Una vieja leyenda vikinga cuenta que los marinos 
utilizaban una«piedra solar» brillante para encontrar su camino en el 
océano. Elevada hacia el cielo, revelaba la posición del Sol incluso en 
los días nublados. Investigadores de la Universidad de Rennes, en la 
región de Bretaña (Francia), creen haber encontrado este mítico 
instrumento. Se trata de un cristal rectangular aparecido en un buque de
guerra inglés que naufragó en el siglo XVI. La piedra está hecha de 
espato de Islandia, una forma transparente y de formación natural de 
cristal de calcita que polariza la luz y puede indicar la posición del 
Sol.
Fuente: ABC.es, 6 de marzo de 2013
Artículo recomendado: "The Fabled Viking Sunstone". Aquí.
Las piedras solares,
de acuerdo con una teoría expuesta por primera vez hace 45 años, ayudó a
los grandes navegantes nórdicos a encontrar su camino a Islandia e 
incluso tal vez hasta América del Norte durante el apogeo vikingo de 
900-1200 d.C., mucho antes de que la brújula magnética fuera introducida
en Europa en el siglo XVIII. Pero solo hay una referencia vaga en la 
antigua literatura nórdica a una «solarsteinn», lo que 
significa que la idea se ha mantenido frustrantemente sin una prueba 
sólida. Estos navegantes eran capaces de cruzar miles de kilómetros en 
mar abierto entre Noruega, Islandia y Groenlandia. Las leyendas vikingas
describen cómo en los días nublados o cuando azotaba la nieve, el Rey Olaf
sostenía una piedra solar, miraba al cielo y observaba de dónde procedía
 la luz, a partir de lo cual adivinaba la posición invisible del
Sol.
Puesta a prueba
Usando un cristal transparente similar al original, los 
científicos fueron capaces de seguir la pista del Sol poniente con poca 
luz, con una precisión de un grado. En un segundo experimento, fueron 
capaces de localizar el Sol durante 40 minutos después de que se hubiera
escondido.
Otros factores proporcionan la evidencia de que se trata de una piedra solar,
de acuerdo con la investigación. El cristal se encontraba entre los 
restos de otros instrumentos de navegación y pudo ser utilizado como 
respaldo de una brújula magnética. «Aunque era fácil de usar, la brújula magnética no siempre era fiable en el siglo XVI, ya que
la mayoría de los fenómenos magnéticos no se entendían», dicen los investigadores.
Los autores publicaron el estudio en la revista Proceedings de la British Royal Society A. Aquí.