21.6.13

IDOLOS ANTROPORMORFOS - españa


IDOLOS ANTROPOMORFOS DEL NEOLITICO Y DEL CALCOLÍTICO
EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

Durante el Neolítico final y el Calcolítico (IV y III milenio) se generalizan a lo largo de la Península ibérica, pero especialmente en su mitad meridional, unas pequeñas figuras sobre materiales diversos que sugieren representaciones humanas a las que se han denominado genéricamente como ídolos, aunque posiblemente no todos lo fueran. Artísticamente hablando hay que relacionarlas con la figuración mobiliar aparecida desde el paleolítico. El esquematismo con el que están concebidas aporta una contemporaneidad a su diseño, que les hace comparable a la obra de artistas del siglo XX como Brancusi.
Distintos tipos de "ídolos" encontrados en la península ibérica entre el IV y III milenio.

En la foto superior podemos observar algunos de los tipos más usuales encontrados a lo largo de nuestra geografía durante este periodo. Hay varias hipótesis a cerca de qué función tenían, pero ninguna de ellas concluyente. Lo que sí se puede asegurar es que no eran simples objetos de uso común sino que constituían un modo de expresión cuyo simbolismo estaba relacionado con la esfera ideológico-religiosa. Al haberse encontrado la mayoría de estas piezas fuera de un contexto arqueológico su datación además no puede ser muy precisa.
Existen diferentes tipos estilísticos que vamos a analizar en este artículo
Los "ídolos placa".
Son los más numerosos y antiguos porque se datan en un ancho espacio temporal que abarcaría desde el IV al II milenio a.C. Los materiales habituales en que se realizaron fueron la pizarra, el esquisto y la cuarcita, rocas que permiten obtener láminas muy finas (placas) y trabajarlas para obtener una forma trapezoidal. La pieza resultante puede mantener rasgos antropomorfos esquemáticos como los ojos, los hombros o la cabeza, aunque los hay puramente geométricos. El resto del "cuerpo" estaría grabado con bandas lisas, reticuladas y en zig-zag. Suelen tener una o dos perforaciones en el extremo superior que podrían servir para llevar la pieza colgada del cuello por medio de una cuerda.

Se han encontrado fundamentalmente en un contexto funerario (dólmenes y tholoi) en yacimientos del Suroeste peninsular, desde el Alentejo portugués y el Algarve hasta las provincias españolas de Cáceres, Badajoz, Huelva y Sevilla, donde el número de placas es más reducido.
Si bien se ha considerado hasta hace décadas que podrían ser representaciones de la Diosa madre que se venía adorando desde el Paleolítico (unas "venus"), recientes estudios interpretan que serían indicadores de grupos familiares o del linaje de los individuos allí enterrados. Tendrían, por tanto, una función heráldica que identificase a una comunidad humana espacio-temporal en el que se incluirían tanto a los vivos como a los muertos. Son notables los encontrados en Granja de Céspedes (Badajoz), hoy pertenecientes al Museo Arqueológico Nacional.

Los ídolos cilíndricos oculados.
Corresponden cronológicamente al III milenio a.C., por tanto, algo más recientes, pero tamibén coincidentes, con los ídolos placas. Se caracterizan por ser piezas cilíndricas sobre piedra o hueso donde la representación antropomórfica se limita a grandes ojos circulares y cejas de trazos curvos sencillos sobre los ojos. Bajo ellos se marcan líneas paralelas curvadas que se interpretan como un tatuaje facial. En la parte superior y trasera poseen líneas en zig-zag a modo de cabello.
Ídolos oculados sobre hueso. El de la izquierda de Ereta del Pedregal (Navarrés, Valencia) y el de la derecha de la Cova de la Pastora (Alcoy, Alicante). Eneolítico: entre 2700 y 2200 años a.C.

La mayoría de estas piezas han sido halladas en poblados en el interior de cabañas, en un contexto, por tanto, bien distinto al de las placas y posiblemente con una función también diferente. Pese a tratarse de representaciones asexuadas, se han relacionado con divinidades femeninas al encontrarse en un ámbito habitacional y se han relacionado con creencias centradas en el culto a la fertilidad y vinculadas a sociedades agrarias.
Ídolo oculado (llamado "de Extremadura"). Alabastro, altura de 19 cm y diámetro máximo de 7 cm. Posiblemente procede del valle del Guadalquivir, hoy en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid.. Calcolítico (tercer milenio a.C.).

Los ídolos cilindro están documentados fundamentalmente en Extremadura, en el Valle del Guadalquivir y en la Comunidad Valenciana, donde constituyen uno de los elementos característicos del Calcolítico local.
Los ídolos antropomorfos.
Serían la última manifestación de este proceso de representación simbólica y se relaciona con la aparición de las élites y los primeros indicios claros de jerarquización. Es la manifestación simbólica menos numerosa y la que requiere una mayor dedicación en tiempo y habilidad para su elaboración de todas las conocidas entre los milenios IV y III a.C. Podrían tratarse de representaciones masculinas con la función de identificar la posición preeminente de ciertos individuos en su grupo social y ante otros grupos paralelos de poder. Sería la forma de legitimar y sacralizar su estatus elevándolos a la categoría religiosa, como intermediarios entre la sociedad y las creencias míticas.
Izquierda. Ídolo antropomorfo de Valencina, Sevilla. Hueso. Altura, 15,3 cm. Derecha (falta la parte superior), ídolo de Cúllar, Granada. Calcolítico, 3000-2100 a.C.

Entre otros ejemplares conocidos en el sur de la Península Ibérica pueden citarse el de Valencina en Sevilla, el del Museo de Jaén, procedente del asentamiento de la Edad del Cobre de "Marroquíes Altos", en la capital jiennense, y el del Museo Arqueológico de Granada, hallado en el poblado fortificado de "El Malagón" (Cúllar, Granada).

 Publicado por Alfredo García el septiembre 10, 2011 a las 11:36pm        ver blog

15.6.13

FUENTE MAGNA o VASO FUENTE - Bolivia - museo de oro

Fuente Magna

Fuente Magna, conocido también como Vaso Fuente.  Se afirma que algunas partes del vaso estarían escritas en caracteres cuneiformes sumerios, protosumerios y semitas mesopotámicos.

Es una pieza grande, semejante a un vaso para libaciones, utilizado probablemente durante ceremonias religiosas. Fue encontrado en 1950 por un agricultor cerca de la localidad de Chua, cerca al lago Titicaca.

Actualmente se encuentra en un pequeño museo de la calle Jaén, La Paz, en Bolivia: Museo de metales preciosos "Museo de Oro".
 
 

Uno de los objetos más intrigantes de la civilización americana es sin duda la denominada Fuente Magna. Se trata de una vasija de piedra conocida también como Vaso Fuente, que fue descubierta en en 1950, en Bolivia, a unos 75 kilómetros de La Paz, en las cercanías del Lago Titicaca, por un agricultor local de apellido Manjón. En su borde interior está decorada con extrañas inscripciones jeroglíficas, mientras que en la parte externa hay raras formas antropomorfas y zoomorfas en bajorrelieve.
Para algunos, la Fuente Magna, hallada en la Hacienda Chua, cerca del lago Titicaca, es el equivalente de la piedra de Rosetta de la civilización americana. Para otros, sin embargo, se trata de una falsificación.
Los jeroglíficos que contiene la Fuente Magna, son muy similares a la escritura cuneiforme, que nos remonta a la Mesopotámica o Acadia, hace aproximadamente unos 5500 años (3500 a.C.). De manera que el descubrimiento, no deja de ser realmente sorprendente y a la vez extraño. ¿Qué hace un recipiente de piedra con caracteres cuneiformes a 3800 metros de altura, en las cercanías del lago Titicaca?
Los que sostienen la veracidad de éste descubrimiento, explican que los campesinos, propietarios de los terrenos donde se encontró la vasija, no podrían haber tenido nunca los conocimientos históricos y arqueológicos necesarios para tallar magistralmente un recipiente de piedra con caracteres cuneiformes irrepetibles, los cuales parecen mostrar realmente un extraño y remoto método de escritura.






 
  La Fuente Magna, herencia de los Sumerios en el Nuevo Mundo
Uno de los hallazgos arqueológicos más controversiales de toda América es la Fuente Magna, llamada también Vaso Fuente, un gran vaso de piedra, parecido a un recipiente para efectuar libaciones, bautizos o ceremonias purificadoras.

El vaso fue descubierto en Bolivia en 1960 por un campesino en un terreno privado que se dice que perteneció a la familia Manjon, situado en Chúa, a unos 80 kilómetros de La Paz, en las cercanías del lago Titicaca.

En la parte externa, el vaso contiene algunos bajorrelieves zoomorfos (de origen tihuanacoide), mientras que en el interior, además de una figura zoomorfa o antropomorfa (según la interpretación), hay incisos dos tipos de escritura diferentes, un alfabeto antiguo, proto-sumerio, y el quellca, idioma de la antigua Pukara, civilización precursora de Tiwanaku.

En 1960, el arqueólogo boliviano Max Portugal Zamora efectuó algunos pequeños trabajos de restauración en el vaso de piedra e intentó descifrar sin éxito la misteriosa escritura que está tallada en la parte interior.
Un miembro de la familia Manjon entregó el vaso al municipio de La Paz en 1960. A cambio, la familia Manjon obtuvo un terreno en una zona adyacente a la capital. El objeto permaneció en un sótano del Museo de los metales preciosos durante 40 años.

Hasta fines del siglo XX, nadie sabía en realidad de dónde provenía la Fuente Magna y nadie podía imaginar la extraordinaria y fascinante historia que encierra.

En el 2000, dos investigadores de La Paz, el argentino Bernardo Biados y el boliviano Freddy Arce, viajaron a Chúa, lugar situado al norte del lago Titicaca, y pidieron información a los nativos de lengua aymara sobre el hallazgo de la Fuente Magna en 1960.

Inicialmente, nadie sabía informar ni sobre el Vaso Fuente ni sobre la familia Manjon, que parecía haberse esfumado. Sucesivamente, encontraron a un anciano de 92 años, llamado Maximiliano, quien después de haber observado una foto de la Fuente Magna, la reconoció como suya y la denominó “el plato del chancho”.

Maximiliano declaró que el vaso fue hallado muchos años antes en los alrededores del pueblo y que no se le dio ninguna importancia hasta que algunos hombres se lo llevaron (tal vez pagando algo a cambio), para entregarlo luego al municipio de La Paz.

Justamente así: ¡uno de los objetos más importantes de toda la historia humana era usado por un campesino como recipiente para dar de comer a los cerdos!
Bernardo Biados y Freddy Arce fotografiaron y estudiaron a fondo el célebre vaso, llegando a la conclusión de que era utilizado en la antigüedad para ceremonias religiosas purificadoras. Los dos investigadores enviaron fotos de las inscripciones al epigrafista estadounidense Clyde Ahmed Winters, quien descifró los enigmáticos grabados proto-sumerios que se encontraban al interior de la Fuente Magna.
A continuación, la traducción del recuadro central donde están los caracteres cuneiformes:
Acérquense en el futuro a una persona dotada de gran protección en el nombre de la gran Nía. Este oráculo sirve a las personas que quieren alcanzar la pureza y reforzar su carácter. La Divina Nía difundirá pureza, serenidad, carácter. Usa este talismán (la Fuente Magna), para hacer germinar en ti sabiduría y serenidad.

Utilizando el santuario adecuado, el santo ungüento, el sabio jura emprender el justo camino para alcanzar la pureza y el carácter. Oh sacerdote, encuentra la luz única para todos los que desean una vida noble.


Según los textos antiguos, Ni-ash (Nammu o Nía) era la diosa que dio a luz al Cielo y a la Tierra, en los tiempos de los sumerios. El bajorrelieve que hay en la parte interior del vaso, que puede evocar una rana (símbolo de fertilidad), según algunos investigadores es justamente la representación de Nía, la diosa de los Sumerios.

Los otros símbolos que se encuentran a los lados del bajorrelieve y en la parte adyacente a las incisiones proto-sumerias, fueron interpretados como quellca, idioma escrito de la civilización Pukara, pero no han sido descifrados.
En la parte externa del vaso hay algunos bajorrelieves zoomorfos que recuerdan a la cultura de Tiwanaku: pez y serpiente. Es muy probable que la Fuente Magna haya sido utilizada como vaso sagrado para ceremonias esotéricas que evocaban el culto de la fertilidad y la búsqueda de la pureza.
Aquí surge la siguiente pregunta: ¿cómo es posible que haya inscripciones proto-sumerias en un vaso encontrado cerca al Titicaca, a unos 3800 metros de altura sobre el nivel del mar, distante decenas de miles de kilómetros del lugar de expansión de la civilización sumeria?
En mi opinión, la Fuente Magna es auténtica y es uno de los objetos antiguos más importantes del mundo a través del cual se puede conocer el pasado remoto de la humanidad, así como sus viajes interoceánicos.
Primero que todo, debe recordarse que la existencia del Nuevo Mundo era perfectamente conocida por los Fenicios y Cartagineses que circunnavegaron África en el I milenio antes de Cristo, pero sus conocimientos provenían de los Sumerios, el pueblo que a menudo se asocia erróneamente con “el nacimiento de la civilización”.

Se sabe que los Sumerios navegaban en sus embarcaciones a través de los canales del Tigris y del Éufrates con el fin de comerciar. No obstante, se conoce poco sobre la navegación marítima de los Sumerios, que tenía como base la actual isla de Bahréin, donde recientes excavaciones demostraron la existencia de un puerto comercial que estaba en actividad en el tercer milenio antes de Cristo. En los textos sumerios, el actual Bahréin se llamaba Dilmoun, y desde allí, las flotas sumerias partían hacia la desembocadura del Indo, de donde remontaban el gran río, llegando a Mohenjo-Daro para intercambiar tejidos, oro, incienso y cobre. Las embarcaciones sumerias eran lanchas que podían desplazar hasta 36 toneladas.

Según Bernardo Biados, los Sumerios circunnavegaron África ya en el tercer milenio antes de Cristo, pero, una vez que llegaron a las islas de Cabo Verde, encontraron bloqueado el paso por vientos contrarios que soplan incesantemente hacia el sur-oeste. Por tanto, se vieron obligados a hacer ruta hacia el oeste en busca de vientos favorables. Fue así que llegaron, por casualidad, a Brasil, a las costas del actual Piauí o Maranhao. De esos puntos exploraron el continente remontando los afluentes del Río Amazonas, en particular, el Madeira y el Beni o siguendo el "Camino del Peabirú" estudiado recientemente por arqueólogos brasileros.

Según otros investigadores llegaron inicialmente al estuario del Río Paraná y despúes lo remontaron llegando así al Chaco.

De esta manera, llegaron al altiplano andino, que probablemente en el 3000 a.C. no tenía un clima tan frío. Se mezclaron con la población Pukara, que a su vez provenía de la Amazonía (expansión Arawak), y con los pueblos Colla (cuyos descendientes hablan hoy la lengua aimara). La cultura sumeria influenció a la gente del altiplano, no sólo en lo que respecta a lo religioso, sino también a lo lexical. Muchos lingüistas, en efecto, encontraron muchas similitudes entre el proto-sumerio y el aymara.

Algunos sumerios regresaron al Viejo Mundo, llevando consigo coca, que fue hallada también en las momias de algunos faraones egipcios.
Últimamente, Bernardo Biados y Freddy Arce analizaron y estudiaron a fondo el monolito de Pokotia, que contiene interesantes inscripciones en la parte dorsal, las cuales pueden relacionarse también con viajes interoceánicos acaecidos antes del tercer milenio a.C.

Sólo con un estudio comparado de genética, arqueología, lingüística y ciencia epigráfica se podrá llegar, en un futuro, a la real comprensión de las relaciones entre los antiguos pueblos del mundo, con el fin de poder trazar un mapa detallado de toda la evolución humana.

YURI LEVERATTO     Copyright 2010    www.yurileveratto.com
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otro articulo relacionado:
 
The Bolivian archeologist, don Max Portugal-Zamora, learned of the Fuente Magna’s existence around 1958-1960 from his friend Pastor Manjon.  Both gave the site the name it bears today, "Fuente Magna" (see Spanish account)

          A controversy arose about the cuneiform script on the Fuente Magna. Dr. Alberto Marini, translated it and reported that it was Sumerian..  After a careful examination of the Fuente Magna, linear script Dr. Clyde A. Winters determined that it was probably Proto-Sumerian, which is found on many artifacts from  in Mesopotamia. An identical script was used by the Elamites called Proto-Elamite.

          Dr. Winters believed that researchers had been unable to read the writing because they refused to compare Proto-Elamite and Proto-Sumerian writing with other writing systems used in 3000-2000 BC. He compared the writing to the Libyco-Berber writing used in the Sahara 5000 years ago. This writing was used by the Proto-Dravidians (of the Indus Valley), Proto-Mande , Proto-Elamites and Proto-Sumerians.

          These people formerly lived in Middle Africa, until the extensive desertification of the Sahara began after 3500 BC. A Mr. Rawlinson, was sure that the Sumerians had formerly lived in Africa, and he used Semitic and African languages spoken in Ethiopia to decipher the cuneiform writing. Rawlins called the early dwellers of Mesopotamia: Kushites, because he believed that the ancestors of these people were the Western Kushites of Classical literature.

          Winters noted that the Libyco-Berber script couldn’t be read using the Berber language, because the Berbers only entered Africa around the time the Vandals conquered much of North Africa. Although the Libyco-Berber script cannot be read using the Berber language, it can be read using the Mande language. This is because the Proto-Mande formerly lived in Libya, until they migrated from this area into the Niger valley of West Africa.

          The Vai script has signs similar to the Libyco-Berber, Indus valley, Linear A of Crete, Proto-Elamite and Proto-Sumerian signs. The Vai people spoke a Mande language.

          Using the phonetic values of the Vai script, Dr. Winters has been able to decipher the Indus Valley and Linear A writing.  The Sumerian language is closely related to the Dravidian and Mande languages, and the Proto-Sumerian , Libyco-Berber and Vai scripts are similar.  Thus, it is possible to read the script on the Fuente Magna by using the phonetic values of the Vai script. Once Winters had transliterated the Fuente Magna signs, he was able to translate the inscription using the Sumerian language.

          By comparing the Fuente Magna scripts and symbols with the Vai writing, Winters found many matches. Then after referring to several published works on the Sumerian language and writing system, e.g., C.S. Ball, Chinese and Sumerian (London, 1913), and John A. Halloran, Sumerian Lexicon, ( http://www.sumerian.org/sumer/ex.htm ), he was able to decipher the Fuente Magna writing.

          He found that the Fuente Magna inscriptions are in the Proto-Sumerian script, and the symbols have several Proto-Sumerian signs joined together to represent words and sentences.  He presented two figures that separate the Fuente Magna signs into their constituent parts so they could be interpreted using the phonetic values of the Vai writing he showed the separation of the Fuente Magna signs into their separate parts.

          Following is a transliteration of the inscriptions on the right side of the Fuente Magna, reading from top to bottom and right to left.

1.  Pa ge gi
2.  Mi lu du
3.  I mi ki
4.  me su du
5.  Nia po
6.  Pa
7.  Mash
8.  Nia mi
9.  Du lu gi
10 . Ka me lu
11 . Zi
12 . Nan na pa-I

          Winters then gave the following translation:

"(1) Girls take an oath to act justly (this) place. (2) (This is) a favorable oracle of the people. (3) Send forth a just divine decree. (4) The charm (the Fuente Magna) (is) full of Good. (5) The (Goddess) Nia is pure. (6) Take an oath (to her). (7) The Diviner. (8) The divine decree of Nia (is) , (9) to surround the people with Goodness/Gladness. (10) Value the people's oracle. (11) The soul (to), (12) appear as a witness to the [Good that comes from faith in the Goddess Nia before] all mankind."

          Then the transliteration of the inscriptions on the left side of the Fuente Magna is as follows: .


1.  Tu ki a mash pa
2a . Lu me lu ki mi
2b.  Pa be ge
3.  Zi
4.  lu na
5 . ge
6.  du po
7.  I tu po
8.  lu mi du

          This section was translated as follows (please see Figure 3)

" (1) Make a libation (this) place for water (seminal fluid?) and seek virtue. (2a) (This is) a great amulet/charm, (2b) (this) place of the people is a phenomenal area of the deity [Nia's] power. (3) The soul (or breath of life). (4) Much incense, (5) to justly, (6) make the pure libation. (7) Capture the pure libation (/or Appear (here) as a witness to the pure libation). (8) Divine good in this phenomenal proximity of the deity's power."

          This decipherment of the inscriptions on the Fuente Magna indicates that it was used to make libations to the Goddess Nia to request fertility, and to offer thanks to the bountiful fauna and flora in the area that made it possible for these Sumerian explorers to support themselves in Bolivia.

          Of particular interest is that the people of the Fuente Magna, referred to the Goddess as Nia. Nia, is the Linear-A term for Neith. Neith is the Greek name for the Egyptian Goddess Nt or Neit, Semitic Anat. This goddess was very popular among the ancient people of Libya and other parts of Middle Africa, before these people left the region to settle Mesopotamia, the Indus Valley and Minoan Crete.

          Dr. Winters noted that his translation of the Fuente Magna inscriptions supports the hypothesis of Awen Dawn that the Fuente was used in celebration of the Goddess religion of the ancient people of Bolivia. Awen Dawn recognized that the figure on the Fuente Magna was in a Goddess pose, with open arms and legs spread, which supports Winters’ translation..  In addition, the identification of symbols on the bowl by Awen that relate to European signs for the Mother Goddess, probably reflects the early influence of the Goddess Neith on the mainland of Greece and Crete.

          It is believed that the Fuente Magna was probably crafted by Sumerian people who settled in Bolivia sometime after 2500 BC. The Sumerians used seaworthy ships that were known to sail to the distant Indian Subcontinent.  Some Sumerian ships most likely made their way around South Africa and entered one of the currents in the area that lead from Africa across the Atlantic to South America and thence to the Pacific Ocean.  They would have then searched for areas on the high plateau of Bolivia where food was being produced by the local inhabitants.  They held the bowl in high esteem and were fastidious about its transport around the area (see Transportaciόn) It should be noted that there was one challenge to the authenticity of the Fuente Magna by skeptics who suggested that it was a fabrication by archeologists to gain international attention.  The overwhelming support from the major portion of the academic community should discredit this criticism, as it has in times past when challenges arose to the existence of any writing at all in the Americas (e.g., that of the Olmec and Maya).