10.7.10

CIVILIZACION MINOICA - CRETA - laberintos - doble hacha - cnosos


Arte Antiguo Hebreo, Mapa de Jericó en el siglo XIV, en la Biblia Farhi de Elisha ben Avraham Crescas
Mapa de Jericó, siglo XIV, Biblia Farhi de Elisha ben Avraham Crescas

El hombre creó el arquetipo del laberinto que aparece en leyendas mitológicas y ritos religiosos, de numerosas culturas antiguas y primitivas a lo largo y ancho del mundo, reflejo del miedo ancestral y de la desorientación que el ser humano experimentó ante la naturaleza hostil y, como ser racional, también y fundamentalmente, miedo ante la vida.
En todas las culturas el laberinto está compuesto por un espacio perfectamente definido, de calculada geometría, pero engañoso por sus múltiples posibilidades y por la similitud de los elementos que lo conforman.
El laberinto recrea la variedad infinita de los bosques en su monótona similitud, los enredos de los senderos de las montañas, las vueltas y revueltas de lo desconocido, las estrellas del firmamento, que son a un tiempo ayuda y desvío de los navegantes, y para la que el hombre, sin embargo, encontró el orden absoluto e intrincado en el laberinto de las constelaciones.
El laberinto es también y quizás más que ninguna otra cosa, símil perfecto de la vida misma, con sus posibilidades, sus riesgos y su orden íntimo y sutil, para cuyo tránsito cuenta el ser humano con los escasos hilos de Ariadna.
El laberinto, al contrario que la naturaleza, o que la vida, se cierra en sí mismo, es abarcable, está hecho por el hombre como un teatro del mundo, y es en su centro donde se haya la respuesta, el mecanismo del sistema para hallar el tesoro, o la salida o la libertad.
El laberinto es, con todos sus pasadizos y vueltas, el resumen de las preguntas primordiales: ¿Cuál es el sentido de la vida?, ¿Cómo puede el hombre traspasar la muerte? Y es, también, la manifestación material de una búsqueda espiritual, aquella que trata de formar una unidad con el universo.
Según Cirlot (1991/p.265) el laberinto es una “construcción arquitectónica, sin aparente finalidad, de complicada estructura y una vez en su interior, es imposible o muy difícil encontrar la salida”.
Hay dos tipos de configuración del laberinto: circular y cuadrangular. Siempre hay en el una entrada y una salida cualquiera que sea su configuración espacial. La forma de la construcción para la circular y la rectangular es siempre la misma: partiendo de una cruz con cuatro segmentos curvos en el medio de los ángulos formados por los brazos, y con cuatro puntos en la parte interna de estos segmentos.
Los laberintos de forma cuadrada o rectangular son los más antiguos que existen; la primera representación conocida de un laberinto de éste tipo, se encuentra en una tablilla de Pilo y también la encontramos, como sello, en las tumbas del antiguo Egipto. Los laberintos de forma redonda o circular, aparecieron a fines del siglo VII a.c. en la Italia etrusca; más tarde, los encontramos en las monedas de Cnosos, a finales del siglo III y se cree que eran usadas como mapa del célebre Laberinto de Creta.
Arte Antiguo, Laberinto trojeborg (ciudad de Troya), labrado en una piedra procedente de Visby, Suecia, descubierta en 1919
Laberinto trojeborg (ciudad de Troya), labrado en piedra, Visby, Suecia, descubierta en 1919.
Arte Antiguo, Tablilla de Pilo, Grecia, XIII a.c.
Laberinto,Tablilla de Pilo, Grecia, XIII a.c
Cirlot (1991/p.265) señala que:
“… el laberinto posee un actualidad atrayente como el abismo, el remolino de las aguas y todo lo similar. Sin embargo, según Waldemar Fenn, ciertas representaciones de laberintos circulares o elípticos, de grabados prehistóricos, cual los de Peña de Mogor (Pontevedra), han sido interpretados como diagramas del cielo, es decir, como imágenes del movimiento aparente de los astros.
Esta noción no contradice la anterior, es independiente de ella y hasta cierto punto puede ser complementaria, pues el laberinto de la tierra, como construcción o diseño puede reproducir el laberinto celeste, aludiendo los dos a la misma idea (pérdida del espíritu en la creación, “la caída” de los neoplatónicos y la consiguiente necesidad de encontrar “el centro” para retornar a él)”
El laberinto es el símbolo de gran presencia en todo el mundo. Los laberintos simbólicos más antiguos suelen adoptar la forma de piedras talladas cuya datación resulta difícil, las de Pontevedra en Galicia (España) pueden remontarse al período entre 900 y 500 a.c., y el arte rupestre de Val Camonica (Italia), entre el 750 y 550 a.c.
Arte Indigena, Petroglifos de Mogor, Galicia, España
Petroglifos de Mogor, Galicia, España
Arte Prehistórico, Petroglifos de Mogor, Galicia, España
Petroglifos de Mogor, Galicia, España
Arte Prehistórico, Petroglifo, dibujo, Val Camonica, Italia.
Laberinto y danza de la grulla, Val Camonica, Italia
Un laberinto tallado a la entrada de una tumba en Luzana en Cerdeña (España), puede quizás remontarse al 2500 o 2000 a.c., si es realmente contemporáneo a su tumba y no tallado con posterioridad.
Los textos antiguos hacen a referencia cuatro grandes laberintos: el de Egipto ubicado en el lago Moeris llamado en la actualidad con el nonmbre árabe de Birket Qarun, en Creta, el griego de la isla de Lemnos y el etrusco de Clusis.
Arte Egipto, Piramide de Amenemhat III en Hawara, Oasis del Fayoun, EgiptoIII Piramide de Amenemhat III en Hawara, Oasis del Fayoun, Egipto (cerca del lago Moeris)
Ahora bien, según algunos escritores la gran proeza de los egipcios no fue la construcción de las pirámides, como generalmente se opina, sino sus imponentes laberintos. Lo construyeron cerca del lago Moeris, conocido actualmente con el nombre de Birkat Qarun (el estanque de Coré), al oeste del río Nilo y a 80 kilómetros al sur de la ciudad del Cairo. El nombre egipcio del monumento era de Lapi ro hunt, que significa ” templo a la entrada del lago”, y de aquí viene el nombre griego de labyrinthos. También se llamó laberinto de Arsinoe, cuando Cocodrilopolis recibió este nombre, y por último, Casa de Carón.
Este laberinto se construyó en una época muy temprana de la historia egipcia, durante la dinastía XI. Fue el faraón Amenemhat III quien levantó este gran conjunto que además de residencia real comprendía las oficinas de gobierno y la sepultura del rey.
Herodoto, historiador griego, que en el siglo V a.c. vio este conjunto de monumentos lo describe así:
“Si se reunieran bajo un solo aspecto todas las fortificaciones y construcciones de Grecia, tal conjunto parecería haber costado menos trabajo y gasto que el laberinto… se compone de 12 palacios cubiertos, sus puertas se abren unas frente a las otras; seis por el lado norte y seis por el sur; un muro exterior único reúne todas las construcciones. Las cámaras son dobles, unas subterráneas y otras al nivel del suelo; hay 1500 por piso.
Hemos visto y atravesado las cámaras altas…; sólo conocemos las inferiores de oídas…el paseo a través de las cámaras y los circuitos en torno a los palacios nos causaron mil sorpresas por su variedad, pasábamos de un patio a las salas, de estas a las galerías, de las galerías a otros espacios cubiertos y de las salas a otros patios, los techos de todas las salas son de la misma piedra que los muros; muros y techos están adornados con multitud de figuras esculpidas”.
Cuatro siglos después, Estragón otro historiador griego, describe el santuario funerario del rey levantado sobre una meseta. Al fondo del recinto se erguía una pirámide de ciento diez metros de altura. Delante, en dos filas, se extendía una serie de palacios agrupados de dos en dos, precedidos cada uno de un peristilo que se abría a un patio rodeado de pórticos poco elevados.
Estos palacios eran tan numerosos como los “nomos” (cada una de las subdivisiones territoriales del antiguo Egipto) y los sacerdotes de cada nomo tenían su palacio en el que se reunían para celebrar el culto del rey.
Aunque servía como centro administrativo para los reyes de Egipto, su verdadera función era de carácter religioso. Era un templo donde se ofrecían sacrificios a todos los dioses de Egipto. Las cámaras subterráneas donde se encontraban tumbas de reyes y de cocodrilos sagrados, no estaban abiertas al público.
La importancia de este laberinto se comprende mejor cuando se analizan los ritos relacionados con el dios Osiris, quien, según los egipcios, había sido el pasado rey de Egipto.
Los egipcios recreaban anualmente la muerte de Osiris en el Drama del Misterio. Entre gemidos y llantos, sacrificaban ceremoniosamente a Apis, un toro sagrado, en representación de Osiris. Los llantos se tornaban en alegría cuando el sacerdote anunciaba que Osiris había resucitado.
Para los egipcios, su esperanza de vida se centraba en estos misteriosos acontecimientos. Creían que todo hombre, no sólo el rey, quedaba identificado con Osiris al morir. Se creía que el laberinto, con su desconcertante sistema de pasadizos, ofrecía al dios rey protección contra sus enemigos tanto en esta vida como en la siguiente, hasta contra la muerte misma.
La creencia en la inmortalidad humana terminó arraigándose en Egipto y en el resto del mundo antiguo.
Ahora bien, a imitación del laberinto egipcio, los griegos construyeron el legendario laberinto de Creta. Según Plinio, era cien veces más pequeño que el de Egipto. Había sido construido por Dédalo, unos 130 años antes de Jesucristo, por orden del rey Minos, cerca de la ciudad de Cnosos bajo de tierra y en él vivía el Minotauro, criatura hibrida que se alimentaba de carne humana y al que dio muerte Teseo guiado por el hilo de Ariadna, que le permitió encontrar la salida.
Para celebrar esta aventura, Teseo instituyó entre los mancebos y doncellas salvados por él, una danza, la cual en Délos si convirtió en ritual y que reproducía en sus movimientos las múltiples revueltas del laberinto.
El hecho de que Teseo evadiera del laberinto simbolizó su renacimiento, su evasión de la muerte, así se percibe nuevamente la doctrina de la inmortalidad humana.
No obstante, los más recientes estudios se deduce que el famosos laberinto sólo ha sido una gruta profunda, antigua cantera abandonada, cerca de Gortyna, y no de Cnosos, como afirma la mayoría de los autores. Es posible que en esta gruta se encerrara a los prisioneros de guerra, como ocurría en los de Siracusa, dejándolos allí morir de hambre, y que de este hecho diera origen a la fábula de las juventudes sacrificadas al Minotauro.
Arte Grecia, Krátera de figuras rojas (c. 470 a. C.)
Teseo luchando contra el Minotauro. Krátera de figuras rojas (c. 470 a. C.)
Arte Grecia, kylix ático de figuras rojas, British Museum, Londres
Teseo luchando contra el Minotauro. kylix ático de figuras rojas, con representación de laberintos
Según la leyenda la ciudad de Atenas perdió una guerra ante Creta, y a sus habitantes se les impuso el tributo de enviar cada nueve años catorce jóvenes, siete muchachos y siete doncellas, como sacrificios para el Minotauro. Los soltaban en el laberinto, donde se perdían y supuestamente eran devorados por él.
Las monedas autónomas de Cnosos tenían en el anverso el Minotauro o el laberinto, en distintas formas, y algunas en el reverso la escena del héroe y el monstruo.
Arte Creta, Mujer (¿Pasífae?, ¿Ariadna?) con diadema y laberinto de planta rectangular Cnosós, Creta. c. 350-200 a.c.
Monedas, Cnosós, Creta. c. 350-200 a.c.
Arte Creta, Mujer (¿Pasífae?, ¿Ariadna?) con diadema y laberinto de planta rectangular Cnosós, Creta. c. 350-200 a.c.
Monedas, Cnosós, Creta. c. 350-200 a.c.
Arte Creta, Cnosós, Creta. c.220 a.C.
Monedas, Europa y el Laberinto,Cnosós, Creta. c.220 a.C.
Arte Creta, Cnosós, Creta. c.220 a.C.
Monedas, Europa y el Laberinto, Cnosós, Creta. c.220 a.C.
Arte Crteta, Cnosós, Creta. AR Stater. c. 330–300 a.c.
Monedas, Mujer y laberinto en forma de esvástica, Cnosós, Creta. 330–300 a.c.
Arte Creta, Monedas, Cnosós, Creta. c.220 a.C.
La palabra laberinto probablemente está relacionada con lábrys, término con que se denominaba un hacha de doble filo que representa los dos cuernos del toro sagrado. Este era un símbolo sacro venerado en Cnosós, por ello se ha lanzado la hipótesis de que laberinto significa “Palacio de la Labrys”
Arte Creta, Fotografía, sin datos
Hacha o Labrys, Creta
Arte Creta, Palacio de Cnosos
Otro, laberinto en la Isla de Lemnos, que según Plinio, fue construido según los modelos antiguos. Se diferenciaba por tener 150 columnas, elegantemente afincadas en el piso. Este laberinto fue construido por el arquitecto Rhokos y Teodoros.
Fue famosa también en la antigüedad la tumba de Porsenna, descrita por Plinio y construida en los últimos años del siglo VI a.c., en Clusis (Etruria). Tenía base cuadrada, era de piedra, de trescientos pies de lado por cincuenta de alto y estaba adornado con una pirámide en cada ángulo y otra en el centro con una altura de 150 pies por 75 de base.
En las excavaciones de villas y otros edificios romanos efectuadas por toda Europa, se han encontrado numerosos restos de pavimentos de mosaico con motivos laberínticos. Pero las ideas mitológicas se propagaron a lugares más distantes, por toda Europa, la India, África y hasta América.
En un friso del templo de Halebid (Mysore India) hay una sección que incluye un laberinto. Data del siglo XIII d.c., aproximadamente e ilustra un episodio del Mahabharata.
Arte Indigena, Símbolo de la madre tierra, indios Hopi, Arizona, Estados Unidos
Tapuat o laberinto, indios Hopi, Arizona, Estados Unidos
Los pequeños dibujos de laberintos, como los de los , pueden haber servido de símbolos en las construcciones mayores, tanto reales como míticas.
Los chinos, quienes creían que los malos espíritus sólo podían volar en línea recta, construían entradas que imitaban un laberinto simple para que estos no pudieran penetrar en sus casas o ciudades.
En Escandinavia hay más de seiscientos laberintos de piedra en las orillas del mar Báltico. Se cree que muchos de ellos los construyeron pescadores que, por superstición, los recorrían para asegurarse una abundante pesca y un buen regreso.
Está claro que el símbolo del laberinto guarda estrecha relación con la muerte, como lo atestiguan la tumba del rey Porsenna y la de Luzzanas. Los laberintos circulares son similares a las espirales que aparecen grabadas en muchas tumbas prehistóricas, como el espiral triple de la galería funeraria de Newgrange, Irlanda.
Arte Prehistórico, Tumba de Newgrange, Irlanda, 3200 a.c.
Galería funeraria de Newgrange, Irlanda, hacia 3200 a.c.
Arte Prehistórico, Tumba de Newgrange, Irlanda, hacia, 3200 a.c.
Representación artística de la estructura de la tumba de Newgrange
Es posible que los laberintos fueran mapas del mas allá, para que el alma en tránsito supiera qué camino seguir. En tal caso serían símbolos de la muerte, pero de igual forma podrían haber simbolizado la reencarnación, pues si el alma es capaz de llegar al centro del laberinto, puede también volver a la salida y renacer.
Ciertos rituales muestran una clara relación del laberinto con la muerte y el renacimiento. En la lejana isla de Melekula, perteneciente a las nuevas Hébridas, hubo un laberinto trazado en la arena denominado el camino. El espíritu de todo hombre difunto tenía que recorrer este camino a la tierra de los muertos, y en él encontrar el espíritu guardián femenino. Cuando un alma se aproximaba, su protectora borraba parte del camino, obligando al espíritu a recomponer el itinerario para continuar su viaje y poder renacer en una nueva vida.
Arte Indigena, Mapa del camino al País de los muertos por los Desana (Vaupés,Colombia
Mapa del camino al “País de los muertos” por los Desana (Vaupés,Colombia)
Mientras tanto, en Europa, los ritos laberínticos adoptaban a veces la forma de danza.
En Inglaterra se utilizaban laberintos de hierba en los festivales primaverales de pascua y del 1 de Mayo, celebraciones del renacimiento, aunque se desconoce la naturaleza exacta de tales rituales. Sin embargo, en Escandinavia se recuerdan algunos juegos llevados a cabo en laberintos de piedra relacionados con el retorno de la fertilidad en primavera.
En Finlandia y Suecia existen varios laberintos donde los jóvenes debían ingresar con el fin de rescatar a una muchacha aprisionada en el centro. Estos laberintos se les llamaban a veces Jungfraudanser o danzas de la Virgen. En una pintura mural del siglo XV existente de la iglesia de Sibbos, Finlandia, se ve un laberinto con una figura de mujer en el centro. Este tema, el rescate de la mujer encerrada en un laberinto, aparece también en el mediterráneo y en la India y es indudable que en estas zonas el laberinto guardaba relación con los ritos primaverales de fertilidad.
Arte Jardines, Laberinto vegetal más grande del mundo, Francia
Reignac-sur-Indre, Laberinto vegetal más grande del mundo, Francia
En algunos sitios, el diseño del laberinto se ha utilizado como talismán mágico para la buena suerte; estos diseños fueron empleados como protección ante los espíritus malignos o los lobos: es posible que algunos de los laberintos más antiguos que aparecen en sellos y en tejas, por ejemplo, se utilizaran también como protección.
Cuando los cristianos adoptaron el laberinto, adaptaron su significado a las necesidades de la religión transformándolo en el camino de salvación. La utilización más antigua en un contexto cristiano es, probablemente el laberinto grabado en el pavimento de una Iglesia de Orleansville, Argelia, actualmente conservado en la catedral de Argel, se remonta al siglo IV d.c., en el centro muestra una inscripción con las palabras SANCTA ECLESIA, repetidas en un gran diseño cuadrado.
De lo muchos laberintos notables que aparecen en los edificios religiosos de la cristiandad encontramos que el más famoso es el de la Catedral de la ciudad francesa de Chartres. Fue construido en 1235, con piedra azul y blanca y tiene un diámetro aproximado de 10 metros.
Durante casi 1500 años, siempre ha habido una iglesia o una catedral en la colina de Chartres, la actual es el sexto edificio elevado allí; el fuego destruyó los cinco primeros, pero siempre se levantaba una nueva para celebrar la fe. La catedral actual es uno de los 80 grandes monumentos góticos construidos en Francia tras el regreso de los templarios a tierra santa en 1128.
Otras catedrales e Iglesias medievales de Francia e Italia como la de Amiens, Bayeux, Orleans, Ravena y Toulouse, tienen grandes laberintos en el pavimento. El de Reims fue destruido hace doscientos años y el de la catedral del Mirepoix ostenta un minotauro en el centro.
Arte Gótico, Catedral de Chartres, Francia, 1194 a 1260 d.c.
Arte Gótico, Catedral de Chartres, Francia, 1194 a 1260 d.c.
Laberinto, Catedral de Chartres, Francia
Laberintos de una vía y dos encrucijadas
Arte Gótico, Catedral de Reims, 1211 a1275 d.c., Francia
Plano de planta y laberinto, Catedral de Reims, Francia
Arte Gótico, Catedral de Amiens, 1226-1270 d.c., Francia
Plano de planta y laberinto, Catedral de Amiens, Francia
Arte Gótico,Catedral de Amiens, 1226-1270 d.c., Francia
Suelo de la nave con laberintos, Catedral de Amiens, Francia
Arte Gótico,Catedral de Amiens, 1226-1270 d.c., Francia
Suelo de la nave con laberintos, Catedral de Amiens, Francia
También en las iglesias inglesas se conservan algunos laberintos interesantes. En la pila Normanda de la Iglesia de Lewannick, Cornualles, hay tallados varios diseños geométricos, entre ellos un espiral y un laberinto sencillo; en la Iglesia de Santa María de Recliffe de Bristol hay un pequeño relieve en el techo con un laberinto del siglo XV. Aparecen laberintos en los pavimentos de la Iglesia de Bourn, Cambridgeshire, y en la catedral de Ely, aunque esta última se construyera ya en 1870.
Algunos autores interpretan estos trazados como un emblema del camino hacia Jerusalén; otros creen que servían para efectuar peregrinaciones, recorriendo los fieles descalzos o de rodillas, las líneas marcadas en el suelo, en compensación de alguna ofrenda de peregrinación que por cualquier causa no pudieran realizar. Viollet le Duc, opina que se trata nada mas que de un capricho de los arquitectos de la época.
Para Jantzen (1959/p.92, 93):
“Los constructores de las catedrales clásicas utilizan las más monumentales de las firmas para dar a conocer su participación descollante en la obra: es la forma del “laberinto” que se inscribe en el piso de la nave central. […] Algunas veces se ha supuesto que los giros del laberinto también pudieran tener un sentido místico, pero lo ignoramos.
En los laberintos originalmente inscritos en la nave central de Reims y de Amiens, tal como ocurre en Chartres, figuraban los nombres de los maestros constructores que habían participado en la construcción de la catedral. Sabemos que el laberinto de Reims estaba formado por la figura geométrica de un cuadro biselado, cuyos caminos interiores se dirigían a un octágono central, figura que se repetía en los extremos de sus diagonales.
En estas figuras de las esquinas se inscribían los nombres y el sello de los maestros del siglo XIII. Los atributos con que se les distinguían señalaban su profesión de arquitectos, y el orden en que se los señalaba era evidentemente el de su intervención en los trabajos. […] Es posible que también en la placa central del laberinto de Chartres se registraran los nombres de los arquitectos, pero, lamentablemente ningún dato al respecto ha llegado hasta nosotros”.
Al contrario Charpentier (1973/p.241) afirma que:
“Se ha hablado mucho de simbolismo a propósito de esos laberintos. Y esta fuera de duda que sea un símbolo alquímico, pero no puede dejarse de notar que el laberinto de Chartres (como tampoco el de Amiens o, antaño, el de Reims) no es, hablando con propiedad, un laberinto, en el sentido en que es imposible extraviarse en él, pues no tiene mas que “un camino” que conduce al centro.
[…] Lo cual indica que se tiene especial empeñó en que las gentes que se encaminan por el “Dédalo” sigan por un trazado determinado; que recorran un camino y no otro. Y ese camino debía ser recorrido a un ritmo, según un ritual.
Pero el caminar ritual no es caminar; ¡es danza!
El laberinto es un camino de danza escrito en el suelo. Es una aplicación razonada de las virtudes de la ronda.
Reflexionemos. Nos encontramos en un lugar que ha sido escogido para la utilización por el hombre de una corriente telúrica que aflora, y que debe tener sumas analogías con las corrientes magnéticas.
Ahora bien, es un resultado bien conocido de las corrientes magnéticas que todo cuerpo en movimiento en los campos de esas corrientes adquiere propiedades particulares. Es, incluso, el modo como se fabrica la electricidad, haciendo girar un rotor en un campo magnético, natural o artificial.
[…] Hacer girar a un hombre, de forma determinada, en un campo, será provocar en ese hombre acciones determinadas.
[…] El hombre llegado al centro del laberinto, tras haberlo recorrido ritualmente, tras haberlo “danzado”, será un hombre transformado y, que yo sepa, en el sentido de una apertura intuitiva a las leyes y armonías naturales; a las armonías y a las leyes que él quizás no comprenderá, pero que sentirá dentro de sí, de las que se sentirá solidario y que serán para él el mejor test de verdad, como el diapasón es el test del músico”.
Fulcanelli (1974/p.59) resume ambas posiciones cuando afirma que:
“La imagen del laberinto se nos presenta, pues, como emblemática del trabajo entero de la Obra, con sus dos mayores dificultades: la del camino que hay que seguir para llegar al centro (donde se libra el duro combate entre las dos naturalezas) y la del otro camino que debe enfilar el artista para salir de aquel. Aquí es donde se necesita el hilo de Ariadna, sino quiere extraviarse en los meandros de la obra y verse incapaz de salir”
Encontramos la presencia de los laberintos en muchos otros casos más allá de toda implicación simbólica. En la Inglaterra del siglo XII aparecieron en los jardines como elementos decorativos o lúdicos; inicialmente se pusieron de moda los jardines con laberintos sencillos, pero poco a poco se fueron complicando hasta tomar formas mas intrincadas.
La forma laberíntica está fuertemente arraigada en la psiquis humana. Las ciudades de todas las civilizaciones y tiempos parecen conformar grandes laberintos. Si vemos las plantas de Tenochtitlan, de la Roma Imperial, los Burgos Medievales o las grandes metrópolis contemporáneas, inmediatamente sentiremos las herencias legada por los símbolos ancestrales a la cotidianidad del hombre, que consciente o inconscientemente busca relacionarse de forma efectiva con su entorno a través de ellos.
Presente en los lugares mas dispares, sentimos la presencia del laberinto en las piedras de Stonehenge, en los Mandalas antiguos o los amuletos celtas, sin poder determinar exactamente su significado u origen.
Arte Medieval Hispanoamericano, Tenochtitlan, códice Florentino, Biblioteca Medicea Laurenciana de Florencia, Italia, copia que envió Fray Bernardino de Sahagún a Roma con el padre Jacobo de Testera, para que fuera entregada al Papa en 1580.
Mapa de Tenochtitlan, 1524



CRETA - leyenda del Minotauro,
civilizacion muy anterior a Grecia, culta, con drenaje de agua, sin murallas defensivas, se accede a traves de una amplia via.
dos lenguajes escritos: lineal A (sin descifrar) y lineal B mas moderna

http://explorecrete.com/

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Desde los inicios de la edad del bronce en el Egeo, hacia 2.800 a. c. hasta la denominada Edad Oscura (hacia 1.200 a. c. aproximadamente), se desarrollan en la región unas culturas con entidad propia. Tanto la cultura minoica, como la micénica y la del resto del Egeo de épocas tan tempranas, constituía un verdadero enigma tan sólo escasamente satisfecho por la aportación de la mitología clásica hasta la aparición, en el siglo XIX, de personalidades como Heinrich Schliemann o sir Arthur Evans cuya aportación, tomando como base los relatos mitológicos, ha resultado básica para el conocimiento actual del pasado del Mediterráneo.

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1. LA FIGURA DE EVANS 

La figura de sir Arthur Evans ha sido primordial para el entendimiento de la cultura griega y mediterránea. Nacido en 1851 en Nash Mills (Reino Unido), era hijo del arqueólogo sir John Evans, estudioso de las civilizaciones antiguas. Arthur John Evans estudió en las universidades de Oxford y Gotinga y realizó varias excavaciones en Italia, Escandinavia y los Balcanes. Ya había sido nombrado conservador del Ashmolean Museum de Oxford en 1884, pero sin embargo, fue su aventura cretense la que le catapultó a la fama mundial. 
Sir Arthur Evans
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la figura emergente dentro del mudo de la arqueología era el alemán Heinrich Schliemann quien se había abierto camino entre la leyenda con los relatos de Homerobajo el brazo y había desenterrado de las entrañas de la tierra las legendarias Troya, Micenas o Tirinto. Sus espectaculares descubrimientos minusvaloraban las críticas de compañeros de profesión hacia sus métodos de excavación poco científicos, pues los resultados le avalaban. 

En una época (finales del siglo XIX y principios del XX) en la que los descubrimientos arqueológicos eran seguidos con avidez por una élite social burguesa, con una aparente gran formación cultural; la figura del arqueólogo alemán era muy conocida y su trayectoria era seguida por sus contemporáneos. Estos eran los momentos en los que la arqueología despertaba como ciencia y en los que ésta podía constituir una auténtica aventura para quienes disponían de recursos económicos. En estas circunstancias, personas como Evans podían convertirse en pioneras del saber perdido de la humanidad.


Heinrich Schliemann
Tras entrevistarse en Grecia con la figura estrella de la arqueología de la época, el inglés se dispuso a buscar huellas de una civilización anterior a la micénica. Quizás buscando una gloria aún mayor que la del prusiano. Tomando como base testimonios populares, llevó a cabo una investigación le condujo a la búsqueda de una civilización perdida y olvidada en Creta, de la que apenas quedaban recuerdos fragmentados y traducidos al lenguaje fabuloso y mitológico. 

Su pretensión era desentrañar la leyenda del rey Minos y su célebre laberinto. Según los relatos mitológicos, Minos era rey de Creta e hijo de Zeus y Europa -a la que el dios sedujo y llevó a Creta desde Tiro (Fenicia) en forma de toro-. En la isla, el rey mandó construir un laberinto que encerrara a la bestia del Minotauro al que satisfacía entregándole un sacrificio de siete jóvenes y siete doncellas procedentes de Atenas, ciudad a la que Minos había derrotado.


Teseo y el minotauro, cerámica griega
La figura de Minos, situada entre las fronteras del mito y la historia, aparece como el primer soberano de Cnosos y es al que se le atribuye haber civilizado a los cretenses, sobre quienes reinó con justicia y bondad. El nombre de Minos refleja míticamente la potencia marítima cretense que, desde el segundo milenio antes de nuestra era, se extendió por todo el mar Egeo. El tributo humano exigido por Creta a Atenas parece ser testimonio del eco legendario de su poder. 



En 1900, se produce su primera campaña de excavaciones, una vez adquirida la colina de Cnosos, y ya entonces se consiguieron descubrimientos sensacionales que llamaron la atención del mundo sobre una cultura milenaria que hasta aquel entonces era desconocida y a la que bautizó como minoica (en honor al mítico rey Minos). Durante los primeros años del siglo XX, Evans se dedicó a desenterrar el palacio de Cnosos, al que relacionó, por su construcción laberíntica, con el palacio de Minos. En apenas unos años, excavó una enorme extensión de terreno que le permitió sacar a la luz el laberíntico palacio de Cnosos y sus alrededores: la sala del trono, el patio central, la gran escalinata, etc. En su época, el palacio debió despertar admiración a todo aquel que lo viera. 



Aposentos de la reina en el palacio de Cnosos,
por Rudolph F. Zallinger y Larry Burrows
2. EL DESCUBRIMIENTO DEL PALACIO DE MINOS 

Sir Arthur Evans, comenzó las excavaciones con treinta obreros. Aún hoy sorprende el ritmo de los trabajos. Al final de la tercera campaña, casi todo el palacio se hallaba excavado, por lo que la atención debía centrarse en la excavación de otros edificios exteriores y en la consolidación y la reconstrucción del palacio, discutida por muchos autores.
Recreación del palacio de Cnosos,
por Harry Green
El conjunto arquitectónico de Cnosos ocupaba una superficie total de cerca de 17.000 metros cuadrados. El palacio posee aproximadamente unas 1.500 habitaciones, además de edificios anexos, como un santuario y otras construcciones. En resumen, es un recinto colosal y conforma una ciudad en sí misma. De hecho, Evans era bastante consciente de que el palacio no era un edificio aislado. Distinguía tres sectores: el palacio, propiamente dicho; un sector de edificaciones a su alrededor, que consideraba viviendas de aristócratas o personas al servicio del palacio; y un sector más externo, que comprendía la zona del poblado con los terrenos agrícolas y las necrópolis.

Debemos tener claro que Cnosos no es sólo un palacio, en el sentido actual de la palabra, por más que repitamos el término acuñado por Evans. En realidad, Cnosos se asemeja más a un núcleo urbano formado por áreas de vivienda, zonas destinadas a uso religioso, almacenes, necrópolis, talleres, campos, etc. En este conjunto urbano, encontramos un edificio que Evans con sus medios sólo pudo denominar como palacio, apoyado por el hallazgo de la sala de trono. El hallazgo de baños y letrinas, le acabaron de convencer de que se trataba de una residencia real. El hecho de que hoy día sigamos denominando al conjunto como «palacio» es indicativo del peso de la obra de Evans sobre el estudio de esta civilización. 

Reconstrucción del palacio de Cnosos
La disposición caótica de los edificios está articulada en torno a un patio central, donde es posible que se celebraran espectáculos. Desde este patio central y hacia el oeste se accedía al recinto más conocido del yacimiento, el salón del trono, una habitación pequeña de indudable importancia. Un banco corrido adosado a lo largo de las paredes de la habitación sólo es interrumpido en la entrada y al llegar a un trono de alto respaldo, fabricado en alabastro. En las paredes, la decoración pictórica recalca la trascendencia de la habitación. 

Plano del palacio de Cnosos,
por artehistoriacom en Youtube.com

Debido a la forma de construir de los minoicos, añadiendo habitaciones sin una planificación previa, estas formaban corredores que no guardan una disposición rectilínea, sino que siguen un recorrido tortuoso. Esta característica es compartida por la disposición de las habitaciones en varios pisos, unidos por escaleras y pozos de luz, cuyas intrincadas ruinas serán percibidas por los griegos clásicos (cuya mente racionalista da lugar a un plano urbano regular, el plano hipodámico) como un lugar de horror, en el cual el minotauro daba rienda suelta a su instinto animal. 

El diseño de estas construcciones estaba en consonancia con la belleza de las pinturas murales que allí se descubrieron. Las paredes del palacio aparecen llenas de pinturas al fresco con diferentes motivos. La figura humana aparece representada normalmente de perfil, con el ojo de frente, en una postura que recuerda claramente a las formas artísticas egipcias. Algunos autores no dudan en destacar este paralelismo y en lanzar la hipótesis de que el arte cretense surgiera a imitación del egipcio.

A favor de esta hipótesis está el hecho de que, desde los primeros momentos de la excavación, se encontraron pruebas de intensos contactos comerciales con las mayores potencias de su tiempo como Egipto, Fenicia y Mesopotamia, en virtud de la gran cantidad de objetos encontrados en los distintos yacimientos cretenses pertenecientes a dichas culturas y de sus contrapartidas en estas regiones; algunos de los cuales, los arqueólogos no habían sabido interpretar hasta el descubrimiento de Evans. 

Ejemplos de cerámica minoica
Sin embargo, Evans no sólo descubrió en Cnosos un palacio enterrado bajo el suelo sino que en el yacimiento se encontraron miles de objetos varios como estatuillas, vasijas y muy variados elementos ornamentales lo que permitió rescatar de las entrañas del olvido las huellas de una civilización que debió ser una potencia en su tiempo. 

Tras un paréntesis durante la Primera Guerra Mundial, los trabajos de Evans se reanudaron y, entre 1921 y 1936, en un mundo previo a la que sería la mayor crisis bélica de la historia de la humanidad y cinco años antes de su muerte en 1941, el inglés publicará «The Palace of Minos of Knossos» («El palacio de Minos en Cnosos»), una obra monumental sobre sus exploraciones. La mayoría de sus hallazgos arqueológicos se conservan en el Museo de Heraklion

Reconstrucción en  3D de una de las fachadas del palacio de Cnosos,
vista desde el patio central
3. LA POLÉMICA RECONSTRUCCIÓN 

La consolidación del yacimiento se empezó a realizar prácticamente desde el primer momento, puesto que Evans no podía prever que los edificios minoicos no aguantarían el peso de 5.000 años de historia una vez que los restos salieron a la superficie y fueron otra vez expuestos al clima. Por ello, el equipo de Evans tuvo que hacer frente tareas propias de restauradores y conservadores. Al principio, se limitó a apuntalar diversas zonas apoyándose en los conocimientos de sus propios operarios pero pronto surgió la idea de llevar a cabo una futura reconstrucción de tan rico yacimiento.

Evans empezó las tareas de reconstrucción del palacio después de la Primera Guerra Mundial, ya había excavado toda la colina y las áreas anexas, y sólo quedaban algunos sectores, donde se centraron los trabajos de 1923 a 1926. Asimismo, en el momento de restaurar concentraron los esfuerzos en el edificio central, de tal manera que la visión que tenemos es parcial, ya que sólo se fija en una de las estructuras existentes. No se planificó ni tampoco se consideró necesario prever una actuación a largo plazo. 

Reconstrucción en 3D del pasadizo norte del palacio de Cnosos, 
por MrCustardCustard en youtube.com

Por otro lado, a medida que el volumen de frescos fue aumentando, Evans se vio obligado a contratar personal acostumbrado a trabajar con pintura al fresco y a dedicar un grupo especial de trabajadores a montarlos. Su influencia sobre la reconstrucción fue decisiva y supone la respuesta a la concepción que Evans tenía sobre el mundo minoico 

El alcance de la restauración de Evans tuvo consecuencias a largo plazo. En ese sentido, podemos señalar tres fases de intervenciones realizadas por Evans en el yacimiento (posteriormente se han llevado a cabo otras): 

  1. La primera fase (1901 – 1906), es cuando se cubre por primera vez la Sala del Trono y cuando se introduce en el uso del hormigón.
  2. La segunda fase (1907 – 1919) cuando se procede a consolidar y cubrir las zonas principales del palacio para protegerlo de la erosión y los elementos.
  3. La tercera fase (1923 – 1939) es la más decisiva, porque es cuando Evans diseña el aspecto que él concibe que debe tener el palacio y pone en práctica la idea de «reconstituir» el edificio utilizando materiales resistentes y rápidos: hierro y hormigón. 
Imagen del palacio de Cnosos
La reconstrucción de Cnosos no se puede analizar separada de su concepción histórica de los minoicos, porque ambas se apoyan mutuamente. Evans siempre se justificó con el paradigma de que objetivo principal su trabajo era que los que lo vieran pudiesen hacerse una idea de cómo sería la vida en el palacio en su momento de máximo esplendor. Para Evans, él restituía lo que se había perdido. Usaba un concepto moderno en lo que a la presentación de los restos arqueológicos al público se refiere. Buscaba la forma más didáctica y visual de explicar al neófito los rasgos característicos de una civilización. Ahora bien, si esta forma de pensar nos parece acertada, la forma utilizada no lo parece tanto ya que no se adecuaba a los medios usados originalmente ni a la realidad científica. 

En líneas generales, sustituyó columnas de ladrillos por otras de piedra, pilares de la fachada por unos nuevos de hormigón, las paredes fueron acabadas con cemento, en los techos puso vigas de hierro, para que aguantaran los dos pisos añadidos, etc. En los interiores, reprodujo los frescos encontrados, completándolos con grandes dosis imaginativas. Remató el balcón con réplicas de columnas minoicas en piedra y cemento sobre la base original. Utilizó los rellanos de la escalera como galería pictórica, poniendo réplicas en forma de cuadro de frescos encontrados en otros lugares diferentes del palacio. En algunos casos, la base era muy escasa para llevar a cabo la reconstrucción. En otros, simplemente era inexistente. En lo referente a la decoración de los muros, los ejemplos de la actuación de Evans son múltiples. Hay que tener en cuenta que la mayoría de frescos habían caído al suelo y estaban muy mezclados. 

Reconstrucción en 3D del interior del palacio de Cnosos,
por Dragan Maric en youtube.com

Las críticas más duras eran de sus propios colegas que, aunque no tenían más remedio que reconocer que la imagen del palacio era poderosa, ponían en duda la autenticidad de dicha imagen. La reconstrucción no se completó y quedó en un estado de ruina, quizás de forma deliberada. 

Visto a día de hoy, el legado de Evans es difuso. Por un lado, descubrió y supo dar forma y sentido a una masa informe de materiales diversos, pasadizos y piezas sueltas -la evolución y estratigrafía histórica del palacio son correctas-. Además, supo plasmar de forma visual y teórica ideas sobre la civilización minoica; y por supuesto, salvó los restos encontrados. Sin él, no existirían los minoicos, y eso está fuera de toda duda. Sin embargo, por otro lado, actuó sobre los restos como si fueran de su propiedad (de hecho, lo eran legalmente). Sería inconcebible que hoy en día alguien actuara como lo hizo él, aunque hemos de recordar que esto era conforme a la costumbre de la época y no hizo nada que no hubieran hecho otros (como el propio Schliemann). 

Imagen del palacio de Cnosos
La sombra de Evans es muy alargada y ha influido poderosamente sobre los especialistas minoicos. Pocos han osado poner en duda las afirmaciones de Evans y muchos de los que lo han hecho no han podido ofrecer mejores hipótesis de las del inglés. 

4. EL PESO DE LA LABOR DE EVANS 

La obra de Evans no se redujo tan sólo a descubrimientos casuales. Su labor científica fue más allá. Fue un logro de Evans clasificar los datos que sobre la civilización minoica habían recopilado anteriores estudiosos. El arqueólogo logró sistematizar una cronología válida para toda la edad del bronce en el Mar Egeo con una base tripartita, que si bien es algo rígida, tiene una validez didáctica innegable. Para ello, dividió la cultura egea en tres zonas de influencia: la minoica (cretense), la heládica (micénica) y la cicládica (para las islas del Egeo)

Pero el enigma que obsesionaba a Evans estaba relacionado con objetos mucho más diminutos que los suntuosos hallazgos palaciales cretenses. Entre los muchos objetos encontrados destacaban miles de tablillas de arcilla con dos tipos de escrituras diferentes a las que bautizó como Lineal A y Lineal B, y que no pudo descifrar. De hecho, la primera aún permanece así, aunque la segunda (Lineal B) fue no descifrada hasta 1956 por un ingeniero inglés, Michael Ventris y hace referencia a un primitivo dialecto griego del que se han encontrado restos no sólo en Creta sino también en la Grecia continental. Por ello, ha sido objeto de varias hipótesis como una superioridad política cretense sobre el continente o que la lengua griega clásica deriva del mismo. 

Tablillas minoicas en Lineal A y B
Los estudios de Evans sobre la civilización minoica sacaron a la luz una sociedad sofisticada, centralizada alrededor de unos palacios monumentales carentes de defensas, lo que podría ser una muestra del carácter pacífico del pueblo minoico, en opinión de Evans. Cnosos, debió ser la capital de un potente imperio basado en una talasocracia (dominio del mar), una civilización refinada y próspera basada en el comercio, cuyo declive comenzó tras una serie de hechos aún no suficientemente esclarecidos pero que en opinión de la mayoría de los expertos debieron de estar relacionados con la explosión del volcán de Santorini (en el Egeo). 

En reconocimiento a sus destacadas investigaciones arqueológicas, Evans recibió el título honorífico de caballero del Imperio Británico en 1911. Su trabajo sentó las bases imprescindibles para el estudio de la Creta minoica. Desde entonces, tanto los estudios sobre la civilización micénica y cicládica, como los de la cretense han avanzado notablemente tomando como base sus estudios de la primera mitad del siglo XX.  


"La Atlántida: El misterio de los minoicos,"

por historiaycienciatv en Youtube.com





Términos Históricos de la cultura minoica podrás encontrar varios términos que hacen referencia a su cultura, religión y economía.

Si quieres ampliar la información sobre la Cultura minoica te recomiendo que leas La Civilización Minoica (I) y La Civilización Minoica (II) dónde encontarás más referencias y su cronología completa.
Bipenna: Doble hacha, símbolo que aparece a partir del Minoico Medio II con un significado oscuro.





Cerámica de estilo Camarés. Foto: Olaf Tausch
Britomartis: Nombre que recibía en el Este de Creta la divinidad Potnia Theron, señora de los animales.
Camarés: Estilo de cerámica del Minoico Medio I caracterizado por decoraciones oscuras o brillantes sobre fondos color mostaza.
Curetes: Sacerdotes saltadores pareidos a los Salios de Roma. Según la leyenda bajo su protección fué criado Zeus.
Dactilos: magos metalúrgicos que dominaban la técnica de la forja del metal y del fuego y que vivían en el monte Ida.
Dictina: Nombre que recibía en el Oeste de Creta la divinidad Potnia Theron, señora de los animales.
Despotes Theron: Divinidad minoica masculina, hijo o amante de Potnia Theron considerado señor de las fieras y que habitualmente adopta la figura animal del toro.
Lineal A: Sistema de escritura de silabario abierto usado por la cultura minoica durante el Minoico Medio y Minoico Reciente sobretodo para temas contables y administrativos.



Riton ceremonial con cabeza de minotauro

Mottled ware: Alfarería abigarrada o flameada perteneciente al período Minoioco Antiguo II.
Pithoi: Grandes tinajas de barro usadas para el almacenamiento de alimentos y otras mercancías.
Potnia Theron: Divinidad femenina minoica, señora de los animales y las montañas habitualmente representada entre dos animales encarados.
Rippled ware: alfarería arrugada que imita la concha de las tortugas perteneciente al período Minoico Medio III.
Rithon: Vaso lleno de orificios utilizado para aspersiones rituales.
Tholos: Construcciones funerarias abovedadas en roca donde se practicaba el rito de inhumanación entre el III y II milenio a.C.





Inicialmente la cultura minoica se desarrolla en la isla de Creta situada en el mar Egeo en una ubicación muy favorable para el comercio marítimo de la época.

Es la quinta isla en extensión del Mediterráneo y su orografía es principalmente montañosa con altitudes que alcanzan los 2456 m en el monte Ida.

Su situación y su complicada orografía, que divide la isla en cuatro zonas más o menos aisladas, fueron factores condicionantes para el posterior desarrollo de la cultura minoica y su expansión por el Egeo.







Situación y Rutas comerciales de Creta

Sus orígenes

Podemos encontrar evidencias arqueológicas de población desde inicios del Neolítico quizá de procedencia anatolia hacia el 7.000 a.C aunque en la isla se pueden diferenciar varios pueblos.

Según Diodoro y Estrabón estos pueblos serían los eteocretenses y cidonios a los que posteriormente se incorporarían los pelasgos y por último los aqueos y dorios.

Cronología

Varios han sido los autores que han propuesto sus etapas y cronología para la cultura minoica. A.Evans introdujo la división en tres fases Minoico Antiguo (MA), Minoico Medio (MM) y Minoico Reciente (MR).

N. Platón sugirió otras divisiones más acorde con los acontecimientos históricos que la propuesta por A.Evans aunque habitualmente se utilizan ambas conjuntamente.

Actualmente para estas cronologías se toma como referencia la erupción del volcán Thera hacia 1.625 a.C







Cronología comparada de A. Evans y N.Platón

Su final

A consecuencia de la erupción del volcán Thera y sus efectos devastadores en Creta se produce un abandono de los edificios y tierras de cultivo.

Se desencadena un período de decadencia, luchas internas y descomposición del poder político así como una caída importante en el comercio y la economía factores que propiciaron el fin de la cultura minoica.

Según algunas hipótesis esta decadencia fue aprovechada por los micénicos para implantar su hegemonía posterior en el mediterráneo.

Sociedad y economía

Durante el M.A la economía se basaba principalmente en agricultura y ganadería sobretodo en el interior y sur de la isla añadiendo centros de pesca y actividad comercial en la zona oriental.

Hacia el M.A II se produce un gran desarrollo de la agricultura con la introducción de nuevos cultivos como la vid y el olivo.

Se producen avances en la tecnología del bronce y de otros sectores que conlleva cierto grado de especialización y mayor complejidad social aunque la mayoría de la población sigue dependiendo de la agricultura.

Cnosos empieza a destacar como centro de control social, político y económico y se produce un aumento del nivel de vida de un sector de la población que empieza a consumir artículos de lujo.

Hacia finales del M.A existe ya cierta tendencia a la nuclearización en torno a unos pocos centros como Cnosos, Mallia, Festos o Hagia Tríada.

A principios del M.M se desarrollo la talasocracia minoica con asentamientos comerciales en el Egeo y comercio marítimo documentado con Egipto, Asia Menor, Próximo Oriente, Chipre y Siria.

Este desarrollo favorece la aparición de la escritura jeroglífica y más tarde el Lineal A como sistema para controlar y anotar todo este comercio y se crean patrones y medidas estándar para facilitarlo.

También florece la industria alfarera dónde destacan la cerámica de tipo camarés, la orfebrería con todo tipo de objetos ricamente labrados y otras industrias manufactureras como herreros, curtidores, telares…etc. que evidencia una sociedad especializada.

La fuerte competencia socio-política por el control de las distintas regiones y sus bienes desemboca en núcleos de poder con estructuras jerarquizadas complejas como en Cnosos o Festos que más tarde darán lugar a los complejos palaciales.

Sin embargo M.A. Filton considera también cierto grado de influencia externa desde Próximo Oriente y Egipto en la creación de estos complejos palaciales.

Ya en la época Neopalacial destaca la importancia de la clase artesana y mercantil en la sociedad minoica.

En estos momentos los palacios, según N. Platón, representan el centro de poder político, religioso y administrativo de las distintas regiones de Creta. A su vez esta organización se extiende a palacios y mansiones más pequeñas repartidas por todo el territorio.

Su función principal es la de aglutinar la mayor parte de la producción artesanal especializada así como ejercer el control y la distribución de todas las mercancías y excedentes agrícolas y ganaderos.

En este momento ya se puede hablar de una jerarquía social compleja dónde destaca una élite social con cierto monopolio sobre el poder, la clase de artesanos especializados y funcionarios y el resto de la población…




Religión y mundo simbólico

La religión de la cultura minoica era de tipo naturalista con gran importancia de los santuarios abiertos al aire libre en bosques o montes sagrados así como en cuevas o grutas naturales dónde se practicaban ciertos ritos secretos.

Hacia M.M se edifican algunos santuarios con altares coronados con los dobles cuernos como por ejemplo el de Petsofa.

Se rendía culto a la divinidad de la fecundidad conocida con varios nombres según la región. En el Este conocida como Britomantis, en el Oeste como Dictina o incluso como Potnia Theron (señora de los animales) y normalmente aparece acompañada de un cervatillo.

También asociada a esta divinidad aparece un dios paredro, Despotes Theron, que habitualmente adopta la forma de un toro.

Entre los ritos más destacables habría que mencionar los sacrificios de animales (bueyes, cabras y ovejas), las ofrendas de grano y libaciones y las reliquias votivas y figurillas humanas halladas en los restos de grandes hogueras.

A parte de estas divinidades también se rendía culto a ciertos objetos como la piedra, el escudo, la doble hacha o el pilar y según los restos hallados estos cultos se practicaban tanto de manera pública como privada en habitaciones destinadas a tal fin en palacios y viviendas particulares.

Existían otras ceremonias más solemnes, normalmente oficiadas por sacerdotisas, como la celebración de la Epifanía o la fiesta de la Hierogamia con objetivo de revitalizar a la naturaleza.

Es probable que estas ceremonias fueran acompañadas de celebraciones de juegos como la tauromaquia o las luchas de púgiles.

Entre los ritos funerarios practicados destaca la inhumanación en Tholos desde el III y II milenio a.C con ricos y variados ajuares que hace pensar en la creencia de supervivencia en el más allá como los hallados en las grandes necrópolis de Megara y Plátanos. Aunque también se han encontrado tumbas individuales en cripta o sarcófagos, entierros en cuevas sepulcrales o algunas inhumanaciones de niños bajo el pavimento de las casas.

Cultura y arte

Una de las características del arte minoico es que se extiende a todo y a todos, hasta los utensilios más pequeños encontrados en las viviendas humildes estaban ornamentados.

Se pueden apreciar dos influencias externas en este arte, la influencia asiática, más bien escasa y que encontramos en las copas de doble asa y la influencia egipcia mucho mayor en temas religiosos y animalísticos o en vasos de piedra tallada.

Hacia el s. XVII a.C se pintaban frescos a escala natural con caracteres notables como los tonos de color para la piel, los ojos trazados de frente en figuras de perfil, ignorar las sombras o los pocos conocimientos sobre perspectiva.

Se representaban animales, plantas y figuras humanas así como escenas paisajísticas y escenas de la vida cotidiana y de las fiestas públicas como en el fresco de Hagia Tríada.

En M.R I desaparecen los paisajes y los frescos se reservan casi exclusivamente para escenas dónde el protagonista es el hombre, destacan La Parisien y La Bailarina y se reduce la escala a los frescos-miniatura.



La Parisien

En M.R II se renuncia a los frescos en miniatura y se simplifican los detalles.

Más tarde la técnica y el estilo de la pintura evolucionada de Creta aparecen en diversos puntos del Peloponeso sin antecedentes previos.

Desde el s. XVIII al XV a.C alcanza su máximo esplendor el relieve pintado sobretodo en Cnosos que combina pintura y plástica p.e El príncipe de los Lirios.

En escultura sólo se conocen objetos pequeños y movibles como vasos de esteatita de los que destacan el Vaso del jefe o el Vaso de los pugilistas o las figuras en bulto redondo en sellos particulares.

Como materiales para la escultura se utilizaba el barro, calizas o la loza para representaciones humanas.

Entre las obras más destacadas podemos citar a la Diosa de las serpientes o la Sacerdotisa pertenecientes al M.M II.

En bronce también destaca otra representación de la Diosa de las serpientes.







Ciudad de Akrotiri

En orfebrería destacan las dagas y empuñaduras ricamente adornadas de tipo cruciforme y el gran conocimiento del trabajo de metales como el oro, la plata, el hierro y el cobre con el que se realizaban incrustaciones.

En MM I se tallaba cristal de roca y amatistas en forma de escarabeo y en M.M III con la sustitución de los jeroglíficos por el Lineal A cambian los sellos anteriores con forma lenticular o cilíndrica a sellos con forma de almendra donde se representan escenas de la vida cotidiana.

La cerámica es una de las grandes expresiones artísticas del arte minoico.

En M.A. II las cerámicas tienen una decoración de color oscuro sobre fondo claro con motivos triangulares, la doble hacha y lineados.

Hacia M.A. III la cerámica alcanza su apogeo, se consigue mayor esbeltez en los vasos y la pasta se afina hasta conseguir la llamada cerámica de cáscara de huevo de apenas unos milímetros de espesor y se amplía notablemente la gama de colores utilizados.

Durante el M.M. I aparece el estilo camarés que imita piedras abigarradas con decoraciones brillantes u oscuras en fondos de color mostaza. Se usan motivos lineales y curvilíneos, decoraciones en espirales o motivos vegetales.

Aparece el rithon, un vaso con agujeros para aspersiones rituales con forma de cabeza de toro y se emplea la pasta de barbotina y la loza.

Después del M.M II con la introducción del torno rápido se popularizan los vasos con asas de estribo.

Finalmente en M.M III la cerámica es menos refinada dando paso a un estilo post-camarés que principalmente se dedica al comercio exterior y aparece la cerámica arrugada o rippled ware que intenta imitar las conchas de las tortugas…


Fuentes

Historia de La Cultura Material Del Mundo Clásico Autor: Mar Zarzalejos Prieto y otros Editorial: UNED

Historia de La Grecia Antigua Autor: Juan José Sayas Abengochea Editorial: UNED

Historia antigua universal I Autor: Ana María Vazquez Hoys Editorial: Sanz y Torres

Historia antigua universal II. El mundo griego Autor: Pilar Fernández Uriel Editorial: UNED


Los minoicos, los constructores de la primera civilización avanzada de Europa, eran en realidad europeos, según sugiere una investigación reciente.

La conclusión, publicada el pasado 14 de mayo en la revista Nature Communications, se obtuvo mediante la comparación del ADN de esqueletos minoicos de 4.000 años de antigüedad con material genético de personas que han vivido en Europa y África tanto en el pasado como en la actualidad.

"Ahora sabemos que los fundadores de la primera civilización europea avanzada eran europeos", dijo el co-autor del estudio, George Stamatoyannopoulos (izquierda), especialista en genética humana en la Universidad de Washington. "Ellos fueron muy similares a los europeos del Neolítico y muy similares a los cretenses de hoy en día".

Si bien esto puede sonar muy intuitivo, los resultados desafían la teoría, largamente mantenida, de que los antiguos minoicos provenían de Egipto.

Primera civilización europea
La cultura minoica surgió en Creta, la cual es ahora parte de Grecia, y floreció desde aproximadamente el 2.700 a.C. a 1.420 a.C. Algunos creen que una erupción masiva del volcán Thera, en la isla de Santorini, condenó a la civilización de la Edad de Bronce, mientras que otros sostienen que fueron los invasores micénicos quienes derrocaron a la otrora gran potencia.

                              Foto:  El Minotauro, según George F. Watts

En la actualidad, los minoicos puede que sean más famosos debido al mito del minotauro, una criatura mitad hombre, mitad toro, un ser fabuloso que vivía dentro de un laberinto en Creta.

Cuando el arqueólogo británico, Sir Arthur Evans (izquierda), descubrió el palacio minoico de Knossos, hace más de 100 años, quedó estupefacto por su belleza. También observó una inquietante similitud entre el arte minoico y el arte egipcio, por lo que no creyó que dicha cultura minoica fuera de cosecha propia.

"Es por eso por lo que Evans postulaba que tal civilización procedía de Egipto o Libia", dijo Stamatoyannopoulos a LiveScience.
Pistas genéticas
Para probar esta idea, el equipo de investigación analizó el ADN de antiguos esqueletos minoicos que habían quedado sellados en una cueva de la Meseta de Lassithi, en Creta, hace entre 3.700 y 4.400 años. Entonces compararon el ADN mitocondrial de los esqueletos, el cual que se almacena en los centros energéticos de las células y se transmite a través de la línea materna, con el que se encontraba en una muestra de 135 poblaciones modernas y antiguas de toda Europa y África.



Los investigadores encontraron que los esqueletos minoicos eran genéticamente muy similares a los europeos de hoy en día, y sobre todo muy cercanos a los cretenses de hoy en día, especialmente a los de la Meseta de Lassithi. También eran genéticamente similares a los europeos del Neolítico, pero distintos de las poblaciones de Egipto o Libia.

Las conclusiones argumentan en contra de la hipótesis de Evans, y sugieren que fueron los locales, no expatriados africanos, los que desarrollaron la cultura minoica.

"Fue un período de excitación alrededor del Mediterráneo", por lo que, aunque los minoicos, sin duda, tenían contacto con sus vecinos africanos a través del Mediterráneo, las similitudes artísticas fueron probablemente resultado de los intercambios culturales, subraya Stamatoyannopoulos.
  



Foto: Haplotipos de ADNmt de poblaciones minoicas actuales y antiguas. 
(A) Haplotipo ADNmt minoico HVS-1 compartido con poblaciones modernas o antiguas. (b) Distribución de frecuencias de los 15 haplotipos minoicos compartidos entre los distintos grupos de población moderna y antigua.
¿Lengua antigua?
Los hallazgos sugieren que los antiguos minoicos eran probablemente descendientes de una rama de agricultores de Anatolia (lo que es hoy en día Turquía e Irak), los cuales se desplegaron por Europa hace unos 9.000 años. Si fue así, los minoicos pudieron haber hablado un lenguaje proto-indoeuropeo derivado de una posible habla de los agricultores de Anatolia, según especulan los investigadores.

Saber que la lengua minoica tiene raíces indo-europeas podría ayudar a los arqueólogos a descifrar el misterioso sistema de escritura minoica conocido como Lineal A, dijo Stamatoyannopoulos.

Las teorías prevalecientes sostienen que el minoico era una familia lingüística independiente.

El análisis de ADN de la cueva de Lassithi es una "valiosa contribución", dijo Colin Renfrew (izquierda), arqueólogo del Instituto McDonald para la Investigación Arqueológica de la Universidad de Cambridge, el cual no participó en el estudio.

Sin embargo, para establecer una conexión más clara con la migración de Anatolia, los investigadores deberían haber comparado el ADN minoico con más muestras de ADN de individuos antiguos y modernos de Anatolia, concluyó


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Comentario de un lector del original: 
Interesante. Pero sir Colin Renfrew tiene toda la razón. Lo realmente útil hubiera sido probar que los minoicos eran de origen anatolio, porque lo de Egipto hace décadas que no se tiene realmente en cuenta, y lo que se baraja es Anatolia. 
De hecho, no hay más que ver los precedentes hititas de una tradicionalmente supuesta "creación minoica" como las plantas laberínticas, como las vemos en Beycesultan h. 1800 a.C., y en otros palacios anatólicos.

Por eso extraña el titular, a partir sólo de las lenguas que llamamos "indoeuropeas" y su correspondiente antecesor, el "protoindoeuropeo". Porque ¿hasta qué punto Anatolia, esto es, prácticamente la actual Turquía, sería realmente "europea"? "Anatolé" significa "Levante, Naciente", los griegos mismos llamaban al área "Asia Menor", hoy la llamamos "Próximo Oriente", y Turquía no forma parte de la UE (aunque Chipre, bastante griega y británica, sí lo es, a pesar de su posición geográfica, bastante "turca" en términos geopolíticos).

En resumen: se adivina algo de política tras este estudio y, sobre todo, tras este titular. No ser "africano" no supone ser "europeo", salvo que el interés principal fuera probar lo primero. Porque véase la forma de expresarlo en la noticia: "Las conclusiones argumentan en contra de la hipótesis de Evans, y sugieren que fueron los locales, y no expatriados africanos, los que desarrollaron la cultura minoica". Ahí hubiera debido usarse el término "egipcio", sin duda, que es lo que sostenía Evans hace un siglo. 

Sobre todo si a la postre tampoco esos "locales" eran muy "locales"... esto es, que no sería cierto, como empiezan diciendo, que "Los minoicos, los constructores de la primera civilización avanzada de Europa, eran en realidad europeos..." Se transparenta que éste sería realmente "el éxito" del estudio.
Tiene algún interés, claro, pero también "huele raro", y es una oportunidad perdida.





1 comment:

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    Aven, autor de La Civilización Minoica I y II en www.tierraquebrada.com

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