31.5.10

las TABLILLAS de GLOZEL

Glozel, aldehuela de la montaña Borbonesa, está situado en el municipio de Ferrieres/Sichon en el departamento de Allier a una veintena de kilómetros en el sureste de Vichy.
El 1° de marzo de 1924, en el campo Duranthon ( rebautizado más tarde campo de los muertos ), un joven agricultor de 17 años, Emile, y su abuelo, Claude Fradin, hacen un descubrimiento imposible que desencadena una de las más violentas polémicas arqueológicas del siglo XX porque pone en duda lo que se sabía sobre los orígenes de la escritura.


Al roturar un haza de terreno, unos de los bueyes tirando del carro cae en un hoyo, en el interior del cual Emile topa con huesos humanos. Con el descubrimiento de esta tumba, piensan haber encontrado un tesoro, las primeras excavaciones se hacen con pico y pala. Hallan varios objetos, urnas, vasos, hachas y tablillas grabadas. Rompen las urnas pero no contienen más que tierra, decepción, vuelven a tapar el hoyo y siembran la avena.
En el transcurso del verano, la Sociedad del Borbonesado se desplaza, saca muestras y las manda al Dr Capitán de Bellas Artes.
En aquella época, el Dr Capitán, el padre Breuil y el conservador del museo de los Eyzies, el Sr Peyroni, representaban el triunvirato ineludible de la prehistoria.
Mientras tanto, en 1925, Antonin Morlet, médico de Vichy, apasionado por la arqueología, se entera del descubrimiento y se persona en el lugar junto con su esposa. Fascinado por lo que encuentra, obtiene el derecho de publicación sobre los objetos que siguen siendo la propiedad de Emile Fradin.
13 meses después de recibir las primeras piezas, el Dr Capitán va allí. “Aquí tienen un yacimiento maravilloso..“, pide al Dr Morlet un informe detallado.
Pero en vez de mandar su informe, el Dr Morlet lo publica el 23 de septiembre de 1925 bajo el título “Nueva estación neolítica“. Furioso, Capitán convoca a Morlet, “… ponga mi apellido en vez del de Emile Fradin…”, ( hecho relatado y publicado por el canónigo Cote, “Glozel, 30 años después“, 1959 ; todas las personas “metidas” en el medio científico conocen la importancia de ver su apellido mencionado en una publicación ) ; Morlet se niega.
Luego el padre Breuil escribe un artículo a favor de Glozel pero sin mentar el apellido del Dr Morlet, quien a su vez se subleva y acusa al padre de querer arrogarse el descubrimiento.
El padre también se volverá en contra de Glozel.
¡ Estamos muy lejos de los argumentos científicos !

Los grandes mandamás de la prehistoria, en un principio muy favorables hacia Glozel, cogidos desprevenidos por este fabuloso descubrimiento, hallándose “fuera de juego“, se deciden en contra de Glozel.
Tanto más que el mismo periodo un epigrafista eminente, René Dussaud, acaba de publicar oficialmente que la escritura nació en Fenicia, 1 600 años antes de Jesucristo ( después del hallazgo del sarcófago del rey Ahiram de Byblos, cubierto de inscripciones ).
Ahora bien el Dr Morlet fecha las tablillas grabadas en 5 o 6000 años antes de Jesucristo.
Los dos descubrimientos se contradicen y esto va a desencadenar una verdadera guerra entre los hombres de ciencia. Los glozelianos y los antiglozelianos se afrentan, Glozel se convierte en el caso Dreyfus de la arqueología.
En esta guerra, todos los golpes ( bajos ) están permitidos, cartas anónimas, insultos, etc. ; algún día incluso el Dr Morlet sorprende a miss Garrod, secretaria del padre Breuil, en flagrante delito de falsificación durante una encuesta de la Comisión de indagaciones hecha in situ ( nombrada por el Dr. Capitán, ¡¡¡ imparcialidad cuando te apoderas de nosotros !!! ).
El Dr Morlet, Emile Fradin se ven arrastrados por los suelos, todo está aprovechado para deshonrarlos, “¡ calumnien, calumnien, siempre quedará algo !
El Presidente de la Sociedad Prehistórica de Francia acude a Glozel, paga 4 francos de entrada al museo ( someramente organizado por Emile Fradin para satisfacer el número creciente de visitadores, curiosos de ver estos fantásticos objetos tan controversados ), luego pretende que le enseñan cosas falsas. Demanda contra X por “empresa pecuniaria para enseñar los productos de una mixtificación“.
El 25 de febrero de 1928, la policía de Clermont-Ferrand se presenta para indagar en casa de los Fradin ; su objetivo : encontrar el taller donde Emile fabrica sus objetos. Rompen las vitrinas, ciertos objetos, maltratan al pobre Emile y se llevan más de 200 objetos, con el pretexto de fecharlos a pesar de que en aquella época no se conocía ningún procedimiento para conseguirlo.
El 4 de junio de 1929, Emilio Fradin se ve inculpado de estafa, el juez de instrucción le va a sonsacar durante las 63 horas del interrogatorio.
Quieren que confiese haber fabricado estos objetos, pero este joven campesino del Borbonesado, ignorando todo de la prehistoria, tiene su conciencia para sí mismo, no ha fabricado estos objetos surgidos de la noche de los tiempos.
Su correo está abierto, la policía le vigila sin cesar para sorprenderlo en flagrante delito de fabricación y verificar si entierra los objetos él mismo.
Total, al cabo de dos años, la inculpación se termina por un sobreseimiento.
Por fin, Emile Fradin puede gozar de la vida, se casa y tiene familia.
El Dr Morlet sigue las excavaciones, siempre a costa suya, durante 16 años. Encontrará más de 3 000 objetos, hasta el año 1941 cuando la ley Carcopino fue votada. De ahora en adelante está prohibido excavar el suelo francés sin autorización del Estado. Esto pone fin a las excavaciones de Glozel.
El Dr Morlet muere en 1966, no verá el reconocimiento de Glozel.
En 1972, Henri François, ingeniero en la Comisaría de la Energía Atómica, visitando Glozel, saca muestras y las manda para fechado a 3 laboratorios extranjeros. Se utilizará el método de fechado al carbono 14 para los huesos grabados y la termoluminiscencia para las cerámicas y la terracota.
Para los tres laboratorios independientes, los resultados son claros e irrebatibles, ¡ Glozel es antiguo !
Henri François escribirá a Emile Fradin :
“…Sólos unos atrasados mal informados podrán pretender todavía que Vd es un falsario, las comprobaciones de medidas hechas con independencia en cada laboratorio son perfectas e indiscutibles…”
stones
Los resultados son los siguientes :
  • los huesos tienen entre 15 000 y 17 000 años,
  • las cerámicas tienen 5 000 años,
  • las tablillas grabadas tienen 2 500 años.
En 1974, un equipo del Centro de Investigación Nuclear de Grenoble analiza el emplazamiento con magnetómetro, demonstrando que todavía quedarían objetos ocultados.
En 1975, después de un congreso de arqueometría celebrado en Oxford, la autenticidad del sitio se pone en evidencia. El Estado reconoce la autenticidad de Glozel, pero la comunidad científica sigue dudando.
Desde 1983 hasta 1990, nuevas excavaciones fueron emprendidas, curiosamente, en varios kilómetros del campo de los muertos, luego, ningún resultado fue publicado ( ? ? ? ).
Entonces ¿ porqué ?
Cito al Sr Remy Chauvin, biólogo, “padre espiritual de los herejes en Francia“ :
… Si no publican puede que hayan encontrado cosas que les molestan, entonces ¿ por qué ?
¿ Qué es lo que temen ?
¿ Temen disgustar a algunos viejos profesores, temen arruinar las teorías vigentes ?
Pero ¿ es que las teorías científicas son monumentos religiosos ?
¿ Qué hay en Glozel para levantar un ataque tan violento ?
¡ Hagamos excavaciones metódicas y racionales en el sitio en donde Emile Fradin las hizo ! …

Emile Fradin se vio proponer cantidades fabulosas por sus descubrimientos, pero no cedió ningún objeto.
El 16 de junio de 1990, recibió las Palmas Académicas.
En 1995, después de la difusión de una emisora televisada, el resumen provisional de las investigaciones precedentes se publica por fin, pero no revela nada, sino lo que ya se sabía, es que hay una gran disparidad en la edad de los objetos de Glozel.
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Las referencias a civilización desaparecidas hace millones de años y artefactos extraños se extienden por todo el mundo. Pero la arqueología oficial las oculta porque no casan con sus dogmas oficiales. El descubridor de la tablillas de Glozel en Vichy en el centro Francia, el campesino Emil Fradine y el médico y arqueólogo autodidacta Antonin Morlet, tuvieron mil problemas judiciales y hasta los metieron en la cárcel por descubrir un alfabeto EUSKERA igual al de los fenicios de más de 6000 ó 12.000 años. 
Es decir que el protovasco ya se hablaba hace más de 12.000 años en todo el norte de España y centro Sur de Francia, 
Las tablillas de Glozel demuestran El protoeuskera tiene más de 12.000 años y es igual al fenicio o probablemente el fenicio proviene de él.Y la ciencia oficial nos dice que nuestro alfabeto actual proviene de los fenicios.El ibero se refiere al euskera, que era la lengua entonces en España.


Más de 3 000 objetos han sido hallados, vasijas, tablillas grabadas, piedras pulidas, joyas de hueso, puntas de flechas, agujas, y no parece que los signos escritos hayan sido superpuestos a grabados animalistos anteriores.
Todos los huesos, humanos ( no perteneciendo a esqueletos de hombre moderno ), y de animales ( transformados en herramientas, joyas, algunos de ellos llevando signos de escritura ), todos, presentan una fosilización avanzada.
Las hachas de piedra pulida tienen el filo poco usado y por consiguiente se supone que son votivas.
Los guijarros, grabados particularmente con espléndidos renos, producieron la admiración de los especialistas en arte prehistórico.
Los objetos de cerámica, ídolos, vasos mortuorios con máscaras extrañas desprovistas de boca y las famosas tablillas cubiertas de inscripciones todavía desconocidas, fueron fabricados en un horno ovalado que en principio fue confundido con una tumba.

Aún si no queda ninguna duda sobre la autenticidad del sitio, Glozel conserva todavía muchos misterios.
Efectivamente, debido sin duda a la fuertísima radioactividad natural de la región, los fechados son muy inconexos, y cuesta trabajo entender y a fortiori explicar la presencia en un mismo lugar, de objetos viejos de 17 000 años, 5 000 años, 2 500 años, 1 500 años ¡ e incluso de la Edad Media !
Queda también el enigma de la escritura que se encuentra en huesos grabados de 17 000 años, hasta ahora sin descifrar…
Presenta grandes semejanzas con :
  • formas muy antiguas de la escritura fenicia.
  • Pero también con cierto número de inscripciones alfabetiformes halladas en sitios magdalenienses, en Portugal, en Rumanía y en Francia.
¿ Acaso sería Glozel un antiguo lugar de culto, mágico, en donde estarían reagrupados objetos de diversas procedencias ?

Sólo se podrá levantar el velo del misterio estudiando seria y sistematicamente este lugar excepcional.

Fuente: www.ldi5.com





EL ENIGMA DE GLOZEL: NUEVAS REVELACIONES
2 Comments January 2nd, 2008

Entre los descubrimientos arqueológicos más extraños realizados en Europa, cabe citar el de Glozel, un enclave de la Francia meridional.
En 1924 el campesino Emile Fradin encontró, en una cavidad situada debajo de su campo, centenares de vasos de arcilla, recipientes, urnas, lámparas, símbolos fálicos, huesos de mamut con grabados, además de una variedad de utensilios de piedra. Los hallazgos podrían tener una antiguedad de entre 4.500 y 15.000 años, pero como también se hallaron planchas de arcilla con caracteres desconocidos, no atribuíbles al hombre de esa época, este descubrimiento no se tomó en serio.
La importancia del hallazgo es hasta el momento motivo de controversias pues, según los críticos, no se han encontrado restos arqueológicos con los que compararlos. Desde nuestro punto de vista es un juicio apresurado, porque los signos de Glozel presentan un sorprendente parecido con ciertos símbolos grabados en unas tablillas de arcilla procedentes de la civilización de Harappa. Arqueólogos de la Universidad de Harvard (EE UU) las examinaron en abril de 1999 y certificaron su autenticidad.
Durante un viaje a Sudamérica para investigar el origen de la escritura, nos entrevistamos en Bogotá con el profesor Jaime Gutiérrez, quien nos mostró algunas fotografías de unas extrañas planchas de piedra con una especie de caracteres jamás vistos antes. Para el doctor Willibald Katzinger, director del Museo Nórdico de Linz, a quien le mostramos las instantáneas, los signos eran notablemente similares a los grabados de Glozel. Tiempo después pudimos contemplar las piedras que posee el investigador ecuatoriano Germán Villamar, en las cuales también se aprecian caracteres similares a los de Glozel;
al igual que sucede con las planchas metálicas obtenidas por el padre Crespi y que actualmente se conservan en la ciudad de Cuenca (Ecuador). Más tarde pude averiguar que piedras grabadas con «formas» muy parecidas se encontraron años atrás en una gruta localizada en lIIinois (EE UU).
Lo cierto es que los arqueólogos más ortodoxos consideran que las cinco colecciones a las que nos hemos referido hasta el momento son meras falsificaciones, pues son difíciles de encuadrar en la historia «oficial». Desde luego, podemos preguntarnos cómo es posible que todos los falsificadores, pertenecientes a tres zonas geográficas (Europa, Estados Unidos y Sudamérica), se inventaran un tipo de escritura tan similar.
Gracias a los esfuerzos de algunos colegas, pudimos ponernos en contacto con el profesor y prestigioso linguista alemán Kurt Schildmann, quien aparentemente ha conseguido descifrar la extraña escritura. Semanas después recibimos las traducciones de Schildmann, quien nos confirmó que se trataba de una escritura «pre-sánscrita», pues presenta similitudes con la antigua lengua india. Si esto es así, y teniendo en cuenta que el sánscrito es una de las lenguas más «viejas» de este planeta: ¿Existió en la noche de los tiempos un único modo de comunicación? Recordemos el pasaje bíblico que afirma: «Hasta la construcción de la torre de Babel, la humanidad hablaba una sola lengua». ¿Es el mito de Babel una re-

miniscencia de leyendas y tradiciones con una base real? En los últimos dos años hemos encontrado esta misma forma de escritura en Malta, Turkmenistán y Australia. ¿Habló la humanidad un idioma único en el pasado? ¿Existieron contactos entre distintas civilizaciones?
Por el momento no podemos ofrecer una respuesta.
Las investigaciones sobre esta hipotética lengua única llevan a planteamos la posibilidad, referida en los textos sagrados de infinidad de culturas y religiones, de que en la antiguedad tuviera lugar una catástrofe global. Después de este «diluvio universal» sólo continuarían existiendo restos pétreos del mundo prediluviano. Y lo cierto es que la mayoría de los «objetos inexplicables» están compuestos precisamente de este material. Como decimos, el misterio de la escritura primigenia también nos lleva a pensar que en la antiguedad se produjeron contactos entre diferentes culturas transoceánicas, según defiende la teoría difusionista, tan combatida por la ciencia ortodoxa.
Así, las tablillas de madera rongorongo, el disco de Festos y las inscripciones rúnicas halladas en los Estados Unidos parecen abundar en esta hipótesis.

LAS TABLAS RONGORONGO DE LA ISLA DE PASCUA Los famosos colosos de piedra pascuenses representan el testimonio silencioso de un pasado enigmático. Sin embargo, las tablillas de madera halladas en esta isla constituyen también un desafío para los arqueólogos no menos importante. Éstas se encuentran «decoradas» por una serie de inscripciones que reproducen figuras humanas, pájaros, peces y formas geométricas. Se conservan más de veinticinco, las cuales han sido expuestas en museos de todo el mundo. El resto del material se ha deteriorado o ha sido víctima de la furia destructiva de los primeros misioneros. No porque los mensajeros de la fe cristiana hubiesen tenido algo contra la existencia de una escritura local, sino debido a que los indígenas utilizaban aquellas tablas, cuyos signos no entendían, en ceremonias «paganas».
En 1722, cuando los primeros navegantes alcanzaron aquella minúscula isla, sus habitantes ya no eran capaces de leer las inscripciones de sus antepasados. Las tablillas se habían convertido en un puro objeto de culto. En la superficie de madera de las tablas conservadas se distinguen 790 símbolos diferentes. Tal variedad indica que los sig-

nos no se corresponden con simples letras, sino con sílabas, palabras o combinaciones de vocablos.
Hasta el momento la ciencia no ha ofrecido ninguna explicación sobre el origen de la escritura rongorongo, pero por las características de las inscripciones se ha deducido que esta grafía es atribuíble al llamado «segundo período de producción cultural». Por lo tanto, se remontaría a una época en torno al11 00 d.C. El profesorThomas Barthel, quien en 1957 realizó investigaciones durante varios meses en Pascua, considera que esta escritura era de origen polinesio. Existe también la tesis según la cual el rongorongo se desarrolló en la isla de manera autónoma, sin influencias externas.
Enigmática resulta la sorprendente similitud de alrededor de 160 inscripciones rongorongo con las pertenecientes a una antigua civilización que floreció en torno al 2500 a.C., en una zona opuesta del planeta. Nos referimos a la misteriosa civilización de Harappa, la cual se desarrolló en el Valle dellndo, en una región situada entre India y Pakistán. A pesar de los numerosos intentos, esta escritura, al igual que la de Pascua, ha resultado ser indescifrable hasta, nuestros días. La correspondencia entre las dos grafías suscita una infinidad de enigmas y ninguna respuesta. A comienzos de la década de los 70 del siglo pasado se hallaron, a orillas del lago de Spirit Pond, en Maine (EE UU), cuatro bloques de piedra y un amuleto. Tres de estos bloques, datados en torno al año 1200 a. C., presentan inscripciones que han sido identificadas como runas vikingas. Debido a que el lago forma parte de un parque estatal, los “restos pétreos» son propiedad del Estado de Maine. Su descubridor, Walter Elliot -ya fallecido-, se negó en su día a donar sus hallazgos a las instituciones, iniciando una serie de procesos legales.
Durante algunos años estuvieron expuestos en el museo de Barth, en Maine, suscitando continuas controversias entre los expertos. Actualmente, tres bloques se encontrarían en los archivos del Museo Nacional del Estado, pero fuera de la vista de los visitantes. Los grabados no fueron jamás traducidos. La imagen publicada en este artículo, proporcionada por el arqueólogo estadounidense Neil Steede, pertenece al cuarto bloque.

Las llamadas “tablillas de Michigan» son también objeto de polémica, aunque por el momento no se ha llevado a cabo una clasificación ni una investigación exhaustiva. Estas piezas se hallan en gran parte en poder de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, cuyos miembros son popularmente conocidos por el nombre de mormones. Al parecer, las tablas de Michigan estarían protegidas en alguna gruta del Estado de Utah. Hasta el momento no han sido ni catalogadas ni expuestas a! público.
Una de las pocas piezas que puede ser visitada es una gran roca esquistosa con grabados: el ápice del lado anterior contiene una misteriosa incisión, mientras en el espacio restante, que constituye los dos tercios del objeto, aparecen trazadas dos grandes “X», característica hallada también en los descubrimientos de Glozel. En la parte posterior está representado, en lo alto, la salida del sol, mientras abajo se ve un lagarto estilizado.
El modelo típico de las tablas de Michigan presenta en el lado anterior una parte realzada con el grabado de un “símbolo místico», mientras en el reverso aparece un “ojo omnisciente», seguido de un signo enigmático. Debajo de estas figuras se pueden hallar otras inscripciones, cuyo significado no ha sido aclarado por el momento.
Estos objetos fueron extraídos de túmulos indios entre 1874 Y 1915, en las proximidades de Detroit (Michigan).
La- investigadora estadounidense Henriette Mertz, fallecida en 1985, dedicó años a estudiar estos misteriosos objetos. A pesar de la opinión contraria de sus colegas, examinó algunas piezas y las declaró auténticas. La especialista planteó una hipótesis insólita: las tablas habrían sido realizadas ¡por cristianos refugiados en el continente americano en el año 312 d.C., tras de la caída del Imperio Romano!
Hasta que no se efectúen traducciones fiables -con la suficiente base científica- de las inscripciones presentes en todos estos hallazgos, sólo es posible especular sobre su significado. Cada colección de las reseñadas en este artículo merecería un estudio monográfico pero, al menos, mediante lo expuesto podemos deducir que la arqueología, la epigrafía y la linguística están lejos de resolver el enigma del nacimiento de la escritura, lo que también nos lleva a preguntarnos sobre la relación entre diferentes civilizaciones y culturas milenarias pertenecientes a distintos continentes. Estamos, pues, frente a una serie de hallazgos que desafían algunos inamovibles dogmas científicos y que podrían cambiar el concepto que en la actualidad tenemos de la historia de la humanidad.
2 Comments to “EL ENIGMA DE GLOZEL: NUEVAS REVELACIONES”
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1. 1 Luis Mar 11th, 2008 at 17:24

Es un tema interesante del cual soy seguidor y lo que tambien me ha llevado a saber que las famosas tablillas de Michigan tienen un valor cientifico mas alla de cualquier otro caracter religioso .
2. 2 Sergjim May 13th, 2008 at 04:34

Escribo de la Ciudad de México. Aquí se construyó la primera línea de metro (Observatorio-Pantitlán) hace más de 37 años. Conocí a un hombre que en aquella época era un adolescente que, huerfano, hacía de las instalaciones y de los ingenieros su casa y familia. Ahí se inició en la contaduría y llegó a estudiar esa carrera, era padre de uno de mis amigos en la escuela secundaria. Me platicó: que estando cerca del centro histórico (Palacio Nacional, alias Zócalo) en la madrugada subieron los trabajadores a las oficinas en donde estaban trasnochando (las obras del metro eran a 24 horas) jugando baraja. Pidieron que el Ingeniero Jefe bajara a ver lo que habían encontrado. No era raro encontrar ídolos y cerámica prehispánica literalmente a cada metro avanzado, así que la ansiedad de los trabajadores les indicaba que habían encontrado “otra cosa”. Todos bajaron, para ver tres cráneos humanos, con la “única” diferencia de que tenían un tamaño 4 o 5 veces más grande de lo normal. El padre de mi amigo, cuando dimensionaba los craneos en su plática ponía sus manos (que de por sí eran enormes, como de orangután) a la par de sus hombros. El Ing. Jefe subió e hizo unas llamadas telefónicas. Más avanazada la madrugada, cerca de las 5:00 de la mañana, cerca del despuntar del sol, llegaron carros militares (con soldados obviamente), cargaron con aquellos cráneos y desaparecieron entre las calles antes de los primeros rayos solares. El padre de mi amigo terminaba ésta anécdota preguntándome: Sergio ¿Alguna vez has visto esos cráneos en algún museo, en una revista, en algun lado? Huelga decir que contesté que no. Respuesta válida hasta el día de hoy. Así tengo decenas de historias que nos confirman que hay ocultación de objetos y hechos que desbaratarían ideas preconcebidas de cómo debe ser el mundo. Seguir durmiendo es muy cómodo, pero ¿no te has dado cuenta? no te puedes quedar el resto del día metido en la cama. Así que a despertar y erguirse.

folleto turismo:  http://www.museedeglozel.com/Prospect.htm

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