Fuente
Magna, conocido también como Vaso Fuente. Se afirma que
algunas partes del vaso estarían escritas en caracteres cuneiformes
sumerios, protosumerios y semitas mesopotámicos.
Es una pieza grande, semejante a un vaso para libaciones, utilizado
probablemente durante ceremonias religiosas. Fue encontrado en 1950 por
un agricultor cerca de la localidad de Chua, cerca al lago Titicaca.
Actualmente se encuentra en un pequeño museo de la calle Jaén, La Paz, en Bolivia: Museo de metales preciosos "Museo de Oro".
Uno
de los hallazgos arqueológicos más controversiales de toda América es
la Fuente Magna, llamada también Vaso Fuente, un gran vaso de piedra,
parecido a un recipiente para efectuar libaciones, bautizos o ceremonias
purificadoras.
El vaso fue descubierto en Bolivia en 1960 por un campesino en un
terreno privado que se dice que perteneció a la familia Manjon, situado
en Chúa, a unos 80 kilómetros de La Paz, en las cercanías del lago
Titicaca.
En la parte externa, el vaso contiene algunos bajorrelieves zoomorfos
(de origen tihuanacoide), mientras que en el interior, además de una
figura zoomorfa o antropomorfa (según la interpretación), hay incisos
dos tipos de escritura diferentes, un alfabeto antiguo, proto-sumerio, y
el quellca, idioma de la antigua
Pukara, civilización precursora de
Tiwanaku.
En 1960, el arqueólogo boliviano Max Portugal Zamora efectuó algunos
pequeños trabajos de restauración en el vaso de piedra e intentó
descifrar sin éxito la misteriosa escritura que está tallada en la parte
interior.
Un miembro de la familia Manjon entregó el vaso al municipio de La Paz
en 1960. A cambio, la familia Manjon obtuvo un terreno en una zona
adyacente a la capital. El objeto permaneció en un sótano del Museo de
los metales preciosos durante 40 años.
Hasta fines del siglo XX, nadie sabía en realidad de dónde provenía la
Fuente Magna y nadie podía imaginar la extraordinaria y fascinante
historia que encierra.
En el 2000, dos investigadores de La Paz, el argentino Bernardo Biados y
el boliviano Freddy Arce, viajaron a Chúa, lugar situado al norte del
lago Titicaca, y pidieron información a los nativos de lengua aymara
sobre el hallazgo de la Fuente Magna en 1960.
Inicialmente, nadie sabía informar ni sobre el Vaso Fuente ni sobre la
familia Manjon, que parecía haberse esfumado. Sucesivamente, encontraron
a un anciano de 92 años, llamado Maximiliano, quien después de haber
observado una foto de la Fuente Magna, la reconoció como suya y la
denominó “el plato del chancho”.
Maximiliano declaró que el vaso fue hallado muchos años antes en los
alrededores del pueblo y que no se le dio ninguna importancia hasta que
algunos hombres se lo llevaron (tal vez pagando algo a cambio), para
entregarlo luego al municipio de La Paz.
Justamente así: ¡uno de los objetos más importantes de toda la historia
humana era usado por un campesino como recipiente para dar de comer a
los cerdos!
Bernardo Biados y Freddy Arce fotografiaron y estudiaron a fondo el
célebre vaso, llegando a la conclusión de que era utilizado en la
antigüedad para ceremonias religiosas purificadoras. Los dos
investigadores enviaron fotos de las inscripciones al epigrafista
estadounidense Clyde Ahmed Winters, quien descifró los enigmáticos
grabados proto-sumerios que se encontraban al interior de la Fuente
Magna.
A continuación, la traducción del recuadro central donde están los caracteres cuneiformes:
Acérquense en el futuro a una persona dotada de gran protección en
el nombre de la gran Nía. Este oráculo sirve a las personas que quieren
alcanzar la pureza y reforzar su carácter. La Divina Nía difundirá
pureza, serenidad, carácter. Usa este talismán (la Fuente Magna), para
hacer germinar en ti sabiduría y serenidad.
Utilizando el santuario adecuado, el santo ungüento, el sabio jura
emprender el justo camino para alcanzar la pureza y el carácter. Oh
sacerdote, encuentra la luz única para todos los que desean una vida
noble.
Según los textos antiguos, Ni-ash (Nammu o Nía) era la diosa que dio a
luz al Cielo y a la Tierra, en los tiempos de los sumerios. El
bajorrelieve que hay en la parte interior del vaso, que puede evocar una
rana (símbolo de fertilidad), según algunos investigadores es
justamente la representación de Nía, la diosa de los Sumerios.
Los otros símbolos que se encuentran a los lados del bajorrelieve y en
la parte adyacente a las incisiones proto-sumerias, fueron interpretados
como quellca, idioma escrito de la civilización Pukara, pero no han
sido descifrados.
En la parte externa del vaso hay algunos bajorrelieves zoomorfos que
recuerdan a la cultura de Tiwanaku: pez y serpiente. Es muy probable que
la Fuente Magna haya sido utilizada como vaso sagrado para ceremonias
esotéricas que evocaban el culto de la fertilidad y la búsqueda de la
pureza.
Aquí surge la siguiente pregunta: ¿cómo es posible que haya
inscripciones proto-sumerias en un vaso encontrado cerca al Titicaca, a
unos 3800 metros de altura sobre el nivel del mar, distante decenas de
miles de kilómetros del lugar de expansión de la civilización sumeria?
En mi opinión, la Fuente Magna es auténtica y es uno de los objetos
antiguos más importantes del mundo a través del cual se puede conocer el
pasado remoto de la humanidad, así como sus viajes interoceánicos.
Primero que todo, debe recordarse que la existencia del Nuevo Mundo era
perfectamente conocida por los Fenicios y Cartagineses que
circunnavegaron África en el I milenio antes de Cristo, pero sus
conocimientos provenían de los Sumerios, el pueblo que a menudo se
asocia erróneamente con “el nacimiento de la civilización”.
Se sabe que los Sumerios navegaban en sus embarcaciones a través de los
canales del Tigris y del Éufrates con el fin de comerciar. No obstante,
se conoce poco sobre la navegación marítima de los Sumerios, que tenía
como base la actual isla de Bahréin, donde recientes excavaciones
demostraron la existencia de un puerto comercial que estaba en actividad
en el tercer milenio antes de Cristo. En los textos sumerios, el actual
Bahréin se llamaba Dilmoun, y desde allí, las flotas sumerias partían
hacia la desembocadura del Indo, de donde remontaban el gran río,
llegando a Mohenjo-Daro para intercambiar tejidos, oro, incienso y
cobre. Las embarcaciones sumerias eran lanchas que podían desplazar
hasta 36 toneladas.
Según Bernardo Biados, los Sumerios circunnavegaron África ya en el
tercer milenio antes de Cristo, pero, una vez que llegaron a las islas
de Cabo Verde, encontraron bloqueado el paso por vientos contrarios que
soplan incesantemente hacia el sur-oeste. Por tanto, se vieron obligados
a hacer ruta hacia el oeste en busca de vientos favorables. Fue así que
llegaron, por casualidad, a Brasil, a las costas del actual Piauí o
Maranhao. De esos puntos exploraron el continente remontando los
afluentes del Río Amazonas, en particular, el Madeira y el Beni o
siguendo el "Camino del Peabirú" estudiado recientemente por arqueólogos
brasileros.
Según otros investigadores llegaron inicialmente al estuario del Río Paraná y despúes lo remontaron llegando así al Chaco.
De esta manera, llegaron al altiplano andino, que probablemente en el
3000 a.C. no tenía un clima tan frío. Se mezclaron con la población
Pukara, que a su vez provenía de la
Amazonía
(expansión Arawak), y con los pueblos Colla (cuyos descendientes hablan
hoy la lengua aimara). La cultura sumeria influenció a la gente del
altiplano, no sólo en lo que respecta a lo religioso, sino también a lo
lexical. Muchos lingüistas, en efecto, encontraron muchas similitudes
entre el proto-sumerio y el aymara.
Algunos sumerios regresaron al Viejo Mundo, llevando consigo coca, que
fue hallada también en las momias de algunos faraones egipcios.
Últimamente, Bernardo Biados y Freddy Arce analizaron y estudiaron a fondo el
monolito de Pokotia,
que contiene interesantes inscripciones en la parte dorsal, las cuales
pueden relacionarse también con viajes interoceánicos acaecidos antes
del tercer milenio a.C.
Sólo con un estudio comparado de genética, arqueología, lingüística y
ciencia epigráfica se podrá llegar, en un futuro, a la real comprensión
de las relaciones entre los antiguos pueblos del mundo, con el fin de
poder trazar un mapa detallado de toda la evolución humana.
YURI LEVERATTO Copyright 2010 www.yurileveratto.com
---
otro articulo relacionado:
The Bolivian archeologist, don Max
Portugal-Zamora, learned of the Fuente Magna’s existence around 1958-1960
from his friend Pastor Manjon. Both gave the site the name it bears today,
"Fuente Magna" (see Spanish
account)
A controversy arose about the
cuneiform script on the Fuente Magna. Dr. Alberto Marini, translated it and reported
that it was Sumerian.. After a
careful examination of the Fuente Magna, linear script Dr. Clyde A. Winters determined that it was probably
Proto-Sumerian, which is found on many artifacts from in Mesopotamia. An identical script was
used by the Elamites called Proto-Elamite.
Dr. Winters believed that
researchers had been unable to read the writing because they refused to
compare Proto-Elamite and Proto-Sumerian writing with other writing systems
used in 3000-2000 BC. He compared the writing to the Libyco-Berber writing
used in the Sahara 5000 years ago. This writing was used by the
Proto-Dravidians (of the Indus Valley), Proto-Mande , Proto-Elamites and
Proto-Sumerians.
These people formerly lived in
Middle Africa, until the extensive desertification of the Sahara began after
3500 BC. A Mr. Rawlinson, was sure that the Sumerians had formerly lived in
Africa, and he used Semitic and African languages spoken in Ethiopia to
decipher the cuneiform writing. Rawlins called the early dwellers of
Mesopotamia: Kushites, because he believed that the ancestors of these people
were the Western Kushites of Classical literature.
Winters noted that the
Libyco-Berber script couldn’t be read using the Berber language, because the
Berbers only entered Africa around the time the Vandals conquered much of
North Africa. Although the Libyco-Berber script cannot be read using the
Berber language, it can be read using the Mande language. This is because the
Proto-Mande formerly lived in Libya, until they migrated from this area into
the Niger valley of West Africa.
The Vai script has signs similar
to the Libyco-Berber, Indus valley, Linear A of Crete, Proto-Elamite and
Proto-Sumerian signs. The Vai people spoke a Mande language.
Using the phonetic values of the
Vai script, Dr. Winters has been able to decipher the Indus Valley and Linear
A writing. The Sumerian language is
closely related to the Dravidian and Mande languages, and the Proto-Sumerian
, Libyco-Berber and Vai scripts are similar.
Thus, it is possible to read the script on the Fuente Magna by using
the phonetic values of the Vai script. Once Winters had transliterated the Fuente
Magna signs, he was able to translate the inscription using the Sumerian
language.
By comparing the Fuente Magna
scripts and symbols with the Vai writing, Winters found many matches. Then
after referring to several published works on the Sumerian language and
writing system, e.g., C.S. Ball, Chinese and Sumerian (London,
1913), and John A. Halloran, Sumerian Lexicon, ( http://www.sumerian.org/sumer/ex.htm ), he was able to decipher the Fuente Magna writing.
He found that the Fuente Magna
inscriptions are in the Proto-Sumerian script, and the symbols have several
Proto-Sumerian signs joined together to represent words and sentences. He presented two figures that separate the
Fuente Magna signs into their constituent parts so they could be interpreted
using the phonetic values of the Vai writing he showed the separation of the
Fuente Magna signs into their separate parts.
Following is a transliteration of
the inscriptions on the right side of the Fuente Magna, reading from
top to bottom and right to left.
1. Pa ge gi
2.
Mi lu du
3.
I mi ki
4.
me su du
5.
Nia po
6.
Pa
7.
Mash
8.
Nia mi
9.
Du lu gi
10 . Ka me lu
11 . Zi
12 . Nan na pa-I
Winters then gave the following translation:
"(1) Girls take
an oath to act justly (this) place. (2) (This is) a favorable oracle
of the people. (3) Send forth a just divine decree. (4) The charm
(the Fuente Magna) (is) full of Good. (5) The (Goddess) Nia is pure. (6) Take an
oath (to her). (7) The Diviner. (8) The divine decree of Nia
(is) , (9) to surround the people with Goodness/Gladness. (10) Value the
people's oracle. (11) The soul (to), (12) appear as a
witness to the [Good that comes from faith in the Goddess Nia before] all
mankind."
Then the transliteration of the inscriptions on the left
side of the Fuente Magna is as follows: .
1.
Tu ki a mash pa
2a . Lu me lu ki mi
2b.
Pa be ge
3.
Zi
4.
lu na
5 . ge
6.
du po
7.
I tu po
8.
lu mi du
This section was translated as follows (please see Figure 3)
" (1) Make a
libation (this) place for water (seminal fluid?) and seek virtue. (2a) (This is) a
great amulet/charm, (2b) (this) place of the people is a phenomenal area of
the deity [Nia's] power. (3) The soul (or breath of life). (4) Much
incense, (5) to justly, (6) make the pure libation. (7) Capture the
pure libation (/or Appear (here) as a witness to the pure libation). (8) Divine good
in this phenomenal proximity of the deity's power."
This decipherment of the
inscriptions on the Fuente Magna indicates that it was used to make libations
to the Goddess Nia to request fertility, and to offer thanks to the bountiful
fauna and flora in the area that made it possible for these Sumerian
explorers to support themselves in Bolivia.
Of particular interest is that the
people of the Fuente Magna, referred to the Goddess as Nia. Nia, is the
Linear-A term for Neith. Neith is the Greek name for the Egyptian Goddess Nt
or Neit, Semitic Anat. This goddess was very popular among the ancient people
of Libya and other parts of Middle Africa, before these people left the
region to settle Mesopotamia, the Indus Valley and Minoan Crete.
Dr. Winters noted that his
translation of the Fuente Magna inscriptions supports the hypothesis of Awen
Dawn that the Fuente was used in celebration of the Goddess religion of the
ancient people of Bolivia. Awen Dawn recognized that the figure on the Fuente
Magna was in a Goddess pose, with open arms and legs spread, which supports
Winters’ translation.. In addition,
the identification of symbols on the bowl by Awen that relate to European
signs for the Mother Goddess, probably reflects the early influence of the
Goddess Neith on the mainland of Greece and Crete.
It is believed that the Fuente
Magna was probably crafted by Sumerian people who settled in Bolivia sometime
after 2500 BC. The Sumerians used seaworthy ships that were known to sail to
the distant Indian Subcontinent. Some
Sumerian ships most likely made their way around South Africa and entered one
of the currents in the area that lead from Africa across the Atlantic to
South America and thence to the Pacific Ocean. They would have then searched for areas on the high plateau of
Bolivia where food was being produced by the local inhabitants. They held the bowl in high esteem and were
fastidious about its transport around the area (see Transportaciόn) It should be noted
that there was one challenge to the authenticity of the Fuente Magna by
skeptics who suggested that it was a fabrication by archeologists to gain
international attention. The
overwhelming support from the major portion of the academic community should
discredit this criticism, as it has in times past when challenges arose to
the existence of any writing at all in the Americas (e.g., that of the Olmec
and Maya).