En esta ciudad de los arios en los Urales rusos, se trabajaba el bronce, poseían una avanzada ingeniería anti-incendio y vivían en un asentamiento donde compartían residencia, templo y observatorio astral
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Al estudiar los restos arquitectónicos de culturas milenarias, surgen muchos enigmas sin resolver y Arkaim, en los montes Urales, se perfila como uno de estos misterios. Este descubrimiento que ha logrado dar un giro a la historia, develó la existencia de una cultura aria (arya) de 4.800 años de antigüedad situada en los Urales rusos. Un pueblo que se caracterizaría por prácticas espirituales, conocimiento del universo y tecnología que los investigadores del sitio arqueológico aún no han logrado comprender.
Trabajaban el bronce, poseían una avanzada ingeniería anti-incendio, vivían en un asentamiento que era a la vez residencia, templo y observatorio astral y poseían un conocimiento de los fenómenos sobrenaturales que asusta algunos arqueólogos pues eran parte integral de su cultura y nosotros lo desconocemos totalmente.
Además, los habitantes del antiguo asentamiento conocido como Arkaim, contaban con sistemas hidráulicos y ventilación, hornos metalúrgicos y mineros, que se desconocía su existencia en esos tiempos, según estudios científicos oficiales anteriores.
Los 'arios', de quienes se habla, es un término que viene de la palabra "arya" que significa "honorable, gentil, espiritual", según el léxico sánscrito 'amarakosha, y eran ya conocidos en la India miles de años atrás a través de los vedas o libros del saber.
En antiguos registros históricos también se los refiere como los aryavata o arios del norte. En el hinduismo, a los religiosos Brahmin, Kshatriya e Vaishyas se los denominaba arya, que significaba gente de honor y respeto por su comportamiento noble.
La palabra arya también era usada junto a la palabra hindú, budista, jainista y zoroastriano, y daba significado de noble y espiritual. Por su parte en Irán eran conocidos los aryas, e 'Irán' significa realmente "Tierra de los arios".
Las costumbres de los arios venían definidas por sus rituales y su conocimiento del cosmos, lo que ayuda reconocerlos como tal. Por su parte de acuerdo a la lengua de origen arya son relacionados dos grupos emparentados entre si, el grupo derivado del sánscrito y el grupo de la antigua lengua Avestan y Persiano antiguo. De la primera derivan las etnias “proto indoeuropeas”, o “indoeuropea precoz” y de las restantes derivan las etnias “proto indoiranianas”.
Los arios “proto indoeuropeos”, de los Urales rusos son descriptos por el arqueólogo jefe de la expedición y del museo Arkaim, Guennadi Zdanovich como un pueblo tranquilo, gentil, como lo dice su nombre, buenos ingenieros que observaban el sol y la luna, y por tener elevados conocimientos del cosmos. Los arios daban mucha importancia al culto y la meditación y en su simbología se encuentran la esvástica y el mandala, al igual que en el budismo y practicas hinduistas.
El desconocimiento de lo que significaba arios provocó cierta polémica en estos descubrimientos y en un programa televisivo surgió esta pregunta: ¿Es ésta la cultura de los antepasados rusos que incluye sentarse a meditar? Guennadi Zdanovich, junto a otros expertos del sitio arqueológico, respondió en el programa “El Quijote” en 2010 que, en contraste a quienes intentaban vincularlos con determinados grupos políticos u otras teorías. Zdanovich señaló reiteradamente que los arios eran un pueblo tranquilo de costumbres muy místicas y que en Arkaim vivían en una ciudad o comunidad que tenía integrada la zona residencial con el templo y el observatorio de los astros. "Esto ya ha sido demostrado por antropólogos y arqueólogos", destaca el arqueólogo Zdanovich, y agregó que el pueblo ario de Arkaim es parte de la historia de Rusia.
En el citado programa televisivo, ante la presión de preguntas relacionadas al partido fascista ruso por el uso de la esvástica y el término ario, Zdanovich explicó que los nacionalistas rusos deben entender que la esvástica aria (arya), ya era ampliamente conocida como parte de una simbología milenaria en la historia budista, e hinduista, y que los arios no tienen ninguna relación con los grupos fascistas u otros partidos políticos relacionados y añadió que es absurdo que los medios estén creando confusión al respecto.
Desde que se descubrieron los restos de la ciudad Arkaim, la llamaron “ciudadesvástica” o “la ciudad mandala”, por su forma característica, pero finalmente se la llamó Arkaim en memoria de la montaña Arkaim que la rodea.
“Un asombroso lugar con una complicada construcción que demuestra tanto su avanzada tecnología como increíblemente exacto observatorio astronómico", señala Konstantin Bistrushki, astro-arqueólogo e investigador experto en la entrevista realizada en el documental de Sergei Alekseiev, y el escritor Mijail Zadornov. Bistrushk, además, resaltó el hecho que en el lugar no se encontró rastro de ningún tipo de escritura.
Konstantin Bistrushki reflexiona: “era una cultura sin escritura, un centro sagrado espiritual donde los conocimientos se cuidaban y transmitían a las siguientes generaciones, no hay textos escritos. Su lenguaje estaba orientado a lo cósmico y se organizaba en base al universo.
“Es asombrosa la exactitud del observatorio astronómico", insistió Bistrushki; es una cultura que hay que tener muy en cuenta. "Es algo serio que no podamos explicar algunos de sus conocimientos", y además muy curioso debido a la ausencia de escrituras.
Gennadi Zdanovich, también citado en dicho documental, coincidió con Alekseiev y Zadornov, indicando en el programa televisivo que “en Arkaim había un observatorio astronómico muy exacto. No es complicado, pero es perfecto y exacto para identificar los fenómenos solares y lunares. Fue además construido 70 años antes que las pirámides de Egipto”.
Antropológicamente hablando se trata de una cultura de indoeuropeos y su cerámica es indoeuropea, pero de una época mucho más precoz que la estudiada de la cultura griega, agregó Konstantin Bistrushki.
A su vez, Bistrushki hizo notar que Arkaim se encuentra en la misma latitud que Stonehenge, y luego de visitar y comparar ambos observatorios, y estudiar en profundidad el sitio arquitectónico de los Urales, descubrió que Arkaim está construida con una exactitud que difícilmente se puede lograr hoy en día.
Guennadi Zdanovich, agregó que “los griegos y Arkaim están relacionados"..."pero Arkain es aún más antiguo, mucho más antiguo”.
Zdanovich narra en el documental de Alekseiev y Zadornov, cómo la ciudad fue destruida en un incendio y la gente se desplazó a vivir a otro lugar para luego volver y reconstruirla en el mismo lugar.
Otra cosa que llama la atención a Zdanovich “es la complicada pared de 5 metros de ancho compuesta por un muro, un componente anti incendio, luego otro muro, y así sucesivamente hasta completar una compleja ingeniería de construcción que contiene elementos muy particulares antes nunca vistos”.
Por su parte, al escritor Mijail Zadonov, no le pasó desapercibido el hecho de conocer que sus antepasados rusos en Arkaim no usaban la escritura.
“¿Para qué escribir?”, señaló Zadonov, “si quizás no había nada malo que registrar, denunciar o nada que ocultar”. “Además hay que considerar que Arkaim era una ciudad mística", y explicó que una de las razones podría estar en que tenían un importante conocimiento astral por lo que quizás no necesitaban textos escritos.
El escritor relató en su documental que compró una revista cuando viajaba, donde leyó sobre el pueblo de Arkaim, cosa que lo conmovió de tal manera que ahora está divulgando sobre esta cultura tan particular del pasado de la civilización europea y del pueblo ruso.
En Arkaim se han medido altos niveles de magnetismo, según señalan los citados arqueólogos, y esto ha atraído a un gran número de místicos, investigadores y personas que buscan un lugar para curar sus enfermedades.
A este respecto el arqueólogo Konstantin Bistrushki, autor del libro "Fenómeno Arkaim", señala con intensidad: "¡Es peligroso! Es peligroso no saber", al referirse a ciertos conocimientos, posiblemente magnéticos, que este pueblo dominaba, y de lo que "no sabemos nada".
"De esto no podemos hablar con nadie, ni con científicos, ni con religiosos, políticos, ni nadie que puedan ayudar en este tema, con nadie podemos hablar", agrega Bistrushki.
Ubicación y características únicas en Arkaim
Arkaim se ubica en los montes Urales, a 8,2 kilómetros al noroeste de Amurski, y a 2,3 kilómetros al suroeste de Alexandrowski, ambos pueblos de Rusia. Fue inaugurado en el verano de 1987, y en 1991 fue declarado territorio protegido, gracias a lo cual se salvó de ser una zona inundada por las represas de agua.
En su documental, Serguei Alekseiev, Zdanovich y Bistrushki explican que la “ciudad esvástica” fue construida por los antiguos arianos, antiguos indoeuropeos, cerca de 4.800 años atrás.
Su descubrimiento cambió la historia al comprobarse que poseían hornos de bronce, minería y una avanzada ingeniería de canalización y construcción anti-incendio, además de ser una ciudad diferente a las otras descubiertas en el mundo.
Corresponde a asentamientos que ocupan unos 25 kilómetros. Una organización en círculos muy inteligente. Círculos de construcciones de unos 170 metros de diámetro y otros de menor tamaño. Hay casas entre los círculos y dentro de los círculos.
En Arkaim, el asentamiento circular que se está estudiando tiene unos 179 metros de circunferencia y se cree que vivían en él unas 1.500 a 2.500 personas según informa Zdanovich.
Las construcciones eran de adobe con cornisas de madera. Los muros reforzados con ladrillos de arcilla de material incombustible de unos 5 metros de espesor y unos 8 metros de alto, tipo fortaleza.
El asentamiento era circundado de un foso de agua protector de 2 metros de profundidad y había cuatro entradas siendo la principal hacia el oeste.
En su interior se encontraron hornos industriales, laboratorios artesanales, sistemas de comunicación y ventilación, así como espacios para ritos sagrados.
La construcción se estructura en dos anillos, uno interno y otro externo entre los cuales hay una calle circular que da a la plaza central. El anillo externo tiene entre 39 a 40 habitaciones. El anillo interno a su vez fue construido con 27 habitaciones con puertas hacia la plaza central y mide unos 25 a 27 metros. La parte central era para rituales e incluía un canal cubierto. Cada una de las habitaciones incluía un sofisticado sistema de ventilación.
Respecto a la simbología esvástica encontrada en los restos de Arkaim, los expertos rusos la relacionan con prácticas budistas e hinduistas que simbolizan el universo girando. Los hinduistas y budistas dicen que este símbolo representa el universo que gira en torno un punto fijo.
Arkaim centro de energia, La Stonehenge Rusa
La antigua fortaleza Arkaim Ural situada en la región de Chelyabinsk se llama "La Stonehenge de Rusia ." Además de calles y edificios los científicos encontraron restos de las ruinas del sistema de agua, hornos metalúrgicos y mineros. También se cree que una de las zonas más fuertes de anomalías en Rusia.
Vale la pena mencionar que Arkaim, un poblado fortificado de la Edad de Bronce fue construido con cuatro entradas de la ciudad estrictamente orientada a los puntos cardinales. Fue construido según un plan previamente diseñado, con un alto nivel de precisión. Todas las circunferencias tienen un centro donde todas las líneas radiales se reúnen. Esta estructura circular está orientado a las estrellas , y el diseño en sí parece un modelo del Universo.
Según la investigación llevada a cabo por el arqueólogo Konstantin Bystrushkin, las pistas Arkaim señalan 18 eventos astronómicos. Estos incluyen los atardeceres y amaneceres en los días del equinoccio y solsticio, así como los atardeceres y amaneceres de la Luna Llena y Nueva .
El famoso Stonehenge, un círculo de piedras en posición vertical misterioso, tiene menos eventos astronómicos trazables. Curiosamente, las dos estructuras arquitectónicas se encuentran en la misma latitud geográfica.
Arkaim es interesante no sólo como un monumento histórico. Hay una gran cantidad de evidencias que sugiere que es una de las zonas más fuertes de anomalías en Rusia.
Los lugareños creen que es un lugar sagrado. Los peregrinos vienen aquí durante todo el año para conseguir un poco de agua que cura desde el río Bolshaya Karaganka, y en el verano se cubren con arcilla. Dicen que ayuda a tratar las enfermedades de la piel.
Hay varios espirales hecha de piedras de la zona junto a la fortaleza . A los turistas se les recomienda caminar descalzo sobre ellas o, mejor aún, desnudo, luego de pie en el centro de la espiral y pedir un deseo.
Las montañas que rodean la fortaleza son también inusuales. la mas famosa es Shamanka (o Montaña Negra ). La gente sube a su cima para reponer energías positivas, rezar o meditar. Las personas en situación médica grave van a la montaña para una sanación.
Los visitantes llegan a la cima de la montaña en arrepentimiento para pedir perdón. El amor de montaña se cree que trae suerte personal. En el Bosque cercano el hombre recibe la visita de las mujeres que tienen problemas de relaciónes.Existe el rumor, una mujer popular entre los hombres se pasea por este bosque.
El crecimiento en la Montaña Grachinaya (también llamado Beato) es infame. los troncos de abedul son anormalmente torcidos en la parte inferior. Dicen que la gente no puede permanecer allí por mucho tiempo, de lo contrario se arriesgan a perder su mente.
Una vez, durante las excavaciones arqueológicas una estudiante escuchó una voz que le llama al centro de la estructura. Se fue sola, y lloró durante mucho tiempo cuando ella regresó. Ella dijo que conoció a los fantasmas de los antiguos residentes de Arkaim. Ella tuvo que ser enviada a un centro psiquiátrico.
Incidentes similares ocurrieron mientras investigaba pirámides de Egipto. Los arqueólogos habían alucinaciones y trastornos psiquiátricos.
Valery Chudinov, presidente del Consejo de investigación de Edad Antigua y Medieval de Rusia, habló para Pravda.ru sobre los misteriosos rincones del complejo Arkaim.
"Hay por lo menos dos lugares que se debe llamar Arkaim. El priemro, el Arkaim convencional , son la ruinas que se muestran a los turistas de hoy.
El segundo Arkaim se encuentra un poco más lejos, en un lugar donde las excavaciones están todavía en curso y donde los visitantes no están permitidos. Y, por último, la tercera Arkaim, donde por alguna razón desconocida, incluso los habitantes locales ni se acercan .
Estamos especialmente impresionados por el denominado "Bosque borracho en el que casi todos los árboles tienen troncos torcidos. Es interesante que hay marcas de quemaduras en algunos árboles en varios lugares, pero no se parecen a las pistas un rayo. Posiblemente, hay fracturas que promueven la corteza de la salida de flujo de energía que dejó las marcas en los árboles.
Usted tiene que tener cuidado porque existen flujos de energía que pueden afectar el cuerpo, tanto de forma positiva como negativa.
as ciudades alcanzaban. Más aún, Arkaim no sólo era una ciudad notable, sino también un inmenso templo y observatorio astronómico.
El muro externo, con cinco metros de espesor y más de cinco metros de altura, tenía cuatro puertas. La más grande se encontraba al suroeste de la ciudad. Intramuros, una sola calle circular con "pavimento" de troncos envolvía el primer barrio como tal. A lo largo de la misma corría un canal de desagüe. Así, ya en aquellos lejanos tiempos, la ciudad poseía canalización de agua corriente. Cerca del centro, se alzaba el muro principal, aún más macizo. Con siete metros de alturta y tres de espesor, poseía una sola portezuela bastante disimulada en el sureste del muro. Para llegar a la misma, había que recorrer prácticamente toda la calle circunvalar, o en otras palabras, desplazarse en la misma dirección y por similar trayectoria a las del sol(se entiende que en su proyección terrestre). El centro como tal era una plaza cuadrada, que a juzgar por las huellas de infinitas hogueras que otrora allí se encendieran, se empleaba con ciertos fines religiosos. Precisamente ese cuadrado dentro de un círculo da mucho que pensar, pues para los antiguos el círculo simbolizaba el Universo. Y el cuadrado, la Tierra. Así, los arquitectos de Arkaim desde el comienzo mismo planearon construir un Universo en miniatura. Según afirman los científicos, como observatorio, Arkaim permite observar unos 18 movimientos astronómicos, tales como las salidas y las puestas de sol en la época de los solsticios, y también las salidas y las puestas de Luna en los días de luna baja y luna alta.
Además, impresiona comprobar hasta qué extremos llegaban los conocimientos de los antiguos habitantes de Arkaim: ya en esa época, practicaban la agricultura y la ganadería, tenían canalización, utilizaban hornos para fundir el bronce, construían "frigoríficos" naturales, etc. Hoy, Arkaim tiene status de zona vedada, bajo protección estatal. Se calcula que esa misteriosa ciudad fue el centro de una de las más antiguas civilizaciones indoeuropeas. Pero... ¿quiénes la habitaron en realidad? ¿Qué sueños, qué planes albergaron esos habitantes?
Los antiguos arios de Arkaim no tenian escritura porque tenian danzas, las danzas sagradas védicas, las cuales luego llevaron a la India, los aryabhata, o arios del norte. La tradición de las apsaras, dakinis, Khadroma, las mujeres de sabiduria que danzan en el espacio es la tradición más antigua y poderosa.
el misterio de la mente de Schauberger es lo más grande , creo que en poco tiempo tendremos el modelo preciso antigravitatorio que nos va a permitir ponernos en contacto con otras civilizaciones que ya lo tienen desde hace 60 años, y con otras que lo tienen desde hace miles, el secreto es el agua y en Arkaim se muestra de modo muy preciso. ?
Además de calles y edificios los científicos encontraron restos de las ruinas del sistema de agua, hornos metalúrgicos y mineros.
También se cree que una de las zonas más fuertes de anomalías en Rusia.Los lugareños creen que es un lugar sagrado. Los peregrinos vienen aquí durante todo el año para conseguir un poco de agua que cura desde el río Bolshaya Karaganka, y en el verano se cubren con arcilla. Dicen que ayuda a tratar las enfermedades de la piel.
-Los fenómenos paranormales son algo que muchas personas han experimentado; otras, se muestran escépticas ante ellos. Hay un lugar donde se concentran los fenómenos paranormales, donde se reúnen psíquicos, astrólogos y clarividentes rusos; un lugar en los Urales conocido con el nombre de Arkaím.- *Si el video demora en reproducirse poner "PAUSA" para que cargue y luego pulsar "PLAY"--Fuentes:
Actualidad RT.Com
Además de calles y edificios los científicos encontraron restos de las ruinas del sistema de agua, hornos metalúrgicos y mineros.
También se cree que una de las zonas más fuertes de anomalías en Rusia.Los lugareños creen que es un lugar sagrado. Los peregrinos vienen aquí durante todo el año para conseguir un poco de agua que cura desde el río Bolshaya Karaganka, y en el verano se cubren con arcilla. Dicen que ayuda a tratar las enfermedades de la piel.
-Los fenómenos paranormales son algo que muchas personas han experimentado; otras, se muestran escépticas ante ellos. Hay un lugar donde se concentran los fenómenos paranormales, donde se reúnen psíquicos, astrólogos y clarividentes rusos; un lugar en los Urales conocido con el nombre de Arkaím.- *Si el video demora en reproducirse poner "PAUSA" para que cargue y luego pulsar "PLAY"--Fuentes:
Actualidad RT.Com
Al sur de los Urales, cerca de la frontera con Kazaksthan, la ciudad de Arkaim sorprende a los arqueólogos por su estructura en forma de anillos concéntricos, su orientación astronómica, el culto a la esvástica, y su escritura en sánscrito védico.
Situada en los montes Urales, había leído bastante sobre esta ciudad prehistórica del 1700 a.C. y su culto a la esvástica. Lo malo de este tipo de informaciones es que vienen sesgadas por Internet y muy contaminadas por impresiones personales. Así que decidí averiguar la verdad sobre los descubrimientos y misterios que allí se encierran, y pronto acabé descubriendo por qué ningún español se había atrevido a hollar aquellas latitudes.
Rusia no es un país fácil. Hay que solicitar un visado que requiere una invitación procedente de este país, ya sea desde un hotel o un particular, aparte un seguro médico. Luego está el inconveniente del idioma; uno cree erróneamente que con el inglés se va a todas partes. Pero más allá de Moscú, al sur de la antigua Unión Soviética, una vez descendemos en el aeropuerto de Magnitogorsk y ponemos rumbo a la frontera con Kazaksthan, sólo se habla ruso; en el mismo aeropuerto pude comprobarlo. Con mi escaso ruso aprendido meses antes en una escuela de idiomas, llegó otro problema, hay que registrarse cada tres días en la Oficina de Visado del Servicio Federal de Migración, aparte de llevar contigo la tarjeta de inmigración con fecha de entrada y salida que te expiden nada más pisar la nación. El inconveniente estaba en que los poblados próximos a Arkaim, pues no hay ciudades, no cuentan con hoteles; así que tuvimos que hospedarnos en la casa de un conocido, convertida en nuestro hotel particular. Y sin hotel que nos registrara en el SFM eso significaba que un encuentro con la policía podía implicar la deportación del país y una cuantiosa multa. Ahora entendía por qué los españoles no se dirigían al sur.
Por su proximidad a Ufa, ciudad vetada a los extranjeros, ya que aquí se almacenan los útiles necesarios para proteger a la población de una hipotética Tercera Guerra Mundial, conviene no aproximarse por esta zona, si uno quiere visitar los asentamientos prehistóricos de los Urales sin llamar la atención de la policía.
Esta región, conocida como “Tierra de las Ciudades” se ciñe al período de la Edad de Bronce, contemporánea de otras culturas como la egipcia o la minoica. Fue descubierta en el 1987 por un equipo de científicos de Chelyabinsk, a las órdenes de Gennadi Zdanovich. Lo que localizaron les dejó impresionados, pues los utensilios y las cerámicas parecían corresponder a un puente entre Europa y Asia, una mezcla de civilizaciones, adoradora de la esvástica, o sea aria, bajo una única ciudad-estado que evoca las leyendas de la Atlántida de Platón.
La primera vez que los arqueólogos se encontraron con algo parecido fue en Sintashta, también próximo a Chelyabinsk, la ciudad de los carros, donde se creé erróneamente que se inventaron los mismos, para luego expandirse por Mesopotamia y Egipto. Pero la verdad es muy distinta, ya que en nuestra visita al desierto del Tassili, en Argelia, hace unos años, pudimos constatar la presencia de pinturas rupestres de carros con una datación isotópica anterior al 5000 a.C. Estos indoarios ya adoraban la figura de la esvástica, como así se aprecia en las cerámicas encontradas.
Pero lo más curioso de Arkaim es su disposición en forma de un asentamiento de cabañas, totalmente fortificado y circular, con anillos de agua (o canales) que la rodeaban. Hoy en día todo lo que quedan son sus ruinas, y desde que en los años 90 se abandonaron las excavaciones, la maleza ha vuelto a hacer acto de presencia, ocultando el lugar casi en su totalidad; solamente puede verse su forma geométrica a vista de pájaro.
Los artefactos de sus cementerios próximos revelan armas de bronce, y algunos extraños ídolos. Uno de los que encontramos sugiere un enorme falo con rostro, alusión probable a la fecundidad. Otro es harto más extraño, dado que muestra lo que parece un personaje en cuclillas observando las estrellas, de apariencia muy similar a los moai de la Isla de Pascua.
Los arqueólogos rusos no dudan en afirmar que la ciudad de Arkaim fue defensiva, al estar situada en el promontorio de las confluencias de los antiguos ríos Bolshaya Karaganka y Utyaganka. Sin embargo, el lugar no es propiamente una colina, sino una estepa despoblada, con algunas montañas a su alrededor, plagadas de cuevas, más adecuadas para la resistencia. No, lo que Arkaim parece a simple vista es una ciudad construida para aprovechar las crecidas de los ríos y abastecerse de peces, con dos anillos o canales de agua, uno de 150 metros de diámetro y otro de 85. Los muros debieron ser de 5 metros, con canales de 3 de metros de profundidad. Cada casa o cabaña situada en su interior contaba con una longitud máxima de 16 a 20 metros. Toda cabaña disponía de 2 plantas, de las que se cree que una servía para el ganado de cada familia.
Cabe insistir en los canales o círculos de agua, con torres y puertas que vigilaban cada muro; y alrededor de esa llanura, gigantescos canales rectos artificiales irrigaron toda la planicie. Si uno se fija bien en esta descripción, acaba uno advirtiendo que corresponde en cierta media al relato de Platón. ¿Procedían estas gentes del Occidente, recordando los relatos que mencionaban una ciudad-estado similar a la que luego construirían? Es extraño, pero a media que uno más investiga y explora la historia, se advierte rápidamente que los orígenes de la Humanidad no se remontan al África o lo que la paleontología llama “modelo de continuidad regional”, sino que los yacimientos arqueológicos son más antiguos al dirigirse hacia la zona del Atlántico, aunque quizás estén más dispersos. Según mi opinión, la dispersión no se debe a que hubiera menos civilizaciones al Occidente, sino más bien a que nuestra cultura se desarrolló aquí. Y después de tantos períodos de ocupación y guerras, es muy extraño topar con la prehistoria, mientras que en África es más fácil por su menor invasión de poblaciones. Ahora bien, explícale esto a un arqueólogo a ver qué te dice…
Los pocos signos pictográficos encontrados en Arkaim tienen otro extraño misterio, pues corresponden a los Rig Vedas, los himnos en sánscrito védico, dedicados a la alabanza de los dioses. Estos textos también nos hablan de las luchas entre los arios védicos y sus enemigos, los Dasa, una suerte de demonios que aparecieron de los cielos. Tal vez, por ese motivo, la estatuilla del hombre acuclillado mirando los cielos, se trate de un observador esperando la llegada de los Dasa para dar la voz de alarma. O simplemente podría tratarse de un hombre interesado en el Universo, por qué no.
Al darse estar curiosa coincidencia se comprende el culto a la esvástica dextrógira (la que gira en sentido de las agujas del reloj), que ya aparece en el hinduismo.
La conclusión a la que llegan los arqueólogos rusos es que Arkaim era sármata, los mencionados por Herodoto, invasores de los escitas, cuya tecnología militar influenció luego en otros pueblos; de ahí el supuesto uso del carro. Aunque nosotros creemos que no pueden tratarse de los mismos, ya que estos se situaban más hacia el Cáucaso.
Arkaim sigue deparando sorpresas. Cuando uno llega hasta el campamento base, los rusos que allí se congregan mencionan una segunda Arkaim en la que se notan los efectos de energías telúricas. En torno al campamento se congregan grupos new age, orando a los dioses del cielo y realizando laberintos con las pequeñas piedras del suelo. Reconozco que la primera vez que vi a estas personas no les di importancia, pero al segundo día de estar en el lugar, mi compañera observó que nuestros rostros estaban quemados, pese a que la temperatura del lugar no superaba los 17 grados. Junto a Arkaim, luego más tarde, dimos con un grupo de árboles caídos en fila india durante kilómetros, alternados entre sí, es decir, uno a la izquierda y otro a la derecha, como si un enorme rayo los hubiera partido con esa arbitrariedad. Cuando preguntamos a uno de los guías rusos de la zona, no dudó en hacernos saber que se trataba de los extraños rayos atmosféricos que en ocasiones destrozan todo a su paso por Arkaim.
¿Arkaim sería un caso aislado en la zona? Para comprobarlo había que localizar otros complejos prehistóricos por el cinturón de los Urales, con el fin de evidenciar si se trataba de una cultura aislada o había más asentamientos similares.
De esta guisa pasamos por las cuevas de Sakiyaz-Tamaksky, en Satkinksy, localizando petroglifos de la Edad de Bronce. También lo hicimos por Shulgan-Tash, las llamadas cuevas de Kapova, que representan una odisea para llegar hasta allí por caminos no asfaltados durante kilómetros de recorrido, con un conocido que nos hacía de taxista en un destartalado Lada. Habitadas hace 17.000 años nos introducimos cientos de metros en su interior para acabar descubriendo pinturas rupestres que exponen la vida de estas gentes y la caza de mamuts y coelodontes, o sea rinocerontes lanudos enormes con cuernos que superaban el metro de longitud. Lo más singular de las pinturas rupestres es su enorme parecido con las de Altamira o las de Lascaux en Francia, como si el patrón de belleza de la antigüedad fuera el mismo, o todos ellos hubieran estudiado Bellas Artes en la misma escuela. ¿Un indicio más de las migraciones de Occidente?
Paleolítico y la Edad de Bronce, la que va detrás del Neolítico, no tienen nada que ver. Por lo tanto, Arkaim, hasta la fecha, es un caso aislado. No se han dado más ciudades-estado en los Urales. Y las más próximas ya se concentran en el Danubio o en Mesopotamia.
Arkaim es una ciudad radial de dos anillos o canales fluviales, con 35 celdas con cabañas en su anillo exterior y 25 en el interior, situada en las coordenadas 52°37?37?N 59°33?40? y orientada hacia Orión; aunque todo cabe apuntarlo, cualquier edificio de la antigüedad parece estar situado hacia la Constelación de Orión ya que, tarde o temprano, en algún momento del día, ésta pasa por nuestras cabezas. Habría que observar si la ciudad cuenta con alguna puerta u orificio que nos apuntara unas coordenadas de fijación, con las que determinar si la alineación hacia Orión es precisa o una simple coincidencia.
El anillo interno a su vez fue construido con 27 habitaciones con puertas hacia la plaza central y mide unos 25 a 27 metros. La parte central era para rituales e incluía un canal cubierto. Cada una de las habitaciones contenía un sofisticado sistema de ventilación.
Según la investigación llevada a cabo por el arqueólogo Konstantin Bystrushkin, las pistas de Arkaim señalan 18 eventos astronómicos. Estos incluyen los atardeceres y amaneceres en los días del equinoccio y solsticio, así como los atardeceres y amaneceres de la Luna Llena y Nueva.
En su interior se encontraron hornos industriales, laboratorios artesanales, sistemas de comunicación y ventilación, así como espacios para ritos sagrados.
Para los arqueólogos, 2.500 personas habitaron esta singular ciudad de formas extrañas que parecen predecir acontecimientos astronómicos y con estatuillas que miran el cielo. ¿Por qué se construyó Arkaim y por qué es tan distinta al resto de culturas locales es un misterio que todavía está por desvelar?
El rompecabezas de nuestros orígenes
Siempre se dice que el problema de nuestros orígenes se debe a que no encontramos el llamado “eslabón perdido”. Hoy en día se sostiene que como no es localizable saber cuál es nuestro antepasado, la evolución humana tiene muchas ramas distintas, con un mismo final evolutivo. Y se basan en que el Australopitecus, que no era hombre, compartía con nosotros el andar a dos piernas y la fabricación de herramientas de piedra. Mientras que los Neardentales fueron paralelos al Homo Sapiens, con lo que se trataba de una raza diferente a la nuestra.
Los paleontólogos aseguran del Homo Ergaster que era bípedo para reducir la enorme cantidad de radiación solar que recibían los cuerpos, manteniendo una temperatura corporal inferior que les permitía cazar a las horas del Sol.
Con todo lo anterior, la solución propuesta pasa por afirmar que el Homo Sapiens es fruto de las distintas especies del Viejo Mundo, el Neardental (a pesar que era una raza paralela) y del Homo Erectus asiático. ¿Y luego los antropólogos se ríen de quienes argumentan teorías fantásticas sobre una evolución artificial? Pero si los antropólogos dan por válidas las pinturas rupestres y lo que describen, así como la escritura referente a la historia, ¿por qué no dan por ciertos los escritos que hablan de que fueron los dioses quiénes nos crearon? ¿Por qué unos escritos son válidos y otros no? ¿En qué se basan? ¿En qué los orígenes del hombre por parte de los dioses es una explicación demasiado irracional? ¿Acaso no lo es la teoría del eslabón perdido?
¿De dónde procedían los indoeuropeos?
Sólo examinando las lenguas, ya sean latinas, celtas, germánicas, itálicas, bálticas, eslavas, griegas, índicas o tocarías, apercibimos de ciertas similitudes entre palabras. Para la antropología ello significa que derivan de una misma lengua ancestral.
Si existió un idioma protoindoeuropeo ello conlleva que hubo una primera patria original. De ahí que la arqueología sostenga tres teorías diferentes sobre nuestros orígenes.
El primer modelo sugiere que los protoindoeuropeos podían encontrarse antes del Neolítico en la Europa central. No se acepta demasiado porque no explica el vocabulario compartido en la protolengua reconstruida a través de las largas migraciones.
En el segundo modelo las lenguas se expanden junto a la agricultura en la región de Anatolia, expandiéndose luego por Grecia y los Balcanes, para pasar luego hacia el Atlántico.
El tercer modelo sitúa a los primeros indoeuropeos en Asia, entre los mares Negro y Caspio. Se basan en la localización de pinturas rupestres de carros, lo que apunta a determinada movilidad, trasladándose luego al sudeste y centro de Europa. Pero esta teoría no tiene en cuenta los descubrimientos del Sáhara, en donde se han datado vehículos con ruedas más antiguas que los de las estepas.
¿Y si añadiéramos un cuarto modelo? Podríamos introducir un tipo donde las poblaciones partirían de la zona del Atlántico, ya que los yacimientos arqueológicos son más antiguos al aproximarse más hacia el Occidente, lo cual sería lo más lógico.
Situada en los montes Urales, había leído bastante sobre esta ciudad prehistórica del 1700 a.C. y su culto a la esvástica. Lo malo de este tipo de informaciones es que vienen sesgadas por Internet y muy contaminadas por impresiones personales. Así que decidí averiguar la verdad sobre los descubrimientos y misterios que allí se encierran, y pronto acabé descubriendo por qué ningún español se había atrevido a hollar aquellas latitudes.
Rusia no es un país fácil. Hay que solicitar un visado que requiere una invitación procedente de este país, ya sea desde un hotel o un particular, aparte un seguro médico. Luego está el inconveniente del idioma; uno cree erróneamente que con el inglés se va a todas partes. Pero más allá de Moscú, al sur de la antigua Unión Soviética, una vez descendemos en el aeropuerto de Magnitogorsk y ponemos rumbo a la frontera con Kazaksthan, sólo se habla ruso; en el mismo aeropuerto pude comprobarlo. Con mi escaso ruso aprendido meses antes en una escuela de idiomas, llegó otro problema, hay que registrarse cada tres días en la Oficina de Visado del Servicio Federal de Migración, aparte de llevar contigo la tarjeta de inmigración con fecha de entrada y salida que te expiden nada más pisar la nación. El inconveniente estaba en que los poblados próximos a Arkaim, pues no hay ciudades, no cuentan con hoteles; así que tuvimos que hospedarnos en la casa de un conocido, convertida en nuestro hotel particular. Y sin hotel que nos registrara en el SFM eso significaba que un encuentro con la policía podía implicar la deportación del país y una cuantiosa multa. Ahora entendía por qué los españoles no se dirigían al sur.
Por su proximidad a Ufa, ciudad vetada a los extranjeros, ya que aquí se almacenan los útiles necesarios para proteger a la población de una hipotética Tercera Guerra Mundial, conviene no aproximarse por esta zona, si uno quiere visitar los asentamientos prehistóricos de los Urales sin llamar la atención de la policía.
Esta región, conocida como “Tierra de las Ciudades” se ciñe al período de la Edad de Bronce, contemporánea de otras culturas como la egipcia o la minoica. Fue descubierta en el 1987 por un equipo de científicos de Chelyabinsk, a las órdenes de Gennadi Zdanovich. Lo que localizaron les dejó impresionados, pues los utensilios y las cerámicas parecían corresponder a un puente entre Europa y Asia, una mezcla de civilizaciones, adoradora de la esvástica, o sea aria, bajo una única ciudad-estado que evoca las leyendas de la Atlántida de Platón.
La primera vez que los arqueólogos se encontraron con algo parecido fue en Sintashta, también próximo a Chelyabinsk, la ciudad de los carros, donde se creé erróneamente que se inventaron los mismos, para luego expandirse por Mesopotamia y Egipto. Pero la verdad es muy distinta, ya que en nuestra visita al desierto del Tassili, en Argelia, hace unos años, pudimos constatar la presencia de pinturas rupestres de carros con una datación isotópica anterior al 5000 a.C. Estos indoarios ya adoraban la figura de la esvástica, como así se aprecia en las cerámicas encontradas.
Pero lo más curioso de Arkaim es su disposición en forma de un asentamiento de cabañas, totalmente fortificado y circular, con anillos de agua (o canales) que la rodeaban. Hoy en día todo lo que quedan son sus ruinas, y desde que en los años 90 se abandonaron las excavaciones, la maleza ha vuelto a hacer acto de presencia, ocultando el lugar casi en su totalidad; solamente puede verse su forma geométrica a vista de pájaro.
Los artefactos de sus cementerios próximos revelan armas de bronce, y algunos extraños ídolos. Uno de los que encontramos sugiere un enorme falo con rostro, alusión probable a la fecundidad. Otro es harto más extraño, dado que muestra lo que parece un personaje en cuclillas observando las estrellas, de apariencia muy similar a los moai de la Isla de Pascua.
Los arqueólogos rusos no dudan en afirmar que la ciudad de Arkaim fue defensiva, al estar situada en el promontorio de las confluencias de los antiguos ríos Bolshaya Karaganka y Utyaganka. Sin embargo, el lugar no es propiamente una colina, sino una estepa despoblada, con algunas montañas a su alrededor, plagadas de cuevas, más adecuadas para la resistencia. No, lo que Arkaim parece a simple vista es una ciudad construida para aprovechar las crecidas de los ríos y abastecerse de peces, con dos anillos o canales de agua, uno de 150 metros de diámetro y otro de 85. Los muros debieron ser de 5 metros, con canales de 3 de metros de profundidad. Cada casa o cabaña situada en su interior contaba con una longitud máxima de 16 a 20 metros. Toda cabaña disponía de 2 plantas, de las que se cree que una servía para el ganado de cada familia.
Cabe insistir en los canales o círculos de agua, con torres y puertas que vigilaban cada muro; y alrededor de esa llanura, gigantescos canales rectos artificiales irrigaron toda la planicie. Si uno se fija bien en esta descripción, acaba uno advirtiendo que corresponde en cierta media al relato de Platón. ¿Procedían estas gentes del Occidente, recordando los relatos que mencionaban una ciudad-estado similar a la que luego construirían? Es extraño, pero a media que uno más investiga y explora la historia, se advierte rápidamente que los orígenes de la Humanidad no se remontan al África o lo que la paleontología llama “modelo de continuidad regional”, sino que los yacimientos arqueológicos son más antiguos al dirigirse hacia la zona del Atlántico, aunque quizás estén más dispersos. Según mi opinión, la dispersión no se debe a que hubiera menos civilizaciones al Occidente, sino más bien a que nuestra cultura se desarrolló aquí. Y después de tantos períodos de ocupación y guerras, es muy extraño topar con la prehistoria, mientras que en África es más fácil por su menor invasión de poblaciones. Ahora bien, explícale esto a un arqueólogo a ver qué te dice…
Los pocos signos pictográficos encontrados en Arkaim tienen otro extraño misterio, pues corresponden a los Rig Vedas, los himnos en sánscrito védico, dedicados a la alabanza de los dioses. Estos textos también nos hablan de las luchas entre los arios védicos y sus enemigos, los Dasa, una suerte de demonios que aparecieron de los cielos. Tal vez, por ese motivo, la estatuilla del hombre acuclillado mirando los cielos, se trate de un observador esperando la llegada de los Dasa para dar la voz de alarma. O simplemente podría tratarse de un hombre interesado en el Universo, por qué no.
Al darse estar curiosa coincidencia se comprende el culto a la esvástica dextrógira (la que gira en sentido de las agujas del reloj), que ya aparece en el hinduismo.
La conclusión a la que llegan los arqueólogos rusos es que Arkaim era sármata, los mencionados por Herodoto, invasores de los escitas, cuya tecnología militar influenció luego en otros pueblos; de ahí el supuesto uso del carro. Aunque nosotros creemos que no pueden tratarse de los mismos, ya que estos se situaban más hacia el Cáucaso.
Arkaim sigue deparando sorpresas. Cuando uno llega hasta el campamento base, los rusos que allí se congregan mencionan una segunda Arkaim en la que se notan los efectos de energías telúricas. En torno al campamento se congregan grupos new age, orando a los dioses del cielo y realizando laberintos con las pequeñas piedras del suelo. Reconozco que la primera vez que vi a estas personas no les di importancia, pero al segundo día de estar en el lugar, mi compañera observó que nuestros rostros estaban quemados, pese a que la temperatura del lugar no superaba los 17 grados. Junto a Arkaim, luego más tarde, dimos con un grupo de árboles caídos en fila india durante kilómetros, alternados entre sí, es decir, uno a la izquierda y otro a la derecha, como si un enorme rayo los hubiera partido con esa arbitrariedad. Cuando preguntamos a uno de los guías rusos de la zona, no dudó en hacernos saber que se trataba de los extraños rayos atmosféricos que en ocasiones destrozan todo a su paso por Arkaim.
¿Arkaim sería un caso aislado en la zona? Para comprobarlo había que localizar otros complejos prehistóricos por el cinturón de los Urales, con el fin de evidenciar si se trataba de una cultura aislada o había más asentamientos similares.
De esta guisa pasamos por las cuevas de Sakiyaz-Tamaksky, en Satkinksy, localizando petroglifos de la Edad de Bronce. También lo hicimos por Shulgan-Tash, las llamadas cuevas de Kapova, que representan una odisea para llegar hasta allí por caminos no asfaltados durante kilómetros de recorrido, con un conocido que nos hacía de taxista en un destartalado Lada. Habitadas hace 17.000 años nos introducimos cientos de metros en su interior para acabar descubriendo pinturas rupestres que exponen la vida de estas gentes y la caza de mamuts y coelodontes, o sea rinocerontes lanudos enormes con cuernos que superaban el metro de longitud. Lo más singular de las pinturas rupestres es su enorme parecido con las de Altamira o las de Lascaux en Francia, como si el patrón de belleza de la antigüedad fuera el mismo, o todos ellos hubieran estudiado Bellas Artes en la misma escuela. ¿Un indicio más de las migraciones de Occidente?
Paleolítico y la Edad de Bronce, la que va detrás del Neolítico, no tienen nada que ver. Por lo tanto, Arkaim, hasta la fecha, es un caso aislado. No se han dado más ciudades-estado en los Urales. Y las más próximas ya se concentran en el Danubio o en Mesopotamia.
Arkaim es una ciudad radial de dos anillos o canales fluviales, con 35 celdas con cabañas en su anillo exterior y 25 en el interior, situada en las coordenadas 52°37?37?N 59°33?40? y orientada hacia Orión; aunque todo cabe apuntarlo, cualquier edificio de la antigüedad parece estar situado hacia la Constelación de Orión ya que, tarde o temprano, en algún momento del día, ésta pasa por nuestras cabezas. Habría que observar si la ciudad cuenta con alguna puerta u orificio que nos apuntara unas coordenadas de fijación, con las que determinar si la alineación hacia Orión es precisa o una simple coincidencia.
El anillo interno a su vez fue construido con 27 habitaciones con puertas hacia la plaza central y mide unos 25 a 27 metros. La parte central era para rituales e incluía un canal cubierto. Cada una de las habitaciones contenía un sofisticado sistema de ventilación.
Según la investigación llevada a cabo por el arqueólogo Konstantin Bystrushkin, las pistas de Arkaim señalan 18 eventos astronómicos. Estos incluyen los atardeceres y amaneceres en los días del equinoccio y solsticio, así como los atardeceres y amaneceres de la Luna Llena y Nueva.
En su interior se encontraron hornos industriales, laboratorios artesanales, sistemas de comunicación y ventilación, así como espacios para ritos sagrados.
Para los arqueólogos, 2.500 personas habitaron esta singular ciudad de formas extrañas que parecen predecir acontecimientos astronómicos y con estatuillas que miran el cielo. ¿Por qué se construyó Arkaim y por qué es tan distinta al resto de culturas locales es un misterio que todavía está por desvelar?
El rompecabezas de nuestros orígenes
Siempre se dice que el problema de nuestros orígenes se debe a que no encontramos el llamado “eslabón perdido”. Hoy en día se sostiene que como no es localizable saber cuál es nuestro antepasado, la evolución humana tiene muchas ramas distintas, con un mismo final evolutivo. Y se basan en que el Australopitecus, que no era hombre, compartía con nosotros el andar a dos piernas y la fabricación de herramientas de piedra. Mientras que los Neardentales fueron paralelos al Homo Sapiens, con lo que se trataba de una raza diferente a la nuestra.
Los paleontólogos aseguran del Homo Ergaster que era bípedo para reducir la enorme cantidad de radiación solar que recibían los cuerpos, manteniendo una temperatura corporal inferior que les permitía cazar a las horas del Sol.
Con todo lo anterior, la solución propuesta pasa por afirmar que el Homo Sapiens es fruto de las distintas especies del Viejo Mundo, el Neardental (a pesar que era una raza paralela) y del Homo Erectus asiático. ¿Y luego los antropólogos se ríen de quienes argumentan teorías fantásticas sobre una evolución artificial? Pero si los antropólogos dan por válidas las pinturas rupestres y lo que describen, así como la escritura referente a la historia, ¿por qué no dan por ciertos los escritos que hablan de que fueron los dioses quiénes nos crearon? ¿Por qué unos escritos son válidos y otros no? ¿En qué se basan? ¿En qué los orígenes del hombre por parte de los dioses es una explicación demasiado irracional? ¿Acaso no lo es la teoría del eslabón perdido?
¿De dónde procedían los indoeuropeos?
Sólo examinando las lenguas, ya sean latinas, celtas, germánicas, itálicas, bálticas, eslavas, griegas, índicas o tocarías, apercibimos de ciertas similitudes entre palabras. Para la antropología ello significa que derivan de una misma lengua ancestral.
Si existió un idioma protoindoeuropeo ello conlleva que hubo una primera patria original. De ahí que la arqueología sostenga tres teorías diferentes sobre nuestros orígenes.
El primer modelo sugiere que los protoindoeuropeos podían encontrarse antes del Neolítico en la Europa central. No se acepta demasiado porque no explica el vocabulario compartido en la protolengua reconstruida a través de las largas migraciones.
En el segundo modelo las lenguas se expanden junto a la agricultura en la región de Anatolia, expandiéndose luego por Grecia y los Balcanes, para pasar luego hacia el Atlántico.
El tercer modelo sitúa a los primeros indoeuropeos en Asia, entre los mares Negro y Caspio. Se basan en la localización de pinturas rupestres de carros, lo que apunta a determinada movilidad, trasladándose luego al sudeste y centro de Europa. Pero esta teoría no tiene en cuenta los descubrimientos del Sáhara, en donde se han datado vehículos con ruedas más antiguas que los de las estepas.
¿Y si añadiéramos un cuarto modelo? Podríamos introducir un tipo donde las poblaciones partirían de la zona del Atlántico, ya que los yacimientos arqueológicos son más antiguos al aproximarse más hacia el Occidente, lo cual sería lo más lógico.
No tenía conocimiento alguno hasta hoy, de la existencia
ReplyDeletede Arkaim. previamente vi el vídeo de You tube, más me me fascinó de modo tal, que aquí estoy en Internet, conociendo más de este civilización. me encuentro tan emocionada que ya quisiera ir allí. Parece que hoy es un día diferente en toda mi vida. Muchas gracias por vuestro informe !!