Dr. José Alvarez Lopez (y las Pirámides de Egipto)
28 enero 2007
El ilustre científico argentino JOSÉ ÁLVAREZ LÓPEZ concedió al ingeniero Osvaldo J. Casero una entrevista exclusiva en su casa de campo cercana al pueblo de Tala Huasi, en la serranía de Córdoba, provincia homónima, de la República Argentina.
-Osvaldo J. Casero: VAMOS A HABLAR SOBRE UN TEMA TABÚ PARA LOS CIENTÍFICOS, YA QUE EL PROFESOR ÁLVAREZ HA ENCONTRADO VESTIGIOS DE UNA AVANZADA CIVILIZACIÓN EXTRATERRESTRE TRAS SUS INVESTIGACIONES Y VIAJES A EGIPTO.
¿POR QUÉ EXISTE ESE MISTERIO EN TORNO A LA TECNOLOGÍA DE CONSTRUCCIÓN EXTRATERRESTRE DE LAS PIRÁMIDES EGIPCIAS?
-Profesor Álvarez: Bueno, la definición que se acaba de dar sobre el tema es correcta. Hay como una especie de tabú de los científicos. Es incongruente, pero hay que calificarlo así.
Por ejemplo, en un libro publicado en España por editorial Aura titulado “El mensaje de la gran pirámide”, en la página 100 aparece la fotocopia de una plancha nº 40 del libro de Petrie “Pyramids and temples of Gizah” (“Pirámides y templos de Gizah”): al pie de la página aparece la frase “un tabú que dura 100 años”.
Fíjese que barbaridad decir eso, que haya un tabú que dure 100 años y que los científicos decidan que no se remueva. El tabú tiene que seguir por imperio de los científicos. Esto es un contrasentido total.
¿Cómo puede haber un tabú en ciencia? Hay tienen ustedes la prueba, la plancha nº 40 de un libro de Petrie, publicado en 1901 es impublicable por los científicos por un tabú; yo la publiqué, convirtiéndola en una herejía científica, por eso la publiqué.
Ustedes me preguntarán ¿por qué motivo se hace ese tabú con esa plancha de Petrie? Se trata de una serie de fotografías de piedras trabajadas con máquinas-herramientas especiales de la antigüedad, de las cuales hay toneladas en Egipto. Voy a aclarar que Petrie está considerado el arqueólogo más grande del mundo y el creador de la denominada “arqueología científica”; no obstante, le aplican el tabú a Petrie.
¿Qué les parece? Este profesor, censurado por sus colegas, publicó y fotografió en su libro piedras que fueron trabajadas con máquinas-herramientas de 4000 años de antigüedad, y demuestran que tenían una capacidad de trabajo que no tienen las herramientas modernas.
Ustedes dirán ¿esto lo dice usted? Sí, es cierto. En el libro de Petrie (1901) -que no se ha vuelto a publicar- ya que en la ciencia hay un “index” de libros prohibidos, y el libro de Petrie está en dicho “index”. Pueden consultarlo en la biblioteca del British Museum, Londres, en la Biblioteca Nacional de París y en el Museo de El Cairo, los únicos 3 sitios del mundo en donde se puede consultar.
Petrie envió desde Londres allá por 1900 a un equipo de ingenieros especialistas en máquinas-herramientas comandado por Benjamin Baker, que habían inventado la máquina-herramienta de más calidad por aquel entonces. El torno fue inventado por dicho ingeniero, al que debemos respetar como un gran técnico.
Baker analizó una veintena de piedras en las que se veían las huellas de las herramientas que las trabajaron (sobre el 3000 A. C.) Dichas piedras estaban tiradas en los basureros egipcios con los restos de las construcciones de templos, pirámides, etc.
Baker hizo un informe que ocupa 5 páginas del libro de Petrie; empieza así: “Si un ingeniero moderno fuera capaz de reproducir la herramienta antigua, no sólo se haría millonario, sino que revolucionaría la industria moderna…” Imagínense ustedes, para un inglés, la posibilidad de hacerse millonario es lo que más le importa. Se lanzaron a la tarea de averiguar el secreto del trépano egipcio, con un equipo de 20 ó 30 ingenieros.
Seguía el informe: “…se trataba de un taladro para piedra que penetraba y horadaba la piedra…” como los que tenemos actualmente en canteras, pozos petrolíferos, etc. Pero el taladro egipcio era muy particular: al analizar las piedras egipcias, las huellas se veían, ya que bajaban 1 centímetro, mientras que en las modernas la huella baja 0.10 cm. Hay una gran diferencia entre 1 cm. y 0.1 cm. (yo he visto las fotos personalmente).Trataron de descubrir como funcionaba el trépano egipcio: por movimiento rotatorio inverso, o sea, por contragolpe, la herramienta entra por un lado y después por el otro. No se puede, por esto y lo otro; una herramienta que entra por dentro de otra: no se puede, por esto, y lo otro…; máquina por polvo abrasivo, por ablandamiento químico…
descartan todos los procedimientos que se le pueden ocurrir a un ingeniero y llegan a la siguiente conclusión, que quiero destacar:Un taladro moderno de acero al cromo-vanadio y punta de diamante, aguanta 50 kilos máximos, pero el egipcio aguantaba sin lugar a dudas ¡MÁS DE 2000 KILOS!
¡Fíjense que herejía científica e histórica es decir esto, dicho por Benjamin Baker, uno de los técnicos más grandes de todos los tiempos!
¿No es un tabú que ustedes no se hayan enterado antes de esto, y que se enteren por mí, casi 100 años después de haber sido publicado en 1901? ¿No es una monstruosidad? ¿No es un baldón para nuestra civilización?........ ¡Es cuestión de una barbarie incrustada en nuestras instituciones científicas!
-O. J. Casero: ¿QUÉ PODRÍA CONTARNOS SOBRE SU ÚLTIMO VIAJE A EGIPTO Y LO QUE INVESTIGÓ ALLÍ?-Prof. Álvarez: Fui a Egipto hace unos 30 años viendo diversas cosas, luego volví hace 10 años, y hace 6 meses estuve casi 1 mes. Ésta última vez estuve buscando información sobre los trépanos egipcios. Mi primera sorpresa fue que en el Museo de El Cairo, recuerdo que la penúltima vez que fui había una sala en la que estaban trozos de piedras trabajadas con dichas herramientas, pero la última vez descubrí que habían sido extirpadas, eliminadas del museo. Los conservadores del museo se habían tomado la molestia de eliminar todo lo concerniente a dichas piedra trabajadas por herramientas antiguas.
¿Qué les parece? ¿No es casualidad que las hayan tirado?
Andando un día por Egipto, hay basureros de piedras en donde tiran los restos de las grandes obras, tuve la suerte de encontrar 4 ó 5 piedras taladradas por dichas máquinas. Una de ellas, cerca de Sakkara, tenía una perforación de 5centímetros (2 pulgadas) aproximadamente, pero no se veía mucho el interior. Metí el dedo índice, y comprobé una cosa que ya sabía: que el perfil de la perforación en vez de ser rectilíneo era ondulado, una onda sinusoidal perfecta. La separación de cada onda era de medio centímetro, y además me llamó la atención la suavidad que tenía el corte. Si hubiera sido trabajado por fuerza de ruptura técnica, como nuestros trépanos, arrasando y rompiendo la piedra, habría quedado basto, pero la "egipcia" había dejado una huella completamente lisa, pulida y suave. Evidentemente, según mi opinión como técnico, aquello no fue producido por un procedimiento de abrasión sino por algún otro procedimiento de alta tecnología, tipo láser, que perfora, se mete en la piedra y la deja suave.
Esa es la impresión que me ha dado la perforación dejada por la máquina antigua que, como dije, fue fotografiada por Petrie.
-O. J. Casero: EN BASE A ESAS OBSERVACIONES HECHAS EN EGIPTO, ¿QUÉ MÉTODO DE TRABAJO PODRÍA USARSE PARA INVESTIGAR LA FORMA EN QUE SE CONSTRUYERON LAS PIRÁMIDES Y CÓMO HA INFLUIDO EL USO DEL TALADRO EN DICHAS OBRAS?
-Prof. Álvarez: Esa investigación es imposible de hacer, ya que desde el mismo momento que existe un tabú de los investigadores y científicos, el problema es ver cómo superar el tabú de los arqueólogos en torno a las máquinas-herramientas egipcias.
Ésa es mi versión, cómo puede hacerse. Yo soy pesimista: han pasado 100 años y no se ha podido levantar el tabú. No sé cuántos años han de pasar; alguna vez se levantará, pero no sé cuando será. Yo no me tomaría el trabajo de levantarlo, ya que yo sé que cualquier cosa que yo publique o hable es impublicable en los tratados científicos.
-O. J. Casero: ¿NO CREE QUE LO QUE USTED HA PUBLICADO YA SOBRE EL TEMA ES UNA BUENA BASE PARA SUSTENTAR NUEVAS INVESTIGACIONES?
-Prof. Álvarez: Yo ya me he tomado el trabajo de publicar en cientos de miles de publicaciones mías y libros míos “bestseller”, y no he podido doblegar a ni uno solo de los arqueólogos acerca de la existencia de estas herramientas. Están fotografiadas y yo he tocado las piedras. De manera que existen, pero los arqueólogos no pueden aceptar la existencia de estas herramientas porque se les derrumbaría su teoría de la arqueología. La arqueología tiene una teoría que se derrumbaría si se demostrara la existencia de estas herramientas, y como ellos no están dispuestos a que se derrumbe, porque viven de ella, es su “modus vivendi”, viven de la arqueología, no están dispuestos a investigarlo nunca.
Es muy grave lo que acabo de decir, pero es una denuncia.
-O. J. Casero: DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA TECNOLOGÍA DEL FUTURO, ¿CUÁLES SERÍAN LAS POSIBILIDADES QUE ENCONTRARÍAMOS AL PROFUNDIZAR SOBRE ESTAS TÉCNICAS EGIPCIAS?
-Prof. Álvarez: Bueno, el informe Baker del libro de Petrie dice que: “Si un ingeniero moderno contara con estas herramientas no sólo se haría millonario, revolucionaría la industria moderna…”El estudio de estos temas es de una importancia capital, ya que reportarán grandes avances para el futuro, ya que ahora estamos detenidos por este tabú, que nos inhabilitan para investigar estos temas, nos prohiben comentarlos y sobre los cuales no pueden tratarse en los libros y publicaciones científicas.
Porque un tabú es una cosa tremenda; ahora lo pienso y es realmente sorprendente que no se haya podido investigar, que yo no lo haya podido investigar, que Baker, Petrie y los señores más importantes de los arqueólogos no pudieron, no les hayan dejado investigarlo. Esto es una cosa gravísima. Es una monstruosidad en el campo científico que está pegada a las críticas que hacíamos a los procesos de la Inquisición, por ejemplo, las barbaridades de la Edad Media, las monstruosidades del mundo antiguo.
Este caso que estoy comentando son las monstruosidades del mundo moderno. Claro, a ustedes, a nosotros no nos afectan; pero a la gente que contemplaba desde la otra acera a la gente que quemaban viva en las plazas públicas tampoco les afectaba.
¿Y qué diferencia hay entre nosotros que estamos viendo el auto de fe científico y aquellos que veían aquel otro auto de fe? Estamos todos inmersos en un estado de barbarie porque decir que esto sucede es estar en la barbarie.
-O. J. Casero: ¿QUÉ RELACIÓN HAY ENTRE LA VELOCIDAD DE PRECIPITACIÓN DE LAS ENZIMAS HUMANAS Y EL CAMPO ENERGÉTICO PRODUCIDO POR LAS PIRÁMIDES?
-Prof. Álvarez: Eso requiere hablar de una teoría sobre la longevidad de los faraones, que alargaban la vida en el interior de las pirámides.
Eso, dicho a priori, habría que negarlo, pero resulta que existe una relación entre la precipitación coloidal y las pirámides. Eso lo investigué en Florencia con el profesor Piccardi, con quien tuve el honor de trabajar 3 meses sobre precipitación coloidal. El método de Piccardi consistía en medir la velocidad de precipitación coloidal del oxicloruro de bismuto. Se pone 1 cm3 de cloruro de bismuto en el fondo de un tubo de ensayo transparente y 10 cm3 de agua, y se produce un líquido lechoso que comienza a decantar; deja de decantar, y se produce una columna de líquido transparente de 2 cm. que va aumentando. La medida de la velocidad de producción de este líquido transparente , o sea, la velocidad de precipitación del coloide era la línea de investigación de Piccardi.Entonces colocamos varios tubos de ensayo. El primer tubo lo pusimos dentro de un blindaje de cobre, formando lo que se llama una “jaula de Faraday”; el segundo lo dejamos a la intemperie; el tercero tenía al lado un transmisor de 1500 megaherzios que daba su situación; el cuarto estaba bajo una pirámide de cartón de 30 cm. de lado. Hicimos simultáneamente la precipitación en los 4 tubos, midiéndola en los aparatos de Piccardi:Vimos que el tubo que estaba en el blindaje de cobre precipitó 1cm3 más o menos de precipitado en 1 minuto.El segundo tubo que estaba a la intemperie en el laboratorio precipitó 1 cm3 en 3 minutos.El tercer tubo que estaba junto al transmisor de 1500 megaherzios precipitó 1 cm3 en 5 ó 6 minutos.Y el cuarto tubo que estaba bajo la pirámide NO PRECIPITÓ EN MEDIA HORA. Ciertamente era impresionante. Entonces se veía cosa curiosa: la energía de la pirámide permitía la floculación permanente, o sea que el coloide no podía flocular, no precipitaba. Por asociación de ideas se dice que el envejecimiento de los mamíferos ocurre cuando el citoplasma precipita como coloide dentro de la célula. Con lo cual, si se pudiera evitar la precipitación del coloide citoplasmático se arreglaría la vida humana.Entonces, si los faraones se introducían en las pirámides, por algún procedimiento especial, conseguían atrasar el envejecimiento, ya que no precipitaba el citoplasma de sus células. Bueno, eso es realmente curioso; nosotros seguimos investigándolo en el laboratorio del Instituto de Estudios Avanzados y encontramos otra cosas curiosas: que la pirámide tenía la virtud de modificar el accional de la enzima. El funcionamiento de la enzima dentro de la pirámide quedaba modificado. Por ejemplo, rápidamente, la enzima llamada UREASA (que transforma la urea en amoníaco) que se utiliza para hacer análisis clínicos, si se coloca en un tubo de ensayo con urea, forma una cantidad “X” de amoníaco, en 5 minutos, por ejemplo. Si se mide con cualquier método electrónico, la ureasa colocada bajo la pirámide tenía un 150 % más de rendimiento que otra no colocada, demostrando que hay una relación entre la forma piramidal y la enzima. Hicimos un catastro de enzimas. La invertasa, que transforma la sacarosa en glucosa aumentaba el 80 %. En cambio, había un 80 % de disminución de la eficacia en el cuajo, que produce menos queso bajo la pirámide. Es recomendable que los que hacen queso no pongan sus instalaciones bajo las pirámides.Elevamos un informe a la Facultad Bioquímica de la Universidad de Córdoba, y no les interesó investigarlo como diciendo que no estaba previsto dentro de su investigación. ¡Los científicos tienen tabúes, y los tienen que investigar! Yo considero que es necesario investigar el accional de una enzima bajo una pirámide ya que, aunque a primera vista no pareciera que pudiera tener influencia alguna, experimentalmente se ha demostrado lo contrario.
-O. J. Casero: ¿PARA QUE CREE USTED QUE FUERON CONSTRUIDAS LAS PIRÁMIDES?
-Prof. Álvarez: Hay varias teorías; una de ellas es que fueron construidas para rejuvenecer a los faraones. Esta no es una teoría de charlatanes, ni de novelistas ni de periodistas, es una teoría de científicos ya que los arqueólogos han investigado este problema y, efectivamente, dentro de las pirámides se colocaban los faraones cuando habían reinado 30 años, y después de un tiempo (que no se conocía, era secreto) volvían a reasumir el mando y hubo faraones que reinaron 90 años.Evidentemente se rejuvenecían en las pirámides. En la Egiptología hay mucha bibliografía sobre este tema, sobre todo en el Departamento de Egiptología de la Universidad de Chicago, que ha investigado sobre este fenómeno del rejuvenecimiento de los faraones dentro de las pirámides, que era denominado como “el jubileo del faraón”. Pero ocurre que la discusión no es si los faraones rejuvenecían dentro de la pirámide tras concluir un período o no, sino si era real o ficticio, o sea, si se trataba de una estafa, que hacían creer a la gente que rejuvenecían o, si realmente el faraón rejuvenecía. Eso no lo hemos podido aclarar; pero que las pirámides eran utilizadas para los faraones, y que después de eso reinaban 30 años más, eso está establecido por la Egiptología, es público y conocida.
En todos los templos egipcios y en las pirámides se pueden ver en los frisos alusiones a dicha ceremonia. Se llama la ceremonia de HEBZED. Algunos arqueólogos sostienen que no se pudo basar un imperio, una sociedad en una mentira, no tiene sentido. Lo que es indudable es que usaron las pirámides para dicho fin, fuese cierto o no que rejuvenecieran los faraones.
-O. J. Casero: HABLANDO AHORA SOBRE SUS INVESTIGACIONES ACERCA DEL HATHA-YOGA, ¿QUÉ INFLUENCIA TIENE EL PRANAYAMA O ENERGÍA INVISIBLE DEL AIRE EN LA FISIOLOGÍA HUMANA?
-Prof. Álvarez: Esto fue publicado en mi libro “Avances sobre Yoga” (Editorial KIER, Buenos Aires) al que yo le puse el subtítulo “yoga electrónico”. Investigando los fenómenos del yoga, se vio que existe una diferencia de potencial eléctrico en la nariz, una diferencia entre la fosa derecha y la izquierda de 65 milivoltios.
Es curioso, en las mujeres es negativa en la nariz derecha y en los hombres es positiva. De modo que hay tres definiciones de sexo: el anatómico, el endocrino según las secreciones endógenas; y el sexo eléctrico, que para mí es el más seguro de todos, es el determinante, ya que a muchos hombres el anatómico no les sirve (y a muchas mujeres tampoco) porque no lo usan. Pero el sexo eléctrico es el más ajustado a las inclinaciones y gustos de las personas. Por ejemplo, el 85% de hombres y mujeres tienen el sexo correcto con la polaridad correspondiente, pero hay un 15% de excepciones en el que están los desviados y los neuróticos.
Nosotros hemos hecho un catastro en varios lugares: Madrid, Córdoba y Miami. Pasó una cosa curiosa: en Madrid y Córdoba si encontramos un 85% de coincidencia, pero en Miami no, hay un auténtico revuelto (50% de coincidencia). No sabemos por qué, pero en Miami debe haber alguna causa que nos es desconocida, y que altera la estadística del 85% de coincidencia.
-O. J. Casero: ¿QUÉ PODRÁ DECIRNOS ACERCA DEL “PRANAYAMA” O TÉCNICAS DE RESPIRACIÓN DE LOS HINDÚES?
-Prof. Álvarez: Como dije en mi libro “Avances en Yoga” el hombre tiene 2 pulmones para el oxígeno, y 2 pulmones para el “prana” que están en la nariz, las mucosas nasales. Este prana es absorbido alternativamente por la nariz izquierda y la nariz derecha y se hace mediante el yoga. Hay un ritmo de 50 minutos en el ser humano que no solo está establecido por los hindúes, sino por unos rinólogos suecos que han investigado el tema. Yo investigué esto porque no creía en la existencia del prana y creía que era un proceso de exitación energética del ADP (adenosinadifosfato) que después de la mucosa nasal se transformaría en ATP (adenosinatrifosfato) por medio de un proceso oxidativo, y por medio del sistema vascular interno y linfático de la parte superior de la nariz sería absorbido por la sangre.
Hice las investigaciones en el laboratorio de bioquímica, y no dieron resultado por diversas razones, y llegué a la conclusión que no había explicación para la llamada “absorción del prana”. De modo que en estos momentos, pienso y acepto que existe un fluido en el aire que absorbe el pulmón nasal y ese fluido es el “prana”, es un fluido polar, con polaridad positiva y negativa; todo esto ha sido el fruto de investigaciones como dije en mi libro “Avances en Yoga”, las primeras investigaciones hechas en occidente sobre yoga.
Es sorprendente que no hayan hecho investigaciones científicas sobre yoga, es una cosa increíble. Les aclaro que el subtítulo del libro es “yoga electrónico” porque las investigaciones se realizaron con dispositivos electrónicos.........
GABRIEL SILVA - EL PODER TERAPEUTICO DE LAS PIRAMIDES - 1 from MIZAR-PETRUS on Vimeo.
GABRIEL SILVA - EL PODER TERAPEUTICO DE LAS PIRAMIDES - 2 from MIZAR-PETRUS on Vimeo.
¿POR QUE ASEGURAN QUE LA GRAN PIRAMIDE ES DE KEOPS?
A estas alturas de la vida parece raro cuestionarse lo que representa la Gran Pirámide de Egipto. La versión oficial de la historia habla de que la misma fue construida en el 2500 a.C. por el faraón Keops para utilizarla como mausoleo. Este descubrimiento se achaca al Coronel Vyse que, en 1837, vio que podía introducir una caña por encima de la cámara de Davidson. Viendo que el tiempo se le echaba encima para acabar con sus investigaciones financiadas, trató de cincelar el granito superior, pero no pudo con ello; así que decidió dinamitarla, pese al peligro que entrañaba. Junto a la cámara nueva que surgió, descubrió tres superiores por encima de ésta. De abajo a arriba, se les denominan cámara de Davidson, de Wellington, de Nelson, de Lady Arbuthnot y de Campbell. Explorando estas cámaras, Vyse tropezó con unos supuestos cartuchos o jeroglíficos con los nombres reales de Keops y Kefrén.
La cámara de Davidson se conocía desde 1763, cuando el cónsul británico de Argelia, Nathaniel Davidson, descubre la cámara inferior, al darse cuenta de que su voz hacía eco en el extremo superior de la Gran Galería. Al encontrarse con un agujero de 40 centímetros ocupado por guano de murciélago, la abrió algo más para gatear 7 metros y medio por ello, hasta alcanzar una cámara de un metro de alto. Lo curioso es que en esta cámara jamás aparecieron jeroglíficos, lo cual no se entiende si todo el conjunto de las cámaras de descarga es idéntico.
¿Pero qué descubrió Vyse? Pues un cartucho donde se lee el nombre de Jufu (Keops) en demótico, en la cámara de Campbell. Lo malo es que cuando comparamos este nombre con el cartucho de Keops del período Antiguo vemos que no coincide. En el Imperio Antiguo se representa como una víbora entre dos codornices que miran a la izquierda, mientras que en la cámara el cartucho se contempla como una víbora entre dos Ibis que miran hacia la derecha. Los arqueólogos para enmendar el error aseguran que como es demótico por eso se representa de esta manera; además de asegurar que hay otro cartucho medio insertado entre bloques, con una descripción dada por los canteros, antes de trasladar el bloque a esta cámara. Y dicha traducción parece decir: “Qué poderoso es el equipo de la Gran Corona Blanca de Jnum-Jufuy”. Pues bien, no se cortan un pelo a la hora de asegurar que Jnum-Jufuy es otro de los nombres del faraón Keops.
¿Y ya está? ¿No hay evidencias claras de que Keops sea el constructor de la Gran Pirámide? ¡Pues no! Y encima algunos egiptólogos certifican que hay pruebas de Carbono 14 realizadas. Cuando me dispuse a buscar las mismas, encontré que las famosas pruebas se habían realizado en Djoser (1984), Unas (1984), y Saqqara (1995). Como se asegura que las primeras van de la Dinastía 3 a la 5, se supone que la Gran Pirámide pertenece a la cuarta dinastía, y que entonces las pruebas de Carbono 14 que engloban desde el 2691 a.C. hasta el 2498 a.C. también se aplican a la Gran Pirámide.
Nadie habla de la Estela del Inventario que se encontraba en el Museo del Cairo y que ahora ha desaparecido por culpa de los expolios habidos durante la Revolución Arabe de la primavera del 2011. En esta estela se leía como Keops reconoce que realizó una reconstrucción de la Esfinge y que la Gran Pirámide es un templo dedicado a la diosa Isis construido por sus antepasados. Esta estela fue descubierta por Mariette en uno de los templos adyacentes a la cara oriental de la Gran Pirámide, y esculpida durante el período de las dinastías XXI a la XXIII, basándose en una copia de otro documento más antiguo. Robert Schoch, geólogo de la Universidad de Boston, afirma en uno de sus informes de 1993 que: “La superficie de la roca que rodea el complejo de la Esfinge posee restos de una erosión producida por agua hace 9000 años, con lo que certifico geológicamente que su antigüedad no puede ser menor”.
Nadie menciona que el Coronel Vyse también descubrió en 1837 los conductos de ventilación de 23 cm2 y más de 60 metros. Como Vyse quería ver si llegaban hasta el exterior, uno de sus ayudantes, Hill, subió a la superficie exterior de la pirámide y encontró aperturas similares donde estos conductos parecían terminar. Hill, desde el exterior del conducto, lanzó una piedra que cayó con tal fuerza que casi lesiona a los de abajo. Cuando Vyse limpió estos conductos comenzó a entrar aire al interior, manteniendo la temperatura constante a unos 20 grados.
Pero Vyse también localizó una placa de hierro de 30 por 10 centímetros de hierro en una junta de la sillería del conducto de ventilación sur de la llamada Cámara del Rey. La placa estaba encajada y oculta. Lo más significativo es que la placa es de hierro y que éste no comenzó a utilizarse en Egipto hasta el año 650 a.C. Por lo tanto, si la construcción de la Gran Pirámide es del 2500 a.C. ¿dónde encaja esta placa de hierro en la historia?
Y no sólo había una placa de hierro, sino una esfera de piedra desigual, un garfio de dos dientes y una vara de cedro de 12 centímetros de largo. Estos descubrimientos los realizó Waynman Dixon en 1872 en el conducto norte de la Cámara de la Reina. Se encuentran en el Museo Británico desde 1970, aunque comenzaron a exponerse al público en 1990, a excepción de la vara de cedro que ha desaparecido. Y es una lástima, porque ésta sí que es susceptible de datarse con Carbono 14 para averiguar su edad real.
Con lo que ahora sabemos, ¿todavía hay quienes sostienen que la Gran Pirámide es el mausoleo del faraón Keops? ¿Y las evidencias? Pues se las pasa uno por el forro y así encaja todo en una versión oficial.
Aceptando entonces que no es la sepultura de un rey, ¿qué es la Gran Pirámide?
La Gran Pirámide, atribuida erróneamente al faraón Keops, está plagada de misterios. Conviene hacer un repaso a las teorías alternativas sobre su construcción, su antigüedad, y la finalidad de la misma.
De entrada, cabe señalar algo, jamás se encontró una momia en las pirámides de esta meseta; como tampoco hay jeroglíficos en las paredes de la Gran Pirámide. La versión oficial culpa de la inexistencia de difuntos a los ladrones de tumbas, para hacer encajar las piezas.
La idea de que fue construida por Keops proviene, entre otras cosas, de que este faraón estuvo construyéndola durante 20 años, en los 23 que duró su reinado. Así dice Herodoto, en sus “Nueve Libros de la Historia”:”En cuanto a la pirámide, se gastaron en la construcción veinte años…“.
Veinte años para que aquellos obreros (que no esclavos, como nos quiso hacer creer Cecil B. DeMille en algunas de sus películas) con precisión asombrosa, colocaran una sobre otra cerca de dos millones seiscientos mil bloques de piedra que, por término medio, cada uno debe pesar sobre las dos toneladas. Es decir, que cada año se debieron colocar 130.000, lo que suponen 360 bloques al día. Si hacemos un cálculo aproximado para la jornada laboral de la época (dando por sentado que trabajaban 12 horas), el resultado es que durante 20 años, sin conocer el hierro y la rueda, el arquitecto de la Gran Pirámide debió organizar un equipo de trabajo capaz de seleccionar la piedra en la cantera, cortar el bloque, transportarlo varios kilómetros, cruzar el Nilo, izarlo a cientos de metros y colocarlo milimétricamente; todo ello en el tiempo récord de ¡120 segundos! por bloque. Es decir, que según las explicaciones ortodoxas, aquellos artesanos, tan cercanos al Paleolítico, encajaron durante veinte años un bloque cada dos minutos.
Durante los últimos 1.500 años de la historia clásica egipcia, correspondientes al Imperio Nuevo, dinastías posteriores y ptolemaicas, se usaron cuatro millones de metros cúbicos de piedra. Tal cantidad de roca, es minúscula al compararse con las obras realizadas en el Imperio Antiguo. Sólo la Gran Pirámide tiene dos millones de metros cúbicos de piedra, cantidad similar a su vecina pirámide de Kefren. Es decir, se nos quiere hacer creer que en 20 años los obreros de Keops edificaron la mitad de lo que hicieron posteriormente sus colegas durante 1.500 años.
Al problema del peso y del volumen hay que añadir el enigma que suponen las máquinas empleadas en el transporte y en la subida de los bloques desde la cantera hasta su emplazamiento. En este caso, las palabras de Herodoto no son tenidas en cuenta, ya que afirma que se utilizaron mecanismos, así como hierro, en la construcción.
En un relieve de EI-Bershe, de la Dinastía XII, se ve cómo un grupo de 172 personas arrastran la estatua de Djejutijotep, de 60 toneladas, que descansa sobre un trineo. Esto, unido al descubrimiento de varias rampas que unen el Nilo con la base de algunas pirámides, da pie a la arqueología oficial a la única hipótesis que acepta: la fuerza muscular.
Pero entonces ¿cómo pudieron levantar tal cantidad de piedra? ¿Y por qué se dice que fue el faraón Keops quien la mandó construir durante 20 años?
Hay una teoría que habla de que las piedras pudieran tener una construcción artificial. En 1988 se editó en Estado Unidos el libro titulado “The Pyramids, An Enigma Solved“. En él se recogían investigaciones de un científico, el doctor Joseph Davidovits, fundador del Instituto Geopolimérico de París, profesor de la Universidad de Toronto y director del Instituto de Ciencias Arqueológicas Aplicadas de la Universidad de Barry en Florida, que junto a la doctora Margie Morris, de la Universidad de Minnesota, pusieron de manifiesto lo que revelaban los análisis químicos y microscópicos efectuados en rocas de la meseta de Gizéh.
Junto a los citados informes publicaron varias fotografías en las que puede apreciarse la presencia de pelos, uñas, fibras textiles y burbujas de aire en la estructura de las rocas calizas de la Gran Pirámide.
Anterior a la publicación de Davidovits ya se especuló con la posibilidad de las piedras prefabricadas del Antiguo Egipto. En el Segundo Congreso de Egiptología celebrado en 1979 en Grenoble (Francia) el Dr. Klemm, experto en petrografía, avanzó los resultados de sus análisis sobre piedras de la Gran Pirámide. De las 20 muestras estudiadas no encontró dos que tuvieran la misma consistencia homogénea. Parecía que cada una procediera de un lugar distinto, con la particularidad de que dicha consistencia era diferente en zonas de la misma piedra, con mayor densidad en la parte superior que en la inferior. También constató que las rocas de la pirámide contenían un porcentaje de humedad superior al que presenta la piedra natural. Su conclusión fue que los bloques no eran naturales, sino artificiales.
¿Es posible entonces que en la Gran Pirámide se emplearan moldes para construir piedras artificiales? Es una buena pregunta porque si, así fuera, explicaría entonces cómo levantar tal monumento fraguando piedras en cada hilada, sin necesidad de utilizar la fuerza bruta.
Ahora vamos a reconsidera una teoría absurda de la que no se ha hablado nunca en otros artículos o libros sobre la Gran Pirámide. Todo comenzó cuando me encontré con un texto singular, en el obelisco de 121 toneladas de la Heliópolis, erigido para el aniversario del faraón Sesostris, en el año 1942 a.C. El texto jeroglífico dice lo siguiente: “13.000 sacerdotes salmodiando delante de un espejo enorme bruñido en oro”. ¿Con que finalidad?
De repente me acordé de las investigaciones de Bruce Cathie sobre la antigravedad. Este autor de libros especializados cuenta que en 1939 un médico sueco llamado Jarl, estando en Egipto, recibió el requerimiento de un amigo para viajar al Tíbet a curar a un lama. Como sus remedios tuvieron éxito, los lamas le permitieron filmar ceremonias que hasta entonces se consideraban secretas.
En una de ellas, una serie de monjes tibetanos, cantando y salmodiando, dispuestos en un arco de 90 grados que medía 63 metros, frente a una piedra pulida lisa, hacían uso de 13 tambores y 7 trompetas tibetanas. Por lo visto, lo que vio y oyó es cómo los monjes aumentaban el ruido de sus oraciones, hasta que un enorme bloque de piedra que se encontraba a sus espaldas, comenzó a mecerse. Al rato, el bloque de piedra levitó a una velocidad más que considerable, en dirección hacia una plataforma, enfrente de una caverna, a 250 metros de altura. Cada piedra, que debía pesar algunas toneladas, ascendía de la nada durante 3 minutos y luego aterrizaba en la plataforma. En definitiva, lo que los monjes hacían era transportar, de un modo controlado, decenas de bloques de piedra suspendidos en al aire, a una distancia de casi medio kilómetro. ¿Ocurrió este hecho realmente?
Puede que hayan escéptico que crean que tal hazaña no es posible. No he podido localizar la filmación original del incidente mencionado en el Tíbet, pero sí que he encontrado un vídeo que recrea un experimento de la NASA, donde se aplica una resonancia de 600 hertzios desde tres altavoces, que simularían coordenadas X-Y-Z. Ajustando la amplitud y fase, se consiguió que tres bolas levitaran en el espacio de un cubo. Y ahí radica la cuestión, pues la voz humana se comprende entre el espectro de frecuencias que van desde los 200 a los 600 hertzios. Quizás, entonces, una hipótesis de levitación de piedras de gran tamaño no debería tomarse a broma, teniendo en consideración que la ciencia todavía no comprende el potencial de los mantras.
La siguiente pregunta que uno se sigue planteando es cómo se construyó la Gran Pirámide. ¿Cuál es la hipótesis de trabajo más acertada?
Hace unos años, un arquitecto francés, Jean-Pierre Houdin anunció a la prensa que creía conocer cómo se había construido la Gran Pirámide, basándose en una teoría sobre que el ensamblaje se hizo desde dentro hacia fuera.
Houdin exponía que los egipcios subieron los bloques que sirvieron para su construcción por una rampa interna que formaba un túnel en espiral, en el interior de la estructura de su pared externa.
El arquitecto, que cree que ese túnel debe existir hoy, logró convencer a los posibles detractores con la ayuda de un programa informático, desarrollado por la compañía Dasault Systemes, donde se observaba una simulación tridimensional de cómo se fueron amontonando los grandes bloques de granito y piedra caliza.
El vídeo de esta simulación puede verse más abajo:
Houdin cree haber incluso resuelto el misterio de la cámara del rey: el porqué de sus cinco techos de granito en lugar de uno y el modo en que se levantaron los enormes bloques hasta esa altura.
Otra teoría sobre esta enigmática construcción, que reafirma la teoría de Houdin, es que se construyó una rampa exterior gigante para llevar las piedras hasta el punto más alto de la pirámide; pero una rampa de ese tipo tendría que tener una inclinación no superior a un 7 o un 8 por ciento, lo que significa que tendría que haber tenido más de 1,6 kilómetros de longitud.
Otra sugerencia es que pudo tratarse de una rampa que ascendía enroscada a la pirámide conforme ésta iba ganando altura, pero la rampa se habría desplomado de no haber estado firmemente anclada a la pirámide y no hay rastro alguno de puntos de amarre.
Tampoco lo hay de las enormes cantidades de material de desecho que debieron de quedar tras la construcción, y la explicación de Houdin es que ese material se quedó dentro de la pirámide al no haberse eliminado la rampa en espiral construida en el interior de la pirámide y sólo a unos metros de su pared exterior.
“Mi teoría es que la construcción supuso dos desafíos: el primero consistió en construir el volumen de la propia pirámide y el segundo, construir la cámara del rey“, declaró el arquitecto francés. Según esa teoría, para la primera fase, hasta una altura de 43 metros, se utilizó una rampa externa tradicional, y sólo una vez completada ésta, se pasó a la siguiente, para la que se construyó la rampa interna en forma de espiral.
“Era un túnel abierto a distintas alturas por las cuatro esquinas de la pirámide de forma que pudieran entrar por ellos los bloques de piedra“, explica Houdin.
Según sus cálculos, con una inclinación del 7 por ciento, una rampa de ese tipo tendría una longitud de 1,6 kilómetros desde su base hasta cerca de la cúspide de la pirámide, y los bloques de piedra serían subidos por ella por equipos de ocho o 10 hombres.
Una vez terminado el grueso de la pirámide, se taparon las esquinas, pero los túneles de la rampa siguieron utilizándose.
La prueba más importante a favor de la existencia de una red interna de túneles en espiral se deriva de una prueba de microgravedad llevado a cabo en 1986, en el que científicos franceses detectaron una anomalía: una estructura menos densa en forma de espiral dentro de la pirámide.
En cuanto a la tarea de levantar los bloques de granito de 60 toneladas hasta el techo de la cámara del rey, Houdin cree que se hizo con un sistema de contrapesos atados con cuerdas a aquéllos. “Conforme un equipo de 300 personas tiraban de los contrapesos, subían los pesados bloques de piedra“, sostiene Houdin, según el cual “el motivo de los cinco falsos techos por encima de la cámara del rey era el de impedir un exceso de peso sobre el arco de soporte“. Esta hipótesis tampoco se contradice con la forma de levantar las grandes piedras, si damos crédito a que tal vez fueron los sacerdotes quienes, mediante sus salmos, consiguieron tal hazaña.
Con todo, lo más discutible de la Gran Pirámide, parece ser su antigüedad. Quien más sabe sobre ello es Manuel Delgado, organizador de este viaje a Egipto y que nos acompañaba en todo momento. Así que dejaré que sean sus palabras las que vayan explicando este particular:
“Una antigua inscripción jeroglífica denominada «La Estela del Inventario» narra cómo la Gran Pirámide estaba ya edificada en tiempo de Keops y era llamada «Templo de Isis». Los grandes dignatarios extranjeros visitaban el «monumento de los antepasados». La idea generalizada de que la Gran Pirámide es la tumba de Keops puede ser cierta, ya que la misma estela cuenta que el faraón se hizo enterrar junto a ella o dentro de ella. Además, existen pruebas que avalan la teoría de que el monumento fue habilitado por Keops con fines propios. A este respecto, hay que tener en cuenta algunas consideraciones. En primer lugar, se aprecian en la pirámide las manos de dos maestros de obras: uno de ellos, el arquitecto original, que trabajaba a la milésima de milímetro; el otro, menos minucioso, ha dejado su impronta en lo que bien pudiéramos considerar los trabajos de Keops dentro de la pirámide. Entre sus obras se encuentran las 28 entalladuras que recorren la Gran Galería, realizadas de un modo imperfecto, con prisas, apartándose de la meticulosidad con que está construido el monumento. Este número de entalladuras ha despertado la atención de los egiptólogos, ya que Keops era, precisamente, el vigesimoctavo rey después de Menes, según la correlación de dinastías de Manetón. Se desprende de ello que la Gran Galería sería un homenaje a los antepasados del faraón”.
Los egiptólogos identifican la construcción de la Gran Pirámide con la figura de Keops principalmente por tres razones. La primera de ellas es el testimonio de Heródoto. En segundo lugar estaría el entorno arqueológico que rodea al monumento, en donde se pueden ver cientos de tumbas pertenecientes a nobles vinculados directamente con este faraón de la IV dinastía. Y en último lugar está el hallazgo de las Cámaras de Descarga, cinco habitaciones de techumbre muy baja que discurren por encima de la Cámara del Sarcófago.
Su descubrimiento corrió a cargo en 1837 del mencionado Howard Vyse. Este coronel, dinamitó la célebre Cámara de Daidson, situada sobre la Cámara del Rey, descubriendo por encima de ésta cinco cámaras más. Si bien todos los descubrimientos en este monumento se habían caracterizado por la ausencia de inscripciones, Vyse no solo encontró cinco cámaras más, repletas de textos, sino que en varias de ellas aparecía escrito el nombre de lo que parecía ser el constructor de la pirámide: la esperada prueba arqueológica que vinculaba la edificación del monumento con el nombre del faraón Keops. Samuel Birch, egiptólogo del Museo Británico, señaló que aquellos jeroglíficos envueltos en el típico cartucho de los faraones eran auténticos, reconociendo además la posibilidad de que se tratase de los nombres de Keops.
En 1981, el investigador Zecharia Sitchin planteó la posibilidad de que las marcas de cantería descubiertas por Vyse en la Cámara de Campbell fueran en realidad una falsificación de su colaborador J.R. Hills.
Sitchin argumentaba su teoría, apoyándose en un artículo del propio traductor de los textos, Samuel Birch, en donde se daba a entender que los jeroglíficos descubiertos por Vyse estaban falsificados.
Sitchin añade que la falsificación fue realizada usando la gramática de John Gardner. En ella el nombre de Keops aparecía mal escrito. Según Sitchin, el nombre de Keops aparece en la gramática con un error en el primer ideograma. Al parecer, Gardner confundió el jeroglífico, el del círculo rayado, con el disco solar, otro círculo, pero con un punto en el centro.
Manuel Delgado va más allá, y afirma que el nombre del faraón Keops está escrito al revés o se trata de otro faraón, con un nombre muy similar al de Jufru. En cualquier caso, todo ello está por comprobar, pero si así fuera, estaríamos hablando de que deberíamos reescribir la historia para otorgar a la Gran Pirámide su fecha exacta de creación, aparte de que deberíamos intentar averiguar cómo se construyó realmente la misma, y quiénes fueron los que enseñaron a los antiguos egipcios este arte. No en balde, los textos de las pirámides mencionan constantemente que fueron los dioses quienes les sirvieron como maestros, dioses que aparecen en algunas de las estelas, anteriores en el tiempo a la cronología de los faraones.
En 1994 los investigadores Robert Bauval y Adrian Gilbert hacían público que tres de los cuatro canales de ventilación de la Gran Pirámide estuvieron orientados hacia estrellas concretas. Así, el canal norte de la cámara del Rey, miró hacia Alpha Draconis, el canal norte de la cámara de la Reina hacia la estrella más baja del cinturón de Orión (las tres estrellas centrales de la constelación), y el canal sur de esta misma cámara hacia Sirio.
Su particular descubrimiento les llevó a formular su aventurada “teoría de la correlación con Orión”, de la que se desprende que las pirámides de Gizeh son una réplica exacta del cinturón de Orión y que el Nilo, así como el resto de pirámides egipcias, ocupan los lugares correlativos a la Vía Láctea y otras estrellas importantes.
Pero hay más. La orientación de los canales de la Gran Pirámide corresponde (según Bauval y Gilbert) a la posición de las tres estrellas citadas en el 2450 a.C., aunque la ubicación de las pirámides marca el lugar del cénit donde estuvo Orión en el 10450 a.C.
Esto último corroboraría que la Gran Pirámide es más antigua de lo que nos quieren hacer creer, y que los textos de las pirámides estarían en lo cierto al afirmar que fueron los dioses venidos de las citadas estrellas, aquellos que les mostraron cómo construir pirámides y de los que heredaron su tecnología.
¿Descabellado? Tal vez, pero si abrimos la mente a esta posibilidad, es posible que se dé con la llave que proporcione las respuestas a todos los interrogantes del antiguo Egipto.
Una vez finalizada la visita a la Gran Pirámide nos dirigimos a la tienda de Gamal, en Gizeh, El Cairo. Experto en la elaboración de perfumes, esencias y aceites de plantas, convivió con los beduinos, donde aprendió Reiki. Combina éste con la aromaterapia, convirtiéndose así en una especie de sanador. Gamal es de los pocos que puede presumir que es capaz de visualizar el aura de cada persona, o al menos eso afirma él. Habla árabe, inglés, español y francés, y así se comunica en su tienda con quien viene a visitarle, donde se deja consultar sobre cuestiones espirituales y físicas. De hecho, cuando el grupo comenzó a preguntarle sobre cuestiones mundanas, sorprendía constamente, pues fue capaz de adivinar inquietudes de cada uno o aspectos de la vida personal. Es más, yo al principio pensé que estaba compinchado con alguien del grupo, pues no era posible que supiera tanto sobre la vida personal de cada uno. Pero no, Gamal, dentro de su humildad, demostró ser un auténtico maestro, con un gran amor por la Humanidad, y de una preparación intelectual y sabiduría sin límites, muy lejos de los falsos gurús que se dan a conocer últimamente. Gamal es, además, un experto en las esencias que vende, recomendando las más acertadas para cada persona. Estas mismas esencias son las que luego se usan, mezcladas con alcohol y otras sustancias, en los perfumes de gran calidad.
Después de una muy interesante charla sobre los chakras y cómo activarlos mediante aromaterapia, me atreví a preguntarle sobre mi destino.
“Eres un gran maestro. Hay mucha sabiduría en ti. Tu camino consiste en escribir, dar a conocer a otros lo que descubres en el mundo. No te apartes de ese camino, pues ése es tu destino“. Como colofón final baste decir que “lo intento, maestro, lo intento“. Como siempre a digo a todo el mundo: “Yo sólo soy el mensajero“.
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