na lista de los diez objetos más extraños o fuera del tiempo. Conocidos como “Oopart” estos objetos han aparecido por todas partes del planeta desafiando la historia tal y como la conocemos hoy en día. Muchos de estos objetos pueden ser explicados, pero otros se mantienen aun entre la duda y el desconcierto para los científicos. Esta lista la componen sólo diez de estos objetos que se cuentan por decenas en todo el mundo. En una próxima entrega, haremos otra lista relacionada pero que haga referencia a los 10 Ooparts falsos o explicados. Espero que esta la disfruten.
10. El minitúnel de Noruega
Los descubridores de este hallazgo fueron Buddy Broyt y Ole Gunnar Krovel mientras realizaban una excavación en Noruega bajo las órdenes de la empresa KA Aurstad Volda para la construcción de un Centro Quiropráctico. La excavación se realizaba cerca de un acantilado de piedra sólida. Cuando estaban a varios metros de profundidad y al retirar sedimento suelo, Krovel, se encontró con un desconcertante agujero en forma de estrella de siete puntas y unos 6 cm de diámetros, además de muy suave y pulido. Extrañado Krovel retiro cuatro metros de roca para saber donde acababa el agujero pero sorprendido observó que el extraño agujero se adentraba en las montañas de los fiordos del Noroeste. En la opinión de este experto excavador en sus más de 30 años de profesión nunca antes había visto algo parecido.
Los responsables de la obra nunca pudieron dar una explicación a la presencia del agujero y otros geólogos de la región como Einar Anda, no pueden más que mostrar su perplejidad ante el asunto y que produjo el enigmático y diminuto túnel.
Hasta el momento se han establecido tres explicaciones posibles, y ninguna de ellas definitiva:
Cristales: Aduce que el agujero estaba compuesto probablemente por un cristal que fue disuelto por el agua durante miles de años y el agujero se formo por una espectacular coincidencia del azar. En contra tenernos que el agujero se adentra en la montaña de forma recta y luego se desvía a la derecha de manera intencionada.
Artificial: El agujero se produjo en 1930 cuando se uso la zona como una cantera. Al parecer hay martillos neumáticos que utilizan seis piezas unidas de broca que pudieron ser montadas de forma horizontal formando así el agujero. De esta manera un taladro que gira y martilla con seis puntas, puede dejar esa forma. En contra tenemos la longitud del agujero que es imposible para cualquier herramienta de este tipo.
Civilización: Esta teoría postula que una antigua civilización desaparecida pero avanzada creo y fue el elaborador del agujero. En contra aparte de ser muy imaginativa esta una pregunta básica ¿con que fin?
9. Tubos metálicos de Saint-Jean de Livet
Fue en 1968 cuando Y. Druet y H. Salfati anunciaron el descubrimiento de unos tubos metálicos semi-ovoides de idéntica forma pero de longitud variante, en un lugar donde no debían esta, un estrato de tiza cretácea. Ese estrato se localizo en una mina de Saint-Jean de Livet en Francia y se calculo su antigüedad en la época de cretácico, hace 65 millones de años.
La información actual sobre los resultados de las investigaciones realizadas por Universidades francesas es actualmente ambigua o desconocida. Sin embargo no han aparecido tampoco pruebas en su contra.
8. Los esqueletos de Guadalupe
Estos esqueletos son restos humanos encontrados en una isla de las Antillas, pero con la peculiaridad de que fueron hallados en un estrato con una datación geológica de al menos 28 millones de años, es decir de la época del Mioceno, mucho antes de que los seres humanos modernos aparecieran en la isla. Para muchos investigadores la datación no es correcta, pero el debate sigue abierto.
Una de las muestras extraídas de las costa de Guadalupe, cerca de la aldea de Moule, fue una losa de piedra de unas dos toneladas de peso que fu enviada al Museo Británico en 1812, donde fue expuesta al público, pero con la llegada de la teoría de Darwin, la losa quedó relegada al sótano. Una de las cosas a favor es que estos restos han sido estudiados de forma científica y pueden seguir observándose hoy en el Museo Británico. El problema es que estos esqueletos no encajan con la teoría de la evolución, pues es imposible encontrar seres humanos modernos hace 28 millones de años. Sólo el estudio geológico o arqueológico podrá demostrar si realmente el estrato donde se encontraron los esqueletos pudieran no ser del Mioceno, cosa que no se ha logrado hasta ahora.
7. Las huellas fósiles de Meister
William J. Meister estaba de expedición en Antelope Spring en 1968, un sitio ubicado a casi 70 kilómetros de Delta, en el estado de Utah, Estados Unidos de Norteamérica. Lo acompañaban sus esposa y dos hijas. Ya habían encontrado varios fósiles pequeños cuando Meister golpeó con su martillo de geólogo una losa de unos cinco centímetros de espesor, partiéndola de plano en dos, como se abre un libro. Allí estaba la huella.Como suele suceder en todo fósil que ha quedado atrapado en un sedimento, ambos lados del bloque muestran la marca de una sandalia, una en positivo y la otra en negativo, del tamaño normal de un pie humano. Esta pisada es muy particular, porque ha aplastado bajo su suela ni más ni menos que trilobites.
El 4 de Julio la muestra es enviada al Dr. Clarence Coombs de la Universidad de Columbia y al geólogo Maurice Carlisle, de la Universidad de Colorado. Carlisle se traslado al lugar del descubrimiento y excavo en la zona y lego a la conclusión de que la zona de la extracción era adecuada a la muestra y que desconcertantemente se establecía esa capa en el periodo Cámbrico, entre 550 y 590 millones de años.
Meister dio a conocer el extraño descubrimiento y todos coincidieron en que no podía ser, que era imposible, algunos dijeron que la huella era un ejemplo claro de extraña erosión y otros que era un simple y claro fraude. Continua sin explicación.
6. La Lupa Egipcia de 4.800 años
Se trata de un objeto realizado en cristal de roca encontrado en Heluan, Egipto, concretamente en la tumba del faraón Semempses. El objeto se considera actualmente como una lupa y está expuesto en el Museo Británico. Es una lupa de perfección absoluta y se cree que se utilizaba para observar el cielo, pero en lugar de ofrecer respuestas, ofrece muchas preguntas.
Si el faraón Semempses, llegó a idear instrumentos para ampliar la imagen como en telescopios o microscopios, se trataría de una proeza increíble. Y lo sería no sólo por la perfección que se necesita para conseguir una lente operativa, sino también por lo necesario para pulir el cristal, el oxido de cerio, que no se descubrió hasta 1803 por el alemán Jakos Berzelius.
5. La copa de Hierro de Wilburton
Esta pieza perfecta de metal fue descubierta en 1912 en una mina de Wilburton, Oklahoma, por Frank J. Kennard, dentro de un bloque de carbón. En una declaración jurada de Kennard el 27 de Noviembre de 1948, el trabajador de la Benton Co, declaró al respecto: “Mientras estaba trabajando en la planta eléctrica municipal Thomas, Oklahoma en 1912, salió a la luz un trozo muy grande y furo de carbón que costaba fragmentarse. Al partir el trozo de carbón con mi martillo, de su interior cayo una especie de taza de metal, dejando un molde perfecto en el carbón que lo albergaba”. Jim Stull, empleado de la empresa estaba presente y corroboro el descubrimiento y la declaración de Kennard. El trozo de carbón provenía de las minas de Wilburton en Oklahoma, las cuales se sabe tiene una antigüedad estimada de 300 millones de años.
En contra de este objeto tenemos varias cosa, una es la única evidencia procede del testimonio de una persona y eso no tiene carácter científico. El objeto está en la actualidad perdido y sólo Carl Baugh vende copias perfectas del mismo, o al menos eso afirma. Incluso en este sentido, de encontrarse de nuevo el objeto, se podría explicar como un objeto moderno, pues hoy día sabemos que las minas de carbón están llenas de charcos de de agua saturada, si alguien tira allí un objeto, con el tiempo esa agua acaba endureciéndose y pasando a formar parte del estrato en su aspecto exterior. En este caso, si se tuviera el objeto, se podría realizar una sección transversal del mismo y estudiando las capas bajo microscopio se podría saber si pertenece a la capa original o si existe una segunda capa. De los 10 objetos este es el que más dudas ofrece.
4. El Stegosaurio de Angkor
En el complejo arqueológico de Angkor Wat (capital templo), próximo a la ciudad de Siem Riep, se puede observar sobre uno de los muros la figura labrada de un animal familiarmente conocida por los aficionados a los dinosaurios, el Stegosaurio. El conjunto de construcciones se inició a principios del siglo XII y no fue hasta bien entrado el siglo XVI que Angkor Wat comenzó a caer en el más completo de los olvidos. No se entiende como los antiguos pobladores de Angkor plasmaron la imagen de un animal extinguido hace millones de años que solo la ciencia del siglo XX ha logrado recuperar.
Los magníficos templos de la selva de Camboya fueron construidos por la civilización Khmer, siglos VIII al XIV de nuestra era, uno de los más grandes constructores de este imperio fue Jayavarman VII, coronado rey supremo en 1181. Muchas de sus construcciones fueron redescubiertas siglos después y rehabilitadas, otras en cambio como en el caso del templo de Ta Prohm, uno de los más pintorescos, se dejo intacto. En una de las esquinas a la entrada del templo hay una columna cubierta con círculos decorativos, en los que se puede apreciar la forma de Stegosaurio. Cientos de círculos de piedra decorativa rodean el complejo con animales conocidos como monos, venados, búfalos de agua, loros. Lo extraño de todo esto es que los talladores de estos relieves del siglo X reprodujeron Stegosaurios extintos hace más de 65 millones de años con la misma precisión que los monos, búfalos, ciervos y otras especies presentes en la época.
3. Nanotecnología en Los Urales
Entre los años 1.991 y 1.993 mientras se hacían prospecciones para la búsqueda de oro, en un área al este de los Urales junto a los ríos Narada, Kozhim y Balbanyu, fueron apareciendo uno tras otro pequeños objetos de escasos centímetros (0,003 milímetros los más pequeños), en unos estratos geológicos situados entre los 3 y 12 metros de profundidad, lo que permitió una datación posterior en función del nivel en el que fueron encontrados que oscilaba entre los 20.000 y los 318.000 años.
El análisis efectuado sobre estos objetos por la Academia de Ciencias de Rusia en Syktyvka, capital de la antigua República Soviética de Komí, determinó que la composición de estos objetos era variada. En los objetos más grandes predominaba la presencia de cobre, mientras que en los pequeños se encontraron la presencia de tungsteno y molibdeno. El tungsteno tiene un alto peso atómico al igual que el molibdeno, con un punto de fusión de 3.410 grados centígrados para el primero y de 2.650 para el segundo.
Sorprende enormemente que el tamaño milimétrico de muchos de estos objetos exija una tecnología muy desarrollada para su fabricación, que incluso hoy en día esta en pleno proceso de desarrollo de lo que se ha dado en llamar “nanomáquinas”, pequeños robots destinados a actuar allá donde la mano del hombre es inoperante, como sería el caso de la microcirugía a nivel cerebral o arriesgadas operaciones dentro de los vasos sanguíneos que no son posibles de efectuar con las actuales técnicas quirúrgicas.
2. La Pila de Bagdad
En 1936, durante unas excavaciones en una colina de Kujut Rabua, una aldea al sureste de Bagdad (Iraq), los trabajadores del Departamento Estatal Iraquí del Ferrocarril descubrieron una vieja tumba cubierta con una losa de piedra. Durante dos meses, el Departamento Iraquí de Antigüedades extrajo de allí un total de 613 abalorios, figurillas de arcilla, ladrillos cincelados y otras piezas. Fueron fechados en el período de los partos (casi quinientos años entre 248 a. C. y 226 d. C.). También hallaron unos recipientes muy singulares de arcilla, con forma de jarrón y de color amarillo claro. En su interior había un cilindro de cobre, fijado con asfalto a la embocadura del cuello. Dentro del cilindro había una vara de hierro.
El recipiente medía 13 cm de alto por 4 cm de diámetro, mientras que el cilindro de cobre medía 9 cm de alto por 2,6 cm de diámetro. La vara de hierro sobresalía 1 centímetro y daba la impresión de haber estado revestida de una fina capa de plomo.
En ese año (1939), el arqueólogo alemán Wilhelm König, entonces a cargo del Laboratorio del Museo Estatal de Bagdad, lo identificó como una probable pila eléctrica. Describió su hallazgo en el 9 Jahre Irak, publicado en Austria en 1940. El primer análisis de este objeto consistió en introducir en su interior un electrolito, y conectarle una lámpara, que se encendió muy débilmente. El informe oficial que se redactó después decía que este objeto se comportaba exactamente igual que una pila eléctrica moderna.
En contra: El arqueólogo König no mostró con qué material se podrían haber unido las “baterías”, ya que entre los miles de objetos arqueológicos encontrados en Mesopotamia no había ningún objeto metálico transmisor de la corriente eléctrica (como un alambre de hierro) de longitud suficiente para unir varias de estas “pilas”. König sostuvo que el objetivo de estas baterías era proporcionar la electricidad necesaria para realizar galvanización con oro y plata (aunque hasta el momento no se ha encontrado ningún objeto antiguo galvanizado).
Para König y Gray no había nada más fácil que afirmar que estos recipientes eran pilas. Sin embargo, la hipótesis de las pilas es insostenible: no se encontraron restos, ni siquiera trazas, de ningún electrolito dentro de los cilindros de cobre. Si estos recipientes se hubieran utilizado como generadores de tensión, deberían haber contenido algún electrolito, el cual, aunque hubiese pasado mucho tiempo, se habrían podido detectar en la actualidad. Además, tampoco se encontró el alambre necesario para hacer uso de las pilas.
El hecho de que al agregar sulfato de cobre como electrolito se haya generado una diferencia de potencial de 1,5 V, no implica que realmente se hubiesen utilizado como baterías, ya que cualquier otro recipiente que contenga dos metales puede generar una tensión eléctrica mínima si se le agrega algún elemento electrolítico. El experimento del ingeniero Willard Gray (galvanizar en dos horas una estatuilla de plata con electrolito de zumo de uva) resultó ser falso. La pila de Bagdad podría haber generado como máximo 10 mA. Entonces para depositar 10 g de oro teóricamente serían necesarios casi 6 días de trabajo continuo (y 10 días para depositar 10 g de plata). En la práctica este tiempo se puede duplicar o triplicar.
Si se agrega vino, vinagre u otro ácido, la varilla de hierro se desintegraría en poco más de 1 año. No obstante esas varillas han llegado hasta nuestros días, clara muestra que no se utilizó ese par galvánico. Aquellos que consideran que este artefacto era efectivamente una pila eléctrica, la califican de oopart (acrónimo en inglés de out of place artifact: artefacto fuera de lugar). Los escépticos en cambio piensan que el jarrón sólo servía para guardar pergaminos y cosméticos
Actualidad: El 11 de abril de 2003, durante la Invasión de Iraq, el Museo Nacional de Iraq en Bagdad, fue asaltado y saqueado. Durante aproximadamente tres días muchas de las piezas de incalculable valor histórico fueron destruidas o robadas. Este es el caso de las “baterías de Bagdad”. Aunque algunas versiones afirman que estas pudieron ser retiradas para su protección por el mismo gobierno Irakí como medida de protección ante los bombarderos, los más escépticos consideran que estas pasaron a formar parte del tráfico ilegal de antigüedades mesopotámicas. Actualmente se desconoce su paradero.
1. Mapa de Piri Reis
El mapa de Piri Reis es una carta náutica elaborada supuestamente por el almirante otomano Piri Reis en 1513 y publicada en 1523 como parte de su obra El libro de las materias marinas. Aunque Piri Reis vivió en un tiempo anterior, se suele decir que dibujó los mapas posteriormente al “descubrimiento de America” …aunque bien es cierto que la fecha de su creación fue en el mismo siglo de los viajes de Colón, Piri Reis se basó en mapas con antigüedad de 1500 años, de la era de Alejandro.
Colón y su tripulación bien pudieron haber navegado sabiendo perfectamente hacia qué lugar se dirigían utilizando los mapas del otomano, ya que hay ciertos hechos que vinculan a Cristobal Colón con Piri Reis. Por contener aparentes representaciones de tierras entonces desconocidas y a raíz de los propios escritos de Reis indicando que sus fuentes habían sido “los antiguos reyes del mar”, ha suscitado gran interés como enigma y se le suele considerar un oopart. El original se conserva en el Museo Topkapi Sarayi de Estambul pero no suele estar expuesto al públic
Los “oopart” se han convertido en un rompedero de cabeza para los científicos que avalan la teoría de la aparición del hombre hace unos seis millones de años atrás.
La mayoría de los ooparts conocidos consisten en objetos que no pertenecen a la época del yacimiento por ser demasiado modernos. Sin embargo, los métodos de datación revelan que estos objetos modernos son tanto o más antiguos que el lugar donde se encuentran. Cabe aclarar que el método de Carbono 14 no es apto para datar a la mayoría de los ooparts, ya que éstos carecen de material orgánico, sobre el cual trabaja dicho método.
Lo que viene a continuación es un listado de los Ooparts más significativos de la historia, junto a sus correspondientes fotografías.
Esferas metálicas. En Klerksdorp (Sudáfrica) unos mineros empezaron a encontrar entre el “pyrophyllite” centenares de bolitas metálicas con marcas o ranuras de unión. Este pyrophyllite está formado por sedimentos de más de 2.800 millones de años.
Las esferas metálicas fueron halladas en forma paulatina por mineros que trabajaban sobre estratos precámbricos de 2.800 millones de años de antigüedad.
La singularidad de su aspecto externo induce a pensar un origen artificial para los ejemplares que actualmente se exhiben en el Museo de de Klerkdorp, aunque algunos investigadores atribuyen a su forma un origen natural.
Todas las esferas presentan una forma esférica y pulida, con una línea recta rodeando el diámetro mayor, frecuentemente acompañada de dos paralelas distribuidas hacia un lado y hacia el otro de la línea central.
Debido a la aparente contrariedad entre la edad de la capa geológica en las que fueron halladas y el presunto origen moderno de las mismas, muchos especialistas opinan que las esferas pertenecieron a una civilización de tecnología avanzada, extinguida hace más de 2.800 millones de años, cuando la roca que las contenía comenzó a solidificarse.
Los detractores de dicha teoría se inclinan a pensar que las piedras son el producto de nódulos de pirita y goethita de origen metamórfico. No obstante, el tallado de las líneas carece de argumento sostenible tanto por su caprichoso aspecto, como por la dureza del material con que tendrían que haber sido talladas.
Según otros investigadores, como el profesor de geología A. Bissehoff, de la Universidad de Potchefstroom, las esferas pertenecen al aglomerado de la limonita. Sin embargo, los artefactos de Klerksdorp fueron hallados en nichos individuales, al contrario de la disposición con que suelen encontrarse los aglomerados de limonita.
Con similar destino al de otros oopart, el misterioso origen de las esferas de Klerksdorp probablemente permanezca en el olvido eterno, aguardando tras la vitrina de un museo.
Los platillos de Bayan Kara Ula, más conocidos como las piedras de los Dropa o platillos de Dropa. Año 1938, Chi Pu Tei comanda una expedición arqueológica por las heladas montañas Baian-Kara-Ula, frontera entre China y el Tíbet. La expedición se adentra en unas cuevas que al punto se muestran no naturales. Un laberinto de túneles y despensas perfectamente tallados y con la peculiaridad de que las paredes están muy bien cuadradas y cristalizadas, como si en la perforación se hubiesen usado fuentes de calor extremo capaces de fundir la roca. En algunas paredes encuentran antiquísimos pictogramas de la cúpula celeste, el sol, la luna y varias estrellas unidas por líneas, como un mapa de carreteras estelar. Profundizando en las cuevas hayan una serie de enterramientos pulcros y cuidados, en ellos descubren los restos de esqueletos que al primer vistazo se asemejan más a primates que a humanos. Cuerpos menudos y de huesos finos, de apenas 130 centímetros de altura y cabezas desproporcionadamente grandes. Claro está, ante la pulcritud de los enterramientos se descarta que sean primates y piensan que deben ser alguna clase de hombres prehistóricos todavía desconocidos. Continuando con la exploración, entre el viejo polvo del suelo, encuentran un extraño disco de unos treinta centímetros de diámetro con un orificio central de unos dos centímetros. Los discos son de una perfección geométrica total y están grabados con un surco en espiral que comienza en el centro para acabar en la parte exterior. A simple vista, son muy parecidos a los antiguos discos de vinilo, pero más toscos y pesados. Al cabo de unas semanas de exploración, Chi Pu Tei regresa a la universidad de Beijing, de donde es profesor, con la friolera de 716 discos. Allí se descubre que los surcos de los discos son en realidad una serie de pequeños grabados jeroglíficos de difícil lectura y descifrado. De estar datados correctamente y tener 12 milenios, el arqueólogo chino está ante la prueba física más antigua de escritura de la historia. Incluso mucho más antigua que la civilización egipcia.
Chi Pu Tei no consigue descifrar el extraño alfabeto y con el tiempo, estos discos y otros objetos de la expedición quedan catalogados y olvidados en el almacén de la universidad de Beijing, hasta que en 1962, Tsum Um Nui, otro arqueólogo de la universidad los rescata y comienza de nuevo la investigación que le llevará, tiempo atrás, a desencriptar con éxito los jeroglíficos. La tarea fue larga y costosa, muchos de los discos estaban deteriorados y se rompía el código. Lentamente, Tsum Um transcribió al papel, con ayuda de lentes de aumento todos los signos y comenzó a clasificarlos para encontrar las secuencias y los significados de cada uno de ellos. No con todos lo consiguió, pero si con un número suficiente para encontrar el significado de ellos.
Los discos contaban, ni más ni menos, la historia de un pueblo que se autodenominaba “Los Dropa” (de ahí el nombre por el que se los conoce ahora), que había llegado de un lejano planeta y que por una avería en su medio de transporte habían acabado en aquel lugar de las montañas, donde los Ham, antigua tribu que moraba en aquel lugar, los atacaron y mataron a muchos de ellos hasta que consiguieron comunicarse con signos y los dejaron en paz. Los Dropa no consiguieron reparar su nave para regresar a su lugar de origen y se quedaron a vivir en la tierra. De esto ser cierto, el darlo a conocer iba a ser la mayor noticia de la historia. Pero a la universidad le pareció que el estudio de Tsum Um Nui no tenía las garantías suficientes como para ser publicado, pues estaba en juego el honor de la universidad y le prohibió dar a conocer los resultados de su trabajo. Pero unos años después, no se sabe muy bien si con el consentimiento o no de la universidad, el arqueólogo publicó todo su trabajo en “La escritura acanalada concerniente a las naves espaciales que, como se registró en los discos, aterrizaron en la Tierra hace 12.000 años.”
Quizás por lo espectacular o la rotundidad de lo que se había descubierto, la comunidad científica de todo el mundo se rió literalmente de las conclusiones y traducción de los discos por el Dr. Tsum Um, ridiculizando sus teorías.
El ovni de Samaipata (Bolivia). En las inmediaciones del complejo arqueológico de “El Fuerte”, próximo a la pequeña poblacion de Samaipata, fue localizada una roca con el dibujo grabado de lo que para muchos es una clara representación de un clasico “platillo volante” u OVNI. Sus formas tan definidas y concisas han dado lugar al práctico rechazo por parte de los arqueólogos de la autenticidad y antigüedad que en un principio debería atribuírsele. La conclusión por tanto es que “no puede ser real algo tan evidente”. En cualquier caso, la sola existencia de “El Fuerte” constituye para muchos todo un enigma histórico, pues según las leyendas locales narradas a los españoles tras su llegada, este cerro fortificado por los incas fue en tiempos remotos un lugar donde los dioses ascendían a los cielos en “caballos de fuego”.
Las runas de Kensington. Esta losa de forma rectangular de roca de arenisca gris, cubierta con runas sobre sus dos caras, ha sido motivo de amplias disputas entre la comunidad científica después de que fuera encontrada en 1.898 cerca de Kensington, Minnesota (EE.UU) , y en la que todo parece indicar que, exploradores escandinavos alcanzaron Norteamérica en el siglo XIV. Su origen es incierto, y las opiniones son divididas en cuanto a su autenticidad. Si bien el texto deja muy claro cómo un grupo de treinta navegantes procedentes del norte de Europa alcanzó tierras americanas, para algunos especialistas no es más que una simple broma realizada por alguien aficionado a las runas en el pasado siglo XIX. Por el contrario, para los defensores de la presencia europea en tierras americanas mucho antes de la llegada de Cristobal Colón al nuevo continente, es otra de las muchas pruebas existentes que avalarían sus hipótesis.
El Hombre de hierro (Eiserne Mann), datado en el siglo XIII. El pilar metalico es una rareza única en el centro de Europa. Esta estela, antiguo pilar de hierro, se encuentra parcialmente enterrada en el bosque nacional alemán de Naturpark Kottenforst. El pilar, con aspecto de lingote áspero, poroso e irregular, mide cerca de un metro y 20 centímetros en su parte visible. Las medidas del ancho de sus caras varían entre los 21 y los 10 centímetros, promediando los 15 centímetros. A pesar de la humedad del ambiente y de la exposición constante a los elementos de la naturaleza, el pilar no muestra rastros de gran corrosión, óxido ni crecimiento de moho; sólo el ennegrecimiento de herrumbe, por el paso del tiempo, lo que plantea un severo desafío a lo que se conoce hasta ahora en la historia oficial sobre los talentos de la metalurgia y particularmente del hierro. El análisis de la composición material demostró que contiene algunas proporciones de carbón, manganeso, fósforo, silicio y sulfuro.
El anillo Ming. Unos arqueólogos chinos, mientras excavaban en unas tumbas de la dinastía Ming, encontraron un anillo metálico muy similar a los anillos-reloj que se usan hoy en día. Sorprendentemente, en la parte trasera del anillo está grabada la palabra Suiza. Según los arqueólogos, esta tumba estaba completamente sellada desde hace cuatro siglos. Las agujas del reloj marcan las 10:06.
El reloj anillo fue descubierto cuando dos arqueólogos estaban haciendo un documental con dos periodistas de la ciudad de Shangsi.
“Cuando tratamos de quitar la tierra alrededor del ataúd, un pedazo de roca de repente cayó y cuando choco con el suelo hizo un sonido metálico”- dijo Jiang Yanyu, ex curador de la Región Autónoma del museo de Guangxi.
“Recogimos el objeto, y encontramos un anillo. Después de la eliminación de la cobertura del suelo y examinarlo más a fondo, nos quedamos conmocionados de ver que era un reloj”.
La excavación se ha suspendido hasta que se resuelva este misterioso hallazgo.
La Fuente Magna, encontrada en Bolivia. Denominada como la “piedra roseta de las américas”, esta fuente encontrada muy cerca de las orillas del lago Titicaca y considerada inicialmente como una burda falsificación, ha atraido cada vez más la atención de distintos investigadores que en gran número, han defendido su autenticidad. La clave para la polémica estriba principalmente en la presencia de escritos en dos lenguas que absolutamente nada tienen que ver con el punto geográfico de su localización, como son la escritura cuneiforme sumeria y la semítica. Del mismo modo tanto los grabados como el estilo que acompañan a los textos estan en perfecta consonancia con las tradiciones mesopotámicas. Solo falta determinar qué hacían los sumerios en América hace más de 5.000 años.
El artefacto de coso, una piedra arcillosa dentro de la cual se encontró una bujía. Lugar: Montañas Coso, California, el 13 de febrero de 1961.
Tres buscadores de geodas, Wallace Lane, Virginia Maxey y Mike Mikesell, se toparon con el extraño artefacto a 4.300 pies de altura en una de sus exploraciones. Al partir el trozo de arcilla solidificado un objeto similar a una bujía surgió de su interior.
Virginia Maxey afirmó que un geólogo calificado dató al artefacto atrapado en la roca en unos 100.000 a 500.000 años de antigüedad. Las radiografías demostraron que el objeto, en efecto, poseía un grado de tecnología solo clasificable como contemporáneo. Esto indica que el remoto período de fabricación del componente mecánico ya contaba con una tecnología similar a la moderna. Sin embargo, muchos investigadores como Pierre Stromberg y Paul Heinrich, opinan que la bujía pudo haber quedado atrapada en hormigón ferroso formado por la oxidación del objeto.
El vaso de Dorchester, Massachusetts (EE. UU.), datado hace 100.000 años. En 1851, se extrajo un jarrón o tarro de zinc y plata de una roca sólida en Dorchester (Massachusetts). El hallazgo fue publicado en el Scientific American de junio de 1851 (volumen 7, pp. 298-299); se extrajo de roca conglomerado (un tipo de roca sedimentaria) encontrada a 15 pies por debajo de la superficie de Meeting House Hill en Dorchester. El recipiente, de forma acampanada, tenía motivos florales incrustados en plata. El vaso medía 11,3 centímetros de alto, su composición se correspondía a una aleación de zinc y estaba decorado con hojas y plantas recubiertas en plata que, segun muchos botánicos que lo estudiaron, representaban especies vegetales desaparecidas de la Tierra hacia decenas de miles de años. Tras un largo recorrido por numerosos museos el vaso desapareció sin dejar rastro alguno.
El mapa del Creador en Bashkiria, Rusia, 20 millones de años. La historia de esta Piedra comienza cuando el doctor en ciencias físicas y matemáticas y profesor en la Universidad estatal de Bashkiriev, Alexandre Chuvyrov en compañía de una estudiante de nacionalidad china Huan Hun, decidió estudiar la hipótesis de que la antigua población de China emigrara a las zonas de Siberia y los Urales. A lo largo de sus expediciones en Bashkir, encontraron varios grabados rupestres en chino antiguo que trataban mayoritariamente sobre comercio, bodas y defunciones.
Durante esas investigaciones, encontraron en el archivo del Gobernador General de Ufa notas del siglo XVIII que relataban la existencia, cerca de la aldea de Chandar en la región de Nurimanov, de unas 200 misteriosas tablillas de piedra grabada. Otras fuentes indicaban que en los siglos XVII y XVIII, expediciones de científicos rusos a los Urales habían estudiado esas 200 tablillas blancas que tenían grabados distintos signos y motivos. Había también otras notas que indicaban que a principios del siglo XX, el arqueólogo A. Schmidt también había visto estas tablillas de color blanco en Bashkir.
Alexandre Chuvyrov formó a un equipo de estudiantes para continuar la investigación y en 1998 comenzó su expedición. Después de varias tentativas fracasadas, A. Chuvyrov comenzó a desconfiar y a sospechar que se trataba solamente de una leyenda. Pero su suerte cambió. Un año despues, en el mes de julio de 1999, el ex-presidente del Consejo Agrícola Local, Vladimir Krainov, le comunicó que en su búsqueda de estas piedras, había encontrado una de ellas semienterrada en el patio de una casa.
Incrédulo, el Dr. Chuvyrov, fue a verificar la autenticidad de la piedra. Esta se encontraba situada debajo del pórtico de una casa y era imposible moverla debido a su tamaño y peso: 148 centímetros de alto por 106 centímetros de ancho, y 16 centímetros de espesor, y al menos una tonelada de peso. Una semana más tarde, se inició la extracción de la “piedra” para su posterior estudio. La gran piedra fue transportada a la universidad.
Inesperadamente, ésta contenía un mapa tridimensional. La investigación adicional de un grupo de especialistas chinos y rusos determinó que el mapa mostraba la región de Ural. La estructura geológica de la excavación estaba compuesta de tres niveles: la base, una dolomía gruesa de 14 centímetros; la capa media o segunda capa, contiene la imagen grabada y es de cristal de diopside; y la tercera capa, de 2 milímetros de porcelana de calcio y que supuestamente protege el mapa contra los golpes.
En la tablilla figuran inscripciones verticales jeroglífico-silábicas. En un principio los científicos pensaron que el mapa podía ser la obra de los chinos antiguos por su similitud. Pero después de buscar en diferentes libros y no encontrar ninguna inscripción similar a ésas resultó imposible descifrarlas.
Diferentes radiografías confirmaban que la piedra fue fabricada con instrumentos de precisión, un simple tallador de piedra no hubiera sido capaz de conseguir tal relieve y probablemente la tablilla forme parte de un mosaico formado por otras losas.
El relieve geográfico de Bashkir no ha cambiado mucho en unos millones de años y con la ayuda de especialistas en cartografía, topografía, geología, etc. se consiguió rápidamente identificar el monte de Ufa, su falla, los diferentes ríos de la región de los Urales, la falla de Ufa en Sterlitimak; con lo que se pudo tambien deducir que el mapa está realizado a una escala de 1 cm:1,1 km.
El mapa tambien indica el uso de ingeniería civil al crear un sistema gigante de canales de aproximadamente 12.000 kilómetros de longitud y 500 metros de ancho, y 12 embalses de entre 300 y 500 metros de ancho, 10 km de largo y 3 km de profundidad cada uno.
Estos embalses que alimentaban las diferentes redes de abastecimiento y necesitaron la extracción de por lo menos 1000 metros cúbicos de tierra. Si se compara con el canal existente actualmente del Volga al Don, éste parecería un simple rasguño.
El Dr. Chuvyrov y su equipo pensaban que la edad de la losa era de unos 3000 años. Los análisis realizados con carbono 14 dieron unos resultados erráticos y poco concluyentes. En un análisis más minucioso se descubrió en la piedra la presencia de dos conchas, una de 50 y otra de 120 millones de años de antigüedad; pero nada permite saber si las conchas estaban o no ya fosilizadas en el momento de la creación del mapa.
Las investigaciones realizadas por el Centro de Cartografía Histórica de Wisconsin, propusieron que el mapa únicamente se ha podido elaborar a partir de levantamientos aéreos. Esta investigación sigue en EE.UU. Necesita de un tratamiento informático muy potente y un examen aeroespacial exhaustivo, con la utilización de datos por satélite.
El Dr. Chuvyrov se muestra muy circunspecto en cuanto a los autores del mapa: “No me agrada hablar de OVNIs o extraterrestres. Entonces llamamos al autor del mapa -sencillamente - el Creador“.
Piedras de Ica49 picturesJan 7, 2008
Las piedras de Ica, Perú, a cuyos grabados se adjudican más de 12.000 años de antigüedad. Muchos ríos de tinta se han vertido sobre la veracidad de las Piedras de Ica, en Perú, uno de los mayores misterios arqueológicos de la humanidad. Sin entrar en la polémica de los petroglifos, este informe de los enlaces de más abajo arrojan nuevas imágenes y datos de las piedras talladas, nunca vistas hasta la fecha.
El planeador Saqqara, en Egipto, descubierto en una tumba. Esta pieza del Museo Egipcio de El Cairo con el número 6.347 constituye todo un enigma para los expertos en aeronáutica. El Planeador de Saqqara o pájaro de Saqqara es un objeto tallado en madera de sicómoro y hallado en 1891 en la tumba de Pa-di-Imen en la antigua necrópolis egipcia de Saqqara, que se asemeja a un aerodinámico avión en miniatura. Data del 200 a. C. y se encuentra en el museo egipcio de El Cairo. Fue clasificado como objeto de culto por sus descubridores. Mide 15 cm, con una envergadura de 18,30 cm. y pesa 39 gramos. Tiene un pico, agujeros para las plumas, ojos, y fue pintado originalmente para asemejarse a un halcón, con imágenes y tallas que representan las plumas de las alas.
Las lámparas de Dendera, grabado en bajorrelieve en un templo dedicado a la Diosa Hator. A comienzos de los años ochenta, los investigadores Peter Krassa y Reinhard Habeck, dieron la voz de alarma al lanzar una hipótesis revolucionaria basada en la utilización de la energía eléctrica en el antiguo Egipto. Así parecían atestiguarlo numerosos relieves esculpidos sobre las paredes de distintos templos, como los de Edfú, Kom Ombo y Dendera.
Las calaveras de cristal mayas. En el año 1924, Anna Le Guillon Mitchell-Hedges tiene 17 años cuando con su padre adoptivo, el explorador inglés Frederick Albert Mitchell-Hedges, descubre una calavera de cristal de roca en las ruinas de un templo de la ciudad Maya “de las piedras caídas” en Lubaantún, en Belice.
Excepto la ausencia de suturas craneanas, es una reproducción casi perfecta de una supuesta calavera de mujer. Pesa 5 kilos. Se compone de dos partes, con la mandíbula inferior ajustándose perfectamente con la parte superior.
Segura de su autenticidad, Anna acepta confiar la calavera a un equipo de científicos especializados en cristalografía, pertenecientes a la compañía Hewlet-Packard.
Al cabo de 6 meses de pruebas, las conclusiones a las que se llega son :
- Está hecha con cuarzo natural sumamente puro, de dióxido de silicio “piezoeléctrico” anisótropo.
- Las dos partes están talladas en el mismo bloque de cristal de roca.
- Ninguna huella de instrumento, ni siquiera rastro microscópico.
- Sin señal de fabricación, resulta imposible fecharla ( el cristal no envejece ).
- Con una tecnología moderna con diamante haría falta un año de trabajo para conseguir el aspecto exterior ( con huellas de fabricación, lo que no lleva la calavera); en cuanto a los efectos prismáticos, su reproductibilidad resulta aún más dificultosa.
- La fabricación manual hubiera necesitado 300 años de una labor contínua.
El Pilar Ashoka en India, al menos del 423 a. C. El pilar de casi siete metros de altura y con un peso de más de seis toneladas, fue construido por Atheas Chandragupta II (375-413). Está constituido por 98% de hierro forjado de pura calidad, y es un testimonio del alto nivel de conocimientos alcanzado por los antiguos indios herreros, en la extracción y el procesamiento de hierro. Ha atraído la atención de arqueólogos y metalurgicos ya que ha resistido la corrosión de los últimos 1600 años, a pesar de las difíciles condiciones climáticas.
La batería de Bagdad (2.000 a.C.). Descubierta en 1.936 durante unas excavaciones en los suburbios de Bagdad (Irak). Considerada como un objeto de culto por los arqueólogos durante mucho tiempo, se demostró posteriormente su uso como el de una batería capaz de galvanizar objetos metálicos. Permanece expuesta en el Museo de Bagdad.
El mapa de Piri Reis, hecho por el almirante turco Piri Reis a partir de diversas fuentes. El mapa de Piri Reis es una carta náutica elaborada supuestamente por el almirante otomano Piri Reis en 1513 y publicada en 1523 como parte de su obra “El libro de las materias marinas”. Aunque Piri Reis vivió en un tiempo anterior, se suele decir que dibujó los mapas posteriormente al “descubrimiento de America”. Aunque bien es cierto que la fecha de su creación fue en el mismo siglo de los viajes de Colón, Piri reis se basó en mapas con antigüedad de 1500 años, de la era de Alejandro. Colón y su tripulación bien pudo haber navegado sabiendo perfectamente hacia qué lugar se dirigía utilizando los mapas del otomano, ya que hay ciertos hechos que vinculan a Cristobal Colón con Piri Reis. Por contener aparentes representaciones de tierras entonces desconocidas y a raíz de los propios escritos de Reis indicando que sus fuentes habían sido “los antiguos reyes del mar”, ha suscitado gran interés como enigma y se le suele considerar un oopart. El original se conserva en el Museo Topkapi Sarayi de Estambul pero no suele estar expuesto al público. Un completo artículo sobre este extraño mapa apareció en este mismo blog y puede leerse aquí.
El Obelisco inacabado de Asuán, en Egipto, que pesa 1150 toneladas. Cerca de la isla de Sehel, en las cercanías de Assuán, se encuentran las famosas canteras de granito rojo cuyos restos dan cuenta de la industria pétrea que se desarrolló en aquella época. Todos los faraones admiraron la dureza y elegancia de este material que, entre otras cosas, dio origen al sarcófago, las paredes y los techos de la Cámara del Rey, en la Gran Pirámide: también a las columnas del templo de lsis, delante de la Esfinge, y a los grandes obeliscos del templo de Karnac. Innumerables toneladas de piedra fueron arrancadas de la tierra y transportadas por los egipcios desde aquellas canteras hasta los múltiples templos esparcidos a lo largo del Nilo. Pero también dejaron algo, algo tan grande que no pudieron mover. O quizá el famoso Obelisco Inacabado no fue realizado con tal tamaño para ser transportado, sino para dejar constancia de la desconcertante técnica con que fue diseñado.
No se ha hallado nada en él que indique el uso de cinceles o martillos, pues no quedaron restos de escoriaciones. Si se observa de cerca, se aprecian anchos surcos verticales producidos por algo parecido a una pala que modeló sus proporciones. La única explicación posible es que, cuando atacaron la cantera, la piedra estaba blanda.
Tanto en las caras laterales como en la parte superior de este Obelisco Inacabado se aprecian canales, paralelos, de igual tamaño. Se trata de huellas que han permanecido allí desde hace miles de años, pues no se sabe su antigüedad. Se dice que el monolito fue abandonado porque en él apareció una fisura, pero en los últimos exámenes que se han llevado a cabo se ha podido comprobar que tal fisura no existe, sino que en algún momento de la historia alguien quiso cortar la piedra para hacer un obelisco más pequeño. De hecho, se nota la acanaladura dejada por un cincel que se introduce en la piedra regularmente a una profundidad fija de 3 centímetros. Todo parece indicar que los autores se arrepintieron después y dejaron la mole de piedra tal cual.
A pocos metros del monolito, los químicos se entretuvieron en perforar la piedra circularmente, dejando así unos pozos de ignorado significado. En ellos cabe un hombre. Sus paredes, sin restos de golpes, no son rectas, de lo que se deduce que fueron ahuecadas de manera irregular, sin aparente esfuerzo y sin que en la operación interviniera máquina alguna.
Figuras de Acambaro138 picturesJul 16, 2008
Las figuras de Acámbaro, cerca de Guanajuato, México, con supuestas pinturas de dinosaurios. En 1923, Waldemar Julsrud, comerciante de origen alemán, y el padre Fray José María Martínez descubrieron el emplazamiento arqueológico de Chupicuaro, de la época preclásica, que contenía vasos, tazones y figurinas de la cultura india más antigua conocida, llamada con el nombre del sitio, de una antigüedad de hasta 1.000 años antes de J.C. (anterior a los indios Tarascos, la cultura india más antigua conocida en aquella época ).
Este descubrimiento “clásico” no suscitó ninguna polémica en cuanto a su paternidad disputada por un coleccionista rival.
Unos años más tarde, en julio de 1944, Waldemar Julsrud, de 69 años de edad hizo un descubrimiento en Acámbaro, pequeña ciudad mejicana situada a menos de 300 kms al noroeste de Méjico, en la provincia de Guanajuato.
Mientras se paseaba a caballo a lo largo de una zanja cerca de la colina del toro, con uno de sus empleados, un granjero llamado Odilon Tinajero, su atención fue atraída por un trozo de cerámica que salía del suelo. Era una figurina de terracota de un estilo que desconocía.
Mandó a su empleado cavar y llevarle todas las piezas similares que podría encontrar. Unos días más tarde, Tinajero se presentó con una carretilla llena de estos artefactos. Julsrud se quedó estupefacto por el estilo y la diversidad de las figuritas. Hizo un trato con su empleado: él le pagaría 1 peso por cada figurita entera; y nada por las estropeadas que, sin embargo tendría que entregarle ( y que conservó ).
Su objetivo era evitar que su granjero las fabricara ( de todos modos no hubiera tenido suficiente tiempo ni maña y el precio pagado era demasiado bajo ) e incitarle a excavar con mucha precaución.
Las figuritas fueron descubiertas por grupos de entre 20 y 40 en el interior de pozos a una profundidad variable de 1,20 metros hasta 1,80.
No eran pozos funerarios, puesto que sólo se encontraron 6 calaveras durante las excavaciones. Según la hipótesis de Julsrud, parece que habían sido sepultadas deprisa para evitar su saqueo por los primeros colonos españoles.
Más de 33.500 objetos de cerámica (en su mayoría ), piedra, jade y obsidiana fueron encontrados. Todos son únicos, ninguno ha sido duplicado. Su tamaño varía desde unos centímetros hasta menos de un metro. Varios tipos de arcillas fueron utilizados (su examen daría una indicación valiosa de su procedencia ), y todos fueron fabricados por el método del “fuego abierto” (entonces la fabricación de objetos falsificados no habría sido inadvertida por el humo y las grandes cantidades de leña - rara y cara en esta región - necesarias).
A pesar de su gran diversidad, se pueden clasificar, según su estilo, por centenares incluso por millares, como procedentes de culturas diferentes.
La lente de cristal de Heluan. Encontrada en una tumba, hoy permanece en el Museo Británico de Londres. De 5.000 años de antigüedad y que hoy día solo se puede elaborar empleando métodos electroquímicos para hacer oxido de Cesio.
El martillo de Texas. Martillo de hierro con mango de madera encontrado en un estrato geológico del cretacico bajo (140 millones de años) en el año 1.936 en Texas (U.S.A.). Parte del mango de madera se ha convertido en carbón debido a la presión y a la temperatura alcanzados bajo tierra.
El disco de Sabu, en Egipto (Museo del Cairo). En la primera planta del Museo Egipcio de El Cairo y entre dos salas muy próximas a la Sala de las Momias, uno no puede por menos que pararse sorprendido al ver en una pequeña vitrina, aunque no sin cierta dificultad por los reflejos de la luz sobre el cristal que lo cubre, un objeto solitario parecido a una rueda o disco de piedra.
Este extraño objeto al que nos referimos ha desconcertado y sigue desconcertando a todos los egiptólogos que han tenido ocasión de estudiarlo detenidamente. El primero de ellos fue su descubridor, Brian Walter Emery, uno de los egiptólogos más importantes del Siglo XX, autor de un clásico de la egiptología, Egipto Arcaico, 1.961, que sigue constituyendo, después de muchos años, un claro referente bibliográfico para el estudio y comprensión de los orígenes de la Antigua Civilización Egipcia.
Realizando unas excavaciones en el año 1.936, en la zona arqueológica de Sakkara, fue descubierta la Tumba del Príncipe Sabu, hijo del faraón Adjuib, gobernante de la I Dinastía (3.000 a.C.). Entre los utensilios del ajuar funerario que fueron extraídos, a B. Walter Emery le llamó poderosamente la atención un objeto que definió inicialmente en su informe Las Grandes Tumbas de la I Dinastía como: “…un recipiente con forma de tazón de esquisto…“. Años más tarde, en su obra citada con anterioridad, Egipto Arcaico, hacía un comentario que viene a resumir perfectamente la realidad y situación de este incómodo “cachibache”: “...no se ha conseguido ninguna explicación satisfactoria sobre el curioso diseño de este objeto…“.
Frontal y horizontalmente, este objeto de 5.000 años no deja de recordarnos a una de nuestra modernas piezas empleadas en la industria tecnológica.
Este objeto al que se refería B. Walter Emery en sus informes, tiene 61 centímetros de diámetros, y 10,6 centímetros de altura en la zona central. Está fabricado en esquisto, una roca muy quebradiza y frágil, que requiere un tallado muy laborioso. Su forma se asemeja a la de un plato o volante de coche cóncavo, con una especie de tres cortes o palas curvas que recuerdan a la hélice de un barco, y en el centro de ésta, un orificio con un reborde que sobresale como si fuera el receptor de algún eje de una rueda o de algún otro mecanismo desconocido, dispuesto para girar.
Como bien es sabido por todos, la postura que mantiene la egiptología oficial respecto a la aparición y uso de la rueda por parte de los antiguos egipcios, es muy clara y no deja lugar a ninguna duda. Su introducción en Egipto, nos aseguran, fue debida a la invasión de los Hicsos al final del Imperio Medio, 1.640 a.C., que la utilizaron, entre otras cosas, en sus carros de guerra, y que era conocida también en ese momento por otros muchos pueblos de Oriente Medio. La pregunta entonces es inevitable: si no es una rueda, ¿qué es el extraño objeto que apareció en la Tumba de un príncipe de la I Dinastía, 1.400 años antes de la invasión de los Hicsos?
A pesar de la complejidad de este problema, el tema se agudiza aún más a raíz de los estudios técnicos que diferentes investigadores han llevado acabo, impulsados por el sorprendente y extraño diseño de este artilugio.
La disposición de su diseño indica claramente que algún tipo de eje atravesaba este enigmático objeto por el orificio situado en su zona central.
De hecho, esta rueda de esquisto apareció en la Tumba del Príncipe Sabu, junto con otros extraños objetos de cobre, prácticamente el único metal que conocían los egipcios en aquella época. La duda nos asalta al pensar cómo pudieron diseñar un objeto tan delicado y tan complejo estructuralmente, hace más de 5.000 años.
Una estructura que en el caso de sus tres extraños cortes o palas curvas, nos induce a pensar casi inmediatamente en la utilización de este objeto en un medio líquido. Este detalle, junto al orificio sobresaliente en la parte central, nos hace sospechar también que este objeto sólo sea una pequeña parte de algún mecanismo más complejo, y que se salvó gracias a una reproducción en piedra que por alguna desconocida razón, realizó un artista, con unas no menos desconocidas herramientas.
Pero…, ¿qué mecanismos existían hace 5.000 años en el Valle del Nilo?
Dentro de la típica política de los arqueólogos y egiptólogos oficialistas, este objeto no es más que una bandeja o el pedestal de algún candelabro, con un diseño producto de la “siempre recurrida casualidad”. Sea lo que sea, este objeto encontrado en una tumba de Sakkara con una edad que como mínimo alcanza los 5.000 años, sigue constituyendo uno de los misterios mejor guardados que se pueden encontrar.
EL ENIGMA DE LAS SETE CIDADES EN PIUAI- BRASIL
ESTO LO HIZO UNA CULTURA DESCONOCIDA
La Tierra está llena de enigmas inexplicables como estos que subrayan nuestra herencia ancestral. Nuestra inútil Ciencia no sabe dar explicaciones, vive de mentiras, políticas y subvenciones absurdas. la explicación es sencilla: muchas civilizaciones más avanzadas nos precedieron. La imagen de la foto parece formaciones caprichosas de la Naturaleza, pero tienen un orden que implica un diseño inteligente. Se distinguen siete zonas que debieron estar unidas por calles. También aparecen pinturas rupestres . Hay ciudades gemelas en Canarias y en Australia en la isla de Darwin. Estas construcciones misteriosas aparecen en toda la Tierra, la respuesta es de nuevo muy simple: son de la prehistoria, por lo que pertencen a culturas civilizaciones de la Edad Dorada del hombre, cuando teníamos 12 hélices.
Lloyd Pye nos recuerda todos estos hechos en una interesante conferencia que pone patas abajo una vez más la versión oficial que nos han contado.
Otros objetos encontrados en Carbón a través de la historia:
En Oklahoma, dentro de una pieza de Carbón de 312 millones de años fue encontrada una olla de metal.
¿Qué piensan los escépticos ante pruebas tan factibles?
Mientras un residente de la ciudad de Vladivostok, en Rusia, manipulaba carbón el cual utilizaría para calentar su casa, se encontró con lo que podría convertirse en un descubrimiento capaz de reescribir la historia.
Engranaje de Aluminio de 300 millones de años hallado en Rusia – Fuente: beforeitsnews.com
El protagonista de este hecho encontró
un trozo de metal (Aluminio) incrustado en un pedazo de carbón, pero no
cualquier objeto, sino que este era particular, como si fuese una parte
de una barra metálica dentada. Tras quedar estupefacto con el
descubrimiento, el ciudadano buscó la ayuda de los científicos de la
región de Primorie.
Análisis realizados al objeto
Luego de realizar un estudio al objeto
los resultados fueron los siguientes: no se trata de algo creado por la
naturaleza, sino más bien es algo artificial o creado por “alguien”, y
eso no es todo, el análisis también permitió saber la antigüedad del
objeto, nada menos que 300 millones de años.
El objeto está compuesto de Aluminio muy
puro y de 2% a 4% de Magnesio. Esta composición sorprende aún más, pues
en la actualidad encontrar Aluminio altamente puro es poco probable; la
mayoría de la aleaciones contiene Manganeso, Silicio, Cobre, Titanio,
Berilio o Circonio pero en un porcentaje de 10% aproximadamente; es
decir el objeto hallado tiene una composición química que no se usa en
nuestro tiempo. También se descubrió que el material contiene de 28% a
75% de Carbono; esto reafirmaría la edad del objeto en 300 millones de
años, pues para contener Carbono el mismo debió ser sometido a grandes
presiones, y esto no sucedería en miles de años, sino en millones.
¿Acaso esto evidencia la presencia de
civilizaciones más antiguas de lo que pensábamos viviendo en esas eras y
demostrando un complejo uso de la tecnología y la mecánica? ¿Seres
humanos viviendo en etapas de la tierra en que la existencia humana no
era concebible?, y como muchos ya habrán pensado, ¿compartiendo el
planeta con los dinosaurios?
No es para nada imposible conjeturar la
idea de que civilizaciones avanzadas poblaron la tierra en un pasado muy
remoto, pues existen muchas evidencias que apuntan a refrendar esta
suposición. Pero la gran interrogante que surge es: ¿quiénes habitaban
en aquella época la tierra? ¿seres humanos avanzados? ¿razas
extraterrestres? ¿viajeros del tiempo?… responder a estos dilemas se
hace imposible hoy, pero con la aparición de cada vez más evidencias es
muy prometedora la posibilidad de que pronto tengamos una razón o
respuesta más clara a todo este tipo de fenómenos.
Recreación posible del objeto encontrado
Así podría ser, en su totalidad, el objeto encontrado:
Posible representación del objeto encontrado (reconstrucción)
Otros objetos encontrados en Carbón a través de la historia:
El caso reportado últimamente en Rusia,
no ha sido el único en la historia; antes ya se habían encontrado otro
tipo de objetos, inclusive más fascinantes.
En Oklahoma, dentro de una pieza de Carbón de 312 millones de años fue encontrada una olla de metal.
Olla de metal encontrada en una pieza de carbón de 312 millones de años – Fuente: www.lah.ru
En Rumania en 1974 se encontraron, en
una cantera de arenisca de no menos de 1 millón de años, piezas de
aluminio muy parecidas a un martillo o a una pata de apoyo para el
aterrizaje de las naves “Apollo” o “Viking”.
Objeto de 1 millón de años similar a un martillo o pata de aterrizaje encontrado en Rumania – Fuente: www.lah.ru
El objeto más antiguo fue descubierto
en Massachusetts en 1851 cuando se detonaba carga explosiva en una
cantera. El artefacto es un vaso de Plata y Zinc con incrustaciones de
Plata fina. La edad de este jarrón de acuerdo a los análisis realizados
fue de 534 millones de años.
Vaso de Plata y Zinc de 534 millones de años hallado en Massachusetts en 1851 – Fuente: www.lah.ru
¿Qué piensan los escépticos ante pruebas tan factibles?
Los escépticos niegan que estos objetos
tengan aquella edad, y más bien sueltan diversas razones para explicar
el origen de los mismos. Algunos escépticos manifiestan que los objetos,
por ejemplo las piezas de Aluminio, pudieron llegar allí mientras
antiguos mineros detonaban la roca o exploraban las minas, y que la
composición del terreno tendría tal edad pero no el objeto.
Muchos científicos han presentado
evidencias hasta el cansancio para demostrar que los objetos poseen
miles o millones de años, pero aún así siempre surgen razones para
“desmentirlo”.
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