluntad de Dios que quiere que su pueblo no se contamine con los rituales del inmundo.

Por mucho que se cambien los nombres de las deidades paganas por nombres de "santos", "Virgen" o el propio "Señor", el trasfondo seguía siendo el mismo, como veremos a continuación.




Veamos algunas de las fiestas centrales del catolicismo:


La Navidad y la Epifanía

Hasta el siglo IV de nuestra era no se comenzó a celebrar el nacimiento de Jesucristo, pero sin concretar, por la tradición una fecha fija.

Así, hubo dos fechas: 25 de diciembre y 6 de enero.

La primera es la que se instituyo en el Imperio Romano de Occidente, mientras que la segunda lo fue en el de Oriente.

Ahora bien, estas fechas no tienen una certeza cronológica con la verdadera fecha de nacimiento de Jesucristo, pero si tienen una coincidencia con las festividades paganas, de las religiones clásicas, tanto romanas como helenísticas (incluida la egipcia.)

Vamos a analizarlas por separado:



25 de diciembre

Era conocida en el imperio occidental como las fiestas del solsticio de invierno, por lo tanto un culto pagano. En el se celebraba el término del acortamiento de las noches y el triunfo del "dios sol"', con el alargamiento del día.

Fue entre los años 324-325 D. C. cuando se decidió su institución como fiesta cristiana, pasando de conmemorar la llegada del invierno al nacimiento del Salvador.

Mitra, encarnación del Sol Invicto, cuya festividad era el 25 de diciembre, solsticio de invierno, era por aquellos años el dios persa más popular, importado a Roma por los propios legionarios romanos, con más de dos mil templos sólo en Roma-capital. Era, pues, el dios más venerado del Imperio Romano esos años, y por tanto el primer dios a cristianizar, puesto que ya se estaba cristianizando todo:

Virbio, antiguo Hipólito griego, era el San Hipólito cristiano;

la fiesta de la Pailia fue San Jorge; la fiesta del agua, San Juan Bautista; la fiesta de Diana, la Asunción;

la de los muertos, el Día de Todos los Santos, aunque el día siguiente sigue siendo el de los difuntos;

y así todo el santoral católico.

El 25 de diciembre, solsticio de invierno, religiosamente era el día del Sol Invicto en Roma, de Mitra por tanto. Pero desde muchos siglos antes había sido el día en que había nacido el sol, especialmente en Siria y Egipto, donde los/as celebrantes, reunidos en capillas interiores, salían a medianoche gritando que la Virgen había parido un niño, y la Luz había aumentado. Incluso representaban al recién nacido sol en la imagen de un niño que sacaban al exterior, presentándolo a sus adoradores.

Sin duda esta Virgen que el 25 de diciembre paría al sol era la Gran Virgen Madre, personificación de la naturaleza, de la que ya hemos hablado. Pero como ya estaba cristianizada en la madre de Jesús, la Virgen María, madre de Cristo, y por tanto de la Trinidad, madre de Dios, como esa Gran Virgen Madre lo era de todos los dioses, la Virgen cristiana que ese 25 de diciembre cristiano parió a Cristo fue la Virgen María. Por supuesto, la Gran Virgen Madre de todos estos pueblos, Cibeles en Roma, era Virgen Celeste, Diosa Celestial, etc.

El 25 de diciembre era pues el día del nacimiento de Mitra en Roma, siendo Mitra el sol, y la Iglesia de Roma acordó que fuese el día del nacimiento de Cristo, pues la religión mitraica era invento del diablo, codicioso de apartar las almas del cristianismo.

Los cristianos de Egipto habían acordado que Cristo naciera el 6 de enero, pero la Iglesia de Roma acordó que ese día no era el de la Navidad (nacimiento), sino el de la Epifanía (manifestación), e impuso esa fecha en toda la cristiandad, incluyendo las iglesias orientales, aunque la de Antioquia no lo aceptó hasta el año 375 d. C.

Otra importante fiesta coincidía en tiempo y era la celebración del nacimiento de Horus, o la resurrección de Osiris, (Ra), nacido de una virgen (Isis) y que seguía siendo virgen después del alumbramiento, pero esto es objeto de otro artículo.

6 de enero

Era la fecha de conmemoración de la "fiesta de la Luz"; en esta fiesta se celebraba el nacimiento del Sol, así en Alejandría, la noche del 5 al 6 de enero se recordaba el nacimiento del Tiempo, Aion, con una procesión de antorchas hasta el templo de Korion. En la procesión se entonaba el siguiente canto "La virgen ha dado a luz, la luz aumenta, la Virgen ha dado a la Luz, el Aion". Este culto pasa a la cultura griega y es ritualizado en todo el imperio heleno.

En cuanto a su cristianización, en el imperio de Oriente, como en la actualidad en la religión ortodoxa griega, se celebra el nacimiento de Jesús, mientras que en Occidente se instituye la Epifanía o fiesta de visitación de los Reyes de Oriente.

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El Exodo judío no existió
En el siguiente documento, el arqueólogo judío de la Universidad de Tel Aviv rompe con las explicaciones oficialmente establecidas por las sinagogas y las iglesias respecto del orígen de los relatos que componen la Biblia. Y, por lo tanto, respecto de historias que dogmáticamente tanto sinagogas como iglesias habían tenido por históricamente ciertas.

Esta se revela así como una recopilación hecha por funcionarios unos 700 años antes de Cristo con el propósito político-religioso de legitimar el predominio del Reino de Judá sobre la totalidad de los hebreos, dándoles una cohesión que hasta entonces no habían tenido.

Parece obvio que las conclusiones que Finkelstein alcanza tras sus investigaciones arqueológicas no serán del gusto del judaismo ortodoxo ni del sionismo establecido, pero ojo, que lo que Finkelstein está diciendo puede dar nuevas bases (laicas, no religiosas) para una pretendida legitimación del establecimiento del actual Estado de Israel en Palestina, pero de un modo simultáneo a un reconocimiento judío de la legitimidad de restablecer un Estado Palestino, o sea paralelamente que coexistan ambos estados.
¿Cual es el punto arquológico de referencia que legitimaría la simultaneidad de ambos estado?

Pues ese referente arqueológico radicaría en el hecho de que alrededor del 1.200 antes de Cristo (según la conclusión de Finkelstein) se hayan establecido tanto los filisteos (proto-palestinos) en el litoral cananeo (entre Gaza y el Líbano) como los proto-hebreos en las tierras del interior, al oriente de los anteriores.

"El Exodo no existió", afirma el arqueólogo Israel Finkelstein

Sus investigaciones han revolucionado la disciplina de la arqueología bíblica

"Los primeros israelitas eran pastores nómadas de Canaán", dice Finkelstein. Foto Archivo

Israel Finkelstein es un hombre de suerte: aunque sus trabajos de arqueología cuestionan el origen divino de los primeros libros del Antiguo Testamento, judíos y católicos acogen sus hipótesis con auténtico interés y, curiosamente, no lo estigmatizan.

Este enfant terrible de la ciencia revolucionó la nueva arqueología bíblica cuando afirmó que la saga histórica relatada en los cinco libros que conforman el Pentateuco de los cristianos y la Torá de los judíos no responde a ninguna revelación divina. Dijo que, por el contrario, esa gesta es un brillante producto de la imaginación humana y que muchos de sus episodios nunca existieron.

El Pentateuco “es una genial reconstrucción literaria y política de la génesis del pueblo judío, realizada 1.500 años después de lo que siempre creímos”, sostiene Finkelstein, de 57 años, director del Instituto de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv.

Añade que esos textos bíblicos son una compilación iniciada durante la monarquía de Josías, rey de Judá, en el siglo VII a.C. En aquel momento, ese reino israelita del Sur comenzó a surgir como potencia regional, en una época en la cual Israel (reino israelita del Norte) había caído bajo control del imperio asirio.

El principal objetivo de esa obra era crear una nación unificada, que pudiera cimentarse en una nueva religión. El proyecto, que marcó el nacimiento de la idea monoteísta, era constituir un solo pueblo judío, guiado por un solo Dios, gobernado por un solo rey, con una sola capital, Jerusalén, y un solo templo, el de Salomón. En sus trabajos, que han marcado a generaciones de la nueva escuela de la arqueología bíblica, Finkelstein establece una coherencia entre los cinco libros del Pentateuco: el Génesis, el Exodo, el Levítico, los Números y el Deuteronomio. Los siglos nos han traído esos episodios que relatan la creación del hombre, la vida del patriarca Abraham y su familia -fundadores de la nación judía-, el éxodo de Egipto, la instalación en la tierra prometida y la época de los Reyes. 
Según Finkelstein, esos relatos fueron embellecidos para servir al proyecto del rey Josías de reconciliar a los dos reinos israelitas (Israel y Judá) e imponerse frente a los grandes imperios regionales: Asiria, Egipto y Mesopotamia. El arqueólogo nos recibió en la Universidad de Tel Aviv.

-Durante más de veinte siglos, los hombres creyeron que Dios había dictado las Escrituras a un cierto número de sabios, profetas y grandes sacerdotes israelitas.
-Así es. Para las autoridades religiosas, judías y cristianas, Moisés era el autor del Pentateuco. Según el Deuteronomio, el profeta lo escribió poco antes de su muerte, en el monte Nebo. Los libros de Josué, de los Jueces y de Samuel eran archivos sagrados, obtenidos y conservados por el profeta Samuel en el santuario de Silo, y los libros de los Reyes venían de la pluma del profeta Jeremías. Así también, David era el autor de los Salmos y Salomón, el de los Proverbios y el del Cantar de los Cantares.

-Y sin embargo?
-Desde el siglo XVII, los expertos comenzaron a preguntarse quién había escrito la Biblia. Moisés fue la primera víctima de los avances de la investigación científica, que planteó cantidad de contradicciones. ¿Cómo es posible -preguntaron los especialistas- que haya sido el autor del Pentateuco cuando el Deuteronomio, el último de los cinco libros, describe el momento y las circunstancias de su propia muerte?

-Usted afirma que el Pentateuco fue escrito en una época mucho más reciente.
-La arqueología moderna nos permite asegurar que el núcleo histórico del Pentateuco y de la historia deuteronómica fue compuesto durante el siglo VII antes de Cristo. El Pentateuco fue una creación de la monarquía tardía del reino de Judá, destinada a propagar la ideología y las necesidades de ese reino. Creo que la historia deuteronómica fue compilada, durante el reino de Josías, a fin de servir de fundamento ideológico a ambiciones políticas y reformas religiosas particulares.


-Según la Biblia, primero fue el viaje del patriarca Abraham de la Mesopotamia a Canaán. El relato bíblico abunda en informaciones cronológicas precisas.
-Es verdad. La Biblia libra una cantidad de informaciones que deberían permitir saber cuándo vivieron los patriarcas. En ese relato, la historia de los comienzos de Israel se desarrolla en secuencias bien ordenadas: los Patriarcas, el Exodo, la travesía del desierto, la conquista de Canaán, el reino de los Jueces, el establecimiento de la monarquía. Haciendo cálculos, Abraham debería de haber partido hacia Canaán unos 2100 años antes de Cristo.


-¿Y no es así?
-No. En dos siglos de investigación científica, la búsqueda de los patriarcas nunca dio resultados positivos. La supuesta migración hacia el Oeste de tribus provenientes de la Mesopotamia, con destino a Canaán, se reveló ilusoria. La arqueología ha probado que en esa época no se produjo ningún movimiento masivo de población. El texto bíblico da indicios que permiten precisar el momento de la composición final del libro de los Patriarcas. Por ejemplo, la historia de los patriarcas está llena de camellos. 
Sin embargo, la arqueología revela que el dromedario sólo fue domesticado cuando se acababa el segundo milenio anterior a la era cristiana y que comenzó a ser utilizado como animal de carga en Medio Oriente mucho después del año 1000 a.C. La historia de José dice que la caravana de camellos transporta "goma tragacanto, bálsamo y láudano". Esa inscripción corresponde al comercio realizado por los mercaderes árabes bajo control del imperio asirio en los siglos VIII y VII a.C. Otro hecho anacrónico es la primera aparición de los filisteos en el relato, cuando Isaac encuentra a Abimelech, rey de los filisteos. Esos filisteos -grupo migratorio proveniente del mar Egeo o de Asia Menor- se establecieron en la llanura litoral de Canaán a partir de 1200 a.C. Esos y otros detalles prueban que esos textos fueron escritos entre los siglos VIII y VII a.C.


-El heroísmo de Moisés frente a la tiranía del faraón, las diez plagas de Egipto y el éxodo masivo de israelitas hacia Canaán son algunos de los episodios más dramáticos de la Biblia. ¿También eso es leyenda?
-Según la Biblia, los descendientes del patriarca Jacob permanecieron 430 años en Egipto antes de iniciar el éxodo hacia la Tierra Prometida, guiados por Moisés, a mediados del siglo XV a.C. Otra posibilidad es que ese viaje se haya producido dos siglos después. Los textos sagrados afirman que 600.000 hebreos cruzaron el Mar Rojo y que erraron durante 40 años por el desierto antes de llegar al monte Sinaí, donde Moisés selló la alianza de su pueblo con Dios. Sin embargo, los archivos egipcios, que consignaban todos los acontecimientos administrativos del reino faraónico, no conservaron ningún rastro de una presencia judía durante más de cuatro siglos en su territorio. Tampoco existían, en esas fechas, muchos sitios mencionados en el relato. Las ciudades de Pitom y Ramsés, que habrían sido construidas por los hebreos esclavos antes de partir, no existían en el siglo XV a.C. En cuanto al Exodo, desde el punto de vista científico no resiste el análisis.


-¿Por qué?
-Porque, desde el siglo XVI a.C., Egipto había construido en toda la región una serie de fuertes militares, perfectamente administrados y equipados. Nada, desde el litoral oriental del Nilo hasta el más alejado de los pueblos de Canaán, escapaba a su control. Casi dos millones de israelitas que hubieran huido por el desierto durante 40 años tendrían que haber llamado la atención de esos soldados. Sin embargo, ni una estela de la época hace referencia a esa gente. Tampoco existieron las grandes batallas mencionadas en los textos sagrados. La orgullosa Jericó, cuyos muros se desplomaron con el sonar de las trompetas de los hebreos, era entonces un pobre caserío. Tampoco existían otros sitios célebres, como Bersheba o Edom. No había ningún rey en Edom para enfrentar a los israelitas. Esos sitios existieron, pero mucho tiempo después del Exodo, mucho después de la emergencia del reino de Judá. Ni siquiera hay rastros dejados por esa gente en su peregrinación de 40 años. Hemos sido capaces de hallar rastros de minúsculos caseríos de 40 o 50 personas. A menos que esa multitud nunca se haya detenido a dormir, comer o descansar: no existe el menor indicio de su paso por el desierto.


-En resumen, los hebreos nunca conquistaron Palestina.
-Nunca. Porque ya estaban allí. Los primeros israelitas eran pastores nómadas de Canaán que se instalaron en las regiones montañosas en el siglo XII a.C. Allí, unas 250 comunidades muy reducidas vivieron de la agricultura, aisladas unas de otras, sin administración ni organización política. Todas las excavaciones en la región exhumaron vestigios de poblados con silos para cereales, pero también de corrales rudimentarios. Esto nos lleva a pensar que esos individuos habían sido nómadas que se convirtieron en agricultores. Pero ésa fue la tercera ola de instalación sedentaria registrada en la región desde el 3.500 a.C. Esos pobladores pasaban alternativamente del sedentarismo al nomadismo pastoral con mucha facilidad.

-¿Por qué?
-Ese tipo de fluctuación era muy frecuente en Medio Oriente. Los pueblos autóctonos siempre supieron operar una rápida transición de la actividad agrícola a la pastoral en función de las condiciones políticas, económicas o climáticas. En este caso, en épocas de nomadismo, esos grupos intercambiaban la carne de sus manadas por cereales con las ricas ciudades cananeas del litoral. Pero cuando éstas eran víctimas de invasiones, crisis económicas o sequías, esos pastores se veían forzados a procurarse los granos necesarios para su subsistencia y se instalaban a cultivar en las colinas. Ese proceso es el opuesto al que relata la Biblia: la emergencia de Israel fue el resultado, no la causa, del derrumbe de la cultura cananea.


-Pero entonces, si esos primeros israelitas eran también originarios de Canaán, ¿cómo identificarlos?
-Los pueblos disponen de todo tipo de medios para afirmar su etnicidad: la lengua, la religión, la indumentaria, los ritos funerarios, los tabúes alimentarios. En este caso, la cultura material no propone ningún indicio revelador en cuanto a dialectos, ritos religiosos, formas de vestirse o de enterrar a los muertos. Hay un detalle muy interesante sobre sus costumbres alimentarias: nunca, en ningún poblado israelita, fueron exhumados huesos de cerdo. En esa época, los primeros israelitas eran el único pueblo de esa región que no comía cerdo.


-¿Cuál es la razón?
-No lo sabemos. Quizá los protoisraelitas dejaron de comer cerdo porque sus adversarios lo hacían en profusión y ellos querían ser diferentes. El monoteísmo, los relatos del Exodo y la alianza establecida por los hebreos con Dios hicieron su aparición mucho más tarde en la historia, 500 años después. Cuando los judíos actuales observan esa prohibición, no hacen más que perpetuar la práctica más antigua de la cultura de su pueblo verificada por la arqueología.


-En el siglo X a.C. las tribus de Israel formaron una monarquía unificada -el reino de Judá- bajo la égida del rey David. David y su hijo, Salomón, servirán de modelo a las monarquías de Occidente. ¿Tampoco ellos fueron lo que siempre se creyó?
-Tampoco en este caso la arqueología ha sido capaz de encontrar pruebas del imperio que nos legó la Biblia: ni en los archivos egipcios ni en el subsuelo palestino. David, sucesor del primer rey, Saúl, probablemente existió entre 1010 y 970 a.C. Una única estela encontrada en el santuario de Tel Dan, en el norte de Palestina, menciona "la casa de David". Pero nada prueba que se haya tratado del conquistador que evocan las Escrituras, capaz de derrotar a Goliat. Es improbable que David haya sido capaz de conquistas militares a más de un día de marcha de Judá. La Jerusalén de entonces, escogida por el soberano como su capital, era un pequeño poblado, rodeado de aldeas poco habitadas. ¿Dónde el más carismático de los reyes hubiera podido reclutar los soldados y reunir el armamento necesarios para conquistar y conservar un imperio que se extendía desde el Mar Rojo, al Sur, hasta Siria, al Norte? Salomón, constructor del Templo y del palacio de Samaria, probablemente tampoco haya sido el personaje glorioso que nos legó la Biblia.


-¿Y de dónde salieron sus fabulosos establos para 400.000 caballos, cuyos vestigios sí se han encontrado?
-Fueron criaderos instalados en el Sur por el reino de Israel varios decenios más tarde. A la muerte de Salomón, alrededor del 933 a.C., las tribus del norte de Palestina se separaron del reino unificado de Judá y constituyeron el reino de Israel. Un reino que, contrariamente a lo que afirma la Biblia, se desarrolló rápido, económica y políticamente. Los textos sagrados nos describen las tribus del Norte como bandas de fracasados y pusilánimes, inclinados al pecado y a la idolatría. Sin embargo, la arqueología nos da buenas razones para creer que, de las dos entidades existentes, la meridional (Judá) fue siempre más pobre, menos poblada, más rústica y menos influyente. Hasta el día en que alcanzó una prosperidad espectacular. Esto se produjo después de la caída del reino nórdico de Israel, ocupado por el poderoso imperio asirio, que no sólo deportó hacia Babilonia a los israelitas, sino que además instaló a su propia gente en esas fértiles tierras.


-¿Fue, entonces, durante el reino de Josías en Judá cuando surgió la idea de ese texto que se transformaría en fundamento de nuestra civilización occidental y origen del monoteísmo?
-Hacia fines del siglo VII a.C. hubo en Judá un fermento espiritual sin precedente y una intensa agitación política. Una coalición heteróclita de funcionarios de la corte sería responsable de la confección de una saga épica compuesta por una colección de relatos históricos, recuerdos, leyendas, cuentos populares, anécdotas, predicciones y poemas antiguos. Esa obra maestra de la literatura -mitad composición original, mitad adaptación de versiones anteriores- pasó por ajustes y mejoras antes de servir de fundamento espiritual a los descendientes del pueblo de Judá y a innumerables comunidades en todo el mundo.


-El núcleo del Pentateuco fue concebido, entonces, quince siglos después de lo que creíamos. ¿Sólo por razones políticas? ¿Con el fin de unificar los dos reinos israelitas?
-El objetivo fue religioso. Los dirigentes de Jerusalén lanzaron un anatema contra la más mínima expresión de veneración de deidades extranjeras, acusadas de ser el origen de los infortunios que padecía el pueblo judío. Pusieron en marcha una campaña de purificación religiosa, ordenando la destrucción de los santuarios locales. A partir de ese momento, el templo que dominaba Jerusalén debía ser reconocido como único sitio de culto legítimo por el conjunto del pueblo de Israel. El monoteísmo moderno nació de esa innovación.


In my first published book, The Christ Conspiracy (1999), I provided an image from the birth cycle of the Egyptian pharaoh Amenhotep III (1386/1388-1349-51 BCE), found in the temple of the god Amun at Luxor, Egypt. Like many others before me, including professional Egyptologists, I contended for a possible influence of such imagery on Christianity, as concerns the birth or nativity stories about Jesus Christ, specifically in the canonical gospels of Luke and Matthew. Here is the image in question:
Nativity of Amenhotep III (click to enlarge)
The description reads: 'The Annunciation, Conception, Birth and Adoration of the Child'
In Christ Con, I included a summary derived from the following commentary by Egyptologist Dr. Samuel C. Sharpe (Egyptian Mythology and Egyptian Christianity, 19), in whose book the image first appears:
In this picture we have the Annunciation, the Conception, the Birth and the Adoration, as described in the First and Second Chapters of Luke's Gospel; and as we have historical assurance that the chapters in Matthew's Gospel which contain the Miraculous Birth of Jesus are an after addition not in the earliest manuscripts, it seems probable that these two poetical chapters in Luke may also be unhistorical, and be borrowed from the Egyptian accounts of the miraculous birth of their kings.
In my book Christ in Egypt, published in 2009, I followed up this discussion with a lengthy 20-page analysis of this Luxor artifact, examining not just the imagery but also the inscription that appears on a panel which precedes the above scenes. This birth cycle as well as its precedent, that of the female pharaoh Hatshepsut (d. 1458 BCE), are discussed in detail in German Egyptologist Dr. Hellmut Brunner's book Die Geburt des Gottkönigs: Studien zur Überlieferung eines altägyptischen Mythos, considered the definitive authority on the "birth of the god-king" vis-à-vis Egyptian mythology. Included in Brunner's study are the subsequent "birth houses" or mammisis, a term coined by famous French linguist Jean François Champollion (1790-1832), major decipherer of the Rosetta Stone.
The Luxor birth cycle

I excerpted this section from Christ in Egypt ("CIE") in an online article titled, "The Nativity Scene of Amenhotep III at Luxor," in which I included a scan from the Amenhotep III birth cycle, from Brunner's book, along with a detailed discussion of his German description and translation of the pertinent hieroglyphs. Following is the relevant image from Luxor, panel or scene 4, the inscription of which Brunner labels "IV L a".
Image
In CIE, I discussed the hieroglyphic inscription in detail, providing Brunner's German, as well as direct English translations of the Egyptian by Egyptologists such as Dr. William Murnane, a director of the Great Hypostyle Hall Project at the Karnak Temple in Luxor.
The gospel source?
In my writings, I concur with the suggestion by prior Egyptologists, as well as other scholars and lay persons, that the Luxor birth cycle may have been utilized in some fashion as an influence on Jesus's nativity stories, as found mainly in the first and second chapters of the Gospel of Luke, as well as Matthew's gospel.
"It is probable that the myth [of the divine birth] was recorded of every Egyptian king.... Marginal reference may be made to points of contact with the birth narratives in the gospel of Luke."
Egyptologists themselves are obviously aware of this connection between the Egyptian birth cycles and Luke's gospel in particular. In CIE, I also relate the comments of theologian and Bible scholar Dr. Walter Beyerlin, in a collaborative work with Egyptologist Brunner called Near Eastern Religious Texts Relating to the Old Testament (30), regarding the Egyptian birth narratives: "It is probable that the myth was recorded of every Egyptian king." Beyerlin refers to corresponding biblical citations, mostly from the Old Testament, noting, "Marginal reference may be made to points of contact with the birth narratives in the gospel of Luke," a correlation contended by earlier Egyptologist Sharpe. Here Beyerlin, with Brunner, clearly know that there is a correspondence between the Egyptian birth myths and both Old and New Testament scriptures (although Brunner curtly dismisses the subject in his own book).
In reality, there have been many such studies, especially in German and other languages besides English, including an article by E. Brunner-Traut entitled, "Pharao und Jesus als Söhne Gottes" or "Pharoah and Jesus as Sons of God," published in 1961. Referring to these studies, Near Eastern and biblical scholar Dr. Othmar Keel  remarks:
E. Brunner-Traut ("Pharao und Jesus als Söhne Gottes") substantially covers the parallels between the pharaonic birth narratives and the infancy narratives of the gospels. The OT genealogy of the NT birth narratives is nicely presented by H. Gese ("Natus ex Virgine"). Gese seems, however, to underemphasize somewhat the indirect influence which Egyptian royal ideology exerted upon the birth narratives via the royal psalms. (Keel,The Symbolism of the Biblical World, 367)
The underemphasis of Egyptian influence on the Christian effort is unfortunately common. As we can see, it is not only my previous sources and I who have been interested in the parallels between the Egyptian birth narratives and the gospel nativity. Indeed, these studies by credentialed professional scholars date back over a century, a number of them designed, of course, by Christian scholars to shore up the faith and nitpick the correspondences to deny any real correlation. Nevertheless, the parallel was obvious enough to warrant all these studies in the first place.
It should be emphasized that it is the Egyptian birth-cycle imagery and not the accompanying "sexy" New Kingdom inscriptions that interest us in this comparative-religion study, imagery not confined to Luxor but passed along as a myth "recorded of every Egyptian king."
Egyptian birth houses or mammisis

The Luxor temple precinct was visited as a pilgrim destination and tourist attraction from antiquity into the common era, and many thousands of people would have seen the Amenhotep narrative scene there. This discussion is extremely germane to the subject of the Christian nativity narrative, particularly since the style, if not the actual scene, was widely copied for centuries afterwards. This construction of nativity scenes became fairly common, in "birth houses" or mammisi, which were popular in the Late Period in Egypt (c. 712/664-323 BCE) into the Greco-Roman Period (323 BCE-395 AD/CE): "The most important surviving examples are from the Ptolemaic and Roman periods in Egypt." There were many of these "birth houses" or smaller chapels attached to Egyptian temples during the Ptolemaic period (323-30 BCE), the very time leading up to the Christian era.

The mammisis or birth houses were "not a place where human women went to give birth but a place for sacred rituals aimed at manifesting and ascertaining the divine descendancy of Pharaoh." In other words, the birth houses or mammisis were basically an extension of the earlier birth-cycle imagery of Hatshepsut and Amenhotep III, designed to exalt the pharaoh as a divine figure. As stated at GlobalEgyptianMuseum.org:
According to the texts and illustrations in these birth houses, this was where the divine child was born and brought up. Another series shows the child being conceived, then being shaped by Khnum on his potter's wheel, and then being presented to his father. These motifs are virtually identical to the scenes in the so-called birth rooms in the temple of Luxor (with scenes showing the birth of Amenhotep III) and Deir el-Bahari (showing the birth of Hatshepsut). Gods commonly connected with the protection of mother and child, such as Bes and Taweret, are also often depicted in the birth houses. (Emph. added)
In this regard, Egyptologist Dr. Claus J. Bleeker comments:
...the presentation of the divine parentage of Hatshepsut was in no way an exclusively political and constitutional fiction. In the temple at Luxor, for example, is preserved a duplicate of it pertaining to Amenhotep III... Later kings similarly claimed to be the offspring of Re. In the Ptolemaic temples are several reproductions of this divine birth. And when Alexander the Great had himself recognized as the son of the gods by the oracle of Amon of the Siwa oasis, he acted in perfect accordance with an aged Egyptian tradition which went back to at least the fifth dynasty. (Bleeker, Historia Religionum, 78) (Emph. added)
Here we see Bleeker suggest that Alexander the Great's divine birth story descended from the "aged" Egyptian birth cycles. Since Alexander spent some time at Luxor and even built a "bark shrine" next to Amenhotep's birth room, this suggestion is understandable and scientific.
We know that the Greeks - specifically the Ptolemies - emulated the Egyptians in creating birth houses/mammisis, as the Romans imitated the Egyptians in creating mummies and painted coffins. Since it is my contention - and that of many others - that much of Christianity was created at the city of Alexandria, where there was a large Egyptian, Greek and Jewish population, as well as some half a million manuscripts from around the known world of the time, this fact of nativity scene/mammisi popularity in Egypt is highly relevant to our studies of Christian origins.
Earlier Egyptian material ancestral to later birth-house scenes

By the time of these mammisis/birth houses, the earlier Egyptian birth-cycle inscriptions were evidently long forgotten for the most part, a fact that certainly held true by the time of the period in question, the centuries surrounding the turn of the common era. However, we can trace the progress of the birth scenes/imagery over the millennium and a half between their carving and the creation of the Christian nativity scene.

Following the time of Hatshepsut and Amenhotep, during the 25th Dynasty (760-656 BCE) a series of birth scenes was carved in Temple A at South Karnak, next to Luxor. Concerning these reliefs, Egyptologist Dr. Richard A. Fazzini, a chairman of the Department of Egyptian Art at the Brooklyn Museum, remarks:
Temple A's royal birth scenes are hardly an iconographic innovation of [the time]. On the contrary, they are closely related to New Kingdom reliefs, especially those of Hatshepsut and Amenhotep III proclaiming their rights to the throne as the offspring of Amun and their human mothers... These relief cycles, including Temple A's, depicting the divine birth of a king, are ancestral to the cycles of birth of a child-god from two divine parents known from the specialized temples of D. XXX and later called mammisis ("birth houses"), the setting for rituals celebrating the birth and renewal of child-gods, with whom any king might be identified. (Fazzini, Richard A., Egypt Dynasty XXII-XXV, 12) (Emph. added)
Fazzini's pronouncement is blunt: The royal birth scenes in Temple A are "closely related" to the Hatshepsut and Amenhotep cycles, and are ancestral to the reliefs in the later birth houses. He has therefore traced a lineage from Luxor to the Ptolemies or Greek leaders of Egypt from the death of Alexander the Great (323 BCE) until that of famed Greco-Egyptian queen Cleopatra (30 BCE).
Philae mammisi

The Greek ruler of Egypt Ptolemy III (246-222 BCE) had his birth house or mammisi on the famous sacred island of Philae, home to an Isis temple and the last great holdout of the priests of that goddess before their slaughter by Christian fanatics. In Ptolemy III's mammisi appears the "conception of the Horus child as a result of the command given by Amun to Khnum." (Vassilika, Eleni, Ptolemaic Philae, 39) The rest of the description sounds much like that of the imagery found at Luxor (and Deir el-Bahri).

Boston University religion scholar Dr. David Frankfurter (251) notes that the mammisi (at Philae) is the most sacred space open to visitors - and visitors certainly went there, as deeply devoted pilgrims who could not help be but impressed by this imagery of the divine birth of their ruler.

(For images of the birth house of Ptolemy III, we are directed to Das Geburtshaus des Tempels der Isis in Phila by H. Junker and E. Winter.)

Mammisis at Dendera and Edfu

Concerning the mammisis at the Upper Egyptian sites of Dendera and Edfu, Egyptologist Dr. Ian Shaw remarks that they were "used to celebrate the divine birth of the king, and the reliefs in these structures have enough in common with the birth scenes of Hatshepsut to suggest that the former might be a later version of the latter..." (Shaw, Ian, Exploring Ancient Egypt, 141). (Emphasis added.)

As we can see, representing one's birth in this divine manner seems to have become de rigeur among pharaohs, kings and emperors - how, then, could the practice be ignored by the formulators of Christian traditions as concerns their "King of kings?"

Describing the mammisi at Edfu, Shaw (235-6) remarks again:
In the Ptolemaic mammisi, the rituals of the marriage of the goddess (Isis or Hathor) and the birth of the child-god were celebrated. The origins of the mammisi can perhaps be seen in the form of eighteenth-dynasty painted reliefs describing the divine birth of the king, found in the mortuary temple of Hatshepsut at Deir el-Bahari...and the temple of Amenhotep III at Luxor. (Emph. added)
Note that this scholar does not say the inscriptions at either Deir el-Bahri or Luxor were copied in the later Edfu birth house - only the scenes; otherwise, he would have been able easily to identify their source. It is not a big leap from the Edfu mammisi with its birth scenes to the Christian effort at Alexandria.

Roman birth houses

As examples of birth houses during the Roman period, the emperor Trajan (53-117) had his mammisi, as did Marcus Aurelius (121-180) - long into the common era. Roman emperors were putting their names on Egyptian monuments up to and including the time of Decius (c. 250 AD). The relationship among the Greeks, Romans and Egyptians was highly intertwined and had been for centuries by the time of Christianity's creation.

Horus and Isis

As stated, the term "mammisi" was coined by French scholar Champollion, who described these birth houses thus:
...these Mammisi were always constructed by the side of the larger temples where a triad was worshipped, and they represented the celestial abode where the goddess had given birth to the third person of the triad.
The editor of this Champollion quote adds:
This "third person of the triad" was no other than the king who erected the building. (Auguste Mariette-Bey, The Monuments of Upper Egypt, 70)
Thus, the "divine triad" included the pharaoh, who was born of the goddess, generally Isis. Hence, we have the king as Horus, birthed by Isis, who is called in pre-Christian texts "the Great Virgin." It is not a difficult equation to see, and this simple equation is what the common people of Egypt would be comprehending. Accompanying inscriptions or various details of the imagery may not matter at all, as this simple impression/equation is what the average person would likely perceive: To wit, a virgin mother giving birth to a divine child.

In my book The Christ Conspiracy (115), following earlier scholars such as Massey and Sharpe, I described the birth scene at Luxor as having to do with Horus and Isis. Obviously, the Luxor nativity revolves immediately around Amenhotep III, but in Egypt in general the pharaoh-king was considered to be the living Horus, and his mother was often equated with Isis, as we can see from these later mammisi scenes in which it is clearly the goddess (Hathor or Isis) who is giving birth to the divine child. (NB: This language will be annotated for accuracy in the revision of The Christ Conspiracy.)

In this regard, in her mammisi at Hermonthis, Ptolemaic queen Cleopatra is depicted as Isis giving birth to the divine child, Horus as the sun, fulfilling the "prophecy" at the temple of Sais. (Fletcher, Cleopatra the Great, ebook) The inscription at Sais, in fact, provides evidence of the Egyptian virgin-birth motif, as recorded by the ancient Greek writer Proclus (21E):
τα οντα και τα εσομενα και τα γεγονοτα εγω ειμι. τον εμον χιτωνα ουδεις απεκαλυψεν. ον εγω καρπον ετεκον, ηλιος εγενετο.
My very literal translation of this inscription regarding the goddess Neith-Isis can be found in CIE (146):
The present and the future and the past, I am. My undergarment no one has uncovered. The fruit I brought forth, the sun came into being.
Thus, we have the divine solar son (Horus) born of the virgin mother (Isis-Cleopatra) mere decades before the common era, involving a very famous ruler of Egypt. It is quite likely many people were aware of this Egyptian divine-birth scenario both within and outside of Egypt.

From Hatshepsut to the gospels

The outline of the "Out of Egypt Theory" as concerns the gospel nativity cycle proceeds thus:

1. Hatshepsut (d. 1458 BCE) created a nativity scene, depicting her as the "daughter of God," a product of the divine union between the god Amun and Hatshepsut's mother.

2. Amenhotep III (fl. 1386/8 to 1351/49 BCE) copied the nativity scene and parts of the inscription, likewise depicting himself as the "son of God."

3. Birth houses or mammisis were built for numerous pharaohs and Greco-Roman rulers right into the common era, including scenes of a similar nature as the earlier nativities, without their "sexy" inscriptions.

4. These mammisis - as well as the earlier Amenhotep birth cycle at the popular tourist spot of Luxor - could have served as inspirations for the gospel writers, whose efforts, the evidence indicates, occurred significantly at Alexandria, Egypt.

The bottom line is that we have in the Egyptian birth-cycle imagery up to and into the common era some very suggestive parallels to the gospel birth narrative, as noted by many authorities over the past couple of centuries.
Conclusion

To ignore in the analysis of the ultimate "King of Kings" these important Egyptian divine-birth scenes - which feature prominently in the human psyche of the time vis-à-vis important rulers - ranks as an egregious error. As are numerous other aspects of Egyptian religion and culture relevant to the study of Christian origins, the Egyptian birth scenes are highly germane to the study of the Christian nativity. The Egyptian religion remained a huge force to be reckoned with by the time of the Christian effort, and it simply would not have been ignored - indeed, it was not.

Prior to the creation of the gospels, the Egyptian religion had long spread far beyond the confines of Egypt, and there were Egyptian tutors at Rome, teaching the religion to emperors during the first century, along with shrines to Egyptian gods in as farflung places as Macedonia and Great Britain. Isis was hugely popular around the Roman Empire at the time, but long previously there had been in Israel Egyptian forces who left vestiges of their worship over the centuries. In a thorough analysis, we need to factor in all of this Egyptian influence and the proximity of this massively impressive culture to the area of the gospel tale.

The study of the possible influence of Egyptian nativity scenes on the Christian birth cycle remains a viable and valuable pursuit, but there is much more to the story, as I demonstrate in Christ in Egypt and elsewhere.
It should also be noted that I have not contended for an exclusive Egyptian influence: On the contrary, it appears that the Christian effort at Alexandria incorporated the stories of numerous cultures, religions, sects and cults from around the Mediterranean and beyond, into India, possibly contained in some of the hundreds of thousands of manuscripts in the Egyptian city's library. In this regard, I also contend that the nativity stories of the Indian divine figures of Krishna and Buddha appear to have been utilized in the creation of Christianity as well. I further include in my thesis, of course, the Jewish influence via the Old Testament "messianic scriptures," which were used as blueprints in the construction of the New Testament.
In the final analysis, Christianity constitutes a syncretism of Judaism and Paganism, including the highly important Egyptian religion.
Further Reading
Nueva versión del Antiguo Testamento, de "texto divino" a "documento humano"

La Sinagoga Unida del Judaísmo Conservador acaba de publicar una nueva versión del texto bíblico reinterpretado a la luz de los hallazgos de arqueólogos que vienen haciendo excavaciones en Israel y sus alrededores en los últimos 25 años. Se proponen enfrentar a las que consideran versiones "infantiles" del Antiguo Testamento. Ya vendieron más de 100.000 ejemplares
Abraham, el patriarca judío, tal vez nunca haya existido. Tampoco Moisés
Es más, la historia del éxodo tal cual se relata en la Biblia, quizá nunca ocurrió. 
Lo mismo es válido para la caída de los muros de Jericó. 
Y es muy probable que David, lejos de ser el rey intrépido que convirtió a Jerusalén en una capital poderosa, haya sido un líder provincial cuya reputación más tarde se magnificó para darle un empuje a una nación en crisis
Estas propuestas -bastante asombrosas, por cierto- son producto de los hallazgos de arqueólogos que vienen haciendo excavaciones en Israel y sus alrededores en los últimos 25 años y que ganaron una amplia aceptación entre los rabinos no ortodoxos. Claro que no hubo ningún intento por difundir estas ideas o discutirlas con los laicos. Al menos, hasta ahora.
La Sinagoga Unida del Judaísmo Conservador, que representa al millón y medio de judíos conservadores de Estados Unidos, acaba de publicar una nueva Tora (Antiguo Testamento), la primera para los conservadores en más de 60 años. Bajo el nombre de "Etz Hayim" ("Arbol de la vida" en hebreo), ofrece una interpretación que incorpora los últimos hallazgos de la arqueología, la filología, la antropología y el estudio de las culturas antiguas. Para los editores que trabajaron en el libro, representa uno de los esfuerzos más sólidos que se hayan hecho hasta el momento para introducir una visión de la Biblia, no tanto como un texto divino, sino como un documento humano.

"Cuando yo era chico, en Brooklyn, los fieles no eran demasiados", dijo el rabino Harold Kushner, uno de los editores del nuevo libro. "Hoy leen mucho sobre psicología, literatura e historia, pero siguen encerrados en una versión infantil de la Biblia". "Etz Hayim", compilada por David Lieber de la Universidad del Judaísmo en Los Angeles, intenta cambiar esta imagen: ofrece el texto hebreo estándar, una versión paralela en inglés, una exégesis página por página, comentarios periódicos sobre la práctica judía y, al final, 41 ensayos de rabinos y académicos prominentes sobre temas que van desde el rollo de la Tora y las leyes de alimentación hasta la ecología y la escatología que, seguramente, sorprenderán a muchos fieles.

Tal es el caso de un ensayo de Robert Wexler, presidente de la Universidad del Judaísmo en Los Angeles, que, sobre la base del academicismo moderno, establece que es improbable que la historia del Génesis haya tenido un origen en Palestina. Es más probable, según Wexler, que haya surgido en la Mesopotamia, cuya influencia es más evidente en la historia del diluvio, que probablemente fuera consecuencia del desborde periódico de los ríos Tigris y Eufrates. 


Igualmente asombroso para muchos lectores será el ensayo "Arqueología bíblica", de Lee Levine, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén. "Las fuentes egipcias no hacen ninguna referencia a que el pueblo de Israel haya morado en ese país", escribe, "y la evidencia que sí existe es insignificante e indirecta". Y agrega que la escasa evidencia indirecta, como el uso de nombres egipcios, "dista de ser adecuada como para corroborar la historicidad del relato bíblico".

La noción de que la Biblia no es literalmente cierta "está más o menos aceptada por los rabinos más conservadores", observó David Wolpe, un rabino del Templo Sinaí en Los Angeles y colaborador en "Etz Hayim". "Pero algunos fieles se sentirán molestos". En la última Pascua, en un sermón ante 2.200 fieles en su sinagoga, el rabino Wolpe dijo que "prácticamente todos los arqueólogos modernos coinciden en que la manera en que la Biblia describe el éxodo no refleja la manera en que sucedió en realidad, si es que sucedió". El rabino ofreció, según sus palabras, una "letanía de desilusión" sobre la narrativa, incluyendo contradicciones, improbabilidades, lapsus cronológicos y la falta de evidencia comprobatoria. En realidad, dijo, los arqueólogos que excavan en el Sinaí "no encontraron ningún rastro de las tribus de Israel, ni un solo cacharro". La reacción que provocó el sermón del rabino fue mixta: muchos le manifestaron admiración por su valentía y otros tantos se mostraron indignados por su audacia.

La masa de evidencia académica que cuestiona la narrativa del éxodo se volvió tan importante que las opiniones minoritarias se volvieron mayoría. Pero no entre los judíos ortodoxos, quienes siguen considerando a la Tora como la palabra divina e incuestionable de Dios. Lawrence Schiffman, profesor de la Universidad de Nueva York y judío ortodoxo, dijo que "Etz Hayim" va demasiado lejos al aceptar el academicismo moderno que, sin darse cuenta, termina siendo "oposición nihilista" a lo que creen los judíos conservadores. Observó, sin embargo, que la mayoría de los interrogantes sobre la precisión de la Biblia se habían escondido en el patio trasero y que "el promedio de los fieles que acuden a la sinagoga nunca van a buscar allí".

Desde que se publicó, hace unos meses, "Etz Hayim" ya vendió más de 100.000 ejemplares y muchos esperan que se convierta, finalmente, en la Biblia oficial de las 760 sinagogas conservadoras de Estados Unidos. Sin embargo, la longevidad de "Etz Hayim" tal vez dependa del ritmo de los descubrimientos arqueológicos.

© The New York Times

8 comentarios:


"Moisés" es un título que significa "el Inspirado" y no el nombre de una persona concreta. El Pentateuco de Moisés, es egipcio sin lugar a dudas. El análisis genético del cromosoma "Y" demuestra que los judíos sefarditas tienen los genes Med+4S+1L, exactamente igual que los Palestinos y el 90% de Sirios (hay un 10% mezclado con árabes); es decir que palestinos+judíos sefarditas+sirios, son lo que conocemos históricamente como pueblo Asirio. Los Asirios inventaron la lengua Aramea al tomar contacto con los Fenicios (Libano) y Samaria y Judea. Por esta circunstancia con la guerra de Irak, entre 800.000-1.500.000 iraquies cristianos de lengua aramea se vieron forzados a abandonar su tierra. Jesús hablaba arameo. Y esto demuestra que todos estos pueblos son asirios. El hebreo es una lengua egipcia que no se puede hablar, pues es de signos para su interpretación. Esdras al encontrar el Pentateuco se tuvo que auxiliar de los samaritanos (dialecto del egipcio) para traducirlo al arameo y a partir de ahí surge la manipulación, donde se cogen textos egipcios y se mal traducen como si fueran historias mesopotámicas, porque era lo que a ellos les sonaba.
Anónimo dijo...
Al leer el exodo y la historie de Moises, surgen muchas dudas:
1.- Moises para no ser asesinado fue colocado en una cesta de minbre para que no fuera asesinado: pregunta quienes son los varones judios que lo acompañan en el exodo si todos debían estar muerto cuando niño.
2.-Si Moises fue criado por la realeza egipcia que ventajas tenía apoyar al pueblo "esclavizado judío", perdía su posición y túbo que huir para no ser ajusticiado por asesinato de un soldado egipcio.
3.- Porque los judíos debieron marcar sus casas para que los angeles del señor no mataran a sus primogenitos o es que Dios era incapaz de saber cuales eran las casas de lso judíos.
4.- Si los judíos eran esclavos como era que tenían ganado y además oro para construir un becerro de oro en el Sinaí.
5.- Como un pueblo caminando marchando a pie pudo escapar de un ejercito motorizado como eran los egipcios en sus carros de guerra veloces tirados por caballos.
6.- Si los judios fueron esclavos de donde sacaron las armas para atacara los pueblos cananeos y conquistar sus tierras.
7.- Si Dios les dió las tab las de la ley en las cuales establece NO MATAR y después ese mismo Dios le dice al mas grande genocida de todos los tiempos Samuel que debía exterminar hasta las mujeres casadas inclusive.



new book

Did Moses Exist? The Myth of the Israelite Lawgiver,



which is coming along nicely, although it is much longer than I expected to do - what else is new? That happens with every project I set out on, because I try to be so thorough and incorporate as much of the research on a subject as I can humanly gather. In this popular subject, one can imagine there is a ton of material to sift through, in a variety of languages, dating back to remote ages. Most of my primary-source research for this project is in Greek, Hebrew and Latin, but there is also some relevant Ugaritic and other Semitic languages, as well as Egyptian, et al.

Although many scholars of the past century to today are clear on the mythical nature of the Exodus tale and the probable (to them) non-historicity of the Moses character, there are a number of historical or quasi-historical individuals and events that have gathered attention as the possible "real Moses" and "real Exodus." These events and individuals include, of course, the Egyptian pharaoh Akhenaten, the Hyksos and Ahmose I, Osarseph and the lepers, etc. Thus, I spend much of the first part of the book addressing these issues, while the rest of my work provides the comparative religion and mythology.

For example, there is a lengthy section concerning the profound correspondences between the tales of Moses and the Greek god Dionysus. I have created one of my (in)famous lists featuring Dionysus's attributes in relation to the Moses myth, annotating each attribute with a primary source from antiquity, including the original Greek or other language as well. These parallels have been known for centuries by many among the elite; it is therefore disturbing that they are unknown and even hidden from the masses. Why aren't these similarities between Moses and the mythical figure of Dionysus being taught from the pulpit? Because the bibliolaters have a strict hold over the minds of the masses, unfortunately. Otherwise, these same masses could investigate this material with as much fascination as I do.

The following is a draft table of contents of my book Did Moses Exist?. The order and substance will change but not very much.

Table of Contents

Preface
Comparative Religion SquashedIntroduction
The Pentateuch/Torah
Moses's Era
The Allegorical 'Dark Sayings' of Old
The Book of the LawWas Moses the Egyptian Pharaoh Akhenaten?
Polytheistic Monotheism/Monism
A Priest of Aten?
Euhemerism/EvemerismThe Exodus as History?
The Route of the Exodus
Four Decades of Desert Traumatization
The Philistines
Giants in the Promised Land
Manna and Magic Water
The Amalekites and the Magic Rod
No Trumpets Needed at Jericho
No Archaeological Evidence
Modern Gatherings Irrelevant
Merneptah StelaThe Hyksos, Ahmose and Osarseph
Conquerors or Captives?
Ahmose I
Osarseph and the Lepers
Chaeremon
Thieves/Son of Joseph?
Herodotus and the Syrians from Palestine
Hyksos as Pre-Israelite SemitesThe Exodus as Myth
The Plagues
The Parting of the Red Sea
The Ark of the Covenant
The Wilderness Sojourn
The Exodus of Osiris
Rama, Adam's Bridge and the Indian Jews
The 600,000 as Kabbalistic Motif
The Ten Commandments
The Golden Calf and Smashing of Tablets
Forty Days, Nights and YearsWho Was Moses?
Minos and Manu
The Dionysus Connection
Herodotus
Diodorus
Vine and Wine
Exodus into the Sea
Bacchic Attributes
Jesus and Dionysus
Orpheus and PaulMoses and Mises
Moses and Jesus
The Hero's Birth
The Slaughter of Innocents
Smiting the Rock
Moses and the Serpent
Moses and the Tabernacle
The Great God Sun
The Origin of Yahweh
El and Yahweh
Babylonian Sun Hymn
Moses as Solar HeroConclusion
Appendices
The Great Hymn to the Aten
The Great Mendes Stela
Second Isaiah
125th Chapter of the Egyptian Book of the Dead
The Declaration of Innocence Before the Gods of the Tribunal
Papyrus of Ani (c. 1250 BCE)
Theban Recension
Psalm 19
Psalm 104Bibliography

As an example of one "small" point I make in DME, not something I dwell upon but which is highly important, I quote Dr. George Smith, the British Assyriologist/archaeologist who discovered the tablets at Nineveh that contain the world-famous Epic of Gilgamesh and the nativity story of Sargon I. I then emphasize that this esteemed scholar's conclusions have not only been accepted into the mainstream as a foundation for Near Eastern studies but that they have since proved to be accurate, not to be dismissed as "outdated." Here is the relevant excerpt:


Quote:
Concerning Moses and Sargon, British Assyriologist Dr. George Smith states:


Quote:
In the palace of Sennacherib at Kouyunjik [Kuyunjik], I found another fragment of the curious history of Sargon... This text relates that Sargon, an early Babylonian monarch, was born of royal parents, but concealed by his mother, who placed him on the Euphrates in an ark of rushes, coated with bitumen, like that in which the mother of Moses hid her child (see Exodus ii). Sargon was discovered by a man named Akki, a water-carrier, who adopted him as his son, and he afterwards became king of Babylonia.... The date of Sargon, who may be termed the Babylonian Moses, was in the sixteenth century B.C. or perhaps earlier.
Since Smith's time, Sargon I has been placed in the 23rd-24th centuries BCE, long before the purported time of Moses, c. 13th-15th centuries BCE by mainstream dating. As we can see, this scholar of a past era was knowledgeable and scientific about his subject matter; indeed, he was an archaeologist on this important excavation of Nineveh, capital of the Assyrians, where he himself unearthed the legend of Sargon. Moreover, Smith is the discoverer and translator of the Epic of Gilgamesh, like the Sargon tale one of the most famous and important ancient texts of all time. Smith's work was pioneering and exemplary, and his conclusions were substantially correct, not "outdated" merely by the fact that he came to them during the 19th century. The only adjustment during the century and a half since Smith's time is the dating, which has been fine-tuned due to discoveries after that.

Many other such conclusions from earlier scholars have been verified or accepted in the past century, including the doubting of Moses and the Exodus as historical entities, comparing, for example, Moses's birth with that of Sargon's to demonstrate the mythicality of this motif, as Smith had done shortly after discovering the Sargon myth. Thus, his groundbreaking conclusions have been accepted into mainstream scholarship. Therefore, it does these great and intelligent scholars a tremendous disservice to dismiss their work merely because it occurred decades or centuries ago. In reality, we are utterly dependent on the work of this generation of scholars, so it is egregious and unscholarly to dismiss, disparage or ignore them.
At this point in DME, I note:


Quote:
I comment here because there has been an appalling trend in the study of history, religion, mythology and archaeology to dismiss out of hand all research prior to the middle of the 20th century, except for primary sources and, perhaps, excavation reports such as Smith’s. In other words, according to this illogical academic snobbery or "theorem," no conclusions, interpretations or insights by these earlier generations are valid and should not even be considered. One can only hope that future generations do not behave so rashly and irresponsibly with the works of our time, including blithely dismissing and disparaging those of current writers advocating this post-1950 methodology.
There is much more to come...


This cover too is a mockup that will probably change.


ALGUNAS SIMILITUDES ENTRE LA BIBLIA Y LIBRO EGIPCIO DE LOS MUERTOS : 

Partiendo de la base de que la Biblia no es un texto funerario, ni una colección de sortilegios, como lo es el Libro egipcio de los Muertos, ni que ambos textos presentan una misma composición, ni derivan de una misma cultura y religión, no puede sostenerse una relación directa del Libro de los Muertos con la Biblia.
No obstante, no puede tampoco cuestionarse que el Libro de los Muertos tuvo un papel relevante en la cultura del antiguo Egipto, manteniendo su praxis durante el periodo coincidente con la composición del texto bíblico.
Toda vez que la Biblia es un texto heterogéneo donde se aprecian distintas influencias culturales en su composición (Egipto, Mesopotamia, etc.), no puede descartarse alguna vaga influencia del Libro de los Muertos sobre la Biblia, aunque sea a razón de un hito característico de la cultura egipcia que marco a las poblaciones vecinas, también politeístas y sujetas al dominio de Egipto.
Por consiguiente, este breve artículo únicamente pretende exponer algunos pequeños puntos que aparecen en el Libro Egipcio de los Muertos y que parecen también recogerse vagamente en la Biblia; lo cual, como antes ya mencioné, no significa en modo alguno que la Biblia contenga parte de esta obra egipcia o que ambas tengan una relación en sí, directa.

Comencemos pues con estos puntos:

Los Diez Mandamientos

En el capítulo CXXV del Libro de los Muertos (Papiro de Ani) se incluye una lista de juramentos para alcanzar la vida después de la muerte. Estas declaraciones juradas son confesiones negativas, que llevan implícito el mandato de los dioses egipcios a llevar una vida recta; algunas de estas confesiones se asemejan a mandamientos del decálogo israelita.
Cap. CXXV del Libro de los Muertos
El papiro de Ani, del Museo Británico - E.A.Wallis Budge
Éxodo, 20:1-17, 34:28, Deuteronomio 5:6 21 y 10:4
“En verdad, vine a ti y te traigo la Justicia y la Verdad. Por ti rechace la iniquidad”.
-“No herí a hombre alguno, ni hice daño a las bestias”.
-“No cometí delito en el lugar de la Justicia y la Verdad”.
-“No conocí mal: No actué perversamente”.
-“Cada día trabajé más de lo que se me pedía”.
-“Mi nombre no llegó a la barca del príncipe”.
-“No desprecié a Dios”.
-“No causé aflicción, ni ejercí aflicción”.
-“No hice lo que Dios abomina”.
-“No hice que su amo obrara mal con su siervo”.
-“A nadie le hice sentir dolor”.
-“A ningún hombre hice llorar”.
-“No cometí homicidio; ni jamás ordene a nadie que matara por mí”.
-“No perjudique a la gente”.
-“No hurte lo ofrendado en los templos; ni robé las tortas de los dioses”.
-“No me llevé las ofrendas efectuadas a los bienaventurados difuntos”.
-“No forniqué, ni mancillé mi cuerpo”.
-“Ni acrecenté, ni disminuí las ofrendas debidas”.
-“No robé de los huertos; ni pisoteé los campos”.
-“No hice agregados al peso de la balanza; ni aligeré el peso de los platillos”.
-“No quité la leche de la boca del infante”.
-“No aparté el ganado de sus apacentaderos”.
-“No tendí trampas al ave acuática de los dioses”.
-“No pesqué peces con carnada de sus propios cuerpos”.
-“No hice regresar el agua en su marea alta”
-“No interrumpí el cauce del agua corriente”.
-“No extinguí la llama en su plenitud”.
-“No descuidé las estaciones para las ofrendas asignadas”.
-“No alejé el ganado separado para el sacrificio”.
-“No impedí las procesiones del dios.
Soy puro. Soy Puro”
-“No tendrás otros dioses delante de mí”.
-“No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas”.
-“No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto; porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos”.
-“No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano”.
-“ Acuérdate del séptimo día para santificarlo”. –“ Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas; pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades. Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el sábado y lo declaró santo.
-“Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da”.
-“No matarás ”.
-“No cometerás adulterio”.
-“No robarás ”.
-“No darás falso testimonio contra tu prójimo”. –“No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.


Aunque aparezcan semejanzas con el Libro Egipcio de los Muertos, el decálogo israelita también está empañado de otros mandatos divinos no egipcios procedentes de Ebla, Ugarit y Canaán. Asimismo el decálogo contiene preceptos similares al código de Hammurabi que junto con tradiciones locales cananeas pudieron dar una primera forma a los Diez Mandamientos. Los eruditos bíblicos sostienen que las primeras fórmulas primitivas del decálogo (s.X-VIII a.C.) eran simples negativas (no matarás, no robarás, etc.), es decir, manifiestan además de prohibiciones, una distinción entre lo bueno y lo malo a los ojos de Dios, algo similar a las confesiones negativas que aparecen en el Libro Egipcio de los Muertos.
La balanza de Maat, el libro de Job y el libro de Daniel

El Libro Egipcio de los muertos contiene la escena del pesaje del corazón del difunto. El corazón emblema de la conciencia es pesado en la balanza y en el otro extremo es pesada la pluma emblema de la ley. Arriba doce dioses observadores están sentados sobre sus tronos: “Te ruego, oh tú que pesas lo justo, que guíes la balanza para que se estabilice”.

En el papiro del museo británico nº 9901, la diosa Maat está sentada en el centro del astil de la balanza. En otras versiones de esta obra, las dobles diosas Maat son representadas erguidas junto a la balanza observando el resultado del pesaje. También hay representaciones en donde la pluma es sustituida por la propia diosa Maat.

En otras versiones como la del papiro de Quenna, en vez de Maat, es anubis quien aparece en el astil y en otras variantes de la escena del pesaje del corazón, aparecen monos, el dios Horus, Osiris, Isis y Neftis. También aparece el dios Thot, y detrás de Thot el monstruo hembra Amam “el devorador” o Am-mit “el que come al difunto”.





Sección del Libro de los Muertos. Tebas,Dinastía XXI, 1075-945 a.C. (Imagen cortesía de The Metropolitan Museum of Art (New York) www.metmuseum.org

La balanza fue una herramienta de uso común en el próximo oriente antiguo para pesar productos mercantiles junto con oro, plata, cobre, etc. La Biblia da mucha importancia al uso correcto de las balanzas:

Levítico 19:35-36:”No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida.Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto”.

Pero la Biblia no solamente hace referencias a la balanza como dispositivo para el pesaje de productos en las transacciones comerciales (Amos 8:5, Proverbios 16:11; 20-23, Isaías 46:4; Jeremías 32:10, etc.). En el libro de Job podemos leer el pesaje del hombre ante Dios de manera similar al Libro Egipcio de los Muertos:

Job 31:5-6: “Si anduve con mentira, y si mi pie se apresuró a engaño, péseme Dios en balanzas de justicia, y conocerá mi integridad”

El contexto de este capítulo 31 es una confesión a modo de protesta, una defensa de la integridad de Job, exponiendo de forma paralela a las confesiones negativas del Libro Egipcio de los Muertos su inocencia y rectitud ante Dios a lo largo de su vida. Si volvemos a leer las confesiones negativas y el capítulo 31 del Libro de Job apreciaremos ciertas similitudes, tales como negar el engaño o la mentira, la iniquidad, el mal al prójimo, obrar contra el siervo, etc.

Esta obra está llena de complejidad, de hecho no hay consenso acerca de la fecha de su composición, tal vez pudo comenzar a redactarse en fecha postexílica, entorno al siglo VI-V a.C., pues es rico en lenguaje arameo, a la vez que contiene figuras que corresponden al periodo persa como “Satán”, sin embargo en su literatura aparece también un estilo de épica semítica más antigua (s.VIII a.C.), y paralelismos con la antigua literatura cananea, acadia, sumeria y egipcia. Así por ejemplo el Libro de Job tiene alguna similitud con la epopeya cananea de Keret, con “Las protestas del campesino elocuente”, un texto egipcio del siglo XXI a.C., o por último con el texto “El hombre y su Dios”, una tablilla sumeria del siglo XVIII a.C. La raíz del propio nombre “Job” (enemigo y penitente) ya aparece en textos de execración egipcios, en las cartas de Amarna, en Alalaj, en Mari, y en Ugarit.

Además, su autor anónimo, quien la tradición hebrea atribuye a Moisés, parece conocer distintas tradiciones orales mucho más antiguas al periodo persa, e incluso parece hubiera viajado a Egipto, pues además de los paralelismos con algunos textos egipcios, existe una alusión directa a Behemot (el hipopótamo del Nilo) para hacer referencia al país de Egipto:

(Job 40:15) “Mira ante ti a Behemot: él se alimenta de pasto como un buey”

Sin embargo el libro de Job no es el único de la Biblia que contiene el acto de pesar sobre la balanza al hombre frente a Dios. En el libro de Daniel, el profeta explica al rey Belsasar la visión que ha tenido, donde Dios recrimina al rey su deficiencia moral, su altivez, su falta de humillación y la profanación de objetos sagrados del Templo, profetizando por ello su caída a manos de los persas.

En esa declaración que Daniel hace al rey Belsasar podemos leer que al igual que en el Libro egipcio de los Muertos, la persona es pesada en una balanza ante Dios.

(Dn. 5:27) "Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto"

ADAN y EVA





Adán y Eva representados en un grabado francés del siglo XVII

El libro de los muertos es un texto fuente de un dilatado desarrollo cultural, siendo en si misma una obra dinámica, en el sentido de que además de haber distintas versiones, no hay un papiro que sea exactamente igual que otro. Para empezar, sus orígenes se remontan a los Textos de las Pirámides de la Dinastía V, para después enlazar con los Textos de los sarcófagos del Reino Medio y es a partir del imperio Nuevo cuando se le da la forma que hoy conocemos.

Al ser una guía que orienta al difunto, cada ejemplar contiene sus variaciones. Así por ejemplo un difunto que robó se excusa hábilmente ante los dioses, reconociendo que obró mal, pero que se arrepintió, queriendo devolver lo robado, sin tener tiempo para ello al sorprenderle la muerte. Entonces los dioses le premian permitiéndole ir al más allá.

En la antigüedad, un sabio era aquel hábil para responder delante del dios. En la Biblia no es así, sino que es sabio, aquel que se responsabiliza con aquello que responde. En la Biblia podemos apreciar dos ejemplos antagónicos: Por una lado en Génesis 3:11-12 podemos leer un diálogo entre Dios y Adán:

11.- “Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?”

12 .-“Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.”.

En este diálogo, al igual que el difunto que contesta hábilmente ante el dios egipcio, Adán contesta a Yhavé eludiendo la pregunta sin responsabilizarse y sin embargo a diferencia del pensamiento egipcio, Dios lo castiga y expulsa del paraíso. ¿ Por qué?

En la antropología hebrea el hombre es visto como un ser compacto, sin partes. El hombre es como un libro unitario que puede verse de lado, de frente y por dentro. El hombre visto de frente es limitado, algo que se nos muestra en el Libro de Job y en el Libro de los Proverbios, mientras que a un hombre visto de lado le es perceptible su movimiento respiratorio. El movimiento de inspirar y espirar es personal e individual, no es delegable a otro, por lo que en el pensamiento judío cada persona es responsable de su propio respirar, de su propia vida, de sus propios actos.

En hebreo la palabra “Nephesh” (נפש) que significa “criatura que respira”, es el alma, su vida, refiere al ser humano como criatura viviente y responsable de sus propios hechos.

En la Biblia Dios da aliento a Adán y lo hace responsable de su vida. Es responsable aquel que es capaz de reconocer sus limitaciones (sus virtudes y faltas), desarrollando sus cualidades y controlando sus defectos.

Por último, en el mundo hebreo la persona al igual que un libro puede llegarse a conocer también por dentro. Conozco el interior de la persona cuando conozco su “Ruah” palabra hebrea (רוח) para designar “respiración, soplo, aliento, aire, viento o espíritu”.

Y habiendo Adán desobedecido a Dios elude su responsabilidad dando una respuesta que sería hábil para el mundo de los dioses egipcios, pero que en el pensamiento semita le condena.

Por otra parte un ejemplo contrario lo encontramos en el Libro segundo de Samuel. En este caso el rey David quien mantiene una relación con una mujer casada (Betsabé), para deshacerse del marido (Uría), le manda al frente donde es asesinado. Después se casa con la viuda y tienen un hijo.

(2 Samuel 11:27) “Y pasado el luto, envió David y recogióla á su casa: y fué ella su mujer, y parióle un hijo. Mas esto que David había hecho, fué desagradable á los ojos de Jehová”.

Aunque ello es mal visto por Dios, al igual que en el relato de Adán, Dios vuelve a hacer una pregunta, esta vez en palabras del profeta Nathán:

(2 Samuel 12:9) “¿Por qué pues tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Uría Hetheo heriste á cuchillo, y tomaste por tu mujer á su mujer, y á él mataste con el cuchillo de los hijos de Ammón”.

(2 Samuel12:10) “Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada; por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Uría Hetheo para que fuese tu mujer”.

(2 Samuel 12:11) “Así ha dicho Jehová: He aquí yo levantaré sobre ti el mal de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré á tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres á la vista de este sol”.

(2 Samuel12:12) “Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel, y delante del sol”.

(2 Samuel12:13) “Entonces dijo David á Nathán: Pequé contra Jehová. Y Nathán dijo á David: También Jehová ha remitido tu pecado: no morirás”.

(2 Samuel12:14) “Mas por cuanto con este negocio hiciste blasfemar á los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido morirá ciertamente”.

Y aquí David no contesta como Adán, sino que se responsabiliza y reconoce su pecado, por lo que Dios le perdona la vida.

EL LIBRO EGIPCIO DE LOS MUERTOS Y EL CRISTIANISMO
A. El uso de tinta roja

El papiro de Ani tiene sus títulos, encabezamientos, epígrafes y reclamos, escritos en tinta roja. El color rojo se empleaba también para remarcar determinados apartados, secciones o párrafos y no fue un motivo exclusivo del Libro Egipcio de los Muertos, sino que se reprodujo en otros textos no funerarios, como por ejemplo el Papiro Ebers, un texto de medicina.





Fragmento del Papiro de Ani donde se aprecia el uso de tinta roja

Pero si hablamos del uso de tinta roja en documentos religiosos hebreos, de todo ello no hay precedente en la Torá, porque de acuerdo con las leyes judaicas la tinta con que se escribe tiene que ser de un color negro denominado azabache, y siempre debe mantenerse ese color.

Algunos escritos pueden tener algunos adornos de colores como en el caso del acta matrimonial judía o en algunos manuscritos, con el solo efecto de adornar, y hay actas matrimoniales muy bellas, pero las letras de los manuscritos bíblicos hebreos son siempre negras.





Cantar de los Cantares 1:1-4 del Códice Sinaíti-co con rúbricas a tinta roja)

Hoy en día las letras de una Torá no pueden tener colores rojos ni siquiera el negro debe insinuar una tonalidad rojiza, por lo tanto si se usa algún elemento mineral que se pueda transformar en una leve tonalidad rojiza se descarta, pero si vira muy poco al azul no la invalida.

Sin embargo en los textos religiosos cristianos la cosa cambia. En Egipto los evangelios se traducen del griego al copto entre los siglos II y III; es más, el uso litúrgico de los textos cristianos se plasman en dos importantes dialectos coptos: el sahídico (tebano) y el bohaírico (menfítico), asociados con el Alto y el Bajo Egipto respectivamente.

El dialecto bohaírico tuvo su principal uso desdeel siglo XI en adelante por los cristianos coptos combinando distintas gamas de colores, en donde el color rojo se utilizaba al igual que en los antiguos textos egipcios para los títulos, encabezamientos y separaciones.

Ya en el siglo IV el códice Sinaítico, escrito en griego y cuya procedencia podría ser Egipto, usa de manera repetitiva la tinta roja en sus rúbricas.

Mi planteamiento es que el uso de tinta roja en los textos litúrgicos cristianos del próximo oriente procede del cristianismo de Egipto, aunque tal vez sin exclusividad y que este a su vez podría traer origen de su uso en la antigua cultura egipcia, en textos egipcios, como el Libro Egipcio de los Muertos.

Lo mismo sucede con los textos cristianos siríacos hallados en Egipto donde algunas palabras están escritas a tinta roja. La Biblia Peshitta que es la traducción siríaca de las Escrituras se produjo al igual que el copto, entorno a los siglos II y III, formándose como lengua litúrgica cristiana en Iraq, Síria y Líbano.





Hojas de un libro en Siriaco procedente del Sinaí (Egipto) s.XI con palabras en rojo

Los textos coptos en bohaírico fueron posteriormente en Egipto traducidos al árabe por los cristianos, recogiendo nuevamente el uso de tinta roja.

En la siguiente imagen podemos ver un texto copto en dialecto bohaírico con su traducción marginal al árabe. En el texto podemos apreciar los encabezamientos escritos con tinta roja.





Coptic; Possibly from the Dayr al-Suriyan (Monastery of the Syrians), Wadi an-Natrun, Egypt; Written and illustrated in Egypt; Written in Coptic, with Arabic in the margins, in black and red Paper; H. 8 7/8 in. (22.5 cm), W. 6 5/8 in. (16.8 cm); 44 leaves, Rogers Fund, 1919 (19.196.3)) - (Copto; Posiblemente procedente de Dayr al-Suriyan (Monasterio de los Sirios), Wadi an-Natrun, Egipto; escrito e ilustrado en Egipto; escrito en Copto, con Árabe en los márgenes, en negro y rojo; 22,5 cm x 16,8 cm; 44 hojas Rogers Fund,1919) - (Imagen cortesía de The Metropolitan Museum of Art (New York) www.metmuseum.org

B) San Jorge y el dragón: ¿el difunto y Apofis?

Por último, en el Papiro de Ani podemos leer:

“Que yo castigue al asno; que yo aplaste al maligno; que yo destruya a Apep en su hora”.

El enemigo de Ra eran las tinieblas, la noche, todo lo que produjera oscuridad. Las tinieblas personificadas en Apep, Nak, Apofis, etc.

Su representación iconográfica en forma de serpiente, cocodrilo o tortuga, que Horus-Difunto, el sol naciente, debía vencer, traspasándolo con una lanza.

En la iconografía cristiana copta tenemos una imagen familiar, la de San Jorge y el Dragón. La diferencia es que mientras en el cristianismo San Jorge mata al dragón, en la mitología egipcia Apofis sólo es herido o sometido, pues el mal es indestructible, al ser necesario para la existencia del bien y la consecución del ciclo solar.

Aunque el personaje de San Jorge mártir data del siglo III, la leyenda de San Jorge y el dragón es mil años más tardía. Fue escrita en el siglo XIII por Santiago de la Vorágine en su célebre obra "La Leyenda dorada” y ninguna relación puede tener con las antiguas escenas egipcias del Libro Egipcio de los Muertos.

Aún así, es un buen ejemplo de que algunas representaciones egipcias pueden prestarse fácilmente al error con escenas bíblicas o santorales, cuando realmente no tienen relación alguna.


No obstante, aunque se trate de pequeñas influencias genéricas o indirectas de esta obra egipcia sobre la Biblia, lo son por su dilatado periodo de vigencia y por su gran trascendencia en la cultura egipcia que influyó al igual que otras culturas en la composición de las Sagradas Escrituras, hasta el punto que el egiptólogo alemán Karl Richard Lepsius, cuando lo tradujo y le puso el nombre de “Libro Egipcio de los Muertos” pensó que se trataba de la antigua Biblia egipcia.

Bibliografía y textos consultados:

- Libro Egipcio de los Muertos (Papiro de Ani) E.A.Wallis Budge

- La Biblia versión Reina Valera

- Uso de tintas en la Torá- Rabino Berl Schtudiner-21-11-2007

- Apuntes “Salmos y libros sapienciales”- Profesor Francesc Ramis- CETEM- clases días 10-10-2007 y 17-10-2007.



 Did the Exodus Really Happen?

Dealing with the Akhenaten and Hyksos material is simply the first part of the analysis. Once it is demonstrated that these episodes are not reflected in the mythical Exodus story in a significant manner, the analysis turns to the mythical motifs underpinning these tales. If one wishes to know what I have covered in my book, the Table of Contents is at the beginning of this thread. That particular TOC is outdated, in that I have added a huge amount more material and subsections, but one can get the general idea. I will be uploading the entire TOC as a file online at some point hopefully shortly.

Jews as Dionysus Worshippers

In the meantime, in figuring out the major figures used to create the mythical Moses character, one must look closely at the Greek vine and wine god Dionysus, as I have demonstrated in my ebook The Moses-Dionysus Connection. In this regard, in Did Moses Exist? I have much more material about this particular subject than is presented in that ebook. In fact, the amount of data comparing Dionysus to Moses is massive, and I've too much draft that now needs to be condensed down.

Plutarch

The correspondences between Dionysian and Old Testament religion were so obvious that in the second century AD/CE Plutarch described the Jewish worship in terms of Dionysian rituals. Here's a taste from Did Moses Exist?:

Quote:
...the time and manner of the greatest and most holy solemnity of the Jews is exactly agreeable to the holy rites of Bacchus; for that which they call the Fast [Day of Atonement] they celebrate in the midst of the vintage, furnishing their tables with all sorts of fruits, while they sit under tabernacles made of vines and ivy; and the day which immediately goes before this they call the day of Tabernacles [Sukkah (σκηνή)]. Within a few days after they celebrate another feast, not darkly but openly, dedicated to Bacchus, for they have a feast among them called Kradephoria, from carrying palm-trees, and Thyrsophoria, when they enter into the temple carrying thyrsi. What they do within I know not; but it is very probable that they perform the rites of Bacchus. First they have little trumpets, such as the Grecians used to have at their Bacchanalia to call upon their Gods withal. Others go before them playing upon harps, which they call Levites, whether so named from Lusius or Evius—either word agrees with Bacchus. And I suppose that their Sabbaths have some relation to Bacchus; for even at this day many call the Bacchi by the name of Sabbi, and they make use of that word at the celebration of Bacchus’s orgies...

Nor would it be absurd, were any one to say that the name Sabbath was imposed upon this feast from the agitation and excitement (σόβησις [sobesis]) which the priests of Bacchus indulged in. The Jews themselves testify no less; for when they keep the Sabbath, they invite one another to drink till they are drunk; or if they chance to be hindered by some more weighty business, it is the fashion at least to taste the wine...

...But there are other arguments which will clearly evince the truth of what I assert. The first may be drawn from their High-priest, who on holidays enters their temple with his mitre on, arrayed in a skin of a hind embroidered with gold, wearing buskins, and a coat hanging down to his ankles; besides he has a great many little bells hanging at his garment which make a noise when he walks the streets. So in the nightly ceremonies of Bacchus (as the fashion is among us), they make use of musical instruments, and call the God’s nurses χαλϰοδϱυσταί [khalkodrustai]. High up on the wall of their temple is a representation of the thyrsus and timbrels, which surely can belong to no other God than Bacchus. Moreover they are forbidden the use of honey in their sacrifices, because they suppose that a mixture of honey corrupts and deads the wine."

Oxford scholar Rev. Dr. Edward Hayes Plumptre (1821-1892) summarizes Plutarch's identification of the Jews as Dionysus followers:

Quote:
The resemblance between the Feast of the Tabernacle and the Greek festivals in honour of Bacchus, or Dionysos, is noticed at some length by Plutarch [Sympos. 4]. He describes the booths of palm-branches and ivy, and the Levites playing on their citherns; the mitre, the tunic, the bells of the high priests' vestments. He, for his part, had no doubt that the festival was at the Thyrsophoria of the Greeks, and that the Jews were worshippers of Bacchus.

Israeli scholar Dr. Abraham Schalit summarized not only Plutarch's impressions but also those of other individuals from antiquity:

Quote:
The non-Jews of Alexandria and Rome alleged that the cult of Dionysus was widespread among Jews. Plutarch gives a Bacchanalian interpretation to the Feast of Tabernacles… According to Plutarch the subject of the connection between the Dionysian and Jewish cults was raised during a symposium held at Aidepsos in Euboea, with a certain Moiragenes linking the Jewish Sabbath with the cult of Bacchus, because 'even now many people call the Bacchi "Sabboi" and call out that word when they perform the orgies of Bacchus.' Tacitus too thought that Jews served the god Liber, i.e., Bacchus-Dionysus, but 'whereas the festival of Liber is joyful, the Jewish festival of Liber is sordid and absurd.' According to Pliny, Beth-Shean was founded by Dionysus after he had buried his wet nurse Nysa in its soil. His intention was to enlarge the area of the grave, which he surrounded with a city wall although there were as yet no inhabitants. Then the god chose the Scythians from among his companions, and in order to encourage them, honored them by calling the new city Scythopolis after them (Pliny, Natural History' 5:18, 74).

An inscription found at Beth-Shean dating from the time of Marcus Aurelius mentions that Dionysus was honored there as ktistes [founder]. Stephen of Byzantium reports a legend that connects the founding of the city of Rafa also with Dionysus (for the Dionysian foundation legends of cities in the region, see Lichtenberger's study)....

As evidence of this reverence for Dionysus by the Jewish elite, we have a luxurious villa at Sepphoris dating to the third and fourth centuries AD/CE that is decorated with mosaics featuring Bacchus, including one wine-drinking contest in which the god overcomes Herakles/Hercules. This well-appointed home is surmised to be that of the Jewish patriarch himself. Here we can get a sense of how important was Dionysus to the wealthy Jews of the day, quite probably because they were wine merchants or vintners, etc.

Dionysus at Sepphoris

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The Dionysus Party from Sepphoris

In my book, I currently have a list of almost 40 correspondences between Dionysus and Moses. My discussion of the subject extends over dozens of pages and includes numerous primary sources and hundreds of years of modern commentary. When these mythological layers are removed, there remains little "historical" to the core.

As I say, the Exodus and other biblical stories represent myth historicized, not history mythologized. In this case, the Exodus theme came first and if there are any "historical" details they were added later in order to pad out the tale and anchor it falsely into history.

Moreover, it is very significant that this site of Bacchus worship, Sepphoris, was deemed the Cana of the New Testament, where Jesus was said to have produced his water-to-wine miracle. It is obvious that this mythical Dionysian motif was included in the gospel story in order to usurp the Bacchus cult.

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There is a common misconception that the Israelites were in Egypt for over four hundred years, that Moses led them out of Egypt and that there was an epic Exodus that ended with the conquest of Canaan.

We have extensive records from Egypt throughout the Late Bronze Age, both in the form of official and commercial documents and records, so we ought to be able to find evidence that the Israelite people were held captive or evidence of the plagues, theft of large quantities of jewellery and other valuables, escape of over two million slaves (or even a smaller and more plausible but still substantial number) and the destruction of an entire army in pursuit. There is no such evidence. Some say that is probably because the Egyptians would not have recorded a humiliating loss, but archaeologists have scoured the social and commercial records of the Late Bronze Age, and found nothing.
Indirect evidence for Moses would be archaeological evidence of a conquest of the Canaanite cities towards the end of the Late Bronze Age, but there is none. Several cities mentioned in the Book of Joshua, such as Jericho and Ai, had already been abandoned long before the Israelite conquest purportedly occurred. With no conquest, there could not have been a biblical Exodus, and with no Exodus there could not have been a biblical Moses.
The only evidence we have of Moses is in the Bible, where it has all the hallmarks of myth. Perhaps to improve the credibility of the story of the Exodus from Egypt, the Pentateuch books were eventually attributed to Moses, although they were clearly written by multiple authors living at much later times than Moses would have done.
Some historians accept that the legend of Moses and the Exodus could have a core of truth if that is based on just a small band of escaping slaves, because the ancient Egyptian writings say that the Midianites worshipped a storm God they called YHW — a name very similar to the Hebrew God YHWH. They suggest that the escapees could have been saved from death in the Sinai desert by the Midianites, who introduced them to the Midianite god YHW. When the escaping slaves had recovered, they could have taken news of YHW with them as they made their way north, to return to their compatriots in Judah. Was one of these slaves called Moses? We will probably never know.



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Why suffer from Egyptoparallelophobia, when you can read Christ in Egypt? Try it - you'll like it:

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MOISES Y DIONISOS-

did Moses Exist? The Myth of the Israelite Lawgiver, which is coming along nicely, although it is much longer than I expected to do - what else is new? That happens with every project I set out on, because I try to be so thorough and incorporate as much of the research on a subject as I can humanly gather. In this popular subject, one can imagine there is a ton of material to sift through, in a variety of languages, dating back to remote ages. Most of my primary-source research for this project is in Greek, Hebrew and Latin, but there is also some relevant Ugaritic and other Semitic languages, as well as Egyptian, et al.

Although many scholars of the past century to today are clear on the mythical nature of the Exodus tale and the probable (to them) non-historicity of the Moses character, there are a number of historical or quasi-historical individuals and events that have gathered attention as the possible "real Moses" and "real Exodus." These events and individuals include, of course, the Egyptian pharaoh Akhenaten, the Hyksos and Ahmose I, Osarseph and the lepers, etc. Thus, I spend much of the first part of the book addressing these issues, while the rest of my work provides the comparative religion and mythology. 

For example, there is a lengthy section concerning the profound correspondences between the tales of Moses and the Greek god Dionysus. I have created one of my (in)famous lists featuring Dionysus's attributes in relation to the Moses myth, annotating each attribute with a primary source from antiquity, including the original Greek or other language as well. These parallels have been known for centuries by many among the elite; it is therefore disturbing that they are unknown and even hidden from the masses. Why aren't these similarities between Moses and the mythical figure of Dionysus being taught from the pulpit? Because the bibliolaters have a strict hold over the minds of the masses, unfortunately. Otherwise, these same masses could investigate this material with as much fascination as I do.









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