20.11.10

TEMPLO de ABIDOS - EGIPTO


tEMPLO DE ABIDOS y TEMPLO DE LA ESFINGE DE GIZA
















  ABIDOS, EL SANTUARIO DE OSIRIS
Cumplí los mandamientos de los hombres y me ajusté a lo que complacía a los dioses, hice que dios estuviese en paz conmigo cumpliendo su voluntad, di pan al hambriento y agua al sediento y vestí al desnudo y socorrí al náufrago. Hice ofrendas sagradas a los dioses y entregué alimentos sepulcrales a los justos.
Fragmento del capítulo 125 del Libro de los Muertos


aqui los jeroglificos tienen "vida"  ,

1.SITUACIÓN GEOGRÁFICA.

 



Abidos ( también Tinis)  está situada  al sur de Egipto, unos 97 kilómetros al norte de la moderna ciudad de Luxor, en la orilla izquierda del  Nilo. Está enclavado en el desierto líbico y en época faraónica fue capital del Nomo VIII del Alto Egipto denominado también Nomo Tinita del nombre de TInis o Abidos, su capital.  Su situación fue privilegiada, dada la perfecta comunicación tanto con el Valle del Nilo  , hacia el sur y hacia el norte, como a través del Uadi que parte de Nag-Hammadi hacia el Mar Rojo. Los orígenes del asentamiento  se remontan al Periodo Predinástico , manteniéndose su importancia hasta época romana, ya que en esta ciudad y sus alrededores se encuentran numerosos monumentos.

























2.LOS ORÍGENES DE LA CIUDAD


Desde sus orígenes, la zona de Abidos  destacó como área donde se desarrolló una de las
culturas más importantes del Periodo Predinástico;  la llamada Amratiense o Nagada I.
Del periodo de Nagada cabe citar como ejemplo las inmediaciones de la zona denominada con el término árabe de Umm el-Kab, que quiere decir "madre de los pucheros". 














Fue bautizada así por los numerosos fragmentos de vasos cerámicos depositados desde el Reino Medio hasta el Periodo Romano, rotos de forma ritual por los antiguos viajeros que acudían a la necrópolis, después de haber orado y presentado su ofrenda ante la supuesta "tumba de Osiris". Aquí se encuentra un grupo de enterramientos, emplazados en el "Cementerio U", que pertenecen al Predinástico Tardío. Han sido reexcavados por el Instituto Alemán de Arqueología Oriental en El Cairo.


 Evidence of Aha





Las tumbas de  Umm el Ga'ab:

www.touregypt.net/featurestories/ setiabydos14.jpg

                                       3. Abidos y el origen de los jeroglíficos 
El equipo del Instituto de Arqueología Alemán, dirigido por el Dr. Günther Dreyer ,ha sacado a la luz un conjunto de 300 jarras y tablillas de arcilla, localizadas en Umm el-Kab y concretamente en la tumba del rey Escorpión I, enterramiento que no fue localizado hasta el año 1997. Este soberano predinástico nada tiene que ver con el tradicional Escorpión II, propietario de la famosa cabeza de maza de encontrada en el depósito principal del templo de la ciudad de Hierakómpolis, que hoy se expone en el museo Ashmolean de Oxford. 














Cabeza de maza de Escorpión II. Ashmolean Museum, Oxford




Conocemos a  Narmer por su famosa paleta,por la cabeza de maza y  por sellos de jarras . It should be noted herein that fragments of clay jar seals from Abydos, alternating Narmer y la palabra o nombre n mn, sugiere que  mn fue una persona importante y   posiblemente el  sucesor de Narmer.
Conocemos el nombre del rey  Hor-Aha, o Aha, el HAlcón , porque el signo de su nombre  aparece en un  serekh en una jarra , aora en el  British Museum, y por una lámina de marfil de la tumba de  Naqada de Nithotep (posiblemente su madre y esposa del rey  King Narmer). Esta lámina también muestra  el nombre  nbty  Mn frente al serekh. La lectura del signo jeroglífico de mn  en algunas tablillas de marfil referidas al rey  Aha, y en un fragmento de plato , ha promovido las especulaciones de que  Aha es Menes. Algunos investigadores , sin embargo, no aceptan que  mn  sea lo mismo que  Menes, diciendo que  mn  puede significar  "alguien", i.e. designando una persona o ceremonia.
Este segundo nombre Mn o Menes significa "establecido," y posiblemete es el origen de este último llamado  Menes por Manetón y  Herodoto.

Tumba B10-B15-B19 de  Umm el Ga'ab en Abidos
Aha - I Dinastía






Floor Plan of Tomb B10-B15-B19 belonging to Aha at Umm el Ga'ab in AbydosLA tumba consiste en las cámaras numeradas B10, B15 and B19, localizada en la región de  Umm el Ga'ab en Abydos, de la que se creyó al principio que estaba compuesta por tres tumbas diferentes.Solo las últimas investigaciones de los arqueólogos alemanes han llevado a identificarla como la del rey  Aha.. La medida de la tumba es 11 x 9 metros. Una serie de tumbas loclizadas al este de ésta tal vez sean de sus nobles.
Tomb B10-B15-B19 at Umm el Ga'ab in Abydos
                                      www.touregypt.net/featurestories/ setiabydos14.jpg


La importancia de estos hallazgos reside en que están inscritos con una serie de caracteres jeroglíficos incisos o dibujados con tinta, que constituyen no sólo la tradicional escritura ideográfica -que ya conocíamos en este período- sino que incorpora una verdadera escritura, compuesta con signos fonéticos que  informan de una serie de impuestos pagados en especie al monarca. En ellos se menciona aceite, lino, etc, así como el nombre de la ciudad correspondiente. Dichas jarras y tablillas han sido datadas del 3.300 a 3.200 a.C, después de haber sido analizadas con carbono 14, siendo por tanto el ejemplo más antiguo de escritura que se conoce y situando a Egipto como la cuna de la escritura.

   
4.EL CULTO DE OSIRIS EN ABIDOS

 4. 1.OSIRIS Y KEHTAMENTIU Osiris fue el dios  egipcio más importante del Más Allá, pero  su verdadero auge no tuvo lugar hasta el Primer Periodo Intermedio, cuando usurpó el puesto de otra deidad local funeraria más antigua llamada Khentamentiu, cuyo nombre significa "El que está a la cabeza de los Occidentales".  Ruins of the Osiris Temple






Templo de Khentamentiu, Abidos


 Así, Khentamentiu  fue absorbido por Osiris y su nombre pasó a ser un apelativo de éste; así, durante el Reino Medio se convirtió en Osiris-Khentamentiu. Desde entonces, los difuntos son denominados "el Osiris..." y tras éste el propio nombre del difunto, en un deseo de identificarse y fusionarse con el dios. Por esta y otras muchas razones, se opina que  se produjo una democratización de las creencias funerarias, ya que hasta ese momento el soberano era el único que podía disfrutar de una vida en el Más Allá,  que más tarde se extiende a todos los que puedan cumplir determinados requisitos (ajuar, papiros religiosos, sarcófago, momificación...).
La divinidad del Más Allá poco a poco se hizo dueña de la zona llegando a eclipsar al dios local y Abidos se convirtió en un lugar santo donde idealmente se situaba una de sus tumbas sagradas
   Las personas que debido a sus escasos medios económicos no podían hacerse construir un cenotafio, levantaban en su lugar una serie de estelas donde aparecían sus nombres identificados con el dios  Osiris. Así  se garantizaban la eternidad presentándole sus ofrendas. También se han hallado en la zona algunos pozos excavados en la arena donde se enterraba a los más pobres . Así el viaje o la peregrinación a Abidos se convirtió en una obligación para todos los egipcios, en un precepto que pervivió más allá de la Baja Época. Todo ciudadano que se preciara, habría de realizar esta visita si quería disfrutar de una vida próspera tras su muerte. En el caso de que no pudiera efectuarse en vida, en las tumbas se enterraban unas pequeñas barcas, que les facilitaban el viaje en el Más Allá. La importancia que alcanzó la ciudad fue muy grande. Esta urbe fue un centro eminentemente religioso, cuya sacralidad no le fue a la zaga a otros lugares tradicionales tales como Heliópolis, Menfis o Tebas.

  En esta época cuando comenzaron a realizarse  festivales y procesiones,  a los que acompañaban los personajes más importantes. Las fiestas o "Misterios de Abidos" eran un acontecimiento excepcional, que los monarcas no dudaban en celebrar puntualmente con toda clase de detalle. En ellas se rememoraba la muerte y resurrección de Osiris y la victoria sobre el mal. Un documento imprescindible para conocer cómo se desarrollaban es el texto recopilado por un personaje llamado Ijernofret, enviado por orden de Senusert III como delegado del monarca para llevarlo a cabo.

En el Reino Nuevo, Osiris era ya un dios completamente consolidado que ya no necesitaba
identificarse con el antiguo Khentamentiu; su importancia traspasó con mucho los límites de su propia provincia. Abidos se afianzó como el centro de su culto y sus procesiones se hicieron aún más sagradas.
                        4.2.LOS MISTERIOS DE OSIRIS






Los “Misterios de Osiris” (la Fiesta de Sokar-Wesir), llamados así por los griegos, son los rituales  y celebraciones que rodean  la muerte, entierro y establecimiento de Osiris en el trono de Amenti, la tierra del Oeste donde moran los difuntos. Esta fiesta se  celebraba hacia el final de la estación de Akhet –Inundación- en el cuarto mes o Ka-her-ka, para restaurar la fertilidad de la tierra  y la de las personas que están comenzando a sembrar. 
La Fiesta de Sokar-Wesir era la más solemne de todas las fiestas egipcias de la antigüedad, y seguramente una de las más pintorescas, ya que en Osiris los egipcios llegaban a comprender su propia muerte y llenaba su deseo de inmortalidad, acercándose al  potencial creador que existe en cada persona.
                    4.3.GENERALIDADES SOBRE OSIRIS
Osiris es hijo de Geb y de Nut, hermano y esposo de Isis. También hermano de Neftis y Set. Nació en el primer día epagómeno.
Se le representa como un hombre envuelto en un sudario del que sólo salen las manos que sujetan los cetros de poder. Sobre la cabeza lleva una corona troncocónica franqueada por dos plumas a cuya base se añaden, en el Reino Nuevo, dos úreos, disco solar y dos cuernos de carnero horizontales y retorcidos (llamada corona Atef). Tiene la piel pintada de verde o negro como símbolo de renacimiento. Su primera iconografía queda establecida en la dinastía V pese a que en este momento no tiene la apariencia momiforme que adquiere tras el Reino Antiguo.
En multitud de ocasiones se representa junto a la Nébrida. Se relacionó con un árbol cuya identificación es difícil. Algunos autores creen que es un sauce, mientras que otros lo vinculan con el tamarisco.
Excepcionalmente se manifiesta en un pez. Así lo encontramos tendido en una cama en el momento de ser momificado por Anubis. El pez se usó, en este caso, como alegoría de la inmortalidad y de la metamorfosis, encarnado en los peces Abdyu e Inet. Tenía como emblema sagrado el llamado "Pilar Dyed".
En los comienzos fue un dios de la vegetación, jefe del mundo ctónico y soberano del Más Allá. Desde el Reino Antiguo se funde con Ra en los textos funerarios, aunque conserva su propia individualidad. Todo esto forma un complejo juego mitológico ya que Osiris y Ra son dos deidades completamente distintas en muchos aspectos. En la ciudad de Heracleópolis Magna, Osiris representa al Sol difunto y se le denomina "Osiris Naref".
Osiris, junto a su esposa Isis y su hermano Set, protagonizó una leyenda esencialmente humana, llena de traiciones y venganzas recogida en los Textos de las Pirámides. Mucho más tarde, esta tradición se complementa con otra mucho más conmovedora que será recopilada por Plutarco de Caeronea en su tratado "De Iside et Osiride" (alrededor del 120 a.C) que constituye una fuente que ha de ser interpretada con precaución. A pesar de sus fallos y de introducir muchas ideas no egipcias, este pequeño estudio da una información valiosa, en tanto que otros textos grecorromanos contienen sólo fragmentos de verdad [3]. 
Osiris es un dios de la vegetación; moría en la estación más seca y renacía tras la retirada de las aguas de la crecida. Su mito refleja un fenómeno natural, el nacimiento, desarrollo y muerte de las plantas. Pero revisemos un poco más esta cuestión: al llegar cierto período del año, la tierra de Egipto quedaba cubierta por la inundación del Nilo, entendiéndose que sobrevenía el "caos", que devolvía a la situación acaecida en el comienzo de los tiempos. Mitológicamente se interpretaba que Set, dios caótico del desierto, había desestabilizado el orden y había vencido al valle fértil, cuyo representante era Osiris. La zona fecunda quedaba inmersa bajo las aguas para renacer más tarde, cuando la inundación se retiraba. Todas estas claves son básicas para entender lo que acontecía después. El nacimiento de las cosechas se vinculaba al momento en el que Isis había resucitado a su esposo haciendo retornar el "orden" establecido. De este modo tenemos un desarrollo cíclico que podemos representar gráficamente:

LLEGADA DE LA CRECIDA --> Advenimiento del caos, muerte de Osiris.
RETIRADA DE LA CRECIDA --> Nacimiento del mundo, Ma’at.
NACIMIENTO DE LAS PLANTAS --> Resurrección de Osiris.

Integrado al mito solar, Osiris formó parte de la Enéada Heliopolitana donde se conjugan el mito solar y el osiríaco y en él, representa junto a sus hermanos, el orden político que reproduce la vida del hombre.
Osiris fue el soberano del Submundo y como tal era el que presidía la escena del juicio del fallecido (Psicostasia Negativa), punto culminante y vital en el deambular del difunto por el Más Allá. Era aquí donde se determinaba si el difunto no había causado ningún mal en la tierra y si era merecedor de alcanzar una vida inmortal. En el juicio se pesaba simbólicamente el corazón (sede de la voluntad y la memoria) en una balanza, cuyo contrapeso era la diosa de la justicia y de la verdad, Ma'at.
En el acto intervenían 42 jueces ante los cuales el fallecido tenía que recitar la llamada "Confesión Negativa", es decir, declarar que no había cometido una serie de actos reprobables que le impedirían alcanzar la inmortalidad.
Osiris fue, junto a su esposa Isis, la personificación del principio histórico y del orden político; fue por excelencia el legitimador del reino de Egipto y representó todos los aspectos beneficiosos del amor familiar.
Él no fue sólo un dios de la vegetación, sino que fue también la imagen del valle fértil del Nilo y de las buenas crecidas, la fuerza del renacimiento que sigue al desorden. Llevaba el epíteto de Un-Nefer, que significa "El que se mantiene Perfecto" que lo caracteriza como la principal y más benéfica de todas las divinidades, y que llega a ser su nombre en Época Tardía. También se le conoció como "Neb-er-Zer", o "Señor de todas las cosas" ya que no hay casi ninguna parte de la naturaleza cambiante en la que no pueda encontrarse a Osiris.

                                    4.4.ALGUNOS ASPECTOS DE OSIRIS
Osiris es una deidad fecunda que se manifiesta en la vegetación, y como tal los egipcios entendían que "moría" en la estación más seca y "renacía" tras la retirada de las aguas de la crecida. Su representación lo muestra como si "acabara" de resucitar, ya que continúa envuelto en un sudario y tiene el rostro verde -o, negro- como símbolo de renacimiento.
En este hecho estaban inspiradas las llamadas "camas de Osiris", que eran unos pequeños moldes de madera con la figura de Osiris que se rellenaban con tierra y grano. Se hacían colocar en las tumbas desde el Reino Medio y son típicas del Reino Nuevo. Más adelante en la Baja Época aparecieron los "Osiris vegetantes" que formaban parte del ajuar funerario.
En el molde se mezclaba limo y grano que al germinar dentro de la imagen de Osiris rememoraba su función de divinidad del grano (en su nombre de Nepri); cumpliéndose así el ciclo de nacimiento, crecimiento, muerte y renacimiento, proceso al que se sumaba el difunto de forma mágica, obteniendo así su propio renacimiento y regeneración en el Occidente.
También se modelaban figuras momiformes con barro y otros materiales mágicos (minerales, sustancias aromáticas, etc.), que luego se vendaban cuidadosamente y solían introducirse en un pequeño sarcófago de madera. Estas figuras se enterraban el mismo día en que había acontecido la muerte de Osiris; y se renovaban todos los años por otras de similares características.
Osiris también se identifica con el vino, porque las uvas simbolizan su resurrección y el comienzo de un nuevo ciclo de la vida (muchas otras divinidades también están relacionadas con el vino)
Ciertos peces pueden ser la manifestación de Osiris. El pez Abdyu (perca del Nilo) era entendido como un símbolo de renacimiento, y en ocasiones se mostraba a Osiris bajo el aspecto de este pez. Lo mismo sucede con el pez Inet (tilapía nilótica), de color rojo y forma redondeada que era otra de las manifestaciones de esta divinidad.
Una vez que Osiris fuera asesinado y resucitara convirtiéndose en el Rey del Occidente, se le dio el epíteto de Un-nefer que podría traducirse como "El que continúa siendo perfecto". Cuando una persona pasa satisfactoriamente el Juicio, se transforma en un Osiris Un-nefer. En la antigüedad para referirse a un difunto se le llamaba Osiris, seguido del nombre de la persona ("Osiris Fulano de tal...") porque se entendía que el difunto se había fusionado con esta divinidad.
Entre las figuras religiosas de Jesús y Osiris hay varias semejanzas, además de que los dos hayan sido traicionados y asesinados para luego resucitar de entre los muertos y tomar el lugar del Juez Supremo del Más Allá; ambos enseñaron la doctrina del amor con su ejemplo, y eran portadores de bondad y misericordia. Igualmente ambos se manifiestan en el pan y en el vino.

                                 4.5.LA SIMBOLOGÍA DE  OSIRIS
Osiris [Wesir en idioma egipcio antiguo -wsir-] es una divinidad de buen corazón que se apiadaba de los seres humanos porque había sufrido como uno de ellos, que amaba a su pareja Isis y era un padre excelente con su hijo Horus. Eso es lo que enseñaba a los hombres el mito de su vida, muerte y resurrección, o renacimiento, en el Más Allá, muy cerca del ser humano.
 Lo que ellos intentan explicamos con el mito es muy simple: Osiris es un ejemplo a seguir; ¿por qué? Porque al finalizar su vida cada egipcio que moría se convertía en un Osiris, es decir, una energía bondadosa que supo lo que es sufrir, que fue padre, esposo, hijo y hermano. Ahí está la primera enseñanza, Osiris no es un hombre, pero el hombre común será un Osiris tras  su muerte. Por eso los habitantes de Egipto eran hombres justos, amables, bondadosos, caritativos y piadosos; simplemente seguían este símbolo como un ídolo al que imitar, un ejemplo (siempre hablando en términos espirituales, porque Osiris no es de carne y hueso, es espíritu u energía de Dios)
Ahora veremos qué nos enseña su imagen. "Netcher" (nTr), palabra egipcia que podríamos traducir como "Dios" o "Divinidad", no tiene imagen, porque no tiene ni sexo, ni forma ni volumen, al menos así era para los egipcios. Pero como ellos entendieron que es muy difícil conocer lo que no tiene forma entonces diseñaron una imagen simbólica.

En Osiris hay muchos símbolos que nos muestran cuál es la energía de esta divinidad, sólo hay que entenderlos. Si observamos una imagen de Osiris veremos que tiene la cara negra o verde, eso ya dice mucho, significa que Osiris es una energía que se manifiesta en la naturaleza, que a su vez está formada por la tierra, las plantas y el agua. La vegetación le da el color verde a Osiris, y el negro es por el limo (una especie de barro muy nutritivo para las plantas que quedaba cubriendo la tierra cuando se retiraban las aguas de la inundación).
1..Instrumentos: Látigo y bastón curvo
Sobre el pecho lleva dos instrumentos, un látigo y un bastón curvo. Simbolizan la ganadería y la agricultura, las dos riquezas de Egipto [ver los símbolos osiríacos].
2.Sudario, grano: Resurrección
Tiene un cuerpo extraño, pues está envuelto por un sudario , una tela  con la que donde envolvían a los muertos para llevarlos a la tumba.  Osiris no está muerto pero viste como un muerto, es porque él ha estado muerto y envuelto en el sudario, pero ahora está vivo y de pie nuevamente, ¡es la resurrección! Lo que  conecta a los fieles  con el primer símbolo, Osiris es como el grano que muere y vuelve a nacer en la próxima estación. Osiris es el grano, la espiga de trigo, el pan que se hace con ese trigo.
Hasta ahora hemos comprendido que Osiris es una energía de la naturaleza que  desaparece , pero no muere sino que renace cada estación; es el trigo con el que se hace el pan, alimento principal de los egipcios de todas las clases sociales, en especial los campesinos. Representa la riqueza de Egipto: la ganadería y la agricultura.
3. Trono de Maat
Hay otro símbolo que no debemos pasar por alto. Osiris está de pie sobre una plataforma o sentado en un trono sobre un desnivel. Esa plataforma tiene un diseño especial, no es cualquier cosa sino algo de relevada importancia para los egipcios, porque en esa forma se esconde Ma'at (mAat), ¿qué es Ma'at? Nada más ni nada menos que el Orden Divino, la ley de Dios que hace funcionar correctamente el universo. Dios existe porque Ma'at existe, y ésta existe porque el dios la ha creado; uno sin el otro no pueden existir.
Y Osiris está asentado sobre la Verdad y la Justicia, sobre el Orden Divino, porque es un juez, y los jueces tienen la responsabilidad de hacer cumplir la ley.
Aparecen dos aspectos de Osiris: el físico, formado por todos los símbolos de su imagen (que es una creación del hombre porque Osiris realmente no tiene imagen); y su significado espiritual. Uniendo ambas cosas se llega a comprender la simbología de Osiris. El mito nos brinda otra ayuda, es más profundo y explica la función de Osiris en la vida del hombre y de la naturaleza.
Osiris no es solamente el "dios de los muertos", sino también la justicia, la estabilidad contra el Caos, la inestabilidad y la desaparición del Mundo.

                                         4.6.LOS SÍMBOLOS OSIRÍACOS
 1. La Corona Atef [Atf]: Da la sensación que la corona Atef es una forma más elaborada (por adición) y compleja de la Corona Blanca del Alto Egipto. A ambos lados la corona Atef está adornada con sendas plumas de avestruz. Las plumas se relacionan con aspectos de entidades vinculadas con la creación, el aire, el viento, el aliento vital, la justicia y por lo tanto la resurrección. Como una ayuda para la resurrección y de capacidad creadora se encuentra la pluma de avestruz coronando el emblema de Osiris.
Durante el Reino Nuevo se le añade a la corona Atef un Disco Solar, a veces unos Ureos y dos cuernos horizontales de carnero sobre los que se sustenta.
Se relacionó un motivo circular que aparece en la parte alta de esta corona durante el Reino Nuevo, con el fruto del árbol "Ished" [iSd] y le da un valor solar (por su forma similar a la del sol, siendo por ello relacionados al renacimiento diario del astro, y por extensión, con el difunto). Este fruto suele estar pintado de amarillo.
El difunto también puede recibir esta corona en el Más Allá, junto con otros atributos, y de forma mágica le facilita el renacimiento en Occidente.
  2. Nébrida (esta terminología proviene de una piel de ciervo que los griegos utilizaban en los ritos religiosos): también es conocido como "fetiche de Anubis", o Imiut [imi wt] que es su nombre egipcio original. Es una piel colgada de un soporte vertical apoyado en una base. No se sabe con certeza si es una piel de toro, vaca o felino. Tras finalizar la XVIII Dinastía, en las representaciones parece más la piel de un felino, pudiendo ser la de un leopardo.
Es posible que el origen del Imiut esté en la antigüedad cuando se enterraba a los muertos envueltos en una piel como símbolo de regeneración y resurrección del difunto en el Más Allá.
La conexión con Osiris responde a que el Imiut se denomina "El que está en las vendas", relacionándose con Osiris momificado y regenerado con esta piel.
   3-4. El flagelo Nejej [nxxw] y el cayado Heka [HqAt]: Se relacionan con la agricultura y la ganadería, las dos riquezas de Kemet que fueron enseñadas a los egipcios por Osiris. El Nejej es un símbolo de autoridad, indica la función de conducir, una guía para los hombres. El Heka indica la protección y ambos símbolos llevan el nombre de "Las Disciplinas".
  5. El Pilar Dyed [Dd]: Aunque el origen de este jeroglífico es desconocido, el signos podría ser la representación estilizada de un poste al que se ataban gavillas de grano, o tal vez imitaba la columna vertebral, y de aquí el uso del signo con la connotación de "estabilidad". Se sabe, sin embargo, que el dyed se asoció desde el Reino Antiguo con Ptah, el principal dios menfita de la creación, al que se llamaba "Noble Dyed". Así, en la tumba de Nefertari en Deir-el-Medina, Ptah aparece dentro de una cabina en forma de capilla, tras a cual se encuentra una gran columna dyed. El capitel del soporte delantero de la cabina también muestra la misma forma que el jeroglífico, y el característico bastón del dios combina el dyed con los signos anj [anx] y uas [wAS]. Finalmente, debe destacarse que el signo dyed también aprece an la inscripción situada tras la capilla y que dice: "Toda protección, vida, estabilidad, dominio y salud... están tras él".
A través de un proceso de asimilación y sincretismo, el dios Ptah fue equiparado en ocasiones a las divinidades del mundo subterráneo: Sokar y Osiris, y a principios del  Reino Nuevo el signo dyed se usaba de forma generalizada como un símbolo de Osiris y, según parece, se consideraba que representaba la columna vertebral de este dios. Así, en féretros del Reino Nuevo es frecuente encontrar pilares dyed pintados en las bases, donde reposaba la columna del fallecido, que identifican claramente al difunto con Osiris y constituyen una fuente simbólica de "estabilidad". El signo dyed fue elaborado comúnmente como amuleto de estabilidad y poder de regeneración, y en algunos contextos representacionales se le personificaba en cierta medida como emblema de Osiris. De esta manera, se le representó a menudo con ojos y con brazos que asían el flagelo y el bastón u otros atributos del dios del mundo subterráneo.
En muchos relieves y objetos decorados, el dyed fue uno de los signos más frecuentes, ya fuera solo o junto a los signos anj y uas, o con el tiet [tit], el denominado "Nudo de Isis". Asimismo, el signo dyed estaba asociado de forma particular con la idea de realeza. En el templo de Seti I en Abidos, se observan signos dyed personificados vestidos con el tipo de ropa gruesa y con pliegues que llevaban las figuras reales, posiblemente, simbolizando al propio rey. El ritual real de "Levantar el Pilar Dyed" constituía el acto culminante en la ceremonia de un rey fallecido y en la fiesta de jubileo del nuevo rey. Mediante cuerdas y con la ayuda de sacerdotes, el rey levantaba un enorme pilar dyed en un acto simbólico que representaba tanto la resurrección del monarca fallecido como el restablecimiento de la estabilidad para su propio reinado y el mismo cosmos. Un relieve pintado en un muro del templo de Seti I en Abidos muestra al rey levantando el pilar en el ritual mencionado, con la asistencia de Isis. El levantamiento del pilar dyed también simbolizaba la última victoria de Osiris sobre su enemigo Set.

                               4.7. OFRENDAS A OSIRIS DURANTE LA FESTIVIDAD
Carne bovina, cerveza, panes, lodo negro (a veces lodo o tierra negra sembrada con brotes, para representar la continuidad de vida en la muerte); instrumentos de cultivo como la azada, trigo y plantas.
Estaba prohibido ofrecer carne de cerdo, pescado o arena por considerarse ofrendas impuras.

                 4.8.LA FIESTA DE LOS MISTERIOS DE OSIRIS
   - Día 24 del cuarto mes de la estación de Akhet –inundación-: comienzan los Misterios con una celebración llamada “Defender a Osiris de Seth”. El pueblo acudía a Abdyu (la ciudad santa de Abidos) para presenciar una representación de la lucha entre Seth y Osiris. Esta era llevada a cabo por los sacerdotes en los patios del templo, y el pueblo la representaba luchando en las calles y golpeándose con palos.
   - Día 25 del cuarto mes de Ajet: se celebraba la “Noche de la Muerte”. Osiris fue asesinado por Set y su cuerpo abandonado a orillas del río. Sus hermanas Isis y Neftis, representadas por dos sacerdotisas jóvenes, buscan a Osiris por toda la ciudad, se les unían las mujeres que habían viajado hasta Abidos en peregrinación, y así llegaban hasta la ribera del río donde encontraban una estatua tamaño natural de Osiris. Allí las diosas recitaban un poema de luto conocido como: “El lamento de Isis y Neftis”.
   - Día 26 del cuarto mes de Ajet: prosiguen los Misterios con la “Lamentación”. En este día se hacían rituales para proteger el doble país de Kemet y a todas las personas benditas por Osiris. Este ritual se llamaba “Destruyendo al Asno y la Serpiente”, manifestaciones del  los peligros de Apep, y lo realizaba en rey y los sacerdotes a puerta cerrada.
    - Día 27 del cuarto mes de Ajet: se celebraba la “Vigilia Nocturna” marcada por las presentaciones, oraciones y lecturas delante de la imagen de Osiris por el rey, sacerdotes y sacerdotisas que representaban a los diferentes personajes del mito.
    - Día 28 del cuarto mes de Ajet: se conmemoraba el triunfo de Osiris sobre las fuerzas de la destrucción y su llegada al Amenti como Sokar-Wesir con el gran banquete, “Celebración de comida en el Altar. También se realizaban libaciones de agua fresca en honor a Osiris en los altares domésticos.
    - Día 29 del cuarto mes de Ajet: se “Eleva el Dyed”, símbolo de la integridad y estabilidad osiríaca. Como en este día Osiris se convierte en el primer occidental, se honra a todos los difuntos porque, gracias a él, pueden continuar existiendo después de la muerte.
                                           4.9. TEXTOS
                 1.LAS  LAMENTACIONES  DE ISIS Y NEFTIS [2]
“Cantemos a la muerte de Osiris, lloremos su cabeza caída,
la luz ha abandonado al mundo, el mundo es ahora gris.
A través de los cielos estrellados vuela una trama de oscuridad,
e Isis llora la partida de Osiris.
¡Derramen sus lagrimas, estrellas, fuegos y ríos!
¡Lloren niños del Nilo porque su señor ha muerto!
 Pisamos suavemente con nuestros pasos tambaleantes
El Santuario de las Siete Naves.
Llamamos despacio al muerto que aun vive:
‘¡Regresa Osiris de tu reino helado!
¡Regresa a quienes te adoramos!’
 Con la corte divina recorremos el Santuario de las Siete Naves,
mientras los ecos, desde las paredes del templo, repiten el largo lamento,
y se percibe el sonido del dolor a lo largo de las habitaciones,
donde las hermanas Isis y Neftis, una en brazos de otra, lloran su sueño eterno

Pisamos suavemente con nuestros pasos tambaleantes
El Santuario de las Siete Naves.
Llamamos despacio al muerto que aun vive:
‘¡Regresa Osiris de tu reino helado!
¡Regresa a quienes te adoramos!’.

Morador del Oeste, amante y señor,
¡tu amor, tu hermana Isis te suplica que regreses!
Ven de tu oscuro aposento, tú, Señor del Sol,
tu morada sombría está en lo profundo bajo la espuma.

Con las alas cansadas, a través de todo el firmamento,
por los horrorosos caminos del infierno, te busco cerca y lejos;
de estrella en estrella, en la morada del Amenti entre los muertos.
Te busco en las alturas y en las profundidades, en las tierras y los cielos...
¡Levántate de entre los muertos y vive! ¡Señor Osiris, levántate!”

                                 2.DE UN HIMNO A OSIRIS
[de la XVIII Dinastía, traducción de Parkinson]
“¡Homenaje a ti, oh Osiris, ‘El que está al frente de los Occidentales’
en este bondadoso día en que te apareces!
Puedas estar complacido conmigo en este día;
Puedas alejar mis obstáculos;
Puedas oír cuando te llamo;
Puedas acudir cuando te hablo, en este hermoso día.”

                      3.LIBACIÓN A OSIRIS
[adaptado de los Textos de las Pirámides 101]
“Esta libación es para ti, Osiris.
Esta libación es para ti, avanzando ante tu hijo, avanzando ante Horus.
He venido y te he traído el Ojo de Horus,
para que tu corazón se refresque con él.
Lo he puesto ante ti, bajo tus sandalias,
te he presentado el líquido que llega para ti.
                           

NOTAS
1. Según los conceptos religiosos de los egipcios, las lágrimas eran la más sagrada de las ofrendas. Al estar constituidas por agua y natrón (sal), eran consideradas un fluido naturalmente puro y también reflejaba el mito por el cual la humanidad  [rmT] había sido creada mediante las lágrimas [rm] del Creador.
El dolor era una parte realmente importante del proceso de muerte que los egipcios instituyeron oficialmente en sus rituales más santos. Hoy en nuestro mundo moderno donde la mayoría de las personas creen que expresar el dolor es un signo de "debilidad" y algo casi indeseable, es difícil entender cuán importante era para los egipcios el permitir el fluir de las lágrimas y el elevar la voz para lamentar cuando era el momento correcto de hacerlo.
A través de la expresión viviente de dolor de sus seres amados, el difunto era purificado, preparado y transportado hacia el Amenti, el Hermoso Oeste donde reina Osiris. Las lágrimas de los hombres y mujeres proporcionaban el río donde el difunto navegaba hacia su casa; los lamentos lo propulsaban hacia su nuevo hogar en "Esa Ciudad," de manera que él también lo mantenía en el recuerdo para así poder devolver el favor a sus seres queridos
2. El texto original fue traducido al alemán a fines del siglo XIX, y poco después apareció la versión inglesa de dicho texto en una obra del folclorista y hombre de letras Andrew Lang (1844-1912), quien realiza una traducción más libre. Se puede considerar que la versión original debió ser escrita durante la época de la construcción del templo de Seti I en Abidos, o inmediatamente después, ya que hace referencia al “Santuario de las Siete Naves” que se encuentra en dicho templo.
3. La historia original de la muerte de Osiris, en la que él se ahoga en lugar de ser despedazado, aparece en el Reino Antiguo. Esta versión se popularizó a lo largo de la historia egipcia.
La versión en que Set corta a Osiris en pedazos aparece por vez primera en los textos de Plutarco (alrededor 120 a.C.), y él no nombra la fuente original. Por lo que se considera que esta versión se origina después de la ocupación griegas, a fines del Período Tardío (cuando la cultura egipcia ya no es la original).
Muchos templos ptolemaicos utilizaron este mito como legitimación, como excusa,  para que se edificaran donde supuestamente una de las partes del cuerpo de Osiris había sido recuperada.


                                                  5.OTROS MONUMENTOS

El yacimiento arqueológico de Abidos es muy rico. En él se sitúan,  además del templo de Seti I  el más conocido, un importante cementerio tinita, situado aproximadamente a 3 Km al oeste del santuario de Seti I, con una extensión de unos 800 m2 y que contiene unas 350 tumbas de entre las cuales al menos ocho pertenecen a los monarcas de las dos primeras dinastías egipcias.

Fue precisamente en este lugar, donde Amelineau creyó haber encontrado la "tumba de Osiris", ya que el arqueólogo había tomado como punto de partida la información de escritores clásicos, donde se mencionaba la existencia del enterramiento. Sin embargo, fue Petrie quien aportó datos concluyentes respecto a la sepultura encontrada: se trataba del lugar de descanso póstumo del rey Dyer, acondicionado más tarde por los sacerdotes de Osiris en Abidos, que ya en el Reino Medio identificaron este lugar con el de inhumación del dios.

Sin embargo, esta necrópolis no sólo nos da información sobre las tumbas de los grandes reyes de las Dinastías I y II, sino que también nos descubre la existencia de algunas tumbas menores e incluso enterramientos de perros, sin que se sepa si se trataba de la encarnación del dios local funerario Upuaut, "el Abridor de Caminos", o de simples animales de compañía. 
En el llamado cementerio B se encontraron una serie de tumbas subsidiarias que podían corresponder sobre todo a personajes próximos al monarca, sacrificados a su muerte. Entre ellos se inhumaron los sirvientes y una serie de enanos.

La costumbre del sacrificio humano desapareció pronto en Egipto y ya a comienzos del periodo histórico dejó de practicarse. Parece que, generalmente, se inmolaba a los hombres, con una edad aproximada de unos 20 a 25 años, aunque siempre hubo excepciones. En la tumba de Iti, tercer rey de la Dinastía I, se localizaron hasta 317  enterramientos  de este tipo.

Al noreste de Umm el-Kab se localiza una gran estructura en adobe de grandes dimensiones, también excavada por Petrie, denominada Shunet el-Zebib, próxima a los enterramientos de Reino Medio y a la franja fértil. Pese a que existen varias tesis al respecto, en opinión de Kemp esta estructura es uno de los Templos Fune
rarios de los reyes tinitas que se conservan y más en concreto el de Khasejemui que, como sus sucesores, además de levantar su tumba en la necrópolis, hizo construir un recinto para su culto póstumo. Sus dimensiones son de aproximadamente 122 x 65 metros en el exterior del edificio.

Situado en el sector norte y posiblemente formando parte de la ciudad, Petrie descubrió, en muy mal estado de conservación, un importante recinto de origen arcaico con distintas estructuras que corresponden a posteriores ampliaciones y mejoras. Allí se hallaron unos depósitos de fundación de Pepi I y tres estelas de Pepi II de la Dinastía VI, así como elementos pertenecientes al reinado de
Senusert I (Dinastía XII) y al Reino Nuevo. Se trataba de un templo de planta rectangular, construido en adobe y con algunos elementos en piedra, el Santuario del dios Khentamentiu, aunque también estaba encomendado al chacal Upuaut, otra deidad local más relacionada con la necrópolis. Tiene unas dimensiones de 18 por 21 metros. Precisamente fue aquí donde
se encontró la única estatuilla conocida del rey Keops/Khufu (Dinastía IV).
Las ampliaciones llevadas a cabo en este templo fueron consecuencia directa del progresivo incremento derivado de la costumbre del peregrinaje a Abidos, ya que pasó de ser un santuario meramente local a tener que acoger en su seno las ofrendas de todos aquellos que se desplazaban hasta la ciudad desde cualquier punto de Egipto.
Del Reino Medio se conserva el Templo Funerario de Senusert III (5º monarca de la Dinastía XII), situado a 2 Km. al sur del santuario de Seti I. Curiosamente el recinto templario incorpora una gran tumba subterránea, que fue interpretada como un cenotafio, ya que sabemos que Senusert III tiene una pirámide situada en Dashur. La función de este supuesto enterramiento era, por tanto, poner al rey en paralelo con Osiris, pero a causa del tamaño y perfección del edificio, esta tesis esta siendo revisada.
Base of statue at the mortuary temple of Senusret III at Abydos



 Templo Funerario de Senusert III (5º monarca de la Dinastía XII)











Tres arqueros del ejército de Ahmose

               Hacha de combate de Ahmose
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Estela de Ahmose
Ahmose, primer rey de la Dinastía XVIII también construyó aquí su Templo Funerario que está situado junto a su pirámide. No obstante, no ha podido determinarse si el edificio es un cenotafio o la tumba verdadera del rey que, aunque sin localizar, hasta ahora se creía ubicada en Tebas (en el cementerio de Dra Abu el-Naga).


                      Pirámide de Ahmose
Cerca de la pirámide se encontraron una serie de enterramientos que pudieron haber sido empleados por artesanos, sacerdotes o habitantes de la comunidad, inhumados cuando les llegó la hora de la muerte. Sabemos que en Abidos el rey Ahmose (Dinastía XVIII) fue  deificado y que, al menos en tiempos de Ramsés II (Dinastía XIX), las gentes acudían para consultar su oráculo. 
De su mismo reinado, a principios de siglo, se encontró un templo construido por el rey y su esposa Ahmose-Nefertari en memoria de su abuela Tetisheri.
 









La reina Ahmose_Nefertari

En la misma zona Ramsés I (Dinastía XIX), construyó una pequeña capilla repleta de representaciones y textos; estaba situada a la derecha del templo de su hijo Seti I (Dinastía XIX) y fue desmontada clandestinamente para incrementar, en época reciente, los fondos del Museo Metropolitano de Nueva York.

En el yacimiento existe también  un Templo Funerario construido por Ramsés II, levantado al norte del  santuario de Seti I y orientado este-oeste. Quiere ser una imitación reducida del de su padre, pero por supuesto no alcanza la magnificencia del primero, ni su estado de conservación. Aún así, los representaciones policromos que aún se encuentran sobre la parte baja de los muros demuestran que debió de ser espléndido. En él se encontró la Primera "Lista de Abidos" con los cartuchos de los antepasados del rey.
 En la zona norte , cerca de complejo de  Kom el-Sultan se encuentra el templo de Tutmosis III

Templo de Tutmosis III.Abidos
Floorplan of the temple Part of the remains of the Temple of Tuthmosis III at Abydos

Al terminar el Reino Nuevo Abidos no cayó en el olvido, pero sufrió una decadencia que fue en aumento hasta el Periodo Saita (Dinastía XXVI), momento en que los reyes se esforzaron por imitar costumbres y cánones de épocas anteriores. Fue sede de una guarnición en época helenística, produciéndose otra segunda resurrección en el Periodo Romano, cuando algunos soberanos, entre ellos Tiberio, emprendieron trabajos de conservación y restauración en la muralla del templo de Seti.

Así sabemos, que al menos en el siglo IV d.C., el lugar siguió siendo importante. Se acudía al templo de Seti I para consultar un oráculo, que ahora personificaba el dios Bes y que se ubicó en la llamada Sala de las Barcas. Éste fue visitado por todo el mundo romano, los peticionarios debían dormir una noche en el templo para que el dios atendiera sus ruegos. No fue hasta el año 359 d.C cuando el santuario se clausuró por orden de Constantino II que, como cristiano, no pudo permitir los cultos impíos. Así se dictó la sentencia de muerte de Abidos.

                                                      
     6.EL TEMPLO DE SETI I


Fotografías: Francisco López

                            www.egiptologia.org/arte/ templos/abidos_sethy/
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Casi todos los soberanos egipcios dotaron a la ciudad con distintos decretos de exenciones de impuestos promovieron diversas construcciones, pero ninguno consiguió un lugar tan bello y armonioso como el templo mandado erigir por el faraón Seti I "La Mansión de Men-Maat-Ra", a comienzos de la Dinastía XIX, tal vez para hacer olvidar a los sacerdotes del dios que su propio nombre, Seti, era el del enemigo de Osiris.







Seti I fue el padre del más grande faraón de Egipto, Ramesses II, y él también fue un gran rey. Su nombre de nacimiento es  Seti
 Este templo  fue continuado por su hijo  Ramsés II,corregente desde muy temprana edad, finalizó la obra decorativa del santuario, enriquecida posteriormente por otros soberanos del periodo ramésida (Dinastías XIX-XX), entre los que se encuentran Merenptah,  Ramsés III y IV. Este templo se halla en un estado de conservación excelente, siendo digna de destacar la presencia de sus techos originales, poco frecuentes en templos egipcios, así como la policromía de sus
representaciones, ya que se mantuvo enterrado en la arena, que actuó como agente conservante
hasta el siglo pasado.

© 1914 The Illustratted London News

Desde el año 4 del reinado de Seti I, según el llamado Decreto de Nauri, se sabe que el templo
estaba exento de impuestos y protegido de forma especial, y  según la estela de Redeshiya de Seti I, el santuario tenía derecho a la explotación de las minas de oro del desierto oriental, cuyos productos  eran trasladados hasta el templo por hombres también adscritos a éste por decreto real; precisamente por este motivo llegó a ser poseedor de una gran riqueza. Asimismo su personal podía navegar por el Nilo sin necesidad de pagar ninguna tasa; poseía, además, una serie de tierras en las proximidades del recinto templario y en lugares tan lejanos como Kush.


1.- Primer pilono
2.- Primer patio
3.- Pozos
4.- Segundo patio
5.- Palacio
6.- Almacenes
7.- Pórtico
8.- Primera sala hipóstila
9.- Segunda sala hipóstila
10.- Capillas (de izquierda a derecha)
    Sethy I-Ptah Ra-Horajty Amón-Ra-Osiris Isis -Horus
11.- Salas de Osiris
12.- Capilla de Nefertum
13.- Capilla de Ptah-Sokar-Osiris
14.- Osireión
 Sg. Wilkinson, R. H. The Complete Temples
of Ancient Egypt
. Thames & Hudson. London 2000 y   www.egiptologia.org/arte/ templos/abidos_sethy

 El templo tiene una estructura en forma de "L" invertida y está  orientado este-oeste y se
compone de los siguientes elementos:  

(  1). Un primer pilono de Seti I, que hoy prácticamente no se conserva y 
(2) un primer patio hípetro (como en los santuarios más antiguos), quizá decorado por Ramsés II, dotado de unos pozos (3)  donde se plantaban árboles y también tenían agua  para las abluciones purificadoras de los  que iban a penetrar en el santuario. Las paredes que lo circundan están
decoradas, a la manera tradicional, con escenas que exaltan el poder real, aptas para  poder ser observadas por el pueblo que acudía a esta zona pública en las grandes fiestas.



De este primer patio parte una escalera que  lleva a (4 ) un segundo pilono  y a un segundo patio, también decorado por Ramsés II, situado en un nivel superior. 


Tras el segundo patio, otras escaleras se elevan para introducirnos ya en el "cuerpo" principal del templo, cuya fachada está precedida por doce columnas cuadrangulares en las que aparece el soberano acompañado de distintos dioses; tras éstas y en la fachada, originariamente, se abrían siete puertas que se correspondían con siete capillas( 10 )  ubicadas en el interior, consagradas a siete divinidades del panteón( Sethy I-Ptah, Ra-Harakhty, Amón-Ra-Osiris ,Isis  y Horus ). Así se podía acceder por la puerta correspondiente, atravesar las dos Salas Hipóstilas  (8-9 , con  los representaciones relativos a la Ceremonia de Fundación del Templo y la representación de los Nomos del Alto Egipto en la primera y los del Bajo Egipto en la segunda Sala.) y llegar directamente al santuario de la divinidad  escogida.





Escena de la capilla dedicada a Amón
 En el templo está grabado el  texto en el que se describe la corregencia de Ramsés II con su padre . Ramsés II dice que ha sido nombrado corregente cuando comenzó a dar sus primeros pasos. 
"Me crió y engrandeció el propio Neb-er-dyer (Seti I) desde que yo era un niño hasta que fui el soberano. Él me entregó el país desde que yo estaba en el huevo, con los grandes besando la tierra ante mí. (Después) fui designado primogénito y príncipe sobre el trono de Geb..." Lo cierto es que Seti I le adscribió al trono más o menos al cumplir los 15 años, aunque algunos textos nos dan una edad más temprana (8 años). Lo que sí es cierto, es que a los 10 ya tenía el cargo de "Jefe de los Ejércitos".


 Después de ascender por una de las siete pequeñas rampas que se encuentran ante la fachada oeste de la Segunda Sala Hipóstila, se encuentran  las siete puertas de acceso a las pequeñas capillas (números 1 a 7 en el plano), todas ellas enmarcadas por representaciones alusivos a la ofrenda que el rey presentaba a la divinidad que se adoraba en el interior. Ésta se encuentra acompañada de su familia, es decir, de la triada, en un gran relieve ubicado en la parte alta del muro, así como en dos pequeñas hornacinas, una a cada lado de la puerta, que enmarcan la entrada a la capilla.

Avanzando a través de la capilla de Osiris, llegamos a la zona más íntima del templo (12), un recinto de 10 metros por 20, tradicionalmente denominado Primer Vestíbulo de Osiris.
Allí era donde tenían lugar los rituales más misteriosos cuyo exacto protocolo se ignora. Toda la sala está decorada con escenas relacionadas con el culto a este dios.

Aquí los representaciones  muestran imágenes inequívocas del dios: el pilar Dyed, símbolo de Osiris en Busiris y trasladado aquí, el fetiche que guardaba su cabeza, la vara Sejem de oro, con unos ojos humanos. Este símbolo, aunque puede representar a distintos dioses (Anubis, Jentamentiu...) aquí puede relacionarse con Osiris que, en ocasiones, es denominado "Gran Sejem". Hacia el este, encontramos una sala con 4 pilares (número 11 en el plano), extensión de la anterior, el llamado Segundo Vestíbulo de Osiris. En este lugar pudo situarse la Casa de la Vida; si esto fuese así, se habrían archivado los rollos de papiros en unos nichos preparados para tal fin.


Ésta es básicamente la distribución de la parte principal del santuario, sin embargo, deberemos dirigirnos hacia uno de los laterales para explicar las zonas anexas a éste. Para ello partiremos de nuevo de la pared sur de la Segunda Sala Hipóstila en el eje principal. Allí encontramos dos puertas, la primera situada al este y la segunda hacia el oeste. Ambas llevan a un área del santuario que fue proyectada después de la concepción original del plan del templo, pero bajo el reinado de Seti I, aunque muchas de estas salas también fueron decoradas por Ramsés II. Esta ampliación se realizó para poder acoger determinados e importantes pasajes del ritual.


Avanzando por la segunda puerta nos introducimos directamente en el complejo de Sokar
La primera estancia es la Sala de Nefertum y de Ptah-Sokar-Osiris (número 13). Ésta precede a dos capillas, situadas al oeste de la estancia, encomendadas a estos dioses del área menfita y relacionados con la muerte y resurrección . En la habitación situada más a la izquierda , encontramos el famoso relieve en el que Osiris yace muerto y fecunda a Isis convertida en milano. En ésta se situaban unas estatuas que representaban a ambas deidades, colocadas en el interior de unos nichos sobre el muro, así como, una Estela de Falsa Puerta.

En opinión de muchos autores, entre los que se encuentra Geoffrey Graham, en origen y antes de que se pensara en la ampliación lateral, aquí se situarían tres capillas en lugar de dos. La tercera pertenecería a Sekhmet, esposa de Ptah y madre de Nefertúm pero ésta habría sido eliminada para dar cabida a la última parte del corredor que daba salida al templo hacia el Osireion, en la parte posterior del mismo.

En este complejo se realizaba un rito muy sagrado: "La Fiesta de Sokar" que se celebraba en el mes de Khoiak y  básicamente consistía en la rememoración de la muerte y resurrección del dios
Osiris, aquí asociado a Sokar (Sokar-Osiris). Entre los complicados ritos imprescindibles, hay que destacar una ceremonia tan importante como para que debieran asistir varias divinidades; consistía en el enterramiento de una figurilla de barro y grano, representando a Osiris, que ya había realizado su función: la germinación y la muerte. En su lugar ésta se sustituía por otra de las mismas características que pasado el tiempo estipulado, correría la misma suerte, renovándose el proceso mágico de nacimiento-muerte-resurrección. A éstas se las llama "Osiris Vegetantes".

Table d'Abydos
Segunda Lista de Abidos.Templo de Seti I

Partiendo de nuevo de la Segunda Sala Hipóstila,  si se pasa  por la puerta este de la pared sur , en la pared derecha sale  una galería  cubierta por un techo plagado de estrellas y por los cartuchos con el nombre de Seti I. Sobre las paredes laterales se encuentran las figura de Seti I y de su hijo Ramsés II, que hacen ofrendas ante la famosa lista de los reyes, es decir, realizan el importante culto a los Antepasados ante 76 soberanos ya fallecidos. Dividida en dos registros, comienza con Menes y finaliza con el reinado de Seti I; están colocados cronológicamente, aunque se omiten aquellos reyes "malditos", (como Ajenatón) o aquellos que no se desea recordar (Hatshepsut). 


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Portadores de ofrendas.Templo de Ramsés II. AbidosHekat in her human form
Heka(la magia).
Offering Bearers at the Ramesses II's Temple at Abydos
Primera Lista de Abidos. Museo Británico La lista se cierra con los nombres de Ramsés II y Seti I que se repiten 19 veces en cartuchos dobles. Ésta es la llamada Segunda Lista de Abidos, ya que la Primera Lista de Abidos se encontró en el vecino Templo funerario de Ramsés II y  se conserva en el Museo Británico. Se trata de un duplicado bastante dañado y de calidad inferior, pero arreglado en filas de a tres en vez de filas de a dos .Fue encontrado en las cercanías del Templo de Ramsés II. 
En este templo también  está representada , en las murallas oeste y norte , la batalla de Kadesh, como en el templo de Luxor, el Rameseum y Abu Simbel A chariot scene from the Battle of Kadesh

The ground plan of Ramesses II's Temple at Abydos An overview of Ramesses II's Temple at Abydos from the side





Templo de Ramsés II.Abidos
La galería desemboca en el llamado Vestíbulo de los Toros , conectando el templo con la zona de almacenes y de matadero . El Vestíbulo está sustentado con 7 columnas y se utilizaba tanto como centro de sacrificio animal (matadero), como para preparar las ofrendas que se hacían en el santuario, es decir, a modo de cocinas. Aunque toda esta zona está inconclusa, los muros están decorados con pinturas donde se representan sacrificios, pero sin esculpir (al igual que en la sala anexa de 4 pilares y es precisamente en esta sala donde se encuentran, en pintura roja, los únicos restos de la ocupación copta del templo. 
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Seti I con corona azul ofreciendo incienso
En las paredes sur y oeste de esta sala se abren cuatro puertas que llevan a una serie de habitaciones de servicio y almacenes, todas ellas sustentadas también por columnas y decoradas por Merenptah, aunque inacabadas. Todas aquellas que se sitúan partiendo del muro oeste , servían para el almacenamiento de vasos, alimentos o utensilios para el sacrificio, etc., sin embargo, la pequeña habitación situada en el sur, pudo haberse empleado para llevar a cabo las purificaciones que los sacerdotes debían realizar sobre sus cuerpos antes de efectuar el ritual de sacrificio. 


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                      Seti con un sacerdote shem
Al norte del Vestíbulo de los Toros, se abre otra puerta al exterior, que comunicaba el templo con el Palacio de Seti, provisto de una sala de recepción con 10 columnas y situado frente a la cara este del santuario. Éste fue construido para supervisar e inspeccionar las obras de construcción del templo, para residir durante el desarrollo de las fiestas, etc. Alrededor de él existían una serie de construcciones en adobe, utilizadas como almacenes y para, entre otras cosas, alojar a los animales destinados para el sacrificio. 


Penetrando de nuevo en el edificio, aproximadamente hacia el centro de la galería donde se encuentran las listas reales y de la pared oeste, parten dos corredores ascendentes: el primero lleva a la llamada Sala de las Barcas , quizá el lugar donde se alojaban las barcas sagradas del dios, aquellas que se utilizaban en las procesiones. Sobre los muros se encuentran representadas nueve de estas embarcaciones, algunas de ellas conservan sus nombres, pero lamentablemente no se han conservado el nombre de tres. Así se pueden distinguir las de: Horus, Amón, Ra-Horajti, Ptah, Isis, y Osiris. Ésta es la sala que hacia el año 300 d.C sería utilizada como oráculo del dios Bes. De allí parten unas escaleras que conducen a la terraza del templo, lugar desde donde los sacerdotes podían realizar observaciones astronómicas. 

Saliendo de nuevo al corredor de las Listas reales y también en la pared oeste, encontramos el acceso a otro corredor ascendente (número 20) que nos conduce a una salida posterior del templo. Este pasillo fue construido por Seti I y decorado por Ramsés II y tiene unas representaciones inacabadas de calidad inferior a los del resto del santuario. Es de unos 25 metros y está dividido en dos zonas, la primera es el denominado "Corredor de los Toros", nombre que recibe de una serie de escenas de cacería de toros a lazo por el rey, acompañado de un príncipe, y la segunda nos lleva directamente por unas escaleras ascendentes que conducen al exterior, al Osireion.
Pasaje hacia el Osireion
EL OSIREION

Este es el  nombre que se da al  cenotafio( falsa tumba) de Seti I, un lugar cargado de una gran simbología
Fue descubierto a comienzos de este siglo (1903) por Margaret Murray, que trabajaba bajo las órdenes de Petrie; en aquellos momentos no se llevaron a cabo estudios detallados del recinto. Más tarde, en 1920, terminó de ser excavado por Henri Frankfort, que plasmó su trabajo en una publicación, datándolo bajo el reinado de Seti I. No obstante, con posterioridad, se han identificado en el recinto elementos aún más tempranos que, de forma muy controvertida, los estudiosos datan de la Dinastía IV al Reino Medio. No cabe duda, de que aunque estos elementos sean anteriores, la mayor parte hoy visible corresponde al reinado de Seti I.
Consiste en un recinto subterráneo de calcárea blanca con pilares de gres rojizo. Se trata de una edificación  completamente enigmática y carente, en la actualidad, de superestructura, construida al noroeste del templo de Seti I y separado de éste por tan solo 3,30 metros. Fue identificada por los griegos como la tumba de Osiris. Estrabón, en su obra Geográfika, se refiere a un canal del río que pasaba  bajo el cenotafio, lo que provocaba que al menos la parte principal del templo quedara anegada por las aguas. Así , se cree que el Osireion buscaba, con su organización interna, la evocación de la creación, repitiendo la colina primigenia que emergió de las aguas primordiales, ya que su disposición era la de una isla rodeada por un canal.

La superestructura pudo estar formada por un túmulo sobre el que había plantados sauces, símbolos vegetales del dios Osiris.
Y, una curiosidad: Las imágenes que han levantado tantas especulaciones entre los aficionados a la ciencia ficción: Los "aviones" y helicópteros de Abidos.




Abydos egipto flor de la vida
Abydos, egipto: flor de la vida, miles de años, en Mármol Rosa, técnica desconocida. todavía los científicos se preguntan como fue  impresa como si se derritiera la piedra, con una tecnología hasta hoy desconocida.

TEMPLO DE ABYDOS: PÍEDRAS CICLÓPEAS DE 1000 TONELADAS



GEOMETRÍA SAGRADA


Abydos mantiene todo el sabor del Egipto faraónico. Hasta hace poco tiempo era complicado llegar allí, por encontrarse en el mayor foco de integrismo islámico de Egipto, sin embargo en la actualidad la mayoría de las mayoristas turísticas lo incluyen en sus recorridos. Aún así, la policía local sigue poniéndose nerviosa cuando algún extranjero decide quedarse a dormir en el pueblo. Si decides hacerlo el hotel Abydos, a pocos metros del templo, es casi la única opción. Merece la pena visitar el hotel, regentado por Horus, sobrenombre del protegido de Omm Seti, aunque solo sea para tomar un café e intentar entablar conversación con el director, y escuchar de sus labios la increíble historia de su mentora. Omm Seti, cuyo nombre real era Dorothy Louis Lady, es el mejor ejemplo de cómo una experiencia paranormal personal, puede terminar contribuyendo al bien de la ciencia para beneficio de todos.

La sorprendente Omm Seti

Dorothy nació en Blackheath (Londres), el 16 de enero de 1904. Con tres años de edad sufrió una aparatosa caída, que le produjo una experiencia de muerte clínica. O así al menos lo diagnosticó el médico que acudió en su auxilio a llamada de sus padres. Sin embargo, casi una hora después de haber firmado la defunción, y cuando el médico volvió al cuarto donde había dejado el cuerpo inerte de la pequeña, la descubrió viva y sonriente, y sin recuerdo del traumatismo craneoencefálico sufrido un rato antes.

A partir de ese día la pequeña Dorothy comenzó a tener una serie de sueños recurrentes en los que aparecían paisajes, edificios y personas que no reconocía. Y no fue hasta una visita al Museo Británico, en compañía de sus padres, que descubrió el origen de aquellas pesadillas y visiones insistentes. Cuando entró en la sala egipcia del prestigioso museo, la niña se abalanzo sobre las estatuas faraónicas, abrazándolas y besándolas compulsivamente. Había descubierto que su futuro, y según ella su pasado, estaba en Egipto. Años después, una fotografía del templo de Abydos en la prensa británica terminó de encauzar su futuro. Aquella era la “casa” con la que soñaba una y otra vez.

A los 14 años los sueños con Abydos empezaron a prolongarse más allá de cuando estaba dormida, y empezó a afirmar que una especie de “espíritu” o yinn, llamado Hor-Ra se le aparecía dictándoles mensajes sobre el origen de la cultura egipcia. El Londres de los años veinte era un hervidero de mediums, gurús y esoteristas. Sir Arthur Conan Doyle escribía las aventuras del célebre Sherlock Holmes, mientras participaban en investigaciones sobre fotos de hadas o casas encantadas; la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Londres intentaba obtener el reconocimiento académico, y Aleister Crowley reivindicaba el satanismo como una filosofía licita. En ese caos de creencias a cual más pintoresca, Dorothy Louis aprendió a leer jeroglífico de la mano Sir Wallis Budge, conservador del Museo Británico, y se convirtió en una enérgica activista, comprometida con la lucha política por la independencia de Egipto. En 1933 llegó a este país, de donde ya no saldría más que en un par de fugaces ocasiones.

Durante veinte años trabajó como egiptóloga en la zona de El Cairo, allí se caso con Iman Abd El Megid y tuvo un hijo, bautizado como Seti. De ahí su sobrenombre Omm Seti, que significa madre de Seti en árabe. En 1952 pudo establecer su residencia definitiva en Abydos, donde se ganó el respeto de la comunidad científica, a pesar de los absurdos relatos que hacía sobre sus encuentros “astrales” con el mismísimo faraón Seti I.

Probablemente un neurólogo podría ubicar perfectamente el origen de las visiones de Dorothy en un trastorno del lóbulo temporal debido al traumatismo que sufrió a los tres años. Es posible. Y también es posible que ni Hor-Ra, ni sus encuentros “astrales” con Seti I haya existido más que en su imaginación. Sin embargo aquellas experiencias psíquicas alimentaron el entusiasmo de Omm Seti durante toda su vida. Y gracias a ese entusiasmo la egiptóloga británica más excéntrica de la historia, consiguió reconstruir totalmente el templo de Abydos, para el disfrute de todos los viajeros que llegamos a aquellas tierras, después de su muerte, el 21 de abril de 1981. Una vez más, las experiencias psíquicas de una visionaria contribuyen para el bien de la ciencia. Así de caprichoso es el destino.


Deduzco que la “investigación” que hicieron en Abydos mis colegas de la AAS fue superficial. Un estudio sobre la historia del templo mínimamente serio les habría llevado a Omm Seti, y si hubiesen conocido su obra sin duda la habrían reflejado en las páginas del Ancient Skies. Sobre todo porque, según publico Omm Seti en sus diarios, antes de morir, el mismísimo faraón Seti I le había explicado, en sus encuentros “astrales” el origen extraterrestre de la cultura egipcia. Sin embargo los colegas de Erich von Däniken se limitaron a fotografiar los extraordinarios grabados que aparecen en la primera sala hipóstila del templo, a unos 10 m. de altura, y a acompañarlos de algunos comentarios históricos sobre Abydos, un poco tendenciosos y evidentemente superficiales. No obstante, me puedo imaginar la cara de los colegas de la AAS al encontrarse, en medio de un grupo de jeroglífos del Egipto faraónico, con la representación perfecta de un helicóptero, un tanque, un avión y un submarino (un helicóptero, un tanque y dos aviones según otra versión).

Supongo que todos los suscriptores de Ancient Skies sintieron en mismo latigazo de entusiasmo que yo al contemplar aquellas fotografías. ¿Sería esa la prueba tan ansiada de que realmente existieron unos “dioses” foráneos a la humanidad en un pasado remoto? ¿O se trataría acaso del legado de una civilización desaparecida, como la Atlantida o Lemuria? Solo se me ocurre otro enigma del pasado que resulte igual de evidente, recogido también por el Ancient Skies: las pisturas rupestres de Fergana (antigua URSS) que muestran a un platillo volante y a un astronauta, con igual nitidez inequívoca que los jeroglífos de Abydos. Si una imagen vale más que mil palabras, las fotos de Abydos y Fergana en Ancient Skyes eran sendas enciclopedias. Nadie podía quedarse impasible ante esas evidencias. Yo al menos no. Por eso me propuse averiguar si ambas “pruebas” eran lo que parecían.


Confieso que me sentía tan emocionado como un niño cuando atravesé el primer patio, la terraza, el segundo patio y el pórtico del templo de Seti I, para llegar a la sala hipóstila. Y allí estaba. En lo alto, como si los escultores de aquellas imágenes hubiesen querido subrayar el desplazamiento aéreo de aquellos artefactos mecánicos, ubicándolos casi en el techo. Contundentes, indiscutibles, incuestionables. Jamás había visto una representación tan exacta de un objeto fuero de su tiempo. De alguna manera los constructores del templo de Abydos habían grabado en los jeroglífos la imagen de máquinas modernas. Sin embargo, había algo que no encajaba. ¿Cómo es posible Omm Seti no hubiese visto aquellas pruebas irrefutables de la presencia extraterrestre en el templo? Si la mayor especialista del mundo en el templo de Abydos, una egiptóloga con cincuenta años de experiencia en Egipto, veinte de ellos en ese templo, que además era creyente en lo paranormal, e incluso había afirmado que el mismísimo Seti I se le aparecía en visiones para hablarle del origen extraterrestre de la dinastía egipcia… ¿Por qué no mencionaba ni una palabra del tanque, el helicóptero, el submarino y el avión que posaban descaradamente ante el objetivo de mi cámara en ese momento? ¿Qué razón podía tener Omm Seti para ocultar aquella evidencia irrefutable, que avalaría sus propias afirmaciones sobre sus contactos con el espíritu del faraón? No, algo no encajaba. No tiene sentido que Omm Seti no mencione este descubrimiento en sus diarios. Ni que sus biógrafos, como Jonathan Cott, autor de “La reencarnación de Omm Seti”, tampoco lo hagan…

La altitud a que se encuentran esos grabados hacía imposible que realizase un calco de los jeroglífos, lo que me habría permitido analizarlos con mucha más fiabilidad, y resolver el enigma mucho antes. Así que me contenté con tomar fotos desde todos los ángulos posibles, grabarlos en video con distintos filtros, y contextualizarlos en el interior del templo. Tiempo habría de analizarlos con más detenimiento en compañía de egiptólogos amigos.

El templo de Abydos ofrece muchos más elementos interesantes para el visitante, como la lista de todos los faraones que precedieron a Seti I y a su hijo Ramses, en el gobierno de Egipto (todos, menos los considerados ilícitos monarcas, como la reina Hatshepsut); las habitaciones fantasma, cuya utilizad sigue desconcertando a los egiptólogos; o el interesante Osirión. Este cenotafio de piedra maziza, construido para el dios Osiris, se encuentra a 12 metros por debajo del nivel del templo y presenta una serie de interrogantes sobre su datación, francamente embarazosos para los egiptólogos. Aunque eso es algo bastante frecuente en las antigüedades faraónicas. Ese Osirión era uno de los lugares favoritos de Omm Seti, entre otras muchas razones porque en la sala del sarcófago aparecen representados los akhu o “cuerpos glorificados”, que un esoterista llamaría “cuerpos astrales”, abandonando el cuerpo físico. La egiptóloga afirmaba que así era como ella se reunía con su amado Seti I. Tarde algunas semanas en encontrar la explicación a las “maquinas de Abydos”, y ocurrió en Luxor.

Encuentro en Luxor

Por esas extrañas coincidencias del destino, y porque en el fondo algunos lugares como el Museo Egipcio de Antigüedades de El Cairo, la meseta de Giza, o las librerías de Luxor son de visita obligada para arqueólogos, antropólogos, astroarqueólogos, piramidologos, y demás estudiosos del pasado, ortodoxos o heterodoxos, me encontraría con varios de ellos en nuestros respectivos viajes a Egipto. Y siempre es un placer coincidir con mi admirado José Miguel Parra o Ignacio Ares, en cualquier parte del mundo. Pero si es en Egipto, más.


Ambos pertenecen a la escuela egiptológica más “oficial” y académica. Y ambos conocen a la perfección la cultura faraónica. ¿Quién mejor que ellos para consultar las dudas que me angustiaban sobre la presencia de maquinas modernas en los jeroglífos egipcios? ¿Podrían los historiadores y egiptólogos “oficiales” darme una alternativa razonable a la hipótesis de la AAS para explicar que hace un helicóptero, un tanque, un avión y un submarino en el templo de Abydos? Y lo hicieron.
Pacientemente, Ignacio Ares me explicó como Ramses II, un faraón casi tan fecundo en la construcción de templos como en la procreación de descendencia, tenía la costumbre, como otros antes y después que él, de “apropiarse” de templos y monumentos construidos por sus predecesores. Para ello, lo que hacía era tapar el cartucho del faraón constructor del templo con un parche de argamasa, y sobre ese “parche” colocaba el cartucho con su nombre. Pues bien, según Ares, si superponemos los caracteres jeroglíficos del cartucho de Seti I con el de Ramses II, surgen esas formas caprichosas que, solo a ojos de un occidental contemporáneo, no familiarizado con la escritura jeroglífica, podrían parecer maquinas modernas. Fin del misterio.


La explicación parecía razonable, además no tenía ninguna razón para pensar que Ares, Parra, o cualquiera de mis amigos, arqueólogos, historiadores, egiptólogos, etc, me mintiesen. Sin embargo, como repite una y otra vez Grissom, el ficticio entomólogo criminalista de los CSI, los humanos se equivocan, las pruebas no. Así que intenté hacer un pequeño experimento para comprobar si la teoría de la superposición de cartuchos podía explicar realmente aquellos inquietantes jeroglífos. Sé que parecerá un experimento absurdo y precipitado, pero a mí me sirvió para aplacar totalmente mis dudas. Compre un DVD en la misma tienda del hotel, que por cierto era un documental sobre los misterios de Egipto presentado por Omar Sharif, y le arranqué la parte de plástico transparente de la portada. A continuación, y tan toscamente como implica utilizar un cuchillo en lugar de unas tijeras, corté aquel plástico transparente en dos mitades iguales. Sobre una dibujé el cartucho jeroglífico de Seti I, amante sobrenatural de Omm Seti y constructor original de Abydos. En el otro dibujé el cartucho del usurpador Ramses II. Cuando coloqué una de las láminas de plástico sobre la otra, el resultado no podía ser más contundente. Ante mí aparecían milagrosamente el helicóptero, el tanque y las demás “máquinas modernas”.

Una extraordinaria coincidencia, un capricho del azar, una mala interpretación. Todo eso y mucho más. Pero una nueva clave. Porque a lo largo de mi viaje me encontraría una y otra vez con fenómenos similares. Supuestas pruebas irrefutables de la presencia de los “dioses” en el pasado de la humanidad, que fueron reinterpretadas por investigadores tan bienintencionados como yo, pero tan ignorantes a la vez del contexto donde se dieron. El contexto es vital. Y al final, por desgracia o por suerte, en la inmensa mayoría de los casos, las supuestas evidencias de los “dioses” se limitan a un conjunto de anécdotas, sacadas de contexto, recopiladas por coleccionistas de excepciones. Y un grupo de excepciones, no formula una regla.


Omm Seti no lo era. Omm Seti conocía la escritura jeroglífica tan bien como la literatura inglesa, y también conocía perfectamente la historia de Seti I y de su hijo Ramses II, y la afición de este a implantar su cartucho encima del de sus predecesores. Por eso Omm Seti, que escribió cosas mucho mas increíbles que Erich von Däniken y que también creía en la intervención de dioses extraterrestres en el pasado de Egipto, jamás vio un helicóptero, un tanque ni dos aviones en el templo de Abydos. Ella vería lo que realmente existía: dos cartuchos faraónicos superpuestos. Seamos sinceros ¿a cuántos supuestos misterios del pasado podríamos aplicar este mismo razonamiento?
Puede sorprender al lector, pero esa noche dormí más tranquilo. Es cierto que, como ex -creyente, me encantaría descubrir pruebas objetivas e irrefutables de la existencia de Dios o de los “dioses”. Me entusiasmaría poder descubrir evidencias incuestionables de la existencia del alma, de lo sobrenatural o de la vida más allá de la muerte, pero juro solemnemente que me gusta todavía más descubrir la verdad que se oculta tras un misterio y resolverlo. Sea cual sea. Estimulante o decepcionante, sensacional u ordinaria, revolucionaria o convencional. Prometo que me siento igual de capacitado para aceptar que civilizaciones no humanas influyeron en el origen de las culturas antiguas, como para asumir que somos los únicos habitantes del universo; me siento igual de dispuesto a creer que hay uno o varios seres superiores que crearon el mundo y a todos los seres vivos, como que Dios es solo una muleta espiritual para consuelo de nuestras conciencias; puedo encajar con la misma resignación que tras la muerte física la conciencia humana sigue existiendo, como que no hay ningún más allá... Pero necesito pruebas. O al menos argumentos lo suficientemente lógicos y razonables para convencerme. Por eso aquella noche taché de mi lista de misterios pendientes a las “maquinas” del templo de Abydos, y dormí un poco mejor. Aunque aún estaba por resolver el misterio de las “bombillas” de Dendera…


Jeroglíficos misteriosos
Abydos fue el centro religioso de mayor veneración popular de Egipto. Los “misterios de Osiris” en los que se reproducía ritualmente la muerte y la resurrección del dios, atraían a peregrinos de todos los rincones del país. Mucha gente deseaba participar en las ceremonias de ultratumba como símbolo de su participación en la resurrección del dios Osiris, y construían pequeños cenotafios en ladrillo y erigían estelas en el área intermedia entre el templo de Osiris y los cementerios. Estos, que se extendían en una zona de 1’5 Km. aproximadamente al suroeste de Kom el-Sultán, hasta el templo de Sethy I, son mucho más extensos que otros yacimientos funerarios locales.
 Aby1
 En el Imperio Medio los faraones empezaron a construir cenotafios en Abydos, cosa que culminó en la XIX dinastía con los templos de Sethy I y de Ramsés II. Las tumbas privadas del Período tardío tienen, por lo general, en Abydos unas pirámides de ladrillo con un remate piramidal en piedra (pyramidium).
Nombre moderno:      Abidos
Nombre clásico:          Abidos
Nombre egipcio:         Abedyu, Tyeny
Situación:        26º 11' N 31º 55' E
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Interior del templo, nótese la gran cantidad de jeroglíficos en las paredes y columnas. 
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El Templo de Abydos, fue ordenado edificar por Seti I, padre del faraón Ramses I I , hace 3150 años. En su interior podemos ver algunos de sus jeroglíficos muy particulares
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El sector señalado es el siguiente
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Si se observa bien se verán un HELICÓPTERO y  dos AVIONES   cuya comparación es la siguiente
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Un moderno helicóptero que todos conocemos y un prototipo alemán de la II GM diseñado por Werner von Braun .   Muy parecidos.
Los eternos egiptólogos que no ven mucho y todo quieren justificar, encontraron la siguiente explicación (sin sustento por supuesto)
El primer problema al que tenemos que hacer frente es saber si se trata efectivamente de un dibujo verdaderamente encontrado en un jeroglífico. Hoy en día, la digitalización de las imágenes nos permite crear cualquier foto que deseemos. Asumamos que se trata de una imagen realmente tomada de un jeroglífico egipcio. El propio Georgeos Díaz encontró la solución hacia 1995 y la publicó en el Número 1 de la revista española Arqueología y Enigmas de la Historia en Abril de 1996, así como en las revistas La Esfinge: Revista de Egiptología y la Revista de Egiptología: Osiris. Posteriormente, y por consulta de otros estudiosos, Katherine Griffis-Greenberg, de la Universidad de Alabama (Birmingham, EEUU), miembro del American Research Center in Egypt y de la International Association of Egyptologists Special Studies, corroboró los resultados de Díaz. La solución es que se trata de un palimpsesto en el cual se confunden los textos antiguos con los nuevos. Un palimpsesto es un texto escrito sobre otro que no fue completamente borrado y son comunes en papiros. En este caso se trata de una inscripción en bajo relieve. Para borrar el texto antiguo colocaron argamasa. Parte de esa argamasa cayó y así estamos en presencia de una superposición parcial de ambos textos.
El problema está en que el borrado y sobre escritura se utilizó en papiros, pero en grabados sobre argamasa o piedra la cosa es diferente y aquí no se aprecian grabados que se pudieran haber mezclado.
Se demuestra mediante estos cortes.
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Si se amplían las fotografías se verá que no hay superposición dañada alguna. Además, durante años nadie se preocupó ni se alarmó por un dibujo raro y ahora JUSTAMENTE en ese lugar aparece un desprendimiento milenario de argamasa. 
  
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Evidéntemente el “avioncito” y Osiris tenían una relación muy estrecha, en la fotografía se puede observar que en la parte superior derecha, nuevamente encontramos el avión.
Aquí no se puede hablar de argamasas desprendidas ni cosa por el estilo, hasta está pintado distinto a lo que lo rodea.
También llama la atención que en mas de una representación de los dioses, éstos sostengan algún tipo de cetro, arma o antorcha con una extraña similitud a los aisladores modernos de alto voltaje
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dendera primer zodiaco de la humanidad

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