Es España se hablaba el Iberico ....
Las primeras evidencias de los romances nos muestran una lengua oral plenamente desarrollada que tiene características afines con las lenguas actuales pero que presentan una rotura con el latín: ni la fonética, ni los conectores, ni la sintaxis son latinas. Y, misteriosamente, algunas de estas características son ibéricas.
Mientras se conoce casi todo sobre el latín, la escritura ibérica, que dejó más de dos mil textos epigráficos, se ha ignorado y no forma parte de los estudios filológicos universitarios. Quizá por ello, en pleno siglo XXI, sigue sin descifrar.
Precio: 14 €
Desde que conocí a Carme Jiménez no dejo de preguntarme cómo es posible que hasta ahora no se haya cuestionado nunca que el latín sea la madre de las lenguas románicas. Escucharla a ella es toparse de repente con el sentido común. Aunque Carmen no es la única lingüista que defiende que nuestra lengua no viene del latín, pero al parecer, hay una sordera sistemática del mundo académico ante esta "aparentemente rara" teoría. No es de extrañar, reconocer algo así pondría en evidencia todo nuestra sistema lingüístico y la centenaria creencia en un postulado inicial (que el latín es la lengua madre) que nunca ha llegado a revisarse de manera objetiva.
¿Acaso los habitantes de la península ibérica eran mudos antes de la llegada de los romanos...?
Nos escontramos con algo parecido al engañoso Darwin y la supuesta evolución de las especies. Aquí también nos sigue faltando el "eslabón perdido". Siempre nos han contado que nuestra lengua es fruto de una "degeneración" de la lengua latina en lengua vulgar; por otra parte, término claramente despectivo. Pero hay ya demasiadas evidencias que demuestran que el latín vulgar no existió. De haber existido, deberíamos haber encontrado muchos más "eslabones intermedios" escritos entre ese latín "degenerado" y las lenguas romances. Sin embargo no es así. Esto debería hacernos reflexionar... ¿no creéis?
Carme Jiménez es escritora y filóloga especializada en lingüística, y también, profesora de latín! Sabe muy bien de qué está hablando. Se ha enfrentado al elenco academicista de la gramática histórica por mantener esta teoría, así como por sus investigaciones sobre la lengua ibérica, publicadas en ibers.cat. Pero no ha cejado en el empeño y recién acaba de publicar su investigación en el libro No venimos del latín, en el que nos cuenta una historia gramatical algo diferente...
Su siguiente sueño ahora es crear un equipo multidisciplinar para descifrar definitivamente la lengua ibérica (que ya preexistía aquí desde el s VII a.C. mucho antes de la llegada de los romanos) y con ella, la clave de todo el entramado lingüístico. Os recomiendo no sólo la entrevista, sino también su libro, que a mí me ha fascinado.
ALISH
carmejhuertas.blogspot.com.es/
timefortruth.es
El castellano no viene del Latín
... al menos esto es lo que sostiene Yves Cortez, autor del libro "Le Français ne vient pas du Latin" (Editions L’harmattan 2002). Según este autor francés (filólogo de vocación y creo que periodista de profesión), las lenguas romances actuales no serían herederas del Latín, sino del italiano primitivo que ya hablaban entonces los antiguos romanos. Según su tesis, Roma nace de la fusión de pueblos latinos que hablaban lenguas diversas. De este proceso de fusión cultural surgiría una nueva cultura cuya lengua culta sería el Latín, y cuya lengua coloquial sería una forma primitiva de italiano. Siempre según sus tesis, las lenguas romances actuales no serían descendientes de este primer idioma, el de Cicerón, sino del segundo, el hablado en tabernas y en cuarteles.
Sé que la tesis suena peregrina, pero como en este blog tiene cabida todo lo que esté documentado (y ciertamente esta tesis lo está), aquí os extraigo el prólogo del libro de este caballero:
Prólogo del libro "Le français ne vient pas du latin, essai sur une aberration linguistique" (Yves Cortez, édition L'Harmattan)
Contrariamente a la idea generalmente aceptada, el francés no viene del latín, como tampoco el italiano, el español, el rumano ni ninguna otra lengua romance proviene del latín. He aquí el resumen de la tesis que voy a demostrar.
En los primeros siglos de la historia de Roma, dos pueblos, y por lo tanto dos lenguas, coexistían en el pequeño territorio del Lacio. Un pueblo hablaba latín y el otro hablaba italiano. Estos dos pueblos se fusionaron en uno solo. El italiano se convirtió en la lengua hablada y el latín permaneció como lengua escrita.
De esta manera, desde el siglo II antes de Cristo, los romanos eran bilingües: utilizaban el italiano como lengua hablada y el latín como lengua escrita, y son estas dos lenguas las que ellos aportaron a todas las regiones que conquistaron. Luego de la conquista romana, en Italia, en Francia, en España y en Rumania, los pueblos abandonaron sus lenguas respectivas para adoptar el italiano como lengua hablada y solamente utilizaron el latìn para escribir, tal como lo hacían los romanos...
Es verosímil pensar que los romanos llamaran a su lengua hablada el «romano». Para evitar cualquier confusión con el uso que hoy hacemos de este término, voy a llamar a la lengua hablada por los romanos “italiano antiguo”. Utilizo a propósito este término ya que los romanos no hablaban un latin deformado, llamado en ocasiones “latín vulgar” o “bajo latín”, sino que hablaban sencillamente otra lengua distinta, que no tiene al latín como origen, y que ya era una forma de italiano.
El bilingüismo lengua hablada-lengua escrita no tiene nada de excepcional. Poco antes del comienzo de la era cristiana, en Jerusalén, el hebreo, lengua hablada por los judíos hasta esta época, cede su lugar al arameo, pero guarda su estatus de lengua religiosa y literaria. Los judíos de tiempos de Cristo eran bilingües: hablaban arameo y escribían en hebreo.
Hoy en dia, en los paises árabes, se habla el árabe dialectal y se escribe unicamente en árabe clásico. En la Suiza germánica, la lengua hablada es el suizo germánico y la lengua escrita es el alto alemán. En Quebec, la lengua hablada es rica en palabras provenientes de un vocabulario original, pero el francés utilizado al escribir sigue siendo perfectamente académico. En Africa, en América y en Asia, el bilingüismo lengua hablada-lengua escrita es una realidad cotidiana. Los diferentes pueblos continúan utilizando sus lenguas vernáculas y para escribir utilizan la lengua oficial, generalmente la lengua de los antiguos colonizadores: el español, el francés, el inglés…
La fuerte divergencia entre el latín y las lenguas romances constituye objeto de debate desde hace mucho tiempo entre los latinistas y los lingüistas. En 1940 el lingüista danés Louis Hjelmslev concluía sus investigaciones con estas palabras: “la lengua madre que hemos llegado a reconstruir no es el mismo latín que nos ha sido transmitido por la literatura”. En 1953, el lingüista francés Jean Perrot observa de igual manera que la lengua madre que ha reconstruido a partir de las diferentes lenguas romances “no corresponde al estado del latín que conocemos”. Uno y otro descubren una lengua madre muy diferente del latín pero no se atreven a alejarse del dogma y afirmar que en lugar de “otro latín” se trata simple y llanamente de “otra lengua”.
En 1985 el gran latinista Jozsef Herman reconocía en el congreso internacional de lingüística y filología romanas, delante de un auditorio de letrados venidos del mundo entero: “Nosotros los romanistas, junto con los historiadores de la lengua latina, somos casi los únicos en saber que en lo que concierne al proceso mismo de transformación del latín en lengua romance tenemos mas hipótesis y controversias que certezas […]».
A finales del siglo XX, mientras mas avanzaban las investigaciones, menos se ponían de acuerdo los investigadores en lo que respecta a una explicacion acerca de la transformacion del latín en las lenguas romances. Las dificultades provienen del hecho de que los investigadores se encuentran prisioneros del dogma según el cual las lenguas romances provendrían del latín y se las ingenian para encontrar explicaciones a todas las supuestas transformaciones del latín. Tratan, por tanto, de explicar la desaparición de las declinaciones, del género neutro, de los verbos deponentes, de los adjetivos verbales, y la aparición de los artículos, del pasado perfecto, del condicional… sin lograrlo.
Antoine Meillet, el célebre lingüista francés de comienzos del siglo XX, no aporta sino demostraciones parciales y conclusiones infundadas que ocultan mal sus fórmulas perentorias: “las innovaciones comunes resultan del hecho de que un mecanismo delicado y complejo fue manejado por gente nueva de todo tipo”[1] ¿Cómo es posible que personas provenientes de diferentes horizontes pudiesen provocar las mismas innovaciones lingüísticas? Allí se encuentra un misterio sorprendente. Para Antoine Meillet, la segunda gran explicación reside en el hecho de que el pueblo preferiría la simplicidad: “El deponente es el tipo de complicación inútil en la lengua”. El pueblo, por tanto, se habría deshecho del deponente. Un poco mas lejos afirma: “Al abandonar el neutro, el romano se desembarazó de una categoría lingüística que no significaba ya nada desde hacía mucho tiempo”.
En cuanto al pueblo griego, ellos han mantenido el neutro, lo mismo que los alemanes y los rusos. Antoine Meillet tiene leyes de geometría variable.
Una de dos cosas: o bien permanecemos en el lirismo de Littré que exclamaba en la introduccion de su diccionario: «Para gran sorpresa del erudito, las mutaciones se efectuaron como si un concierto preparado de antemano las hubiese determinado”[2], o bien tratamos de realizar un análisis riguroso y un poco mas científico.
¿Cuáles son las principales objeciones que podemos hacer al origen latino de las lenguas romances?
– ¿Cómo pudo producirse la desaparición de las mismas formas gramaticales en todas las lenguas romances?
– ¿Cómo pudo producirse la aparición de las mismas formas gramaticales en todas las lenguas romances?
– ¿Cómo explicar la desaparicion de las mismas palabras latinas y la aparición des las mismas palabras no latinas en todas las lenguas romances?
– ¿Cómo explicar la desaparición de los adjetivos, de los adverbios, de los verbos latinos más corrientes en todas las lenguas romanas?
– ¿Cómo explicar que tal transformación se haya hecho en poco menos de cuatro siglos, desde la desaparición del Imperio romano hacia el año 450 después de Cristo y la aparición de la lengua romana mencionada en el Concilio de Tours, en el año 813, cuando la estabilidad de las lenguas parecer ser una ley general? Antoine Meillet, con todo, pone en evidencia varias veces esta característica de las lenguas en su libro acerca de la historia de la lengua latina: “lengua de un gran imperio, el latin mantuvo estabilidad por unos 800 años”[3]. Después de 8 siglos de estabilidad, la lengua habría mutado de un golpe a una velocidad vertiginosa al punto de convertirse en algo completamente irreconocible.
Antoine Meillet sí siente que hay allí una curiosidad única del latín, y se las ingenia para encontrar explicaciones a la estabilidad de ciertas lenguas, como lo hace con el turco. “El turco de hoy es el turco de hace mil años, la esquematización rígida de la lengua la preservó de cambios”. ¿Existirá una ley que explique la preservación de las lenguas por medio del esquematismo? Antoine Meillet destaca igualmente que « la estructura del árabe de hoy es aún semejante a la de las lenguas semíticas de hace tres mil años”. Y el que conoce el griego antiguo y el griego moderno no puede sino sorprenderse delante de la asombrosa continuidad del vocabulario y de la gramática griegas a lo largo de 2 500 años. En efecto, las lenguas son predominantemente estables. Entonces, ¿por qué una transformación del latín –¡y vaya transformación!-, en el transcurso de menos de cuatro siglos solamente ?
¿Por qué la lengua latina se inmoviliza, por qué las lenguas romances se asemejan todas entre ellas y son tan distintas del latin ?
Haremos una revisión de todas estas preguntas y voy a esforzarme en realizar una demostración accesible a los no especialistas. Es necesario, sin embargo, mi estimado lector, que usted esté consciente de dos grandes escollos:
En primer lugar, usted no puede escapar al peso del dogma, y le vendrà a la mente sin cesar la misma pregunta: « Pero, ¿cómo es posible que todas las universidades, de todos los países, enseñen el origen latino de las lenguas romanas? ¿Es posible acaso que estén equivocados desde hace tanto tiempo y de manera constante? ¿Y por qué seria un aficionado el que realice este descubrimiento, y no un erudito universitario?”.
Precisamente, no creo que un ministro del templo pudiese al mismo tiempo cuestionar el dogma y la tradición. Vean cómo se autocensuran los lingüistas Jean Perrot y Louis Hjelmslev. Se detienen a mitad de la travesia. No sea timorato. Atrévase a ir hasta el extremo de la logica, cualesquiera que sean sus convicciones anteriores.
El segundo escollo viene de lo que un analisis superficial puede hacer creer, que el latín y las lenguas romances tienen muchos puntos comunes. ¿No querría decir eso que las segundas se engendraron a partir del primero? El alemán y el inglés, lenguas germánicas ambas, son bastante próximas y, sin embargo, el inglés no tiene por lengua madre al alemán; lo mismo ocurre con el ruso y el polaco, por ejemplo.
Los numerosos puntos comunes al latín y a las lenguas romances provienen de su origen comun, el indoeuropeo. A esto se agregan los efectos de una coexistencia de casi 20 siglos entre las lenguas romances habladas y el latín como lengua escrita, al punto de que numerosas palabras romances han sido tomadas como préstamos del latín.
Finalmente, la creencia ciega en un origen latino de las lenguas romances ha conducido a los etimologistas franceses a inventar un origen latino a casi toda palabra. Todos los procedimientos, desde los más ingeniosos hasta los más deshonestos, se ponen al servicio de demostrar una pretendida filiación, sin respeto por ninguna regla científica. Demostraré que el origen indoeuropeo aparece con frecuencia con mucha mayor evidencia, y que es posible imaginar etimologías más racionales. Con seguridad, ustedes deben haber oído miles de veces que la palabra TRABAJO viene del latín “tripalium” (instrumento de tortura), que la palabra ESCLAVO viene de “slavus” (eslavo), o que la palabra FORESTAL viene de “forestis” (exterior). Estas etimologías son infundadas, pero ellas reafirman la idea de un origen latino de las lenguas romances cuando no son otra cosa que el resultado de nuestras divagaciones erróneas.
Alli imagino igualmente su perplejidad. ¿Cómo —me dirán ustedes— es que toda nuestra etimología sería falsa y cuáles son sus títulos para permitirse un cuestionamiento semejante? Ya lo he dicho: no soy hombre del templo. Simplemente, desde hace años he estudiado lingüística y numerosas lenguas, y he descubierto que existía otro camino posible.
Permítame citar a Buda: «No crean en algo simplemente de oidas. No den fe a las tradiciones únicamente porque han sido honradas después de numerosas generaciones. No crean en algo simplemente a partir del testimonio de un sabio de la Antigüedad. No crean en algo porque las probabilidades jueguen a su favor o porque la costumbre nos empuje a tomarlo como cierto. No crean en nada basándose únicamente en la única autoridad de sus maestros o sacerdotes».
Es este precepto el que Copérnico aplicó para considerar otra visión del mundo.
Desháganse de sus ideas preconcebidas, no se pongan en manos de los especialistas, juzguen por ustedes mismos.
Presento a continuación los dos esquemas de filiación de las lenguas romanas. El esquema “antiguo”, el que se enseña en todas las universidades, y el esquema nuevo, el que voy a demostrar en este libro.
En el esquema antiguo, la lengua primitiva, el indoeuropeo0 habría dado origen al latín. Desde la época romana, el latín habría evolucionado hacia un bajo latín, el cual habría dado nacimiento a las lenguas romances.
En el nuevo esquema, que voy a demostrar en este libro, el indoeuropeo habría dado origen al latín, por una parte, y por otra, al italiano antiguo, mucho tiempo antes de la época romana; luego, el italiano antiguo habría dado a luz las diferentes lenguas romances, mientras que el latín no tuvo descendencia.
[1] Antoine Meillet, Esquisse d’une histoire de la langue latine, 1928. Librairie Klincksieck.
[2] Emile Littré, Dictionnaire de la langue française, Librairie Hachette, 1870.
[3] Op. cit.
El francés no viene del latín - versión completa
La versión integral en castellano del libro de Yves Cortez, "Le français ne vient pas du latin", se encuentra en este enlace:
lundi 21 septembre 2009
¿Viene el inglés del francés?
Para los lingüistas españoles ¿Viene el inglés del francés?
Yves Cortez
Algunos lingüistas españoles han criticado mi tesis sin siquiera darse el trabajo de leer mi libro. A continuación, a título de ejemplo, presento el texto producido por uno de ellos que pretende demostrar que el español viene del latín.
No (non) conozco (cognosco) este (iste) nuevo (novus) libro (liber), pero sospecho (suspicor) que la tesis (thesis) no (non) tiene (tenet) mucho (multum) futuro (futurum). Sólo (solum) el enunciado (enuntiatio), salvo (salvo) error (error) u omisión (omissio) periodísticos (in periodicis), de que "El latín (lingua latina) era (erat) una (una) lengua (lingua) muerta (mortua) ya (iam) en (in) el tiempo (tempus) de Augusto (Augusti)... y (et) sólo (solum) era (erat) usada (usa) para la escritura (scriptura) y (et) la redacción (redactio) de documentos (documenta)..." -dice él (dicit ille)-, ya (iam) permite (permittit) ver (videre) que el Señor (senior) Cortez ignora (ignorat) o desprecia (depretiat) los miles (milia) de ejemplos (exempla), escritos (scripti) sobre (super) piedra (petra) o papiro (papyrus), que (qui) demuestran (demonstrant) un (unus) uso (usus) continuo (continuus) de una (una) escritura (scriptura) latina (latina) popular (popularis), espontánea (spontanea) y (et) cotidiana (quotidiana), empezando por las inscripciones (inscriptiones) funerarias (funerariae) más (magis) humildes (humiles), de todos (toti) los cuales (quales) tenemos (tenemus) testimonios (testimonia) durante (durans) todo (totus) el Imperio (imperium) Romano (romanus), y (et) más (magis).
Para mostrar que este « razonamiento» carece de seriedad, he escrito este pequeño texto en inglés lleno de palabras francesas. Se podría concluir de la misma manera tonta que el inglés viene del francés.
I (je) suppose (suppose) you (vous) have (avez) no (non) idea (idèe) regarding ( au regard) the main (maint) linguistical (linguistique) problems (problèmes) . I (je) regret (regrette) you(vous) are unable (inapt) to conceive (concevoir) an (une) other (autre) theory (théorie). Is (est) your (votre) intelligence (intelligence) limited (limitée) ? Drop (dérapez) the lessons (leçons) that you (vous) have (avez) studied (étudié) at (à) the university (université) , open (ouvre) your (vos) eyes (yeux), adopt (adoptez) a (une) new (neuf) mentality (mentalité) . It is (c’est) difficult (difficile) to change (changer) one’s point of view (son point de vue),but my (ma) theory (thèse) gains (gagne) ground in(en) private(privé) circles (cercles).
En vérité ceci illustre la vraie nature des langues romanes. De même que
l’anglais est une langue germanique qui a absorbé de nombreux mots français, les langues romanes sont issues d’un « italien ancien » totalement distinct du latin , qui au contact du latin s’est enrichi de nombreux mots latins, donnant l’illusion aux analystes peu scrupuleux que les langues romanes viennent du latin.
En verdad lo anterior ilustra la verdadera naturaleza de las lenguas romances.
De la misma manera que el inglés es una lengua germánica que ha absorbido numerosas palabras francesas, las lenguas romances provienen de un “italiano antiguo” totalmente distinto del latín, que al contacto del latín se ha visto enriquecido con numerosas palabras latinas, dando la ilusión a los analistas poco cuidadosos que las lenguas romances vienen del latín.
Estimados amigos españoles, sé que el choque es duro para ustedes, pero lean mi libro y descubrirán nuevos horizontes
Cordialmente, Yves Cortez
-----------------------------
El catalán tiene estatus de lengua y hasta debería ser “la lengua universal” de los negocios… y por su sonoridada del sexo y los insultos, si me apuran. JEJE
Chichi Minaj debería cantar sus videoclips mkultra en Catalán.
Me encantaría. Catalán viene de chatellains “habitantes de los castillos”. Algún autor piensa que “español” es una palabra que viene del occitano, que es como el aranés, otra lengua romance muy similar al catalán. Occitanos y vascos tenían corridas de toros.
El origen de la palabra Hispania no se sabe bien, se cre que es del del fenicio, “tierra de conejos” o de i-spn-ya, (Cunchillos, 2000) un término cuyo uso está documentado desde el segundo milenio antes de Cristo, en inscripciones ugaríticas. Viene de spy, “forjar”, “lugar donde se forjan metales”. Pero también puede venir del vasco de “Ezpaña”, según Unamuno o de Izpania según Juan Antonio Moguel, lingüista del siglo XIX. O de Hispalis, según San Isidoro, Sevilla, zona atlante…Hispalo o Hispano eran nombres atlantes que vienen de hijo y nieto de Hércules, es decir nombre de la Atlántida, “De las Columnas de Hércules”, que decía Platón.
Hay que revisar toda la historia del latín, español, catalán y todsas las lenguas, YA QUE NOS HAN ESTAFADO. Los colonizadores mercenarios que expandieron el imperio eran itálicos hablantes de osco y umbríco, dialectos indoeropeos, no latin. Su idioma era un “itálico romano…una gran lengua común románcia que ya existía antes o junto al latín.
Papel, linaje ,dátil, macarra… vienen del catalán , el diccionario de la Real Academia reconoce 350 palabras muy usadas en el castellano que vienen del catalán, como cantimplora, añoranza, orgullo, clavel, pincel, prensa.
El catalán tiene textos en el siglo IX, antes que el castellano que los tiene en el X u XI. Antes entra un camello por el ojo de un aguja que venimos del Latín, antes venimos del Catalán…o de la lengua Madre Atlante de las Romances: lo que yo llamo El Prerrománico Atlante.
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Yves Cortez
Algunos lingüistas españoles han criticado mi tesis sin siquiera darse el trabajo de leer mi libro. A continuación, a título de ejemplo, presento el texto producido por uno de ellos que pretende demostrar que el español viene del latín.
No (non) conozco (cognosco) este (iste) nuevo (novus) libro (liber), pero sospecho (suspicor) que la tesis (thesis) no (non) tiene (tenet) mucho (multum) futuro (futurum). Sólo (solum) el enunciado (enuntiatio), salvo (salvo) error (error) u omisión (omissio) periodísticos (in periodicis), de que "El latín (lingua latina) era (erat) una (una) lengua (lingua) muerta (mortua) ya (iam) en (in) el tiempo (tempus) de Augusto (Augusti)... y (et) sólo (solum) era (erat) usada (usa) para la escritura (scriptura) y (et) la redacción (redactio) de documentos (documenta)..." -dice él (dicit ille)-, ya (iam) permite (permittit) ver (videre) que el Señor (senior) Cortez ignora (ignorat) o desprecia (depretiat) los miles (milia) de ejemplos (exempla), escritos (scripti) sobre (super) piedra (petra) o papiro (papyrus), que (qui) demuestran (demonstrant) un (unus) uso (usus) continuo (continuus) de una (una) escritura (scriptura) latina (latina) popular (popularis), espontánea (spontanea) y (et) cotidiana (quotidiana), empezando por las inscripciones (inscriptiones) funerarias (funerariae) más (magis) humildes (humiles), de todos (toti) los cuales (quales) tenemos (tenemus) testimonios (testimonia) durante (durans) todo (totus) el Imperio (imperium) Romano (romanus), y (et) más (magis).
Para mostrar que este « razonamiento» carece de seriedad, he escrito este pequeño texto en inglés lleno de palabras francesas. Se podría concluir de la misma manera tonta que el inglés viene del francés.
I (je) suppose (suppose) you (vous) have (avez) no (non) idea (idèe) regarding ( au regard) the main (maint) linguistical (linguistique) problems (problèmes) . I (je) regret (regrette) you(vous) are unable (inapt) to conceive (concevoir) an (une) other (autre) theory (théorie). Is (est) your (votre) intelligence (intelligence) limited (limitée) ? Drop (dérapez) the lessons (leçons) that you (vous) have (avez) studied (étudié) at (à) the university (université) , open (ouvre) your (vos) eyes (yeux), adopt (adoptez) a (une) new (neuf) mentality (mentalité) . It is (c’est) difficult (difficile) to change (changer) one’s point of view (son point de vue),but my (ma) theory (thèse) gains (gagne) ground in(en) private(privé) circles (cercles).
En vérité ceci illustre la vraie nature des langues romanes. De même que
l’anglais est une langue germanique qui a absorbé de nombreux mots français, les langues romanes sont issues d’un « italien ancien » totalement distinct du latin , qui au contact du latin s’est enrichi de nombreux mots latins, donnant l’illusion aux analystes peu scrupuleux que les langues romanes viennent du latin.
En verdad lo anterior ilustra la verdadera naturaleza de las lenguas romances.
De la misma manera que el inglés es una lengua germánica que ha absorbido numerosas palabras francesas, las lenguas romances provienen de un “italiano antiguo” totalmente distinto del latín, que al contacto del latín se ha visto enriquecido con numerosas palabras latinas, dando la ilusión a los analistas poco cuidadosos que las lenguas romances vienen del latín.
Estimados amigos españoles, sé que el choque es duro para ustedes, pero lean mi libro y descubrirán nuevos horizontes
Cordialmente, Yves Cortez
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Nos parecemos más al catalán, bella lengua hermana o
hasta madre, que al latín
. Castellano
viene del catalán “Castell. Catalán significa “castellano” y viene del
francés. Prepárate, oh alma cándida, porque todo tu mundo se va a
desmoronar más que el reciente liderezago del Madrid con este alucinante
post.Catalán viene del francés chatlar, chatalain, “los que
habitan los castillos”. Catalunya y Castilla significan “Tierra de
Castillos” y su madre no es el latín. San Vicent del Castellet, frente a
Montserrat, un bello pueblo catalán, fíjate el nombre. Otros dicen (Jaime Oliver) que viene del árabe Qâtilûniya, ciudad de Túnez, “país de los asesinos” (será por los rituales, en todo caso el nombre no es “castellano”) o “Catalaunia”, campos catalaunicos .
El catalán tiene estatus de lengua y hasta debería ser “la lengua universal” de los negocios… y por su sonoridada del sexo y los insultos, si me apuran. JEJE
Chichi Minaj debería cantar sus videoclips mkultra en Catalán.
Me encantaría. Catalán viene de chatellains “habitantes de los castillos”. Algún autor piensa que “español” es una palabra que viene del occitano, que es como el aranés, otra lengua romance muy similar al catalán. Occitanos y vascos tenían corridas de toros.
El origen de la palabra Hispania no se sabe bien, se cre que es del del fenicio, “tierra de conejos” o de i-spn-ya, (Cunchillos, 2000) un término cuyo uso está documentado desde el segundo milenio antes de Cristo, en inscripciones ugaríticas. Viene de spy, “forjar”, “lugar donde se forjan metales”. Pero también puede venir del vasco de “Ezpaña”, según Unamuno o de Izpania según Juan Antonio Moguel, lingüista del siglo XIX. O de Hispalis, según San Isidoro, Sevilla, zona atlante…Hispalo o Hispano eran nombres atlantes que vienen de hijo y nieto de Hércules, es decir nombre de la Atlántida, “De las Columnas de Hércules”, que decía Platón.
Hay que revisar toda la historia del latín, español, catalán y todsas las lenguas, YA QUE NOS HAN ESTAFADO. Los colonizadores mercenarios que expandieron el imperio eran itálicos hablantes de osco y umbríco, dialectos indoeropeos, no latin. Su idioma era un “itálico romano…una gran lengua común románcia que ya existía antes o junto al latín.
Papel, linaje ,dátil, macarra… vienen del catalán , el diccionario de la Real Academia reconoce 350 palabras muy usadas en el castellano que vienen del catalán, como cantimplora, añoranza, orgullo, clavel, pincel, prensa.
El catalán tiene textos en el siglo IX, antes que el castellano que los tiene en el X u XI. Antes entra un camello por el ojo de un aguja que venimos del Latín, antes venimos del Catalán…o de la lengua Madre Atlante de las Romances: lo que yo llamo El Prerrománico Atlante.
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La lenta evolucion de las lenguas (2)
La lenta evolucion de las lenguas (2)
Yves Cortez
La lengua árabe: otra ilustración de la estabilidad de las lenguas
La lengua árabe es una de las mejores ilustraciones de la estabilidad de las lenguas porque nos ofrece la posibilidad de estudiar la evolución a lo largo de un periodo bastante largo. Todo estudioso del árabe que esté en contacto al mismo tiempo con los textos antiguos (principalmente el Corán, escrito hace catorce siglos) y la literatura contemporánea sabe que se pasa de un periodo al otro sin ninguna dificultad. La semejanza es fuerte entre el árabe antiguo y el árabe clásico utilizado hoy, tanto en lo que respecta al vocabulario y la gramática como en lo que respecta a la sintaxis. En lo que se refiere a los dialectos árabes, estos utilizan las mismas palabras de uso corriente que aquellas que se utilizaron en la época del profeta Mahoma.
A modo de ilustración, presento este texto célebre del siglo VII, indicando entre paréntesis la traducción en árabe contemporáneo solamente en los casos en los que se puede considerar que las palabras antiguas ya no se utilizan hoy en día.
« yà maachara Bikr,
hàlikoun maadhouroun khayroun mine farouroun (fàrran),
inna alhadhara là yanjy mina‘lkadari,
wa inna’sabra mine asbàdi addafari (annasri),
almaniya (almaoutou) wa la’daniya,
istikbalou almaoutou khayroun mine instidbàrihi ![1]
Ô peuple de Bikr,
un homme qui est mort au combat est plus respecté qu’un fugitif indemne,
la précaution ne protège pas de la destinée,
la patience est une cause de victoire,
la mort est préférable à la damnation,
accueillir la mort vaut mieux que de lui tourner le dos![2]
El Corán data del siglo VII. El estudio del vocabulario y de la gramática de este libro sagrado muestra una muy fuerte estabilidad de la lengua árabe durante los trece siglos que han transcurrido hasta hoy. Dos frases completas del Corán no difieren en nada del árabe contemporáneo. Ello no ocurre nunca en el caso del latín.
El caso chipriota: ejemplo impactante de la estabilidad de las lenguas
Grecia conservó su lengua durante más de 35 siglos y el caso de Chipre es, en este sentido, una demostración importante.
Un gran conocedor del mundo griego, Jacques Lacarrière, escribe: “Chipre es una isla griega, y por ello entiendo una isla de lengua y cultura griegas desde los tiempos más antiguos. Estos tiempos pueden ser definidos exactamente porque las excavaciones han revelado, en ese sentido, documentos sorprendentes y difíciles de cuestionar. Lo que resalta en ellos es que se hablaba una lengua emparentada con el griego desde la época creto-micénica, es decir, dieciocho siglos antes de Cristo; y que se hablaba una lengua totalmente griega, seis siglos más tarde, con la llegada de los aqueos. A partir de esta fecha y hasta hoy, la lengua y la cultura de Chipre –teniendo en cuenta caracteres locales y dialectales– ya no dejaran de ser las mismas de Grecia.
Lo que me parece notable a través de los hechos expuestos es que Chipre presenta un caso único de una cultura y un territorio helenófonos mientras que, por lo demás, la isla no fue nunca griega ni fue anexada de ninguna manera a Grecia. Agreguemos incluso que, lejos de encontrarse anexada a Grecia, Chipre, por el contrario, nunca dejó, a lo largo de los siglos (con la excepción de dos periodos de relativa independencia, al inicio de los tiempos bizantinos), de ser ocupada, dominada, secuestrada por una serie interminable de conquistadores, muchos de los cuales se instalaron de manera permanente: asirios, egipcios, perso-fenicios, ptolomeos, romanos anteriores a la era cristiana, y posteriormente, a partir de las cruzadas, francos, sarracenos, árabes, venecianos, turcos ( éstos durante varios siglos) y, para terminar, ingleses (que les compraron la isla a los turcos en 1878). Chipre no será libre e independiente hasta tiempos muy recientes, como consecuencia de los acuerdos de Zúrich, en 1959.” [3]
Colin Renfrew, en su libro «El enigma indoeuropeo», indica: «La estabilidad de ciertas lenguas, especialmente el griego, muestra bien que el ritmo de cambio lingüístico puede ser muy lento […] Se entiende con frecuencia el griego micénico tan bien como si se tratara del griego clásico. En algunas frases, la semejanza es tan grande que la transliteración tiene sentido, aún en el griego moderno.»
Ahora bien, la época micénica se sitúa alrededor de treinta y cinco siglos antes de nuestra era. Todos los conocedores del griego antiguo y del griego moderno están de acuerdo en constatar la sorprendente semejanza entre las dos lenguas a pesar de los siglos de distancia, y los especialistas del griego micénico nos dicen que la semejanza se extiende mucho más allá de la época de Pericles. Pero su sorpresa proviene de la idea de que el latín, por el contrario, se habría transformado en las diferentes lenguas romances, y existirían, para ellos, dos tipos de lenguas: las que, a semejanza del griego, se transforman poco o nada, y las que, tal como el latín, se transformaron profundamente. En realidad, no hay dos tipos de lenguas sino sólo uno, ya que la evolución de todas las lenguas es siempre muy lenta. Acabo de dar varios ejemplos definitivos e incontestables de ello.
El caso chipriota muestra una vez más que una lengua sometida a numerosas influencias externas puede permanecer intacta, a pesar de los siglos de supremacía extranjera. Por ello la transformación del latín en “bajo latín” en el contexto de la “pax romana” me parece aún más improbable.
[1] Discours de Bnou Kaçiba Achibàny (VIIe siècle).
[2] Traducción N. Serraj, 2005. «Oh, pueblo de Bikr, un hombre que ha muerto en combate es más respetado que un fugitivo ileso, la precaución no protege del destino, la paciencia es causa de victoria, la muerte es preferible
Yves Cortez
La lengua árabe: otra ilustración de la estabilidad de las lenguas
La lengua árabe es una de las mejores ilustraciones de la estabilidad de las lenguas porque nos ofrece la posibilidad de estudiar la evolución a lo largo de un periodo bastante largo. Todo estudioso del árabe que esté en contacto al mismo tiempo con los textos antiguos (principalmente el Corán, escrito hace catorce siglos) y la literatura contemporánea sabe que se pasa de un periodo al otro sin ninguna dificultad. La semejanza es fuerte entre el árabe antiguo y el árabe clásico utilizado hoy, tanto en lo que respecta al vocabulario y la gramática como en lo que respecta a la sintaxis. En lo que se refiere a los dialectos árabes, estos utilizan las mismas palabras de uso corriente que aquellas que se utilizaron en la época del profeta Mahoma.
A modo de ilustración, presento este texto célebre del siglo VII, indicando entre paréntesis la traducción en árabe contemporáneo solamente en los casos en los que se puede considerar que las palabras antiguas ya no se utilizan hoy en día.
« yà maachara Bikr,
hàlikoun maadhouroun khayroun mine farouroun (fàrran),
inna alhadhara là yanjy mina‘lkadari,
wa inna’sabra mine asbàdi addafari (annasri),
almaniya (almaoutou) wa la’daniya,
istikbalou almaoutou khayroun mine instidbàrihi ![1]
Ô peuple de Bikr,
un homme qui est mort au combat est plus respecté qu’un fugitif indemne,
la précaution ne protège pas de la destinée,
la patience est une cause de victoire,
la mort est préférable à la damnation,
accueillir la mort vaut mieux que de lui tourner le dos![2]
El Corán data del siglo VII. El estudio del vocabulario y de la gramática de este libro sagrado muestra una muy fuerte estabilidad de la lengua árabe durante los trece siglos que han transcurrido hasta hoy. Dos frases completas del Corán no difieren en nada del árabe contemporáneo. Ello no ocurre nunca en el caso del latín.
El caso chipriota: ejemplo impactante de la estabilidad de las lenguas
Grecia conservó su lengua durante más de 35 siglos y el caso de Chipre es, en este sentido, una demostración importante.
Un gran conocedor del mundo griego, Jacques Lacarrière, escribe: “Chipre es una isla griega, y por ello entiendo una isla de lengua y cultura griegas desde los tiempos más antiguos. Estos tiempos pueden ser definidos exactamente porque las excavaciones han revelado, en ese sentido, documentos sorprendentes y difíciles de cuestionar. Lo que resalta en ellos es que se hablaba una lengua emparentada con el griego desde la época creto-micénica, es decir, dieciocho siglos antes de Cristo; y que se hablaba una lengua totalmente griega, seis siglos más tarde, con la llegada de los aqueos. A partir de esta fecha y hasta hoy, la lengua y la cultura de Chipre –teniendo en cuenta caracteres locales y dialectales– ya no dejaran de ser las mismas de Grecia.
Lo que me parece notable a través de los hechos expuestos es que Chipre presenta un caso único de una cultura y un territorio helenófonos mientras que, por lo demás, la isla no fue nunca griega ni fue anexada de ninguna manera a Grecia. Agreguemos incluso que, lejos de encontrarse anexada a Grecia, Chipre, por el contrario, nunca dejó, a lo largo de los siglos (con la excepción de dos periodos de relativa independencia, al inicio de los tiempos bizantinos), de ser ocupada, dominada, secuestrada por una serie interminable de conquistadores, muchos de los cuales se instalaron de manera permanente: asirios, egipcios, perso-fenicios, ptolomeos, romanos anteriores a la era cristiana, y posteriormente, a partir de las cruzadas, francos, sarracenos, árabes, venecianos, turcos ( éstos durante varios siglos) y, para terminar, ingleses (que les compraron la isla a los turcos en 1878). Chipre no será libre e independiente hasta tiempos muy recientes, como consecuencia de los acuerdos de Zúrich, en 1959.” [3]
Colin Renfrew, en su libro «El enigma indoeuropeo», indica: «La estabilidad de ciertas lenguas, especialmente el griego, muestra bien que el ritmo de cambio lingüístico puede ser muy lento […] Se entiende con frecuencia el griego micénico tan bien como si se tratara del griego clásico. En algunas frases, la semejanza es tan grande que la transliteración tiene sentido, aún en el griego moderno.»
Ahora bien, la época micénica se sitúa alrededor de treinta y cinco siglos antes de nuestra era. Todos los conocedores del griego antiguo y del griego moderno están de acuerdo en constatar la sorprendente semejanza entre las dos lenguas a pesar de los siglos de distancia, y los especialistas del griego micénico nos dicen que la semejanza se extiende mucho más allá de la época de Pericles. Pero su sorpresa proviene de la idea de que el latín, por el contrario, se habría transformado en las diferentes lenguas romances, y existirían, para ellos, dos tipos de lenguas: las que, a semejanza del griego, se transforman poco o nada, y las que, tal como el latín, se transformaron profundamente. En realidad, no hay dos tipos de lenguas sino sólo uno, ya que la evolución de todas las lenguas es siempre muy lenta. Acabo de dar varios ejemplos definitivos e incontestables de ello.
El caso chipriota muestra una vez más que una lengua sometida a numerosas influencias externas puede permanecer intacta, a pesar de los siglos de supremacía extranjera. Por ello la transformación del latín en “bajo latín” en el contexto de la “pax romana” me parece aún más improbable.
[1] Discours de Bnou Kaçiba Achibàny (VIIe siècle).
[2] Traducción N. Serraj, 2005. «Oh, pueblo de Bikr, un hombre que ha muerto en combate es más respetado que un fugitivo ileso, la precaución no protege del destino, la paciencia es causa de victoria, la muerte es preferible
La lenta evolucion de las lenguas
La lenta evolución de las lenguas
Yves Cortez
La resistencia a causa de la inercia colectiva
Es, de todas las instituciones,
La que menos se ofrece a tomar la iniciativa
Ferdinand de Saussure
Cours de linguistique générale (1910)
Acabamos de tomar la medida de la diferencia entre el latín clásico y las lenguas romances. Es enorme. Pero lo más sorprendente es la suposición de que esta transformación se produjo en un tiempo relativamente corto.
Se afirma que la transformación del latín en lengua romance tuvo lugar en un espacio de seis siglos aproximadamente. J. Marozeau[1] resume la tesis generalmente aceptada para el caso del francés: “El latín, lengua del conquistador, progresa sobre las rutas de la colonización, expandido o impuesto por los soldados, los funcionarios, los comerciantes, los colonos, y elimina, poco a poco, los hablares autóctonos, especialmente el galo; pero desde el siglo III, y sobre todo en el siglo V, el latín se topó con las lenguas traídas por las invasiones germánicas. La acción de estos aportes, unida a los sustratos locales, precipita la evolución del latín, y desde el inicio del siglo IX la lengua que se denominaba “lingua romana rustica” presenta las características esenciales de lo que será el francés.” El mismo razonamiento se aplica para los casos de todas las otras lenguas romances. Para Antoine Meillet, “el latín mantuvo estabilidad durante unos ochocientos años. Cuando la unidad de la lengua hablada comenzó a romperse, del siglo III al siglo X, permaneció la unidad de la lengua escrita”[2]. La transformación del latín comenzó supuestamente entre los siglos III y IV, según los autores, culminando entre los siglos IX y X.
Es en este espacio de tiempo, demasiado corto, que el latín fue completamente transformado. Una evolución semejante constituiría un caso absolutamente excepcional en la historia de las lenguas, y aporto pruebas de ello por medio del análisis de las lenguas cuya evolución podemos seguir a través de numerosos siglos. Ustedes constatarán la extraordinaria constancia de estas lenguas a través del tiempo. Bastan unos cuantos días de estudio a un francés o a un italiano para aprehender textos viejos con ocho siglos de antigüedad. ¿Qué italiano culto tiene problemas para leer a Dante o a Bocaccio, escritores del siglo XIV? Un lector árabe no tiene ninguna dificultad para pasar de la lectura del Corán a los textos escritos en árabe clásico moderno. En cuanto al griego antiguo, con una antigüedad de veinticinco siglos, es necesario indudablemente un cierto aprendizaje para un griego de hoy, pero la continuidad es tal que la dificultad no es insuperable.
Estimado lector: usted sabe seguramente cuán difícil es, a la inversa, descifrar el más pequeño texto latino, aún después de años de estudio.
Yves Cortez
La resistencia a causa de la inercia colectiva
Es, de todas las instituciones,
La que menos se ofrece a tomar la iniciativa
Ferdinand de Saussure
Cours de linguistique générale (1910)
Acabamos de tomar la medida de la diferencia entre el latín clásico y las lenguas romances. Es enorme. Pero lo más sorprendente es la suposición de que esta transformación se produjo en un tiempo relativamente corto.
Se afirma que la transformación del latín en lengua romance tuvo lugar en un espacio de seis siglos aproximadamente. J. Marozeau[1] resume la tesis generalmente aceptada para el caso del francés: “El latín, lengua del conquistador, progresa sobre las rutas de la colonización, expandido o impuesto por los soldados, los funcionarios, los comerciantes, los colonos, y elimina, poco a poco, los hablares autóctonos, especialmente el galo; pero desde el siglo III, y sobre todo en el siglo V, el latín se topó con las lenguas traídas por las invasiones germánicas. La acción de estos aportes, unida a los sustratos locales, precipita la evolución del latín, y desde el inicio del siglo IX la lengua que se denominaba “lingua romana rustica” presenta las características esenciales de lo que será el francés.” El mismo razonamiento se aplica para los casos de todas las otras lenguas romances. Para Antoine Meillet, “el latín mantuvo estabilidad durante unos ochocientos años. Cuando la unidad de la lengua hablada comenzó a romperse, del siglo III al siglo X, permaneció la unidad de la lengua escrita”[2]. La transformación del latín comenzó supuestamente entre los siglos III y IV, según los autores, culminando entre los siglos IX y X.
Es en este espacio de tiempo, demasiado corto, que el latín fue completamente transformado. Una evolución semejante constituiría un caso absolutamente excepcional en la historia de las lenguas, y aporto pruebas de ello por medio del análisis de las lenguas cuya evolución podemos seguir a través de numerosos siglos. Ustedes constatarán la extraordinaria constancia de estas lenguas a través del tiempo. Bastan unos cuantos días de estudio a un francés o a un italiano para aprehender textos viejos con ocho siglos de antigüedad. ¿Qué italiano culto tiene problemas para leer a Dante o a Bocaccio, escritores del siglo XIV? Un lector árabe no tiene ninguna dificultad para pasar de la lectura del Corán a los textos escritos en árabe clásico moderno. En cuanto al griego antiguo, con una antigüedad de veinticinco siglos, es necesario indudablemente un cierto aprendizaje para un griego de hoy, pero la continuidad es tal que la dificultad no es insuperable.
Estimado lector: usted sabe seguramente cuán difícil es, a la inversa, descifrar el más pequeño texto latino, aún después de años de estudio.
Además,
antes de que usted comience a discutir por las diferencias menores que
usted encontrará entre textos antiguos de lenguas diferentes y su
traducción en lengua contemporánea, le propongo la lectura de dos textos
latinos, extraídos de una excelente obra que le recomiendo leer, en
latín o en su lengua, De natura rerum, de Lucrecio. Le doy la traducción
del primero, y en cuanto al segundo, le dejo el pasatiempo de
descifrarlo: ¡tan cercanos parecen ser el latín y las lenguas romances!
De esta manera, usted se encontrará mejor preparado para la lectura de
los textos que se encuentran a continuación en francés antiguo, en
inglés antiguo, en italiano antiguo y en árabe antiguo.
«Inter enim cursant primordia principiorum motibus inter se, nihil ut secernier unum possit, nec spatio fieri divisa potestas : sed quasi multae vis unius corporis existant.»
«Los àtomos en su movimiento se entrecruzan al punto de que es imposible aislar uno solo y localizar cada una de sus propiedades, las cuales son, al contrario, como propiedades múltiples de un solo cuerpo.»[3]
En cuanto al segundo texto, para facilitar su comprensión, señalo que trata de explicar los movimientos de la luna. Buena suerte…
«Denique cur nequeat semper nova luna creari ordine formarum certo certisque figuris inque dies privos aborisci quaeque creata atque alia illius reparari in parte locoque.»
No, no, no pase tan rápido por ese texto. No es hebreo. Es latín. Usted lo sabe muy bien: la lengua madre de todas las lenguas romances. ¿Cómo? ¿No comprende nada? Eh, bueno, entonces pase ahora a la lectura de textos antiguos.
«Inter enim cursant primordia principiorum motibus inter se, nihil ut secernier unum possit, nec spatio fieri divisa potestas : sed quasi multae vis unius corporis existant.»
«Los àtomos en su movimiento se entrecruzan al punto de que es imposible aislar uno solo y localizar cada una de sus propiedades, las cuales son, al contrario, como propiedades múltiples de un solo cuerpo.»[3]
En cuanto al segundo texto, para facilitar su comprensión, señalo que trata de explicar los movimientos de la luna. Buena suerte…
«Denique cur nequeat semper nova luna creari ordine formarum certo certisque figuris inque dies privos aborisci quaeque creata atque alia illius reparari in parte locoque.»
No, no, no pase tan rápido por ese texto. No es hebreo. Es latín. Usted lo sabe muy bien: la lengua madre de todas las lenguas romances. ¿Cómo? ¿No comprende nada? Eh, bueno, entonces pase ahora a la lectura de textos antiguos.
Del francés antiguo al francés moderno: un contra-ejemplo
En
ocasiones se oye a los padres decir que sus hijos no hablan la misma
lengua que ellos. ¡Tonterías! No quedarán sino fruslerías del verlan[4]
y de la jerga estudiantil o de la jerga de los suburbios. Tenemos una
visión deformada sobre nuestro vocabulario y pensamos que nuestra propia
jerga es de creación reciente cuando en realidad viene, como todo lo
demás, de nuestro propio vocabulario desde los tiempos más antiguos[5].
René Etiemble escribió, hace unos cuarenta años, un panfleto[6]
con el objetivo de denunciar la invasión del vocabulario inglés en la
lengua francesa. Su libro quería demostrar que el inglés ganaba campo en
todos los terrenos, y que el francés se encontraba amenazado de
transformarse en inglés. Es cierto que hubo, después de la guerra, un
cierto efecto de moda en la época en la que los franceses descubrían el
jazz, los blue jeans, las gomas de mascar[7].
Pero se constata hoy en día que cientos de palabras inglesas citadas
por Etiemble ya casi no se utilizan. Cito, entre otras, las siguientes:
back-ground, living-room, lunch, garden-party, feed-back, businessman,
pick-up, corned-beef, duffle-coat, pin-up… Todas estas palabras son o
bien desconocidas de las jóvenes generaciones o bien consideradas en
desuso. Es el principio de la “inercia lingüística” enunciado por
Ferdinand de Saussure lo que entra a operar aquí. Una palabra no
subsiste si no es comprendida y aceptada por la mayoría de los
hablantes.
Toda innovación era cribada por la
práctica y se topaba con la capacidad de absorción de la inmensa
mayoría. Es por esta razón que, en la mayor parte de los casos, las
jergas quedaron acantonadas en pequeñas comunidades. Les invito a leer
La méthode de Mimile[8]
que supuesta nos presenta la jerga francesa. Este libro es
incomprensible ya que contiene palabras y expresiones propias de un
medio marginal. La jerga del “método Mimile” no se propagó, no más de lo
que sobrevivirá el verlan, del cual no se comprenden sino muy pocas
palabras.
Testigo de la evolución del francés en más de tres siglos, este texto de Molière, extraído de El Avaro, escrito en 1668, en la época del rey Luis XIV:
« ÉLISE : [...] Qui est celle que vous aimez ?
CLÉANTE : Une jeune personne qui loge depuis peu en ces quartiers, et qui semble être faite pour donner l’amour à tous ceux qui la voient. La nature, ma sœur, n’a rien formé de plus aimable. Elle se nomme Marianne et vit sous la conduite d’une bonne femme de mère qui est presque toujours malade, et pour qui cette aimable fille a des sentiments d’amitié qui ne sont pas imaginables. Elle la sert, la plaint, et la console avec une tendresse qui vous toucherait l’âme… »
He allí un texto que tiene más de tres siglos y cuya lengua no difiere del francés contemporáneo más que por algunos cambios de vocabulario mínimos. Lo mismo puede decirse de todo el texto de esta pieza, escrita en prosa. Se puede afirmar que los franceses del siglo XXI se expresan, con pequeñísimas diferencias, como los franceses del siglo XVII.
He aquí ahora dos textos de Rabelais de cinco siglos de antigüedad.
Francés antiguo: En esté je ne sçay quel vent courra; mais je sçay bien qu’il doibt faire chault et régner vent marin. Toutefois si autrement arrive, pourtant ne fauldra renier Dieu.[9]
Francés moderno: En été je ne sais quel vent soufflera; mais je sais bien qu’il fera chaud et que règnera le vent marin. Toutefois, si cela se passe autrement, il ne faudra pas pour autant renier Dieu. (La traducción es mía: ¡ya que yo hablo de manera fluida el francés antiguo!)
Segundo texto de Rabelais:
Francés antiguo: « Ceste année les aveugles ne verront que bien peu, les sourdz oyront assez mal, les muetz ne parleront guieres, les riches se porteront un peu mieux que les pauvres, et les sains mieux que les malades. »[10]
Francés moderno: «Cette année les aveugles ne verront que bien peu, les sourds entendront assez mal, les muets ne parleront guère, les riches se porteront un peu mieux que les pauvres et les bien-portants mieux que les malades».
La ortografía, aún sin codificar, hace que la lectura de los textos de esta época sea difícil. Pero si se adopta una transcripción moderna, la lengua se nos presenta como sorprendentemente estable.
Por supuesto: después de cinco siglos, el vocabulario se ha enriquecido considerablemente debido a la evolución de la sociedad en los terrenos sociales, políticos y económicos, pero no se transformaron ni el vocabulario de base ni la estructura profunda de la lengua.
Testigo de la evolución del francés en más de tres siglos, este texto de Molière, extraído de El Avaro, escrito en 1668, en la época del rey Luis XIV:
« ÉLISE : [...] Qui est celle que vous aimez ?
CLÉANTE : Une jeune personne qui loge depuis peu en ces quartiers, et qui semble être faite pour donner l’amour à tous ceux qui la voient. La nature, ma sœur, n’a rien formé de plus aimable. Elle se nomme Marianne et vit sous la conduite d’une bonne femme de mère qui est presque toujours malade, et pour qui cette aimable fille a des sentiments d’amitié qui ne sont pas imaginables. Elle la sert, la plaint, et la console avec une tendresse qui vous toucherait l’âme… »
He allí un texto que tiene más de tres siglos y cuya lengua no difiere del francés contemporáneo más que por algunos cambios de vocabulario mínimos. Lo mismo puede decirse de todo el texto de esta pieza, escrita en prosa. Se puede afirmar que los franceses del siglo XXI se expresan, con pequeñísimas diferencias, como los franceses del siglo XVII.
He aquí ahora dos textos de Rabelais de cinco siglos de antigüedad.
Francés antiguo: En esté je ne sçay quel vent courra; mais je sçay bien qu’il doibt faire chault et régner vent marin. Toutefois si autrement arrive, pourtant ne fauldra renier Dieu.[9]
Francés moderno: En été je ne sais quel vent soufflera; mais je sais bien qu’il fera chaud et que règnera le vent marin. Toutefois, si cela se passe autrement, il ne faudra pas pour autant renier Dieu. (La traducción es mía: ¡ya que yo hablo de manera fluida el francés antiguo!)
Segundo texto de Rabelais:
Francés antiguo: « Ceste année les aveugles ne verront que bien peu, les sourdz oyront assez mal, les muetz ne parleront guieres, les riches se porteront un peu mieux que les pauvres, et les sains mieux que les malades. »[10]
Francés moderno: «Cette année les aveugles ne verront que bien peu, les sourds entendront assez mal, les muets ne parleront guère, les riches se porteront un peu mieux que les pauvres et les bien-portants mieux que les malades».
La ortografía, aún sin codificar, hace que la lectura de los textos de esta época sea difícil. Pero si se adopta una transcripción moderna, la lengua se nos presenta como sorprendentemente estable.
Por supuesto: después de cinco siglos, el vocabulario se ha enriquecido considerablemente debido a la evolución de la sociedad en los terrenos sociales, políticos y económicos, pero no se transformaron ni el vocabulario de base ni la estructura profunda de la lengua.
Más antiguo aún, este texto de ochocientos de edad extraído de la novela Eneas (hacia el año 1 200).
« … celui qui m’en fist don comme fole l’ai tant amé. Sor ces dras voil fenir ma vie et sor le lit ou fui honie. »
El cual traduzco en francés moderno de la manera siguiente : «… celui qui m’en fit don, comme une folle, je l’ai tant aimé. Sur ces draps, je veux finir ma vie et sur le lit où je fus honnie.»
La lectura de un texto del fin del siglo XII es, por supuesto, difícil, en primer lugar porque la ortografía no ha sido fijada aún, como lo vemos en este mismo texto en el que VEUT se escribe a veces VELT para acercarse artificialmente del latín como VOIL. A eso se añaden los inevitables cambios de vocabulario, pero las distorsiones no tocan jamás los elementos fundamentales de la gramática.
« … celui qui m’en fist don comme fole l’ai tant amé. Sor ces dras voil fenir ma vie et sor le lit ou fui honie. »
El cual traduzco en francés moderno de la manera siguiente : «… celui qui m’en fit don, comme une folle, je l’ai tant aimé. Sur ces draps, je veux finir ma vie et sur le lit où je fus honnie.»
La lectura de un texto del fin del siglo XII es, por supuesto, difícil, en primer lugar porque la ortografía no ha sido fijada aún, como lo vemos en este mismo texto en el que VEUT se escribe a veces VELT para acercarse artificialmente del latín como VOIL. A eso se añaden los inevitables cambios de vocabulario, pero las distorsiones no tocan jamás los elementos fundamentales de la gramática.
En este
extracto de la Chanson de Roland, me limité a modernizar la ortografía,
sin invertir el orden de las palabras ni cambiar ninguna de ellas.
Le roi masile eut fini son conseil
dit a ses hommes : « Seigneurs, vous en irez,
branches d’olive en vos mains porterez
si me direz a charlemagne, au roi,
pour le sien dieu qu’il ait merci de moi,
ains ne verra passer ce premier mois
que je l’suivrai od mil de mes fideles. »[11]
Estos textos nos hacen remontar en el tiempo más de ochocientos años. Ahora bien, dejando de lado la ortografía, no tenemos prácticamente ninguna dificultad de comprensión, excepto por algunos giros y expresiones que ya no se utilizan. En los dos últimos textos, aunque muy antiguos, no hay ninguna innovación en el plano gramatical, ninguna transformación de la sintaxis y, en resumen, nada parecido al abismo que existe entre la lengua clásica latina y las lenguas romances.
Le roi masile eut fini son conseil
dit a ses hommes : « Seigneurs, vous en irez,
branches d’olive en vos mains porterez
si me direz a charlemagne, au roi,
pour le sien dieu qu’il ait merci de moi,
ains ne verra passer ce premier mois
que je l’suivrai od mil de mes fideles. »[11]
Estos textos nos hacen remontar en el tiempo más de ochocientos años. Ahora bien, dejando de lado la ortografía, no tenemos prácticamente ninguna dificultad de comprensión, excepto por algunos giros y expresiones que ya no se utilizan. En los dos últimos textos, aunque muy antiguos, no hay ninguna innovación en el plano gramatical, ninguna transformación de la sintaxis y, en resumen, nada parecido al abismo que existe entre la lengua clásica latina y las lenguas romances.
Mi
propósito no es entrar aquí en el detalle de las evoluciones del
francés antiguo al francés contemporáneo, sino de subrayar la
extraordinaria estabilidad de la lengua. De allí mi escepticismo sobre
una supuesta trasformación radical del latín en el espacio de apenas
unos cuantos siglos.
Del inglés antiguo al inglés moderno, segundo contraejemplo
Reproduzco ahora un texto del poeta inglés Chaucer[12] escrito alrededor de 1390, y doy la traducción en inglés moderno línea por línea.
Whan that Aprille with hise shoures soote
When April with its sweet showers
the droghte of March hath perced to the roote
the drought of March has pierced to the root
and bathed every veyne in swich licour
and bathed every vein in such liquid
of wich vertu engendred is the flour.
from which strength the flower is engendered
Dejando de lado la ortografía, que no se ha estabilizado aún, se observa que los últimos seis siglos no han alterado mucho el inglés hablado en la época de Chaucer. Si colocamos de lado los giros y expresiones propiamente poéticos, notamos una cuasi estabilidad de la lengua. Un siglo más tarde, a finales del siglo XVI, se normalizó la ortografía y la continuidad lingüística aparece de manera más contundente. « To be or not to be, that is the question » no tiene ni una sola arruga después de cinco siglos, como tampoco ninguno de los grandes textos de Shakespeare.
Whan that Aprille with hise shoures soote
When April with its sweet showers
the droghte of March hath perced to the roote
the drought of March has pierced to the root
and bathed every veyne in swich licour
and bathed every vein in such liquid
of wich vertu engendred is the flour.
from which strength the flower is engendered
Dejando de lado la ortografía, que no se ha estabilizado aún, se observa que los últimos seis siglos no han alterado mucho el inglés hablado en la época de Chaucer. Si colocamos de lado los giros y expresiones propiamente poéticos, notamos una cuasi estabilidad de la lengua. Un siglo más tarde, a finales del siglo XVI, se normalizó la ortografía y la continuidad lingüística aparece de manera más contundente. « To be or not to be, that is the question » no tiene ni una sola arruga después de cinco siglos, como tampoco ninguno de los grandes textos de Shakespeare.
El ejemplo fulgurante del italiano antiguo
He aquí ahora el celebérrimo texto de Dante, extraído de la «Divina Comedia».
Nel mezzo del cammin di nostra vita mi ritrovai per una selva oscura, ché la diritta via era smarrita. Ahi quanto a dir qual era è cosa dura, esta selva selvaggia e aspra e forte che nel pensier rinova la paura ! Tant'è amara che poco è più morte ; ma per trattar del ben ch'i' vi trovai, dir'o de l'altre cose ch'i' v'ho scorte. Io non so ben ridir com'i' v'entrai: tant'era pien di sonno a quel punto che la verace via abbandonai.[13]
Traducción en italiano contemporáneo:
Nel mezzo del cammino di nostra vita
Mi ritrovai per una selva oscura,
perché la dritta via era smarrita.
Ahi, quanto a dire quale era è cosa dura,
questa selva selvaggia e aspra e forte
che nel pensiero rinnova la paura!
Tanto è amara che poco più è morte;
ma per trattare del bene che io vi trovai,
dirò delle altre cose che vi ho scorte.
Io non so ben ridire come vi entrai:
tanto era piena di sonno a quel punto
che la vera via abbondai.[14]
El italiano no constituye la excepción a la regla de la estabilidad de las lenguas en el tiempo, como lo muestra toda la obra de Dante. Cuando comparamos un texto de Dante de 1300 y su traducción en italiano contemporáneo se puede constatar el muy pequeño desfase entre los dos textos en el plano del vocabulario. En cuanto a la sintaxis y a la gramática, ¡no hay ni una sola diferencia en siete siglos!
Lo más sorprendente es constatar que remontándonos hacia atrás siete siglos no nos acercamos en nada al latín. Hacemos la misma constatación cuando estudiamos el francés antiguo. Ahora bien, si el latín se hubiese transformado en las diferentes lenguas romances, no lo habría podido hacer sino gradualmente y deberíamos encontrar los rastros del latín bajo una forma u otra. ¡Nada de eso!
Si en los siete siglos que acaban de transcurrir no hubo casi ninguna transformación del italiano, es evidente que el italiano hablado hace 20 siglos, es decir, durante la época de la Roma conquistadora, era —con pocas diferencias— el mismo que se habla hoy en día.
Comprendemos mejor por qué todas las lenguas romances, desde Rumania hasta Portugal, se asemejan tanto.
Si de manera general las lenguas evolucionan poco, el italiano casi no evoluciona, porque, a diferencia de las otras lenguas, se había estabilizado desde hacía numerosos siglos.
[1] J. Marouzeau, Du latin au français, Les belles lettres, 1957.
[2] Antoine Meillet, Esquisse d’une histoire de la langue latine, librairie Klincksieck, 1985.
[3] Traducción de Henri Clouard, Librairie Garnier-frères, 1939.
[4] El autor se refiere a un hábito particular del habla francesa en cierta jerga que consiste en invertir el orden fonético de las sílabas en una palabra, (similar al vesre utilizado en el español rioplatense). El nombre mismo verlan es la inversión de l’envers (al revés) (Nota del traductor).
[5] Le français que l’on parle, Yves Cortez, l’Harmattan, 2002.
[6] Parlez-vous franglais ?, Étiemble, Gallimard, 1964.
[7] “Goma de mascar” se dice chewing gum en… ¡francés! (Nota del traductor)..
[8] La méthode à Mimile, Alphonse Boudard y Luc Étienne, Éditions du Rocher, 1998.
[9] Pantagruélienne pronostication, 1532.
[10] Ibid.
[11] La Chanson de Roland, escrita en 1050, pero reescrita quizá en 1200.
[12] Geoffrey Chaucer, The Canterbury Tales, 1390, en The english language, David Crystal, Penguin books, 1988.
[13] Dante, La Divina Comedia, escrita alrededor de 1300.
[14] Traduction Chapman, 2005.
Excelente artículo, has derrumbado un mito que el sistema nos ha colado, siempre estuve dudando sobre la semejanza del Latín con el Español, de hecho los historiadores siempre nos han mentido de que el Latín es muy anterior al Italiano Antiguo, cosa que es falsa.
Soy un gran apasionado de la Filología, y actualmente estoy investigando la antigua lengua Cretense, Glozel, Vinca, Bereber Antiguo, Protosumerio y el Ibérico, y realizar un informe donde se muestre las similitudes casi exactas entre estos lenguajes.
Posiblemente hayan más en el propio desierto de Sahara, ya que en la antigüedad era un paraiso habitable y muchas de esas tribus, se dispersaron al resto del mundo.
Sería bueno un artículo sobre los lenguajes más antiguos del mundo que se conocen hasta ahora.
Yo leí que en China, hay un lugar llamado Damaidi donde descubrieron unos petroglifos que datan del VIII Milenio A.C. ???
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En 1999 cayó en mis manos un libro titulado Los Nombres de Europa, publicado por el escritor y filólogo Alberto Porlán.
Su lectura me dejó una profunda impresión y una extraña sensación de asombro que todavía hoy, más de 10 años después, no me puedo sacudir de encima. La razón está en la sorprendente teoría expuesta en el libro que, según confesaría más tarde su autor, dejó perplejos a muchos estudiosos y expertos filólogos e historiadores. En cualquier caso el libro no tuvo mucho éxito y hoy es dificil rastrearlo en internet. No obstante he encontrado una interesante entrevista en El País, concedida a Alejandro Luque en enero de 1999 y una reseña apasionada escrita por Sifgrido Samet Letichevsky en el número 35 de El Catoblepas, en enero de 2005. Por cierto que ésta reseña es muy interesante porque el señor Letichevsky contactó y se entrevistó directamente con Alberto Porlán antes de escribirla. A continuación entrelazaré fragmentos completos de esta reseña con la entrevista del País y mis propias impresiones.
La teoría principal de Los Nombres de Europa es que en nuestro
continente los topónimos, los nombres de los pueblos, ciudades, ríos,
montes, etc., no se distribuyen al azar, ni son fruto del capricho de
los pobladores venidos de muy lejos a lo largo de los siglos. Al
contrario, forman parte de un sistema primigenio de ordenación cuyo recuerdo se había perdido ya en los comienzos de la Historia escrita.
Asturias——-Vaud (Suiza)
Lozana———Lausanne
Libardón—— -Yverdon
Sevares——- -Siviriez
Arnicio——- -Arnés
Pendás——- -Penthaz
Zardón——- -Chardonne
Bobia——— Vevey
Ercina——- – Orzens
Melendreras– – Mollendruz
Bulnes——- -Baulmes
San Román—–Romont
Cabranes—— Chavornay
Nel mezzo del cammin di nostra vita mi ritrovai per una selva oscura, ché la diritta via era smarrita. Ahi quanto a dir qual era è cosa dura, esta selva selvaggia e aspra e forte che nel pensier rinova la paura ! Tant'è amara che poco è più morte ; ma per trattar del ben ch'i' vi trovai, dir'o de l'altre cose ch'i' v'ho scorte. Io non so ben ridir com'i' v'entrai: tant'era pien di sonno a quel punto che la verace via abbandonai.[13]
Traducción en italiano contemporáneo:
Nel mezzo del cammino di nostra vita
Mi ritrovai per una selva oscura,
perché la dritta via era smarrita.
Ahi, quanto a dire quale era è cosa dura,
questa selva selvaggia e aspra e forte
che nel pensiero rinnova la paura!
Tanto è amara che poco più è morte;
ma per trattare del bene che io vi trovai,
dirò delle altre cose che vi ho scorte.
Io non so ben ridire come vi entrai:
tanto era piena di sonno a quel punto
che la vera via abbondai.[14]
El italiano no constituye la excepción a la regla de la estabilidad de las lenguas en el tiempo, como lo muestra toda la obra de Dante. Cuando comparamos un texto de Dante de 1300 y su traducción en italiano contemporáneo se puede constatar el muy pequeño desfase entre los dos textos en el plano del vocabulario. En cuanto a la sintaxis y a la gramática, ¡no hay ni una sola diferencia en siete siglos!
Lo más sorprendente es constatar que remontándonos hacia atrás siete siglos no nos acercamos en nada al latín. Hacemos la misma constatación cuando estudiamos el francés antiguo. Ahora bien, si el latín se hubiese transformado en las diferentes lenguas romances, no lo habría podido hacer sino gradualmente y deberíamos encontrar los rastros del latín bajo una forma u otra. ¡Nada de eso!
Si en los siete siglos que acaban de transcurrir no hubo casi ninguna transformación del italiano, es evidente que el italiano hablado hace 20 siglos, es decir, durante la época de la Roma conquistadora, era —con pocas diferencias— el mismo que se habla hoy en día.
Comprendemos mejor por qué todas las lenguas romances, desde Rumania hasta Portugal, se asemejan tanto.
Si de manera general las lenguas evolucionan poco, el italiano casi no evoluciona, porque, a diferencia de las otras lenguas, se había estabilizado desde hacía numerosos siglos.
[1] J. Marouzeau, Du latin au français, Les belles lettres, 1957.
[2] Antoine Meillet, Esquisse d’une histoire de la langue latine, librairie Klincksieck, 1985.
[3] Traducción de Henri Clouard, Librairie Garnier-frères, 1939.
[4] El autor se refiere a un hábito particular del habla francesa en cierta jerga que consiste en invertir el orden fonético de las sílabas en una palabra, (similar al vesre utilizado en el español rioplatense). El nombre mismo verlan es la inversión de l’envers (al revés) (Nota del traductor).
[5] Le français que l’on parle, Yves Cortez, l’Harmattan, 2002.
[6] Parlez-vous franglais ?, Étiemble, Gallimard, 1964.
[7] “Goma de mascar” se dice chewing gum en… ¡francés! (Nota del traductor)..
[8] La méthode à Mimile, Alphonse Boudard y Luc Étienne, Éditions du Rocher, 1998.
[9] Pantagruélienne pronostication, 1532.
[10] Ibid.
[11] La Chanson de Roland, escrita en 1050, pero reescrita quizá en 1200.
[12] Geoffrey Chaucer, The Canterbury Tales, 1390, en The english language, David Crystal, Penguin books, 1988.
[13] Dante, La Divina Comedia, escrita alrededor de 1300.
[14] Traduction Chapman, 2005.
Excelente artículo, has derrumbado un mito que el sistema nos ha colado, siempre estuve dudando sobre la semejanza del Latín con el Español, de hecho los historiadores siempre nos han mentido de que el Latín es muy anterior al Italiano Antiguo, cosa que es falsa.
Soy un gran apasionado de la Filología, y actualmente estoy investigando la antigua lengua Cretense, Glozel, Vinca, Bereber Antiguo, Protosumerio y el Ibérico, y realizar un informe donde se muestre las similitudes casi exactas entre estos lenguajes.
Posiblemente hayan más en el propio desierto de Sahara, ya que en la antigüedad era un paraiso habitable y muchas de esas tribus, se dispersaron al resto del mundo.
Sería bueno un artículo sobre los lenguajes más antiguos del mundo que se conocen hasta ahora.
Yo leí que en China, hay un lugar llamado Damaidi donde descubrieron unos petroglifos que datan del VIII Milenio A.C. ???
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En 1999 cayó en mis manos un libro titulado Los Nombres de Europa, publicado por el escritor y filólogo Alberto Porlán.
Su lectura me dejó una profunda impresión y una extraña sensación de asombro que todavía hoy, más de 10 años después, no me puedo sacudir de encima. La razón está en la sorprendente teoría expuesta en el libro que, según confesaría más tarde su autor, dejó perplejos a muchos estudiosos y expertos filólogos e historiadores. En cualquier caso el libro no tuvo mucho éxito y hoy es dificil rastrearlo en internet. No obstante he encontrado una interesante entrevista en El País, concedida a Alejandro Luque en enero de 1999 y una reseña apasionada escrita por Sifgrido Samet Letichevsky en el número 35 de El Catoblepas, en enero de 2005. Por cierto que ésta reseña es muy interesante porque el señor Letichevsky contactó y se entrevistó directamente con Alberto Porlán antes de escribirla. A continuación entrelazaré fragmentos completos de esta reseña con la entrevista del País y mis propias impresiones.
En 697 paginas, Porlan muestras que hay conjuntos de nombres –estructuras– que se repiten muchísimas veces en toda Europa, que no tienen significado (aunque con el uso hay un proceso de erosión fónica y de semantización). Desarrolló una metodología para identificar estructuras fonéticas y sus variaciones (que probablemente sea muy útil para estudios de genética lingüística). En el libro solo constan hechos (formales) y son analizados formalmente.En el libro Porlán pone muchos ejemplos, tantos que abruman, y su constatación sobre un mapa es lo que hace que nos quedemos con la boca abierta de estupor. Un ejemplo de tantos es la semenjanza toponímica entre una zona concreta de Asturias y el cantón suizo de Vaud:
Asturias——-Vaud (Suiza)
Lozana———Lausanne
Libardón—— -Yverdon
Sevares——- -Siviriez
Arnicio——- -Arnés
Pendás——- -Penthaz
Zardón——- -Chardonne
Bobia——— Vevey
Ercina——- – Orzens
Melendreras– – Mollendruz
Bulnes——- -Baulmes
San Román—–Romont
Cabranes—— Chavornay
Es algo realmente extraordinario, algo para ponerse a meditar: los europeos, que hemos descifrado los jeroglíficos egipcios y la escritura cuneiforme, ignoramos lo que hay implícito en nuestros propios nombres. Y en esto hay pocas excepciones entre bárbaros y civilizados. No es que no podamos explicar qué significa Berlín, Londres, París o Madrid. Es que tampoco los viejos griegos sabían a ciencia cierta el motivo de que Atenas se llamara Atenas ni los romanos conocían el origen del nombre de Roma. Tuvieron que recurrir a mitos para explicarlo.Esto es lo que nos dice Alberto Porlán al comienzo de su libro, en la página 27. Pero hay más, en la 34 encontramos:
Al Oeste de Bourges (Francia) hay una población llamada Saragosse, nombre muy similar a la Zaragoza española. Ahora bien, por Zaragoza pasa el río Ebro; por Saragosse el Yèvre (pág. 32). Se conocían dos naciones de íberos: los occidentales, que ocupaban Iberia, y los orientales, desde el Cáucaso. Lo más curioso es que ambos tenían como pueblos vecinos a los bybracos o berybracosAsí pues Porlán nos ofrece numerosos ejemplos de configuraciones toponímicas que se repiten una y otra vez en distintos lugares y países europeos. Extrañas coincidencias que se vuelven inquietantes cuando se las ve repetidas en un tercer lugar, luego en un cuarto, un quinto, “en la desembocadura del Ebro, en el sur de Inglaterra, en la desembocadura del Ródano…”
Yo me limito a lo que veo en los mapas, no me meto en esas cosas que lee uno de profesores de Oxford, que dicen que los fenicios llegaron a América en canoa. Este libro, honradamente, no contiene especulaciones. Ni siquiera me he metido en Rusia. Seguramente, el sistema sobrepase este ámbito: los indoeuropeos llegan hasta la India, y estoy convencido de que al menos en el norte las concordancias serán sorprendentes. Al fin y al cabo, seguimos andando en la red que tejieron nuestros taratabuelos, porque los nombres de los lugares están hechos para perdurar.Y si uno se va a los mapas y los compara con los ejemplos ofrecidos en el libro comprueba que sí, que allí hay algo que hasta que llegó Alberto Porlán nadie había descubierto. Y entonces ya no se le olvida a uno nunca que vivimos en un mundo mucho más pequeño de lo que pensamos.
Este artículo fue publicado por drmatrix el 4 abril, 2014 a las 0:17 |
p.d: dejo aquí una nota de la noticia de en cuestión que lo nombra :
http://www.vilaweb.cat/2565/forums/detall/1023002/castella-dialecte-catala.html
Normal, guerra viene del germano, como otros miles de palabras, por ejemplo pillar una tranka, de estar borracho en aleman.
En España lo que se hablaba en realidad eran las germanias o jergas, es decir la lengua germanica. solo los curas judios hablaban latin.
En cuanto lo que comentas del latín, vi un documental en que comentaban que los Griegos cuando llegarón a Hispania se sorprendierón de algunas escrituras que se utilizaban, y se dice que cambiarón su abecedario por palabras originarias de la peninsula Hispanica ya que eran mas eficaces, como la letra A y no se cuales mas al que se dice que su rigen no es Giego si no Español.
Como ya demostró J.M. Rivero San José, en su obra maestra ” Cantabria cuna de la Humanidad “, un libro absolutamente indispensable para conocer algo acerca de nuestro origen, el Castellano y el Vascuence tienen su origen en la primitiva lengua cántabra, en puridad, primera lengua hablada en el mundo.
El topónimo Cataluña, dejando a un lado leyendas ( el mito de Otger Catalón, de la corte de Carlomagno ) parece tener que ver con “Gothalaun ” lugar que habitaron los Visigodos antes de asentarse definitivamente en Hispania tras la batalla de Vouillé.
Hay que tener en cuenta, que en el reinado del Godo Eurico, ejercía su poder político efectivo, y militar, en prácticamente toda la península Ibérica y la mitad de la actual Francia, teniendo como límite septentrional el Loira y el alto Ródano.
solinvictous,el libro de rivero sanjosé cantabria cuna no vale nada, no prueba nada , es friki, mal escrito, se basa en topónimos…una de las cosas que te pone el tío es cientos de libros en proyectos, que no hay escrito, no tiene ninguna validez, aunque puede decir alguna verdad de carambola
interesanto el dato anshar del astur leones, también en las montañas cantábricas como el vasco y el cantabro… puede venir por ahí
El catalán no nace como lengua hasta el siglo XX gracias a Pompeu Fabra. Hasta entonces era considerado dialecto del provenzal.
El padre de la romanística internacional, Frédéric Diez, en su obra “Grammaire des Langues Romanes”, afirma que el catalán es un dialecto del provenzal.
https://imageshack.com/i/6dlenguesromanes1j
https://imageshack.com/i/eklenguesromanes2j
https://imageshack.com/i/eklanguesromanes3j
https://imageshack.com/i/0tlanguesromanes4j
Aquí en Valencia pasa lo mismo. Lo “oficial” dice que el valenciano viene del catalán, y no es así.
El valenciano ya existía antes de la venida de Jaime I, un romance valenciano que los mismos árabes que estaban aquí lo reconocen.
ALI BEN MUGEHID(1044-1076):Segundo emir de Denia.“Hablaba la lengua de los Rumis (cristianos), entre quienes se había educado” (A. Huici: Historia Musulmana de Valencia y su Reino. 1969)
IBN SIDAH: Lexicografo, muerto en Denia en el año 1066 en el prologo de su obra “Kitab al Muhassas”(El Cairo, Tomo I pag.14),un diccionario analogico, en el que agrupa palabras que se refieren a una misma especialidad, pide disculpas por las incorrecciones que pueda hacer al escribir en arabe, afirmando: ¿Como no he de hacerlas(las incorrecciones) -si escribo en tiempos tan alejados de cuando el arabe se hablaba en pureza- i teniendo que convivir familiarmente con personas que hablan romance?”
Por lo que también se desmonta la teoría de que sólo había musulmanes aquí en Valencia:
Según el historiador árabe Hussein Mones de la Universidad de El Cairo estas fueron las palabras que el rey Zayan dijo a Jaime I en la entrega de las llaves de la ciudad:
«En la ciudad de Valencia conviven musulmanes, gente noble de mi pueblo,junto a cristianos y judíos. Espero que sepa gobernarlos para que continúen viviendo en la misma armonía y para que trabajen esta noble tierra conjuntamente. Aquí, durante mi reinado, salían procesiones de Semana Santa y los cristianos profesaban su religión con toda libertad, ya que nuestro Corán reconoce a Cristo y a la Virgen. Espero que VD conceda el mismo trato a los musulmanes de Valencia»
https://www.youtube.com/results?search_query=anatoly+fomenko
fomenko tiene razon que toda la datación historica es una farsa
el catalán no es dialecto, se parece mucho al provenzal, occitano lenguas de la marca hispánica. es un tema de mucho debate de donde vien cada uno